La Orisha Yewá, representa la soledad de la muerte, oscura como la penumbra que se sitúa en los rincones al caer la noche. Es una virgen y anciana solterona que vio pasar su vida detrás de las ventanas polvorientas, preñada sólo del olvido y de los sueños rotos. Solitaria como un espíritu que trashuma entre las ruinas de los camposantos y tumbas desatendidas. Descubre en este interesante artículo el significado de esta Orisha que habita en los cementerios y los sarcófagos, que en yoruba por ironía significa “madre nuestra”.

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Yewá como Orisha

En la religión yoruba Yewá es una orisha que quiere expresar divinidad, en la santería sincretiza con Nuestra Señora de los Desamparados, patrona de Valencia, España, es la Virgen de Monserrate y Santa Clara de Asis.

Esta deidad es la dueña y encargada del camposanto y fuertemente vinculada a la muerte. Los ritos realizados a esta deidad corresponden al reino de Dahomey que quiere decir un antiquísimo Estado de origen africano, que se distinguió por ser una tropa de mujeres que funcionaban como soldados y habitó en Egwadó. Mora dentro de los cementerios y es la encomendada a trasladar a Eggun que son las almas a Oyá, que quiere decir llevar los espíritus de los ancestros a la deidad que también  sincretiza con la Virgen de la Candelaria y Santa Teresa de Jesús. Tiene como atracción danzar sobre las tumbas de los muertos, su nombre se origina del vocablo Yoruba Yewá que quiere decir: Yeye: Madre y Awa: Nuestra.

¿Quién es Yewá?

Yewá o Yegguá es una Orisha que personifica la soledad, la limitación de las emociones, la pureza femenina, la virginidad y la infecundidad. Es la patrona de la sepultura, se encuentra siempre entre los sarcófagos y los cadáveres que están en la sepultura. Esta deidad es venerada especialmente en las casas de Santiago de Cuba, donde la ven como una Orisha y sus hijos disfrutan de gran privilegio porque son vistos como adivinos y se conservan en austeridad. No es recomendable que se desnude delante de esta deidad, tampoco se pueden tener pasiones o peleas, actuar con violencia o asperezas, tampoco deben de levantar la voz. Siempre carga consigo un otá, que quiere decir piedra, que generalmente es de color oscuro y se encuentra en el monte o cerca de los camposantos, además lleva encima 9 piedras color rosadas.

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La Orisha Yewá es la encargada de descomponer el cuerpo humano. Se le atribuye que posee una gran sabiduría. El animal que actúa como mensajero de esta deidad es la lechuza. Yewá posee un secreto que es que agarra las dos patas traseras de la chiva que se le ofrece y que luego que se limpian muy bien y se colocan en forma de cruz, se adornan con cuentas color rosado, coral y caracoles. También tiene otro secreto que es una cazuela pequeña que contiene dentro de ella tierra del camposanto, la que se extrae solamente cuando se le va ofrecer alimentos y mora dentro de esta cazuela. Yewá sólo debe de alimentarse por las noches y cuando ella lo solicita, así como también sus ritos deben de efectuarse por las noches. En el caso que no desee comer, se le coloca en frente de ella un plato que contiene siete pedazos de coco.

Las personas que veneran a Yewá la colocan en lo alto sobre un altar que está adornado con una hermosa cortina y con nueve cintas de distintos colores que deben medir 3 pulgadas de ancho. Además tiene como adorno 2 Iruke que son rabos de caballos blancos, y cuatro kashas que son agarraderos, dos para las manos y dos para los pies que tienen broches para amarrar y que se utilizan únicamente en caso de enfermedad. Posee dos abanicos con plumas de lechuza.

Cuando Yewá desciende a la tierra, los hombres deben de dar la vuelta de espalda mientras tanto ella se lave su rostro, que es el momento que se despoja de su velo que lleva cubriéndose la cara. Yewá es una anciana que se considera que guarda la virginidad, es casta y le prohíbe a sus hijos que comercialicen en el aspecto carnal. Las personas que la asisten deben ser mujeres viejas, vírgenes o mujeres que no queden embarazadas.

Fecha de Celebración

La festividad en honor se celebra el 30 de octubre, y el número que le corresponde es el 11 y sus múltiplos. El color que la simboliza es el tono rosado.

Historia de Yewá

Cuentan que en las extensiones del cosmos, existía un hermoso palacio de cristal, donde todo era antiguo y luminoso. En este majestuoso palacio moraba Obatalá, quien usaba una túnica de color blanco, quien se sentía orgulloso de la hija Yewá, porque su belleza era como el amanecer de una mañana en primavera, poseía una risa alegre que sonaba como si fuera un arroyo, sus ojos eran tan brillantes que parecían un par de luceros, que era el símbolo de su pureza y virginidad.

Se dice que Yewá jamás había tenido la oportunidad de ver algún hombre, el sentir amor hacia un masculino le había sido prohibido por su padre, debido a que éste tenía la creencia que su destino estaba marcado por lo que indicaba el oráculo.

La joven Yewá no pensaba en asuntos del amor, y vivía alegre y feliz, era la encargada de cuidar un jardín hermoso donde llegaban los pajaritos a completar la belleza con sus cantos, y emergían de las plantas unas hermosas flores rojas que hacían compás con el verde vivo del follaje de las matas, las rosas abrían sus pétalos como si eran acariciadas por las manos de Yewá. Todo a su alrededor era paz y tranquilidad acompañado con el tono espectacular anaranjado de los árboles flamboyanes y el color amarillo de otros árboles, y las demás plantas que conjugaban las ramas de los árboles y distintas flores que el lugar daba un aire de un maravilloso paraíso semejando una fantasía entre los rosales con intensos colores entre violetas, rojos y rosados.

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La popularidad de la hermosa joven no se hizo esperar, transcendió los limites del castillo y fue cuando le contaron a Shangó, siendo el más mujeriego de todas las entidades. Al enterarse que había una joven que se guardaba virgen y pura, se propuso que la conquistaría, y enseguida se fue a enamorarla, la vanidad del hombre seductor no la pudo aguantar. Éste desobedeció lo que le había dicho Elegguá, quien le indicaba que no fuera a quebrantar la paz espiritual que existía en el palacio sagrado de Obatalá.

Shangó se fue como si fuera un rayo veloz al palacio y cuando arribó observó unos enormes muros que rodeaban el palacio. Subió hábilmente hasta lograr alcanzar a lo más alto que tenia la pared, y no vio a ninguna joven de la que le habían comentado, solamente alcanzó ver unos hermosos loros con llamativos colores que volaron y gritaban en señal de alarma porque veían un intruso.

De manera inmediata, el jardín que parecía estar dormido comenzó a despertar, se escucharon los cantos de los pájaros, las fuentes de aguas arrojaron gotas a las flores que empezaron abrir sus pétalos para que la mujer más bella que habitaba en el lugar se sintiera honrada, a lo que Shangó quedó impactado por tan semejante hermosura que jamás en su vida había visto, la espectacular joven con su belleza dejó sin aliento al hombre, era una princesa con un traje color rosado, su larga y brillante cabellera rizada era capaz de paralizar el corazón al hombre. El hombre impactado con la espectacular femenina que veían sus ojos,  a lo que Shangó le exclamó: “Mujer, mírame, quiero ver tus ojos”

Yewá también al ver al hombre se quedó paralizada, el corazón le latía sin parar en su pecho inocente y casto. En su vida había oído la voz de otro hombre que no fuera su padre. Ella enseguida pensó que voz tan profunda, varonil, con claras entonaciones, la voz le llegó a lo más profundo de su espíritu que de inmediato despertó los sentimientos dormidos que no podía creer que pudiera sentir.

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Shangó, siendo experimentado e insistiendo le volvió a pronunciar: “Mírame”, a lo que Yewá volteó su mirada atraída por la voz y la tentación. Las miradas de los dos se quedaron prendidas la una de la otra como si fuera una eternidad, hasta que ella se asustó por lo que había sucedido, se dio vuelta y comenzó a correr para entrar al palacio de cristal, Shangó viendo que ella huía la llamaba pero no logró que le prestara atención, por lo que entendió que no volvería a ver a la hermosa joven.

La hermosa joven fue asustada y avergonzada a los pies de Obatalá, y le dijo: “padre le he visto el rostro a un hombre, y me he enamorado de él”. El padre sintió como si le hubiesen pegado, porque su hija que estaba destinada a la pureza la había perdido. La joven continuaba con su rostro ruborizado en señal que sentía pena. Su padre angustiado comprendía que debería de castigar a su hija. A lo que le preguntó a su hija: “Cual sería tu castigo Yewá?”. Ella con su inocencia le contestó: “Llévame a un lugar muy lejos, donde no haya la presencia de ningún hombre que pueda verme. Mandame a un terreno distante que nadie le guste ni quiera visitar”

Fue entonces a partir de ese momento que Obatalá la designó como reina de los muertos, para que habitara en el camposanto apartada de todos los seres vivos y que no estuviera al alcance de ninguna tentación, es la razón por la que Yewá vive en los panteones, y tiene como preferencia vivir oculta dentro de los ataúd para resguardarse de que no la vea ningún hombre.

¿Cómo es su collar?

Los elekes se refieren a collares que tienen la función de representar al orisha y éste lleva los colores simbólicos de cada uno de las entidades, todo depende del santo, estos varían de acuerdo a los tonos y diseños pero su objetivo fundamental es estar alineados con la religión y su significado que cada collar posee.

Al referirnos al collar específico de la deidad de Yewá, éste está diseñado con colores de tonalidades rosado, rojo o coral que debe ser el original y azabache. Este collar es simple y el número que lo representa es el 11 y otras veces el número 4. Los collares de esta entidad están fundamentados en cuentas opacas de color rosado. Otros collares se elaboran con dieciséis cuentas de color rosado, cuatro cuentas de color negro, una cuenta de color rosado y un azabache, que debe seguir esta misma secuencia hasta quedar elaborado. También existen otros diseños que llevan cuentas de color rosado, cuatro cuentas de color rojo y una cuenta original y se le intercala un azabache.

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¿Yewá se corona?

Yewá es un espíritu precioso y purificado, fue la única descendiente de Baba Oduduwa, ella siempre se guardó en la virginidad, por lo que no puede tener hijos directos coronados en Osha. Yewá se mantuvo durante toda su vida virgen y de hecho falleció pura, por esta razón no tiene hijos y tampoco se corona.

La orisha Yewá se conoce como la deidad más celosa que pudo existir. Siente profundo amor por sus hijos vírgenes, razón por la que en sus oraciones Yewá le quita a las parejas de sus hijos o hijas de una manera siniestra. Se recomienda que se debe estar bien con la Orisha Yewá en cuanto al tema de sus hijos, se debe de cuidar, consentir para que esta deidad consienta que su hijo y éste pueda poseer pareja a su lado. Sin  embargo, a sus hijos jóvenes como es Omo Shango, y que Yewá fue su madre como Orisha, no debe de invocarla porque se resiste en auxiliarlo y al contrario le espanta a sus parejas en el tema del amor.

Descendencia de Yewá

Esta deidad es hija de Obatalá y Oduduwá, es hermana de Oyá y Obbá, fiel compañera de Babalú Aye, siempre se mantuvo pura y casta.

Característica de los hijos de Yewá

Los hijos de esta deidad cuentan con una característica que los distingue por su don de mando, las mujeres tienen la particularidad de que se exigen a sí mismas, así como a las que están a su alrededor. Tienen una moral intachable, no les agrada ni buscan relaciones donde no exista seriedad. Generalmente poseen dones de médium y clarividencia que se debe a la conexión que hay entre su orisha que lo tutela y el mundo espiritual.

Obsequios que se le dan a Yewá

El alimento favorita de esta orisha como ofrecimiento es el pescado fresco adornado con tomates, gofio con pescado y bolitas de maní. Igualmente se debe consagrar con animales que deben ser jóvenes, hembras y que conserven su virginidad como las chivas pequeñas, palomas y las gallinas de guinea. A Yewá también se le puede ofrendar con albahaca morada, tamarindo, uva, con la planta medicinal conocida como yerba de garro y con flores del árbol framboyán, los geranios, flor del cementerio, el alcanfor, y la artemisa. (Ver Artículo: Osanyin)

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Las ofrendas que se le dan a Yewá deben de presentarse dentro de una cesta que generalmente es tejida en ramas, la que está tapizada con hermosas telas de color rosado y rojo. Esta cesta se lleva a una casa pequeña y dentro de su aposento se coloca en una habitación que esté cómoda y sobretodo que esté bien sellada, y no que esté cerca la presencia de Oshún.

Vestimenta que usa Yewá

A esta Orisha le agrada que sus trajes sean de color rosado, y lleva un cinturón ancho que se lo colocan en la cintura, así como en su cabeza es adornada con una hermosa corona decorada con distintos caracoles.

Oración 

Como toda deidad de la cultura yoruba, posee su propia oración, que a continuación se la describimos:

Yewá Ale olu ologbo suje odu kala Olula Agbo luduou dogo sodi.

Yeguá orí masó ohí kara okú olá yoko ada babá.

iba yeyé Ogún ode, Ogún odo ilé aguá are olokoleri.

ilé tutu aña tuto anto da ofún ori ma guá. Ayó.

Todo sobre su tratado

Yewá es la Orisha de las aguas, y también conocida como la diosa del rió Yewá, es una santa batalladora, fuerte y valerosa. Sus trajes son de color rosado y roja, en su mano lleva una espada, y su cuello lo tiene adornado con un hermoso collar tejido con paja y decorado con caracoles que le atraviesa el pecho.

Yewá representa ser una de las Orishas más hermosas, le fascina alimentarse con pato y aves como las palomas. En la ciudad de Bahía es adorada únicamente en tres viviendas antiquísimas, esto se debe a que sus rituales son complicados. Las últimas generaciones no comprendieron las preparaciones debidas para poder desarrollar su ritual, lo que hace que siempre suceda que una persona elabore un ritual para Yewá y lo que realmente hace fue un ritual para Oxum u Oyá. La ignorancia a veces se inicia por el desconocimiento de asuntos sencillos, tal como viene a ser como la ropa que debe usar, las armas y símbolos que lleva en sus manos, canciones y bailes.

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La deidad Yewá lleva consigo Ofa que se refiere a un arco o flecha que usa en los momentos que va a batallar y también las usa en labores de caza. Es muy importante que en su ritual es necesario que tenga el iko  que es una cazuela, especialmente que sea de paja.

 

Lo más ewo -prohibido- que tiene Yewá es el ave como la gallina. Cuenta la leyenda que narran en distintas viviendas antiquísimas de Bahía a donde adoraban a la deidad de Yewá, que al terminar de lavar su ropa en el río, colocó todo su ropaje que estaba húmedo sobre una grama para que se secara con el sol y el viento, en eso se acercó una gallina que andaba cerca del lugar, y comenzó a escarbar con sus patas todo lo que encontraba en su camino, y en parte de lo escarbado había basura que inocentemente la gallina le arrojó a la ropa que estaba limpia. Yewá al observar lo que había hecho el ave, volvió a lavar la ropa de nuevo, ella sintió mucho enojo y comenzó a pronunciar palabras dañinas y maldijo a la gallina, inclusive le exclamó al ave: “desde este día en adelante quedarás con las patas abiertas que no comerás ni tu misma ni comerán nunca tus propios hijos”. Esta es la razón que durante los rituales que se celebran a Yewá, no debe estar cerca ni siquiera asomarse ni pasar por la puerta a donde se hace el ritual.

También existe una historia sobre Yewá que cuenta que estando en Nigería en Abimbola, relatan que la deidad se encontraba a las orillas del río con una igbá vasija de ropaje que iba a lavar, en eso divisó a cierta distancia la presencia de un hombre que venía corriendo hacia ella. Se trataba de Ifá que venía horrorizado escapando de la muerte, en eso pide socorro, Yewá que lo escucha esparció toda la ropa en el suelo, colocó la vasija boca abajo encima de Ifá, y acto seguido se sentó sobre la vasija. En eso llegó la muerte preguntando si por casualidad había mirado a un hombre y le dio las especificaciones de él. Con la honestidad y sinceridad de Yewá le responde que sí lo vio, pero que ese individuo se había ido caminando río abajo, fue cuando la muerte siguió su huella. Cuando la muerte fue en su búsqueda, Ifa salió que estaba escondido en la vasija y de Yewá y se lo lleva con ella a su casa, cuentan que se esposaron. (Ver Artículo: Iyanifa)

Para hacer la preparación de la taza de Yewá, se debe de asistir con Elerí y Canilla de Mokekeré (muchacho) que representa a Ikú y las Okutá a Yewá que se refiere a la muerte, piedras, y se procede a encontrar en el osario -lugar a donde se entierran los huesos en el cementerio-, un cráneo y enseguida se le hace la pregunta a Yewá si es ella. Una vez que se halla, se le entregará acompañada con un pichón.

En la vivienda que va a recibir a Yewá se tiene un espacio preparado donde debe estar una vela encendida, el padrino Babaláwo le orará el Oshe Bile de Egún y los símbolos Méyi  que es un anciano. Esta cultura se tiene la creencia que cuando un descendiente de Yewá está enfermo se le da para que coma Eyebale que es el sacrificio de un ave, ésta se arroja adentro de una vasija especial y se le añade vino tinto y se le da a tomar para proveerlo de energía y se llene de salud y bienestar.

Para poder saludar a Yewá, se debe utilizar un secreto conocido como Koto que se hace con dos cráneos femeninos que están junto a un vara de caña brava, dentro de la vara o canuto, se carga un OmóTitun que es un embrión, a estos cráneos se les coloca un parche de cuero de chiva que previamente fue ahorcada en el mar, en la boca se les coloca una faja elaborada con caracoles, y esto se usa para llamar a Yewá y saludarla. Este instrumento se cuelga en el cuello de la persona que va a tocar los tambores que tocaráa con ambas manos los parches para que resuene. Esta deidad se caracteriza por su saludo especial que se le entona delante su presencia como: ¡Maferefún Yewa!.

¿Cuáles son los caminos de Yewá?

Yewá cuenta con varios cambios como Orisha, y todos se asocian con el aspecto de la muerte. Los más significativos son: Ibú Adeli Odoobi, Ibú Akanakán, Ibú Averika Oyorikán, Ibú Osadó, e Ibú Shada. Entre estos el más conocido es Yewá Binoyé que es el que se refiere cuando moro en Egwadó en el plano físico terrenal, fue para ese entonces una poderosa princesa; y la corona de caracoles que le adorna su cabeza, le hace recordar esta parte de su vida.

Otros datos sobre Yewá

El objeto primordial para Yewá es una campana grande que adentro posee otra campana más pequeña, estas campanas son de metal y su color debe ser blanco o plateado. También existen otros artículos que le proveen poder a Yewá como son 9 escudos con forma de triángulo, 9 figuras de ángeles que deben ser de color plateados, 22 formas de esqueletos en metal, 1 hueso de eggún, 1 hueso de lechuza,  o 1 mano de caracoles. Es de suma importancia resaltar que a esta Orisha le desagrada actos de hostilidad.

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Actualizado el 16 abril, 2024