Eshú es una deidad que pertenece a la mitología Yoruba, y que normalmente es asociada con la astucia, travesuras, y se le relaciona igualmente con los caminos y la comunicación con los dioses. Detrás de su figura, existe una gran cantidad de elementos llamativos y muy característicos, que han permeado en diversos cultos religioso en América, en estas lineas se detallarán sus características fundamentales.
Origen y evolución
Como es sabido, y será explicado a lo largo de este artículo, la figura de Eshú es asociada con los caminos, que de acuerdo a la fuentes consultadas, son una alegoría a los distintos rumbos que cada una de las personas recorre a lo largo de su vida.
Cada uno de sus caminos está marcado por una avocación de Eshú, que tiene unas características determinadas, un tipo de ofrendas especificas y unas cargas individuales. El culto Yoruba engloba las nociones sobre el misticismo, la constante evolución del hombre, siempre procurando la perfección y el desarrollo personas.
Para ello, en el mundo espiritual o astral, existen una serie de dioses, deidades o entidades que permiten a las personas obtener consejos y guías sobre cuales son las decisiones a tomar. Dentro de este entramado y conjunto de deidades, se encuentra Eshú, una de las más importantes, debido a que ejerce, como se verá más adelante, de intermediario entre las personas en el mundo terrenal o material y los dioses en el mundo astral o espiritual. (Ver artículo: Mitología Africana)
Eshú es una deidad que es adorada en muchas zonas geográficas del planeta, y es concebido como un ser infinito, con distintas manifestaciones, cada una de las cuales están asociadas a uno o varios dioses de la mitología yoruba, a quienes sirven.
Dentro de la cultura Yoruba, Eshú también puede recibir otro nombre, Elegbara, el cual es utilizado especialmente en las zonas costeras de Nigeria, teniendo otros nombres asociados dentro del culto como: Elegba, Edshu y Edju.
El culto a esta deidad se originó en Nigeria, en donde habita la mayor cantidad de miembros de la etnia Yoruba, constituyendo algo más del 30% del total de la población del país africano. Sin embargo, existe un número importante de miembros del pueblo Yoruba en las repúblicas africanas de Togo y Benín, así como también en Sierra Leona.
Con el descubrimiento de América, se intensificó el comercio de esclavos desde África. Algunos estudios sugieren que un poco más de once millones de esclavos fueron traídos desde el continente africano, hasta el denominado “Nuevo Mundo”, entre los años 1440 y 1880. De esos once millones, cuatro fueron enviados a Brasil, dos millones y medio a Cuba, entre 400 mil y 600 mil a Norteamérica, y unos cuatro millones al resto de las colonias en el Caribe.
Este movimiento migratorio esclavista, generó la mezcla de la cultura africana con las locales, razón por la cual encontramos manifestaciones y cultos en nuestro continente, que fueron influenciados, de forma significativa, por el culto Yoruba. Así, Eshú también es adorado en América, bajo denominaciones distintas.
En Brasil, por ejemplo, se le conoce como Esu, en Cuba, bajo el culto de la santería, se le denomina Echu-Elegua. Dentro del culto vudú en Haití, Eshú se encuentra dividio en dos evocaciones distintas, una de ellas llamada Papa Legba, y la otra Kalfou. Adicionalmente, en este país caribeño, ciertas cualidades asociadas al Eshú, se relacionan con las deidades del grupo Gege, que están conectadas a la sexualidad, muerte, mediación y humor.
Ahora bien, algunos estudios antropológicos sugieren que dentro de la mitología griega, Hermes y en la mitología romana, Mercurio, son las deidades equivalentes a Eshú, aunque muchos devotos del culto youruba y sus derivados podrán discutir si existe una relación o no entre Eshú y sus contrapartes romana y griega.
En definitiva, Eshú es adorado en muchos lugares y cultos, bajo diversas advocaciones y denominaciones, pero conservando ciertas características comunes provenientes del culto Yoruba, en donde se le ha venerado desde el inicio, siendo asociado normalmente con la ciudad nigeriana de Ifé, que está ligado no solo al origen de la deidad aquí analizada, sino de muchas otras deidades y dioses de la mitología yoruba.
Un aspecto crucial sobre Eshú, es su relación con el destino o Fa. Dentro de la religión yoruba, el destino tiene un papel preponderante, para ellos cada uno de los individuos nace con un camino previamente marcado por los dioses, y por él deben las personas transitar durante su vida. (Ver artículo: Olofin)
Ahora bien, el Fa o destino de cada persona, a pesar de estar previamente escrito, no es conocido por cada individuo, y sólo a través de Eshú puede ser revelado. Esta deidad, tiene la capacidad de guiar los destinos y caminos de cada persona, con la finalidad de ir revelando las rumbos que debe tomar para alcanzar el desarrollo pleno de la vida, objetivo primordial dentro del culto yoruba.
Eshú fue la primera deidad creada por Olodumare, dios omnipresente y todopoderoso del culto yoruba. Al poseer esta condición, es la primera deidad que reciben los iniciados dentro de esta religión, porque con él se abren los caminos y, en consecuencia, el acceso a los conocimientos y espiritualidad de esta religión.
Por ser la primera deidad creada, y además, por ser dueño de los caminos, en todas las ceremonias y ritos deben ser atendidas en primer lugar. La atención se realiza a través de rezos u oraciones determinadas – dependiendo de la advocación de Eshú a la cual se quiere adorar – y la presentación de ofrendas o sacrificios.
Sobre los sacrificios
Es adecuado hacer una consideración sobre los sacrificios que, de acuerdo a los postulados yoruba, deben hacerse para el agrado del Eshú. La explicación que dan los seguidores y creyentes de este culto religioso es que esta deidad precisa de elementos y comida para poder realizar la labor.
Algunos defensores de estas prácticas sostienen que al igual que los gobiernos se sostienen con el aporte de los ciudadanos en forma de impuestos, las labores y trabajos del Eshú se sustenta en las ofrendas y sacrificios que le son entregados para obtener su protección.
No es la intención de este trabajo señalar un juicio de valor negativo o positivo sobre éstas prácticas, esa labor queda a discreción del lector, quien, luego de leer estas lineas, podrá juzgar las prácticas utilizando para ello, sus propias creencias religiosas o políticas.
Este artículo simplemente describe cuales son las prácticas usuales dentro del culto yoruba, cuyas tradiciones tienen algunos siglos de historia y que han ido evolucionando, permeando en el continente americano y especialmente, en nuestro país, donde los cultos derivados del pueblo yoruba han tenido un auge exponencial y que ha dado paso a una serie de conflictos sociales importantes, especialmente en el ámbito religioso.
Para concluir este punto, se indica nuevamente que las prácticas de esta religión involucran el sacrificio de algunos y determinados animales, para el agrado de Eshú. Cada advocación, exigirá un tipo de animal especifico.
Eshú como orisha
Dentro de la religión Yoruba existe una gran cantidad de deidades, entre ellas se encuentran los orishas. Estos seres son los emisarios de Olodumare, que es el máximo dios de este culto religioso, y además, dominan las fuerzas naturales.
Cada orisha tienen unas marcas, números y gustos particulares, todo ello con vistas a recibir ofrendas y presentes de los seguidores que buscan de su ayuda. Al igual que en otros cultos religiosos de otras civilizaciones, como la griega, los orishas, antes de convertirse en deidades, tuvieron existencia humana y que por la forma en la que vivieron o murieron, alcanzaron el grado de divinidad necesario para alcanzar la condición de orsiha.
Dentro del mundo de los orisha, existen varias clases, entre las cuales destaca la de los orishas guerreros u orishas oddé, que, necesariamente, debe recibir todo iniciado dentro del culto yoruba. Durante la iniciación, estos orsihas solamente pueden ser entregados a través de los sacerdotes de máxima jerarquía, conocidos como olowus o babalawos.
Ahora bien, dentro de los orishas guerreros, se encuentra Eshú, también conocido como Esu, Exu, Exú o Echú, dependiendo del idioma o del culto que haya surgido como consecuencia de la mezcla de la cultura africana con la americana en los tiempos de la colonia.
Esu, dentro de la religió yoruba, es adorado como un mensajero del destino y su veneración dentro de este culto comenzó dentro de los habitantes de la etnia Yoruba, cuyos miembros ocupan los territorios de lo que hoy conocemos como Nigeria, y Benín.
Oración que se le hace
Eshú, como se asomó en principio, es considerado dentro de la mitología yoruba como el rey de los caminos, que no son más que el sendero que todos los seres humanos recorremos a lo largo de nuestra vida. Como orisha, además es enviado de Olofin, una de las manifestación del máximo dios del culto yoruba, Olodumare, y se encarga de llevar los mensajes de este a las personas.
De acuerdo a este culto, Eshú habita detrás de todas las puertas o en los cruces de caminos, en donde se le suelen dejar algunas ofrendas para agradar y conseguir su ayuda. Para poder pedirle o dirigirle una oración, las personas deben hablar con carácter y confianza, algunos señalas además que no deben arrodillarse, ya que se dice que Eshú podría esclavizar a la persona.
Para orarle, se puede tomar los días lunes, y para obtener su bendición con la mano izquierda, la persona debe tocar tres veces el piso frente al lugar donde se encuentre, y se identifica a quien acude a pedir la ayuda de este orisha.
De acuerdo a algunas fuentes consultadas para este artículo, una de las oraciones que se utilizan es la siguiente: “Eshú aquí está Su Nombre y Apellidos rindiéndole moforibale para que me ayude y siempre mantenga los buenos caminos abiertos y los caminos malos cerrados, de mucha salud, evolución, felicidad, estabilidad, unión familiar y sabiduría, tanto para mí como, para mi familia consanguínea y religiosa”
La oración cuya cita textual se incluyó en el párrafo anterior, no es la única, dentro del culto yoruba, y en muchos de las religiones derivadas de él, existen distintas oraciones que pueden ser utilizadas para invocar y obtener el favor de Eshú.
Ofrendas a entregarle
Durante las ceremonias o sesiones en donde se le pide a Eshú que abra los buenos caminos para la persona que acude a su resguardo, normalmente se encienden una vela de color blanco, que debe ser colocada al lado de la figura de Eshú.
Adicionalmente, algunas fuentes consultadas señalan que el que lidera la ceremonia, escupe aguardiente y enciende un tabaco que no es fumado en su totalidad, debiendo dejarse el resto para Eshú. De la misma forma, se hacen ofrendas para obtener su buena venia, y entre ellas se destacan: el pescado ahumado, coco, ñame, maíz, guayaba, café y tortas.
Asimismo, algunas tradiciones refieren que también suelen ser del agrado de Eshú las ofrendas de animales, y entre sus favoritas destacan el chivo, el gallo o el pollo. Es importante destacar que como rey de los caminos, para los iniciados y seguidores de este culto, deben orar y entregar ofrendas al Eshú de forma regular, para que con su intermediación los caminos del bien se mantengan abiertos.
Otra cuestión importante, es que las ofrendas de alimentos deben mantenerse en el altar por unos tres días, evitando que se descompongan en el lugar. Una vez transcurrido ese lapso, pueden ser desechadas. Las ofrendas resultan una parte importante de cualquier ritual o pedido que se quiera hacer a esta deidad, su no cumplimiento podría ocasionar molestia en el Eshú, quien con su carácter travieso, podría tomar represalias.
Las ofrendas, al igual que los sacrificios, son importantes y fundamentales, ya que de acuerdo a las creencias, estas permiten que el Eshú actúe, además de ser una forma de agradecimiento por los favores concedidos o por conceder.
De no presentarse ofrendas, o hacer alguna que no sea de su agrado, podría haber graves consecuencias para cada persona. Algunos testimonios de seguidores, señalan que a pesar de existir una determinada ofrenda para cada Eshú, es posible que cada persona pueda realizar una ofrenda particular que pudiera llegar a ser del agrado de esta deidad, pero es una situación que responde totalmente al azar.
Eshú y Eleggua
Existen algunas confusiones en torno a Eshú y Eleggua, en muchas ocasiones son tratados como iguales, sin embargo, son deidades o entidades diferenciadas. La primera diferencia notable que habría que hacer es que forman parte de distintos cultos, así, Eleggua estaría más cercano al culto que conocemos como santería, que en gran parte se deriva de la religión yoruba.
Aunado a lo anterior, se dice que pertenece a regiones diferentes, Eshú proviene de la tierra de Ifá, mientras que Eleggua pertenece a la tierra de los oloshas.
La segunda diferencia que podría señalarse está en que Eleggua puede comunicarse o hablar a través del diloggún, un sistema de adivinación en donde se utiliza la lectura de caracoles, mientras que Eshú no tiene esa facultad. La tercera diferencia radica en que Eshú es el guardián de los caminos y procura que cada persona siga el destino que ha escogido, por su parte, Eleggua actúa solamente como mensajero entre las personas y las deidades de su culto.
La quinta diferencia, y una por las cuales puede haber surgido las confusiones entre ambos, es que Eleggua es asociado normalmente a la vida y la muerte, mientras que Eshú es relacionado a los términos luz y oscuridad. La confusión señalada podría deberse a que tanto la vida y la muerte, como la luz y la oscuridad, son términos contrapuestos, y buscan poner en relieve la dualidad y conflictos que existen en la existencia del universo.
Sus caminos
Los caminos de Eshú, de acuerdo a la investigación y consulta llevada a cabo para la realización de este artículo, hace referencia a las diversas manifestaciones que tiene Eshú. Así, cada uno de los caminos, señala una manifestación determinada de esta deidad yoruba, que, como resultará evidente, dicha manifestación del Eshú va a asociada a una serie de poderes o funciones.
https://www.youtube.com/watch?v=qmYR9Rd8VZo&t=42s
La noción de los caminos, no es solamente exclusiva de la religión yoruba. Otros cultos como la Quimbanda, también tienen la noción de caminos y, además, también existe una deidad llamada Exu, que como vimos, es una de las denominaciones que se le atribuyen a Eshú, en este caso, en otro culto.
Eshú Aye
En el lenguaje yoruba la palabra Aye, significa mundo, aunque los seguidores de este culto lo asocian a la concha de caracol (de hecho, es montado sobre un caracol cobo, que sirve como base), razón por la cual se dice que camina por las zonas costeras. Asimismo, es asociado con el dinero, en idioma yoruba owo, y por lo tanto, dentro de las ofrendas, suele colocarse algunas monedas.
Eshú Aye es el camino del dinero y también de la evolución, y sus seguidores pueden recibir su apoyo para llegar a estos objetivos, sin embargo, este camino no garantiza la obtención de riquezas, si la persona a la que es consagrado no hace un propio esfuerzo y pone toda su fe en el cumplimiento de sus objetivos.
Carga de eshú aye
Cada uno de los caminos de Eshú tienen una carga especifica que es hecha por el babalawo, a través de un ritual determinado, y para poder hacerlo debe contar con una serie de materiales u objetos determinados y que variaran dependiendo del camino del Eshú que se trate.
La utilización de estos materiales, durante la ceremonia, darán como resultado una especie de escultura que será entregada al iniciado y que este deberá conservar, con la finalidad de realizar las ofrendas y oraciones frente a ésta, con el objetivo de agradar al eshú.
Para el carga del Eshú Ayé, existe una infinidad de objetos y materiales diversos que se deben emplear, entre ellos se destacan: un caracol cobo de mar, sobre el cual se va a montar, tres monedas de cobre, una obi cola, que no es más que una nuez de un tipo de árbol de origen africano, tres flores peonias, ñame, 2 patas de gallo (Okukó) o loro, una cuchilla, manteca de cacao, incienso de mirra, borra de café y café.
Eshú Alawana
Se dice que Eshú Alawana se encuentra en todas partes, es omnipresente y habita en lugares solitarios y oscuros, alejados de cualquier perturbación. De acuerdo a la mitología yoruba, es asociado a la desesperanza y el infortunio.
Por ser un poderoso hechicero, tiene la capacidad de liberar a las personas del encarcelamiento, y para poder invocarlo se utilizan, entre otras cosas, ramas del árbol de la guayaba. de la misma forma, Eshú Alawana es el jefe de los eggun. De acuerdo a la religión yoruba, los Eggun son los espíritus de los antepasados practicantes de la religión que han muerto.
Adicionalmente, es fiel acompañante de Oggun, una de las deidades de la religión yoruba y no es más que un orisha del grupo de los herreros, que tiene un carácter agresivo y violento que dirige de forma feroz hacia sus enemigos.
Entre las herramientas utilizadas por Eshú alawana están: un garabato del árbol de guayaba, una especie de bastón o báculo llamado Ariku Bambaya, un caparazón de una tortuga y unas cadenas.
Eshú Bi
Eshú Bi es considerado el rey de las maldades y es representado como un niño muy malo y petulante. De acuerdo a la religión yoruba, se dice que es jefe de los jimaguas o ibeyis, orsihas que se relacionan con la suerte, la prosperidad y la buena fortuna. Se dice que habita en zonas pantanosas o manigua. (Ver artículo: Ayao)
Motivado a su carácter travieso, a Eshú Bi le agrada jugar bromas pesadas y provocar eventos desafortunados en cualquier lugar, no obstante es muy poderoso y los creyentes refieren que es capaz de realizar cualquier labor que se le encomiende, siempre y cuando se le hagan las ofrendas requeridas.
Eshú Laboni
De acuerdo al culto del pueblo yoruba, Eshú Laboni trabaja muy de cerca con Oshún deidad femenina del panteón de este culto, es asociada con el amor y la fertilidad, y ejerce su dominio sobre los río, lagos, manantiales y cualquier fuente de agua dulce del mundo.
A Eshú Laboni le gusta mucho conversar y, de acuerdo a sus seguidores, se encuentra atento a todo lo que se le dice o pide. Es una deidad muy poderosa y también se le asocia a cuerpos fluviales de agua dulce, por lo que muchos de los rituales y ofrendas que lo involucran tienen relación con el vital líquido.
Eshú Odara
Siguiendo el contenido de las fuentes consultadas para este artículo, Eshú Odara parece ser uno de los tantos nombres bajo los cuales se identifica a Eshú, por lo que no sería propiamente uno de los caminos. No obstante, resulta propicio refrescar algunas nociones ya vistas en torno a Eshú.
Esta deidad tiene la capacidad de hacer el bien o infligir el mal, todo dependerá de la persona que lo reciba, que tiene el deber de entregarle las ofrendas y sacrificios requeridos para obtener su resguardo y protección. Adicionalmente, es necesario colocar énfasis en que no es posible iniciarse en el culto yoruba, sin antes acudir a Eshú.
Como señor de los caminos, es él quien, de acuerdo a los creyentes y seguidores, guía el camino de cada individuo dentro de esta religión. El Eshú de cada persona, es determinado por el babalawo, quien es la única persona capacitada para contactarlo y determinar el camino que debe seguir el iniciado.
Adicionalmente, el babalawo tiene como obligación confeccionar la carga que, de acuerdo a nuestras conclusiones, es una especie de procedimiento donde, entre otras cosas, se confecciona una especie de escultura, que servirá para adorar al eshú y es, puesta en el altar, donde se realizarán las ofrendas para su agrado.
Eshú Alakétu
Eshú Alakétu, al igual que Eshú Laboni, también está asociado a Oshún, y normalmente es asociado a la sexualidad, el amor y cualquier aspecto que se encuentre relacionado a estos dos aspectos, entre ellos destacan los defectos físicos y la propia valoración moral.
De acuerdo a las creencias yorubas, la carga de este Eshú se monta en un bastón de cedro, que normalmente tiene un tallado particular. Algunos creyentes refieren además, que existe un collar característicos con el que se suele representar, y posee unas piedras negras y blancas.
Eshú Afra
Eshú Afra se ha relacionado con la curación de enfermedades, teniendo una especial habilidad para curar las de tipo infeccioso. De acuerdo a este culto, vive regularmente en los hospitales, en donde ejerce su labor curativa y de protección a los enfermos.
Una particularidad deeste Eshú es que, a diferencia de otros, no le gusta el aguardiente, razón por la cual no debe ser ofrecido, ni utilizado durante los rituales. En su lugar, prefiere el vino tinto. Entre sus herramientas, dispone un bastón, un mortero donde se dice prepara sus curaciones y para su adoración, es necesario pararse de frente, sin agachar la cabeza.
Eshú Beleke
Al igual que el Eshú Afra, tiene poderosas habilidades curativas, utilizando para ello una gran cantidad de hierbas y remedios, con el que prepara medicinas y logra curar varios tipos de enfermedades. Asimismo, este culto lo describe como un niño travieso y que tiene habilidades para engañar a las personas.
Ya hemos señalado que el Eshú ha sido una deidad asociada con el engaño y normalmente, se dedica a tentar a las personas, con la finalidad de hacerles reflexionar sobre el verdadero y correcto camino. Eshú Beleke, por su características traviesas, tiene la costumbre de meterse en cualquier asunto que llame su atención.
Eshú Elegbara
De acuerdo a las fuentes consultadas, Elegbara es una de las advocaciones de Eshú que controla o tienen relación con los sacrificios y los ebbos, que no son más que un proceso de limpieza en los que se buscar eliminar ciertos males de las personas.
Cada ebbo tiene una propiedad, ritual y elementos distintos, todo ello dependerá del tipo de mal o conjuro que se quiera eliminar, para obtener la limpieza deseada.
Eshú Ashikuelu
Se le describe usualmente como un ser anciano y de baja estatura, que habita en túneles o en lugares debajo de la tierra y ejerce como jefe de los Eggungun, que representa a los espíritus de los antepasados. Siempre acompaña al orisha Oko, deidad que representa ala tierra, los cultivos y, en general, el trabajo de la tierra, razón por la cual está siempre vinculado a la agricultura y al campo, protegiendo los cultivos.
Como puede inferirse, se encarga de proteger los cultivos y su productividad, y como ofrenda se deben colocar granos y frutas productos de la agricultura. Igualmente, recibe con agrado el sacrificio de palomas y le gusta pasear por los alrededores de los cultivos que protege.
Sus herramientas están constituidas por objetos relacionados a la actividad agrícola y su poder se extiende igualmente a los tesoros que pudieran estar ocultos bajo la tierra y sus minerales. Por sus habilidades, normalmente las personas le piden para que sus cosechas sean provechosas.
Eshú Modubela
Modubela siempre se hace acompaña de Eshú Ashikuelo, que fue estudiado en el punto previo, por lo que podría pensarse que ejerce labores comunes. Es representado con un muñeco que tiene dos cuerpos y dos caras hechas a partir de ayna o cedro.
Para obtener su agrado, le pueden ser ofrecidos el sacrificio de tres pollitos o pajaritos cantones, en las fuentes consultadas para esta investigación, no se encontraros señalamientos específicos al tipo de ave.
Eshú Ni
También se conoce como Eshú NI Bakuo, y no precisa que sea recibido, sino que todos las personas nacen con él. De acuerdo a las creencias, se siente en la base de la nuca, representando la propia existencia. Está vinculado al sexto sentido, procurando guardarnos de todo mal, ya que fue enviado por Olofin con la firme intención de guiar todos nuestros pasos para el cumplimiento del destino que está escrito para cada uno.
Por estar vinculado a la existencia humana, Eshú Ni acompaña a sus devotos hasta la muerte, cuando cada persona deja el plano material, para pasar al espiritual. En definitiva, resulta ser una especie de ángel guardián, por lo que debe ser atendido regularmente, para ello se refresca con agua de coco, esparciéndola sobre la nuca, de esa forma podrá siempre limpiar la cabeza de las malas influencias.
Alayiki
Eshú Alayiki tiene una característica muy resaltante, según las creencias le agradar comer en exceso, es llamado igualmente como Eshú Bara Alayiki Agagá, tiene además una personalidad muy revoltosa y tiene especial predilección por los ambientes de fiesta y celebración, razón por la cual no es de extrañar que le guste el aguardiente.
https://www.youtube.com/watch?v=XjlmFD4cDyg
Entre sus ofrendas debe haber siempre aguardiente y grandes cantidades de comida, para saciar su apetito particularmente voraz. No obstante lo señalado, hay que advertir que de acuerdo a la religión yoruba, esta entidad está relacionada también con el engaño y la traición. Siempre escucha las peticiones que le son hechas, pero jamás es posible determinar como va a ejecutarlas, porque todas sus acciones están rodeada de un aura de alea.
Baralayiki
Está evocación de Eshú, es similar a la analizada en el punto anterior (Alayiki), razón por la cual es difícil plantear alguna diferencia, por consiguiente podríamos concluir que se trata de la misma advocación. Aunque, advertimos igualmente, que la investigación conducida para este artículos, algunos foros lo han identificado como Elegua. (Ver: Cómo atender a elegua)
Siendo esto así, y como fue explicado al inicio de estas líneas, Elegguá es uno de los tantos nombres que recibe Eshú, pero que es frecuentemente utilizado dentro de la santería cubana, uno de los tantos cultos derivados del pueblo yoruba.
Dentro de este culto, también es considerado como una deidad con un apetito particular, voraz y casi insaciable, le gustan las fiestas y la bebida. Adicionalmente, se dice que protege de traiciones, engaños y cualquier tipo de artimaña destinada a infligir daño.
Barakikeño
No resulta abundante la información sobre Barakikeño, sin embargo, se le asocia normalmente con acciones que buscan generar daños en otros, razón por la cual puede resultar peligroso. Asimismo, algunos creyentes refieren que es uno de los aliados de los Babalawos, junto al Eshú Agbanuké, quien cuenta todo lo que ve y oye.
En base a lo anterior, podríamos inferir que, al igual que Agbanuké, Barakikeño también tiene una función de informante de todo aquello que ve y escucha. Entre sus elementos distintivos, lleva una flecha que adorna su frente.
Eshú wonke
La particularidad de Wonke es que posee tres caras, y está asociado a la mentira, aspecto que quizás pueda explicar la cantidad de rostros que posee este Eshú. Es representado, como es de imaginarse, con una escultura hecha de barro, en la cual hay tres caras.
Eshú Akoro
Las fuentes consultadas no son contestes en identificar esta advocación, sin embargo, la mayoría de ellas coinciden en que es acompañante de Oddé, orsiha guerrero, y que además tiene como compañeros a dos perros llamados Iyabe y Eyio soro.
Entre sus herramientas se encuentran: el pico, hacha, lanza, pala, guadaña, cuchillo y machete, las cuales fueron confeccionadas en uno de los viajes que emprendió para rescatar a uno de sus hermanos desaparecidos. Cuenta la leyenda que durante ese viaje, se encontró con Oddé, de allí probablemente se originó la alianza entre este Eshú y el orisha referido.
Eshú Bara
También se le relaciona con Oshún, también conocida como Oxum, porque admira la belleza de esta deidad femenina de la religión yoruba, a quien además protege y salva en varias oportunidades. Las leyendas del culto yoruba dan cuenta que este Eshú se encarga de guardas las entradas y puertas del mundo, entre las cuales se destacan al que dirige a la fortuna y a la desdicha.
Eshú Bilari
También conocido como okana sa bilara u okana lari. Al igual que Eshú Baralayiki, explicado algunos párrafos atrás, esta advocación o camino, se encuentra dentro del culto santero cubano, ya que lo colocan como uno de las de deidades de la familia Elegua o Elgguá, nombre alternativo de Eshú dentro de ese culto religioso.
Es asociado con los eboses, que como se explicó anteriormente, son los procesos de limpieza de males que azotan a los individuos.
Eshú Agogo
Se encuentra íntimamente ligado al tiempo, y por ello es quien se encarga de presidir las horas a lo largo del día. Normalmente, las ofrendas que se le realizan se hacen a determinadas horas del día, siete de la mañana, al mediodía o a las siete de la noche, en cada una de las cuales suele ofrecerse un animal diferente, un pollo en la mañana, un gallo al mediodía, una paloma en la noche y un pollito en la madrugada.
Eshú Bode
Es el guardián de los eggun, debemos recordar que estos son los espíritus de los antepasados de las personas. Dentro de la religión Yoruba, los difuntos tienen que ser honrados antes que a los orishas, debido a que estos también ejercer como intermediarios ante los orsihas.
Por lo tanto, Eshú bode es guardián, y normalmente es representado en una envoltura de tela negra y blanca, colocándoles tres cuchillas y un caracol.
Eshú Laroye como atenderlo
Laroye tiene inclinaciones muy fuertes hacia el dinero y la danza. Su carácter es predominantemente burlón, malcriado, con gustos igualmente excesivo hacia la comida y particularmente malcriado. Para atenderlo, normalmente se le ofrecen una gran variedad de dulces, ya que el encantan los caramelos o cualquier otra chuchería; igualmente, se le pueden ofrecer juguetes, tiene predilección por el tabaco y, como muchos otros, por el aguardiente.
En este orden de ideas, es usual que le sean ofrecidas bolitas de maíz con guayaba y miel. Aunque pueda sonar contradictoria, debido a la descripción que se hizo sobre su carácter, dentro de la religión yoruba es considerado como una entidad de gran sabiduría, y su lugar ideal está en la entrada de los hogares, por lo que siempre sabe todo lo que se avecina.
Puede vaticinar la llegada de problemas, como el padecimiento de algunas enfermedades y otros peligros que amenacen a las personas que se encuentran dentro de su camino. Por su carácter guerrero, protege el hogar y a el puede acudirse en caso de precisar alguna orientación en los negocios.
Entre sus herramientas se encuentran una olla con algunos caramelos o dulces, dinero y tres pequeños machetes, de los cuales se sirve para defender los limites de la casa. A sus seguidores se le recomienda ofrecer limosnas y alimento a los infantes que se encuentran en la calle, todo ello para obtener su buen favor.
Aye Iku Yere
Esta frase, cuyo significado está indeterminado, se relaciona con una historia mítica de la mitología yoruba. Algunas fuentes y materiales consultados para este trabajo indican que la frase hace referencia a una caja fuerte que esconde y protege el dinero y las riquezas.
En este sentido, la historia antes referida narra que en la tierra del dinero, u owo ase en la lengua yoruba, vivía Owolabi, cuyo significado también hace referencia al dinero, pero que, de acuerdo a nuestra apreciación era una persona o ente que vivía en aquella ciudad y que servía a Oshun.
Owolabi, el personaje de esta leyenda vivía con mucha ansiedad y temor, debido a que creía que en cualquier momento, cualquier de las personas con las que se relacionaba iban a robarle sus bienes y riquezas, que guardaba de forma celosa.
Por su relación con Oshun, recibía sustento de esta deidad y, por supuesto, dinero, el cual guardaba de forma celosa, tal y como fue expresado en el párrafo anterior. No poseía amigos de verdad, y el trato que recibía estaba influenciado por su relación y cercanía con Oshun, es decir, le contactaban por interés, lo cual alimentaba aun más su condición de paranoia.
La riqueza o dinero que Oshun le encomendaba y entregaba a Owolabi, era celosamente escondido por éste y esto impedía que el dinero circulase por Owo ase, lo cual impedía el desarrollo de la ciudad. Un día, cuenta la historia, que se le apareció una deidad comiéndole que oshun es dueña de la riqueza y que no le agrada la forma en la que vives y la desconfianza que tienes en las demás personas.
Owolabi explicó que esta desconfianza se debía al temor que sentía que cualquier persona le robara los tesoros por él protegidos y su fortuna, a lo que la deidad le responde que llevaba consigo un secreto: AYE IKU YERE, que iba liberarlo del temor que sentía, impidiendo que sus riquezas y tesoros fueran asaltados por terceros. (Ver artículo: Olorum)
La deidad le explicó además que debía acudir ante Ozain, quien poseía ordenes de consagrarle el secreto entregado. De acuerdo al relato, ese secreto consagrado liberaría un poder que podía ser utilizado para la protección de los tesoros.
Algunas versiones de este relato, señalan que Aye Iku Yere es una advocación de Eshú, conocido como camino dentro de la religión yoruba, y podemos inferir que está relacionado con al protección de las riquezas y tesoros. En el acto de consagración, Ozain, le entregó a Owolabi una calabaza, que fungiría como alcancía y dentro de la cual podría ocultar sus tesoros, sin el temor que puedan ser robados por terceros.
El cuento termina con una especie de enseñanza, ya que parte del dinero que Owolabi tenía retenido, fue hecho circular en Owo ase, lo cual redundo en beneficios para todos sus habitantes, que, con su circulación, comenzaron a prosperar.
¿Qué significa To Iban Eshú?
En la religión yoruba, y en cualquiera de los cultos que de ella se derivan, existen una serie de postulados o dichos, escritos originalmente en la lengua yoruba, que se han conservado y se han transmitido de generación en generación.
Estos postulados o dichos, tienen diversos significados, y son utilizados frecuentemente entre los creyentes y seguidores del culto yoruba, bien sea para saludar o despedirse, o para expresar deseos o acuerdo con la opinión de otra persona.
To Iban To Eshú, es una de esas expresiones comunes dentro de la religión yoruba y sus cultos derivados. En la investigación realizada para este artículo, se encontraron algunas explicaciones que intentan aproximar a su significado real.
Así, la primera explicación refiere que quiere decir “Así es o así sea”, y podría ser equivalente de “Amén” de lo católicos, pero entre los creyentes de la religión yoruba. En consecuencia, To Iba To Eshú, puede ser utilizada como expresión para desear que algo ocurra, mientra se pide algo en especifico a Eshú, o para favorecer los buenos deseos recibidos de un tercero.
Las expresiones y saludos es algo muy común en las religiones, así, en la religión islámica podemos colocar de ejemplo el conocido saludo Salam Ailekum, el cual es correspondido por la contraparte con la expresión Aleikum Salam.
La segunda, y última explicación encontrada, sugiere que se trata de una clase de juramento para conciliarse con el Eshú. De esta forma, expresa lo siguiente “Nunca más la suerte será alterada y estaremos juntos desde ahora en el nombre de eshú” o “todo terminado y estaremos juntos desde ahora, lo juro por eshú”.
Como se observa, la expresión denota el reconocimiento que tiene el Eshú dentro de la vida de cada persona, colocándolo como una deidad con la cual se puede superar cualquier obstáculo que se presente en el camino, y con quien además pueden obtenerse buena fortuna. (Ver artículo: Aina)
De cualquiera manera, sea cual sea la explicación que se adopte, resulta innegable la importancia que tiene la deidad analizada en estas lineas, dentro de la religión yoruba, no solo por haber sido creada en primer lugar, por encima a otras deidades, sino por su función de guías espirituales y abridores de caminos para las personas que protegen.
Eshú, es asociado siempre a la buena suerte, y cuando una persona se inicia y adopta uno de sus caminos, siente la seguridad que en su compañía no habrá escollo que no pueda ser superado y la buena fortuna en todos los aspectos de la vida, será una cuestión de tiempo.
Relación entre Pomba gira y Exu
Exu es una de las tantas denominaciones que se asocian con la noción de Eshú. No obstante, esta denominación está relacionada con cultos derivados de la religión yoruba, entre los que destaca la quimbanda. Es sabido que este culto religión tiene a la figura de los Exu como espíritus masculinos que tiene la capacidad de ver y apreciar todo, estar en todas partes, por servir tanto en el plano astral, como en el material.
Exu, bajo este culto, también cumple la misión de servir como mensajeros de los orishas, encargándose además de cuidar las riquezas materiales, las almas perdidas y velar por el cuidado de sus protegidos. Igualmente, se encargan de controlar al karma, colocando en el camino de las personas diversas tentaciones, con la única intención de servir como escarmiento y permitir que el individuo pueda regresar al camino correcto, corrigendo sus fallas y errores.
Fungen como protectores y guías de las personas que se inician en la quimbanda, y como sucede en el culto yoruba, son asignados por los sacerdotes o quimbanda de aquella religión.
Ahora bien, dentro de la quimbanda y otros cultos conexos, donde Exu es visto como una deidad masculina, existe una contraparte femenina, en este caso pomba gira. Así, cada uno de los exu tiene y va acompañado, necesariamente, de una pomba gira determinada.
La Pomba Gira es una deidad femenina relacionada con la fertilidad, la sexualidad y la feminidad. Normalmente su iconografía es bastante sugerentes, representádolas como mujeres exuberante y con grandes partes del cuerpo descubiertas, por lo que es común encontrar esculturas de Pomba Gira con el pecho descubierto.
Al igual que el Exu, existen muchas Pomba Gira, cada una de las cuales tienen unas funciones, poderes y carácter determinado, y normalmente van asociados a la vida terrenal que tuvieron, cuando pertenecían al mundo material. No obstante, es común que todas tenga una forma de ser relajada y libre de inhibiciones.
A pesar de su espíritu libre y travieso, sus comportamientos no suelen rayar en la obscenidad, simplemente son seres que tratar de exaltar los aspectos característicos de la feminidad. Cuando se acude a ellas, sus seguidores o creyentes, deben igualmente hacer alguna ofrenda, y deberá atender a los gustos que cada una tenga.
Es común montar altares en donde se le coloquen velas de un determinado color, frutas y licores variados, que van desde el aguardiente hasta el vino tinto.
Relación entre Eshú y Sigidi
Antes de explicar brevemente la relación entre Eshú y Sigidi, resulta importante conocer quién o qué es Sigidi. En este orden de ideas, Sigidi, también denominado como Sugudu o Sisiriku, es una deidad relacionada con las pesadillas y el daño.
De acuerdo a los trabajos consultados, esta deidad de las pesadillas tiene una condición temporal, todo dependerá de la finalidad para la cual fue invocada. Las personas suele acudir a ella con el objetivo de causar un daño a algún tercero, razón por la cual se le asocia como una deidad vengativa y lleva a cabo su labor sin, aparentemente, comprometer a quien le pide su intervención.
Muchas de las fuentes consultadas lo relacionan con la comisión de asesinatos a terceras personas, colocándose sobre el pecho de las mismas o apretando sus cuellos, impidiéndole la respiración, durante la noche, cuando sus víctimas se encuentran indefensas. Ahora bien, si sobre su posible victima hay una especie de protección, Sigidi no podrá cumplir con su objetivo y desaparecerá.
Asimismo, esta deidad también ha sido relacionada con la protección de los bienes y riquezas. Así, las personas suelen acudir en su ayuda, con la finalidad de proteger determinados bienes de valor, sobres los cuales Sigidi ejercerá férrea protección e impedirá que cualquier tercero se acerque con la intención de perjudicar o dañar el objeto dejado a su protección.
Las consecuencias para aquellos que intenten acercarse a los objetos protegidos por esta deidad podrían ser fatales. Tal y como habíamos señalado al principio de esta sección, su existencia no es permanente, simplemente está encomendado a una labor en especifica que, luego de ser cumplida, Sigidi desaparece.
Este último aspecto, resulta ser un elemento diferenciador entre esta deidad y Eshú, el cual si tiene una condición de permanencia importante, al ser una deidad que hace un acompañamiento a cada uno de sus protegidos desde su iniciación y hasta el fin de sus días.
Su representación es bastante diversa, y algunas de ellas lo hacen a través de animales llenos de clavos y cuchillas. Asimismo, también es representado en la forma de una mujer embarazada, cuando la misión encomendada sea la de proteger a una mujer en estado, o cuidar la casa donde hayan niños y mujeres conviviendo, actuando como ángel protector y liberando a sus protegidos de cualquier mal exterior.
Cuando la labor encomendada sea la de atacar a otra persona, su labor la ejerce durante la noche, mientras su victima duerme y para ello, el mandante debe permanecer despierto, hasta que la encomienda sea ejecutada. Se dice además, que posee un pequeño grupo de entes malignos a su disposición para ejecución de sus trabajos.
Conclusiones finales
Como cierre a este artículo, consideramos adecuado realizar un recuento que permita dar unas conclusiones que cierre la idea general de éste trabajo. Así, se debe tener presente que Eshú fue la primera deidad creada por Olodumare, máximo dios de la religión yoruba, por lo que su importancia dentro del culto no tiene ninguna discusión.
De la misma manera, Eshú es considerado rey de los caminos, no solo dentro del culto yoruba, sino en los cultos que de el se han derivado. Como rey de caminos, a él debe acudir todo iniciado en la religión, con la finalidad de obtener para sí un guía espiritual.
Asimismo, cada Eshú que recibe los iniciado son un camino diferentes, con una advocación diferente que, al mismo tiempo, poseen poderes, características y ofrendas diferentes, que deben ser conocidas por el iniciado para poder darle la atención adecuada.
Por último, la atención del Eshú requiere la presentación de ofrenda y, en muchos casos, el ofrecimiento de sacrificios de algunos animales, situación que ha generado críticas a lo largo de los siglos y han ocasionado la persecución de los seguidores de esta religión.
Actualizado el 16 abril, 2024