Se conoce como Acrópolis a las antiguas ciudades griegas edificadas en lo más alto del territorio y la Acrópolis de Atenas es la más representativa de todas, por sus impresionantes reminiscencias arquitectónicas y escultóricas, testigos de un pasado de esplendor y poderío. Aquí podrá conocer su historia, arquitectura y atractivos turísticos para los visitantes.
Sobre la Acrópolis de Atenas
En la capital de Grecia se encuentra uno de los más grandes tesoros del planeta, nos referimos a la Acrópolis de Atenas, que destaca por ser símbolo de una era grandiosa de fuerza y esplendor arquitectónico, del cual aún hoy podemos disfrutar.
Como sabemos, la Acrópolis de Atenas fue declarada como patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el año 1987, por los grandes y prodigiosos vestigios que encierra entre sus murallas, los cuales son testigos de una época histórica importante para el género humano, en virtud de los acontecimientos que allí sucedieron.
La Roca Sagrada, como también se conoce a la Acrópolis, es el monumento más relevante de esa ciudad. En ella se mantiene en pie el famoso Partenón, como recordatorio de un apogeo luminoso rodeado por la nueva Atenas y que constituye un hito arquitectónico clásico, visible desde cualquier punto de la ciudad.
La Acrópolis es uno de los lugares más concurridos por los visitantes, tanto locales como foráneos, atraídos por lo que fue la monumentalidad de sus edificaciones y por conocer de primera mano la herencia épica que nos ha legado el pueblo de Grecia. En la Mitología maya podemos encontrar monumentos con similares características.
Ubicación
La Acrópolis se ubica sobre una meseta de piedra caliza, una roca sedimentaria de mucha resistencia, que ha permitido que la ciudad se haya mantenido por tanto siglos. La meseta mide unos 270 metros de longitud y 85 de altura y se halla a 156 metros sobre el nivel del mar, aproximadamente.
Esta privilegiada localización fue reservada a los templos sagrados de la época de la Grecia Clásica, transcurrida entre el siglo V a. C. y comienzos del siglo IV a.C., permitiendo a sus habitantes vigilar todo movimiento que se produjera en la parte baja de la ciudad. Esa fue la época en la que el mundo griego se consolidó como potencia, a pesar de la pugna entre dos rivales locales, como lo eran Atenas y Esparta.
La construcción de la Acrópolis fue ordenada en la Atenas antigua por Pericles, quien fuera un importante abogado e influyente estadista griego y, además, precursor de la democracia ateniense.
Él estuvo encargado de llevar a cabo esta magnífica obra, la cual fue ejecutada específicamente en la segunda mitad del siglo V a. C., junto a un grupo de artistas excepcionales, quienes transformaron bajo la tutela y dirección del famoso arquitecto y escultor Fidias, una colina rocosa en un extraordinario emporio arquitectónico y artístico, del cual contamos hoy con sus restos como evidencia de una era histórica de esplendor.
La Acrópolis se ha mantenido estática en cuanto a su estructura global durante los últimos 2.500 años. No obstante, hemos de acotar que todos los monumentos que alberga la Acrópolis han tenido que sobrevivir estos siglos a invasiones, terremotos, incendios, guerras y bombardeos.
Incluso no ha escapado de saqueos y vandalismos como el efectuado por Thomas Bruce Elgin, diplomático y arqueólogo británico, quien fue embajador de su país entre 1799 y 1803 en Turquía.
Hoy se le recuerda, pues cuando debía regresar a su país despojó a la Acrópolis de algunas de sus esculturas para llevarlas consigo. Ordenó que se arrancaran columnas y la decoración escultórica, la cual tuvo que cortar en partes para poder trasladarlas hasta Inglaterra, en donde las vendió luego al Museo Británico, que aún las exhibe bajo el nombre de los Mármoles de Elgin.
Hubo que realizar enormes trabajos de restauración de los monumentos, los cuales todavía se llevan a cabo, para solventar en la medida de lo posible los destrozos ocasionados. En la Mitología japonesa se encuentran otros ejemplos de monumentos que son iconos históricos.
Características
La Acrópolis de Atenas está conformada por siete grandes monumentos, cada uno de los cuales en sus inicios constituyeron obras arquitectónicas y escultóricas de mucho valor, que aún hoy se pueden apreciar como verdaderas obras de arte. Estas obras son:
- Propileos.
- Pinacoteca.
- Templo de Atenea Niké.
- Partenón.
- Erecteion.
- Casa de las arréforas.
- Estatua de Atenea Promacos.
El acceso a la ciudad se hace a través de los Propileos, que son las puertas monumentales que dan la bienvenida a la Acrópolis. Al ingresar se encontraba tiempo atrás una gran estatua de Atenea Promacos, ubicada en el centro del recinto. A la derecha y de manera frontal se localiza el Templo de Atenea Niké.
También de ese lado se encuentra el Partenón, en el que se alojaba la estatua crisoelefantina de Atenea Partenos, elaborada con oro y marfil, razón por la cual a veces se le llama Templo de Atenea Partenos.
A la izquierda y al final de la ciudad se puede apreciar el Erecteión, que incluye un entablamento sostenido por seis Cariátides, que son figuras femeninas esculpidas en columnas sobre cuyas cabezas descansa la cubierta del templo. A continuación se encuentra la Casa de las Arréforas.
En la ladera sur de la meseta se encuentra el Teatro de Dioniso que es al aire libre, donde estrenaron sus obras grandes artistas de la época, como por ejemplo el comediógrafo griego y principal exponente del género cómico Aristófanes y los grandes poetas trágicos Sófocles y Esquilo.
Historia
La Acrópolis de Atenas se construyó como fortaleza en el siglo V a. C., tras haber finalizado los conflictos con los persas del año 479 a. C., quienes destruyeron completamente la ciudad. Su reconstrucción fue impulsada por Pericles, junto con el famoso arquitecto y escultor de la época, Fidias, con la idea de contar con una fortaleza militar para futuras confrontaciones bélicas.
Es así como se erigió la ciudad sobre las ruinas que quedaron después de esta guerra, con la dirección acertada y visión del gran talento de Pericles y Fidias, precursores de la democracia ateniense.
Históricamente la Acrópolis data como fortaleza militar del período Neolítico, también denominado Edad de Piedra Pulida, que comprende del año 6000 a. C. hasta el 3000 a. C.
En virtud de su excelente posición con una visión completa de todo el territorio alrededor y del mar, la Acrópolis de Atenas fue centro de liderazgo, de poder y muy pronto se convirtió en un centro religioso, por la gran cantidad de fieles de la diosa Atenea que allí se asentaron para su adoración. También sirvió de zona residencial hasta el siglo VI a. C.
A partir de esa fecha se declaró, mediante un oráculo, que la Acrópolis fuera provincia solo para los dioses, por lo que el pueblo tuvo que abandonar el área. Allí se construyeron entonces durante el período clásico, entre el año 450 y el 330 a. C, los tres más importantes templos de la civilización griega como fueron el Partenón, el Erecteión y el Templo de Niké, sobre las ruinas de los templos anteriores.
Los tres monumentos fueron dedicados a honrar diferentes cualidades de la diosa Atenea, quien era la patrona de la sabiduría. De acuerdo con lo que señala la mitología griega, ella era hija de Zeus, que nació de su frente siendo una persona adulta, en virtud de que Hefesto, que era dios del fuego, de los herreros, artesanos y de los metales, le tuvo que abrir la cabeza con un hacha para sanarlo de los fuertes dolores que sufría. Por otra parte, Atenea fue la diosa de la artesanía y de todas las artes.
Pericles, quien como ya señalamos fue el creador de la democracia ateniense, la reconstruyó y gobernó por 30 años en la denominada Edad Dorada, que transcurrió del año 479 al 449 a. C. En ese tiempo se levantó la mayoría de las grandes edificaciones y monumentos de la Acrópolis, constituyéndose en la forma como se ha conservado hasta hoy.
Fue desde ese mismo momento un gran logro de la escultura y arquitectura de la Grecia clásica del siglo VI, antes de la era cristiana. Los restos que observamos hoy en día reflejan cada uno de los períodos de Atenas, a través de los cuales sabemos que ha pasado por muchas vicisitudes y etapas difíciles y contradictorias.
Atractivos turísticos
Como atracción turística, se le denomina la “ciudad alta” por su elevada posición, gracias a la cual puede ser vista desde cualquier sitio de la ciudad de Atenas y porque, como hemos dicho, en la época de conflictos desde ella se podía vigilar al enemigo y así llevar a cabo su función de protección y defensa del pueblo y de los templos allí erigidos, que fueron además espacio de refugio y culto.
Muchas fueron las devastaciones y saqueos que sufrió la ciudad con el paso de los siglos, no obstante, luego de la declaración de la independencia de Grecia en el año 1821, las ruinas que se conservaban pudieron comenzar a ser restauradas.
Al visitar la ciudad, se contemplan los restos de una época de esplendor arquitectónico, los cuales hacen volar nuestra imaginación para volver a ese pasado remoto y percibir la magnificencia de la antigua Grecia.
Arquitectura de la Acrópolis
Entre los monumentos arquitectónicos, encontramos siete grandes obras principales que se erigen actualmente dentro y a los lados de esta ciudad, como vestigios de la era de apogeo griego. Estos son:
- El Partenón.
- El Erecteión.
- Los Propileos.
- Pinacoteca.
- El Templo de Atenea Niké.
- Casa de las Arréforas.
- Teatro de Dioniso.
Partenón en la Acrópolis de Atenas
Se trata de una imponente construcción de estilo dórico, que es el más antiguo de los órdenes arquitectónicos clásicos y que se caracteriza por la sencillez de sus formas, expresando robustez; ha sido creada para alojar a una colosal escultura de Atenea Partenos. Se construyó entre 447 y 432 a. C. y es el más importante de los monumentos de la ciudad, pues constituye símbolo de la belleza arquitectónica clásica.
Este monumento fue levantado sobre las ruinas que aún prevalecían del Prepartenón o Hecatompedón, que fue un templo de gran tamaño y de mucha relevancia en épocas anteriores, pero que a raíz de diversos enfrentamientos con los persas, resultó totalmente devastado.
Mide aproximadamente 70 m de largo y 30 m de ancho y estaba rodeado de columnas en todo su perímetro; a saber: 8 en las fachadas principales y 17 en las laterales; bordeaban todo el templo, dejando un pasillo para que circulara la población durante las celebraciones religiosas.
El friso de su estructura ilustraba la procesión de las Panateneas, este era el festival religioso más importante que se celebraba en Atenas.
La estructura del Partenón incluye dos salas: la oriental y la occidental, con entradas independientes en cada una de las fachadas opuestas del edificio. La sala oriental, que era la más grande de las dos, estaba dividida por columnas dóricas en tres naves o espacios internos. Esta sala alojaba la gran estatua de la diosa Atenea Partenos, hecha en oro y marfil, arte que se denomina crisoelefantina en el medio arquitectónico.
En la sala occidental se encuentran cuatro columnas de estilo jónico justo en el centro, este es el segundo de los órdenes arquitectónicos clásicos, cronológicamente hablando, que ofrecía líneas más estilizadas y abiertas que el dórico.
Este espacio se destinó para resguardar el tesoro de la diosa Atenea Partenos, de allí el nombre Partenón, que quiere decir la sala de las vírgenes. Su fachada principal se encuentra orientada hacia el oriente, que es por donde sale el Sol y concuerda con lo acostumbrado en las construcciones religiosas de la antigüedad.
En el área externa del templo se halla una escalinata que bordea toda la estructura y que consiste en tres escalones: los dos primeros inferiores son llamados estereóbatos, que según la terminología arquitectónica sirven de base y luego un escalón superior que se llamó estilóbato, que se refiere al punto alto de la base o plataforma del edificio.
En el frontón de la fachada oriental de la edificación, es posible apreciar algunas esculturas referentes al momento en que Atenea nace de la cabeza de Zeus. Mientras que la fachada occidental muestra la disputa por poder que existía entre Atenea y Poseidón para tener el dominio y control sobre la ciudad.
Lo novedoso que se reveló en ese entonces en el Partenón fue el empleo del friso interior colocado en todo el muro de la nave, lo cual nunca antes se había hecho en ningún edificio dórico como decoración.
El friso fue realizado con mármol proveniente del monte Pentélico, a 19 km de la Acrópolis y estaba formado por figuras en relieve: 378 humanas y 245 de animales, con las que se representaba la procesión de las fiestas de las Panateneas propias del lugar.
Estaba policromado e incluía metopas, que es una pieza rectangular de piedra, mármol o terracota como parte del friso de un entablamento o cubierta dórica, colocada entre dos triglifos, que son decoraciones de bajorrelieves y de color rojo. El frontón era azul y a las figuras se les pintaban los ojos y los cabellos.
De las 92 metopas originarias solo se conservan 19, algunas en el mismo templo y otras en el Museo Británico, ya que la mayoría fueron destrozadas en las numerosas ocasiones en que el edificio fue atacado por el vandalismo.
Las metopas del lado norte representaban la toma de Troya; las del este, la lucha de los dioses con los gigantes espíritus malignos; las del sur, ilustraban la centauromaquia, que fue la lucha de los centauros guerreros y las del oeste, la disputa entre Amazonas y griegos.
Erecteión
Es un templo de estilo jónico que fue construido entre los años 420 y 406 a.C., durante una tregua de paz en la guerra del Peloponeso, en Grecia. Se ubicó en el lugar más emblemático y sagrado de la Acrópolis, pues fue allí donde la diosa Atenea hizo florecer el primer olivo de las tierras griegas.
Su estructura está constituida por una edificación de planta irregular, en virtud del desnivel del terreno. Consiste en dos áreas que no se comunican entre sí.
Hacia el este está el santuario dedicado a la diosa Atenea, el mismo incluye seis columnas jónicas. En el oeste se hallan dos capillas para culto doble; a saber: una capilla para Erecteo y Poseidón y la otra para Hefesto y Butes.
Reemplazó al antiguo templo arcaico de Atenea que había sido destruido por los persas durante las Guerras Médicas, que fueron conflictos entre el imperio persa y las polis o ciudades griegas acaecidas entre 490 y 499 a. C., de las cuales resultaron victoriosos los griegos. Se denominaron guerra médicas, porque los griegos se llamaban así mismos “medas“.
Al acceder a estas salas se encontraba la fuente de la cual se dice que brotó agua salada cuando Poseidón dio un fuerte golpe con su tridente durante la pugna con Atenea.
Se incluye en la parte norte una stoa o estoa, que es construcción sencilla tipo pórtico cubierto de la arquitectura clásica, con una planta rectangular alargada y conformada por una serie de pilares, mientras que en la parte sur se encuentra la Tribuna de las Cariátides, que son las seis columnas con figura de mujer. Las mismas fueron hechas por Calímaco, quien fuera ayudante de Fidias.
Las Cariátides que se encuentran en el sitio, son copias de las cinco originales que ahora están en el Museo de la Acrópolis y de una sexta que fue arrancada en la época de los saqueos para llevarla a Inglaterra, actualmente se encuentra en el Museo Británico.
A los lados de este monumento, se adosó un friso que muestra imágenes escultóricas en mármol, montadas en placas de piedra cálcarea negra, que fue traída desde la ciudad de Eleusis, Grecia, específicamente para estos trabajos en la Acrópolis.
Por diversas causas atribuibles a los conflictos bélicos y actos de vandalismo, solo se conserva una de las lápidas de la segunda etapa de construcción. Dicha lápida registra la cantidad y los nombres de quienes trabajaron en esta obra, así como indicaciones sobre el pago que se les dio; el cual curiosamente, era el mismo tanto para el arquitecto como para los trabajadores: un dracma diario.
Propileos
Esta era la entrada monumental de la Acrópolis; se trata de una construcción que data del período 437-432 a. C., localizada sobre un terreno accidentado en el que quedaron los restos de los antiguos propileos de la época de Pisístrato, que habían sido destruidos en el año 480 a. C. por un incendio ocasionado por los persas.
Desde los propileos se podía ver la estatua de bronce de Atenea Prómacos y el Partenón. Tenían forma rectangular y sus columnas eran de mármol pentélico, de estilo dórico tanto las seis de la fachada exterior como las seis de la parte interior que daban acceso a las cinco puertas de las distintas áreas internas de la ciudad y a las dos alas laterales.
Fueron construidos por el arquitecto ateniense Mnesicles, quien tuvo que superar diversos obstáculos para su obra por la difícil situación del terreno y el poco espacio disponible, puesto que los debía levantar en el borde de la explanada superior de la Acrópolis, que era una pendiente.
En los Propileos se ubicaba un edificio central de forma rectangular que medía 18,12 m de ancho y 12,96 m de fondo y dos alas laterales. Comprendía las dos fachadas antes señaladas, formadas por las seis columnas que delimitaban las cinco puertas de acceso.
La puerta central era la más amplia, con 4,13 m de ancho y 7,38 m de altura, por la que entraban las procesiones de las Panateneas; estas eran actividades festivas de índole religioso, artístico y deportivo que se celebraban cada año en Atenas en honor de la diosa Atenea, patrona de la ciudad.
Entre las dos fachadas hexástilas (de seis columnas) había mucho espacio de separación que dificultaba sostener el techo con artesones de mármol, que eran estructuras cóncavas, poligonales con moldes y adornos, por lo que se incorporaron en el interior columnas jónicas de manera que se pudiera aprovechar mejor el espacio. Se mezclaron entonces en ese edificio los dos estilos: dórico y jónico, como en toda la Acrópolis.
En las alas laterales encontramos las edificaciones de la Pinacoteca y el Templo de Atenea Niké, dos estructuras de menor dimensión, pero igualmente importantes para la época.
Pinacoteca
Como sabemos, una pinacoteca es aquel espacio que ha sido destinado a la exhibición, primordialmente, de obras pictóricas, aun cuando se pueden incluir otro tipo de obras. El vocablo proviene del griego pínax que significa cuadro.
Este término se deriva justamente de la denominación del recinto que se encuentra en la Acrópolis, pues en Grecia de ese entonces era costumbre destinar un espacio situado en la entrada de un templo, donde se pudieran exponer diversas representaciones de los dioses.
Se ubicaba en el ala norte de los Propileos y fue la primera pinacoteca del mundo, donde no solo se solían guardar tablillas de maderas pintadas, sino también efectuar exhibiciones de las mismas.
Entre las pinturas que se exponían destacaba la obra del pintor griego Polignoto, del siglo V a. C., cuyas obras se hicieron famosas por las descripciones hechas por Pausanias, regente y general laconio, amante del arte; y por Plinio, quien fuera escritor, naturalista y militar.
Templo de Atenea Niké
El Templo de Atenea Niké se localiza en el ala sur de los Propileos. Su construcción, encargada al arquitecto Calícrates, se remonta al año 420 a.C. para conmemorar el triunfo de los griegos sobre los persas en la Batalla de Salamina.
Se levantó entonces esta estructura realizada en estilo jónico y en ella fue instalada la figura de la diosa Atenea Niké, que significa “Atenea Victoriosa”, como símbolo de la victoria. Según la leyenda, a esta se le cortaron las alas para que más nunca se fuera de Atenas.
Es una edificación que consiste en una naos o santuario de una planta casi cuadrada de 418 cm x 3178 cm, de un pronaos o pórtico de cuatro columnas y un opistodomos o espacio posterior del templo, en el que se encontraban cuatro columnas más, todas del estilo jónico. Además presenta un friso alrededor de todo el templo, que tenía una decoración sobre las Guerras Médicas e incluía los frontones dedicados a la diosa Atenea.
Más tarde en el 410 a. C. se agregó el parapeto del bastión o fortificación, en el que se pueden observar elementos ornamentales en relieves según el estilo arquitectónico de Fidias. Ejemplo de ello lo podemos notar en los pliegues de la ropa, perfectamente adaptados al cuerpo de las representaciones de las «victorias» en posturas cotidianas, tales como desatándose una sandalia o montándose en un carruaje.
Cabe añadir que en el período de 1936 al 1940, se efectuó una reconstrucción ejecutada por Nikolaos Balanos y Anastasios Orlandos con el fin de solventar problemas en la estructura.
La Casa de las Arréforas o Arreforión
Se encontraba en el lado norte de la Acrópolis, cerca de la muralla de Pericles. Era el sitio donde residían las arréforas, que era las jóvenes atenienses de familias nobles, a quienes se le instruía en ese sitio para tejer el peplo, una amplia túnica femenina sin mangas, que recibiría Atenea durante las Panateneas.
También aprendían a realizar un ritual para llevar algunos objetos sagrados hasta un santuario de Afrodita y Eros, en la ladera norte de la Acrópolis durante una procesión nocturna.
El edificio tenía una planta cuadrada de 12 m de lado, en la que había una sala de 8,50 m x 4,50 m, con un pórtico de 4 m de longitud y un patio. En la parte posterior del patio había una escalera y unos pasajes subterráneos que llevaban al santuario de Afrodita y Eros, ubicado en la parte baja de la ladera norte de la Acrópolis. En el centro, del lado más largo del edificio, había una puerta para entrar a una estoa o corredor de 4 m de ancho.
Cuenta Plutarco, que en esa casa de las arréforas estaba dispuesto un espacio para practicar el juego de pelota y junto a este había una estatua de bronce ecuestre representando a Afareo, personaje de la mitología griega, en su niñez.
Teatro de Dioniso
Desde la segunda mitad del siglo V a. C., se construían edificaciones importantes para dedicarlas a la actividad escénica, como el teatro, y uno de los más destacados de este tipo de edificios fue precisamente el Teatro de Dioniso, dedicado a este dios del vino, las artes del teatro y las fiestas.
Fue construido durante el siglo IV a. C. en la ladera sureste de la Acrópolis de Atenas, comprendía una estructura con una parte trasera apropiada para que los actores cambiaran de indumentaria y el sitio destinado al público espectador en un lugar escarpado de la Acrópolis.
Ya en el siglo V a. C. se habían sustituido las primitivas terrazas de asientos de mármol, por graderías de piedra. La gradería constaba de 46 filas divididas en dos niveles mediante un pasillo circular o diazoma.
En la parte central de estas graderías se ubicaron 67 asientos que posteriormente se hicieron con mármol decorado para identificarlos y eran reservados para los reyes, sacerdotes y ciudadanos célebres.
Al comienzo, las representaciones se efectuaban en un espacio circular de tierra lisa y compacta, al que solía llamársele “orchestra”, en cuyo centro había un altar en el que se hacía el sacrificio de un cordero en honor al dios Dioniso.
A medida que se hicieron más complejas las puestas en escenas, se tuvo que ir reduciendo el altar hasta que quedó fuera de la “orchestra”, siendo utilizada solo para el coro.
Luego se incluyó un escenario elevado para las actuaciones con una «skené» o caseta en la que los actores se cambiaban de máscaras e indumentaria. Se le considera el mayor teatro de la antigüedad, con una capacidad para 15.000-17.000 espectadores, el cual tuvo que ser restaurado entre los años 1926 y 1932 para mejorar sus condiciones.
Esculturas de la Acrópolis de Atenas
En la Acrópolis se encontraban muchas obras del famoso escultor Fidias, quien vivió en la época de Pericles, como su protegido y quien fuera encargado por él para materializar el proyecto de la reconstrucción de la Acrópolis de Atenas.
Fidias perteneció a la corriente del primer clasicismo griego y sus trabajos son tanto en relieve como en bulto redondo, que es una de las formas de escultura propia de las estatuas con tres dimensiones en verdadera proporción, a veces en tamaño natural.
Aun cuando no se ha conservado ninguna de sus estatuas originales, algunas de sus obras se conocen gracias a las descripciones que pudieron realizar algunos autores de la antigüedad y que además se han podido relacionar con estatuas de la época romana que sí se han conservado y que guardan alguna similitud con las griegas.
Muchas de sus estatuas eran de tipo crisoelefantino, que es un término técnico para designar a las esculturas realizadas con oro y marfil, con bronce o mármol. Dicho esto, entre las obras más célebres que se encontraban en la Acrópolis de Atenas, podemos reseñar las siguientes:
Atenea del Partenón o Atenea Partenos
Su nombre significa “diosa Atenea virgen”, hecha de madera revestida con fragmentos de oro y marfil, que se convirtió en modelo de perfección para representar divinidades.
Su gran tamaño fue el que condicionó las dimensiones del Partenón, puesto que primero se hizo la escultura y luego el templo, de modo que se tuvo que adaptar a la estatua. Es una estatua atípica por su gran tamaño, los materiales utilizados y por su escenografía.
Atenea Promacos
Estatua realizada en bronce, se estima que medía unos 15 metros de altura, incluyendo el pedestal donde estaba situada, el cual aún se conserva entre el Erecteión y el Partenón. Se cree que se usaron tres toneladas de bronce aproximadamente y que participaron unos 180 trabajadores para su realización.
Estaba vestida con el peplo o túnica y encima la égida o escudo. Sobre la cabeza tenía un casco cubierto con figuras simbólicas y estaba armada con lanza y escudo en actitud de reposo. En una mano sostenía la imagen de la Victoria alada de tamaño natural. El nombre “Promacos” significa que combate en primera línea de batalla.
Atenea Lemnia
Se trata de una estatua del siglo V a. C. hecha en bronce mediante la técnica de la cera perdida, que es un tipo de moldeado, y la de las paños mojados para representar los pliegues del ropaje femenino de manera que pareciera como si estuvieran húmedos o mojados.
Fidias fue el mejor exponente de la técnica de los paños mojados, la cual también aplicaría en otras áreas de la Acrópolis, tal como en los relieves del Partenón.
Estuvo ubicada en la Acrópolis y se dice que medía unos 2 m de altura. Debe su nombre a los hombres que fueron enviados por Pericles a colonizar la isla de Lemnos, quienes en agradecimiento a la diosa y al propio Pericles por haber llegado salvos a la isla, recolectaron el dinero para erigir la escultura.
En esta ocasión se representa como la diosa de la paz y no de la guerrera. Aparece con un peplo clásico con abertura en un lateral y una cincha bajo el pecho. La diosa sostenía en su mano derecha el casco donde fijaba la mirada y sobre el pecho llevaba su égida, mientras que en la mano izquierda llevaba su lanza.
Las Cariátides
Es el término arquitectónico usado para referirse a toda figura escultórica femenina, esculpida en una columna que es empleada como soporte de la cubierta o entablamento de un techo, el cual descansa sobre sus cabezas.
El entablamento es el conjunto de piezas que componen la parte superior o techumbre de un templo. A dichas figuras se les representaba con un traje talar, o traje largo hasta los talones, y el entablamento para afianzar la cabeza.
Eran muy utilizadas estas esculturas en la antigua Grecia y las más emblemáticas corresponden a la Tribuna de las Cariátides en el Erecteión, que medían de 2,3 m de altura
El nombre de Cariátides proviene de la antigua ciudad de Carias, en la región de Laconia, en la que se solían celebrar rituales llevados a cabo por esclavas dueñas de una legendaria belleza y que danzaban en honor de la diosa Artemisa Cariátide.
También existe un relato de Marco Vitruvio Polión, arquitecto, escritor y estadista romano del siglo I a. C. quien señalaba que la mayoría de los habitantes de esa región de Laconia fueron exterminados, mientras que las mujeres fueron condenadas a servir como esclavas y llevar cargas pesadas, de allí la razón de representarlas en los pilares.
Restauración en la Acrópolis de Atenas
Se han definido proyectos con miras a recuperar algunas de las obras de la Acrópolis de Atenas. Son muchos los pasos a seguir, pero se está haciendo el esfuerzo requerido para lograrlo.
En este sentido, se han estado llevando a efecto los trabajos de restauración en los Propileos, lo cual ha sido una gestión de mucho esfuerzo y valor, pero que se está realizando con constancia y continuidad a fin de restaurar esta reliquia arquitectónica y escultórica, vestigio de un pasado glorioso en cuanto a belleza y esplendor.
Se comenzaron esos trabajos partiendo de la propuesta que diseñó el arquitecto Nikolaus Balanos en el año 1921, tendientes primeramente a recuperar las columnas del Partenón, proceso que duró hasta el año 1933. Seguidamente se han ido efectuando otros trabajos de restauraciones parciales, cuyos datos más resaltantes se registran a partir del siglo XX.
En el período entre 1879 y 1987 se logró iniciar las labores de colocación de todas las armaduras de titanio, así como copias de piezas arquitectónicas en el lugar de las piezas que fueron llevadas a Inglaterra y que aún están en el Museo Británico.
De igual manera se han reemplazado por copias las Cariátides originales, las cuales fueron trasladadas al Museo de la Acrópolis de Atenas para su debida custodia y conservación.
Normalmente, se aplican técnicas novedosas para reconstruir las partes deterioradas a imagen y semejanza de las originales. Por tal motivo, se implementó el nuevo método de anastilosis en las columnas del Partenón. A través de este método se podrá restaurar, en particular, esas partes del templo mediante el ensamblaje y ajuste minucioso de cada una.
En otras palabras, se recuperan las columnas que se han desplomado, reorganizando sus partes en distintos puntos con la ayuda de elementos dispersos. Así, se van sustituyendo los componentes que usó Balanos en su propuesta, por otros de material de mármol pentélico. Para ello, se lleva a cabo el desmontaje y montaje de los grandes bloques del templo que han podido ser recuperados y clasificados.
No obstante, para poder llevar a cabo todo este proceso de reconstrucción las autoridades griegas, luego de un minucioso estudio, propusieron y ejecutaron el proyecto de levantamiento del Nuevo Museo de la Acrópolis de Atenas, como sitio donde resguardar las piezas de los monumentos que debían ser desalojadas de su sitio original para protegerlas y conservarlas.
Otro proyecto de envergadura que se ha propuesto Atenas es la recuperación de los Mármoles de Elgin, que aún permanecen en el Museo Británico, por lo cual se está negociando la manera de retornar a Grecia esas obras que pertenecen al acervo cultural del país.
En total, esa colección de los Mármoles de Elgin contempla más de la mitad de las piezas ornamentales del Partenón, que se estima en unos 75 m de los casi 160 del friso original. Por otro lado, se incluyen también en dicha colección partes de 17 imágenes, otras piezas arquitectónicas de la Acrópolis de Atenas y más 15 m de las 92 metopas.
Actualizado el 6 mayo, 2024