La mitología Romana descubre y adapta para sí concepciones religiosas y culturales de los países de la cuenca mediterránea, haciendo una mezcla de creencias entre Grecia, Egipto o Siria, diferenciándose de la mitología griega en la falta de riqueza poética en sus relatos.
¿Cuáles son los mitos que componen la Mitología Romana?
Debido a las características de las condiciones de los romanos, los cuales se consideran los humanos más piadosos del mundo y por ello creen merecer la gracia de los dioses y su eterna ayuda de manera recíproca. (Ver articulo: Deimos)
De igual manera se consideran sus mejores aliados, aplicando el dicho tu enemigo es mi enemigo. Los mitos que comprende la mitología Romana tienen muchos puntos en común con las leyendas que se manejan en la mitología griega pero solo en la historia narrada de la vida de los principales dioses.
La mitología Romana vino a darle un respiro actualizando las historias de los dioses. Sin embargo los romanos no tenían relatos secuenciales. La historia de sus personajes no tenía relación entre sí, hasta que comenzaron a realizarles adaptaciones a los modelos griegos pero esto solo ocurrió a finales del periodo republicano.
La características de las historias romanas se enmarca dentro de una metodología estructural que contiene rituales propios de la cultura de los tiempos en que se ubican las historias, presencia de sacerdotisas, profetas, panteones y templos donde son venerados los dioses.
Contienen además una relación que va de la mano, la vida y desarrollo de sus personajes con la fundación de las principales ciudades del mediterráneo. Los hechos acaecidos en las historias marcan pauta dentro de la fundación y auge de su ciudad, tanto con la participación de mortales como las intervenciones divinas.
Los dioses de la Mitología Romana
Entre los dioses griegos más populares están los que se asemejan con los dioses griegos, donde convergen sus historias y hasta sus representaciones iconográficas.
De igual forma, dentro de sus historias se enlazan creencias religiosas asociadas con la cultura romana, lo que a su vez incluye en la literatura, el arte y la vida religiosa desarrollado en el periodo imperial. (Ver articulo: El Dios Ares)
Muchos de los dioses romanos propios de su cultura son pocos conocidos. Se tiene de ellos solo de referencia su nombre y función, cuyos relatos están más bien asociados a la religión de la antigua roma y se ubica en tiempos de la monarquía, conocida como la religión de Numa, en honor al primer fundador de la religión en Roma.
Algunas deidades tienen homólogos de origen italiano, descritos tanto en antiguos como modernos estudiosos. Durante el Imperio, se dieron nuevas interpretaciones científicas sobre el origen de los dioses en los pueblos y provincias, donde sus atributos y funciones eran compatibles con la de los dioses romanos.
Venus
La diosa Romana Venus, en un principio fue denominada como la diosa de los jardines y los campos, pero posteriormente fue comparada con la diosa griega Afrodita, símbolo del amor y la belleza, siendo referenciada también con estos elementos. De igual manera se interpreta sus características comparables a la diosa Astarté, una diosa ligada a la luz pero también a la oscuridad.(Ver articulo: Prometeo)
Aunque es una de las diosas más admiradas en el Imperio Romano, el origen de su historia emana de los mitos griegos, teniendo como variante dentro de las características el aspecto sobre la carga de sensualidad y crueldad que mostraba este personaje en la fábula griega y que fueron omitidos en los relatos romanos.
Por ser un mito, su origen tiene varias vertientes siendo una de ellas la historia que describe una gran concha era ondeada por las aguas del mar mediterráneo, pero con el paso d tiempo fue rodando y rodando hasta terminar en las costas de la isla Citérea.
A su llegada se produjo un choque de la concha con una piedra y esto produjo que se abriera. De ahí surgió la diosa, en ese instante, Venus salió de la concha naciente, mostrando una belleza única, para admiración de todos los dioses en el Olimpo.
Otra de las narraciones sobre su origen cuenta que el dios Saturno cortó sus genitales de su padre y los lanzó al mar. Esto produjo un revuelo en el océano que mezclados con la espuma del mar, prepararon el escenario para el nacimiento de Venus. (Ver articulo: Demeter)
Por ser de incomparable belleza, todos los dioses competían por el amor de Venus, siendo su mayor deseo poseerla. Pero Júpiter, el dios de todos los dioses, le ordenó a Venus que se casara con Vulcano, el dios herrero de los dioses y quien además era hijo de éste.
Venus no quería aceptar la imposición de Júpiter, despreciaba a su futuro esposo por ser un hombre cojo y deforme. Aun así accedió a la orden. Pero no paso mucho tiempo para que la diosa romana cayera en tentación y le fue infiel a su marido, contando en su haber una lista de amantes.
Entre los amantes de Venus destacó un nombre, el dios Marte, con el cual hasta engendró un hijo al cual llamaron Rómulo, que fue uno de los hermanos fundadores de Roma. También dicen los relatos que la diosa tuvo otros dos hijos, Anteros y Cupido, siendo este último quien heredaría llamarse la deidad del amor.
Generalmente se ve representada a Venus montada sobre en un carro sujetado por aves, normalmente ánsares, y en su pelo una corona de mirto y rosas. La escena más personificada es donde su figura surge de la concha, que representa el origen de su nacimiento.
Por ser naturaleza y corazón inquieto, se le relaciona a los temas del amor de pareja, y también a la belleza y fertilidad. Poseía el poder de convertir a los enamorados en seres inmortales. Se llegó a decir que a su paso, transformaba todo el camino en un paseo de flores vivas y con colorido.
Diana
La raíz del nombre Diana significa “del día” o “divina”. Diana en la mitología romana, era la diosa virgen de la caza, por ende se denominó como la protectora de la naturaleza y la Luna. Su diosa griega equivalente es la diosa Artemisa.
Por la una diosa cazadora se le relaciona con los animales y tierras salvajes. Pasó a ser la diosa de la luna, reemplazándola, convirtiéndose además en una insignia que denota castidad, de ahí lo de la diosa virgen.
Los bosques de robles le estaban especialmente consagrados. Se le rendía cultos y homenajes en las artes como la poesía, destacando como características de su personalidad su fuerza, su compostura física digna de todo atleta, conjugado con la belleza de todas las diosas y destreza para la cacería. (Ver articulo: El Dios Hermes)
Era parte de una trinidad junto a otras dos deidades romanas, una de ellas era Egeria, una ninfa acuática que era su sierva y ayudante de partera. El otro era el dios de los bosques, Llamado Virbio.
Neptuno
Neptuno es uno de los dioses más importantes de la mitología romana. Sus padres fueron los dioses Saturno y Ops, y sus hermanos Júpiter y Plutón. Es el soberano de los mares y de todas las aguas del océano. Se le ve representado cabalgando las olas sobre caballos blancos.
Neptuno fue el dios romano de las nubes y la lluvia, y así se mantuvo así hasta el año 399 a. C. Cuando se traslada el culto a otras entidades, pasa a ser la divinidad de las aguas con predominio de las marinas, formando en ellas un gran imperio.
Todas las criaturas que habitan en las aguas deben obedecerlo y someterse a sus designios. Es conocido como Poseidón en la mitología griega. Neptuno eligió el mar como su hogar y su reino. Se dice que en las profundidades del mar existe un reino compuesto por varios castillos dorados y toda una civilización bajo el agua.
Con su poderoso tridente, Neptuno agita las olas, a su potestad, haciendo emerger de ellas las fuentes y manantiales donde quiera. Esto también representa su estado de ánimo, pues suele hacerlo cuando se siente iracundo para desquitar su rabia, provocando grandes catástrofes y terremotos. (Ver articulo: Persefone)
Existen relatos sobre Neptuno donde se le asocia en un principio con manantiales de agua dulce antes que las aguas saladas del mar. Tiene como representación icónica un rey inseparable de sus caballos, dios de los caballos, patrono de las carreras de caballos.
Aparte de sus caballos, Neptuno tuvo siempre a su lado delfines como caballerías y compañeros. Generalmente se representa con el dorso descubierto mostrando su aspecto imponente y con poderío acompañado de su poderoso y mágico tridente.
El dios de los mares es un muy peligroso e inestable. Es capaz de provocar desde terribles tormentas y tempestades hasta olas tranquilas y pacíficas, según se encuentren sus emociones, por lo que nunca nadie intenta provocarlo sin un importante motivo.
Se dice que era el dios que sostenía el planeta tierra, en vista de que el océano la rodeaba y era evidente que él desde los mares, soportaba su peso. Además de esto se describe a Neptuno como el arquitecto que dio forma a las costas, arrancado trozos de montañas para formar los acantilados, los litorales y las suaves playas que finalizan en bahías donde los barcos llegaban a puerto seguro. (Ver articulo: Hefesto)
Cuenta que a su lado tenia sirenas traidoras, a las nereidas que eran las ninfas del mar, a las oceánides más hermosas y a los tritones más poderosos. Neptuno era señor de las ninfas, ondinas y náyades que eran criaturas acuáticas femeninas hermosas y místicas que habitaban los lagos, ríos, y las fuentes de agua. Todas ellas eran parte de su corte y a él le debían pleitesía y obediencia por ser parte de esa civilización bajo su mandato.
A pesar de no ser un mujeriego como su hermano Júpiter, Neptuno también contó con una lista de varios amoríos apasionados y pasajeros. La primera esposa conocida fue Anfítrite, una ninfa del mar, que le dio como hijos a los tritones.
Estos tritones tenían la particularidad de ser unos monstruos marinos con rostros humanos y barba y contentivos de una cola igual a la de los delfines. Por cabellos tenían eran algas marinas y le salían unas agallas detrás de las orejas, y sus manos eran con forma de caracoles.
Otro de sus parejas fue Halia, con la que engendró siete hijos. Se suma Amimone, que era una de las hijas del rey Danao. Le sigue Toosa, una ninfa del mar con la que tuvo a su hijo Polifemo, un gigante de la mitología.
La diosa Ceres, diosa de la agricultura, las cosechas y la fecundidad, fue otra de las parejas de Neptuno, quien también fue amante de su hermano Júpiter. Medusa, el monstruo mitológico del inframundo, también se cuenta entre las relaciones de Neptuno y con quien engendró a Pegaso y a Crisaor. Los relatos lo citan también junto a Clito, con quien concibió gemelos, siendo el hijo mayor Atlas.
Saturno
Saturno fue el dios de la agricultura y la cosecha dentro de la mitología romana. Su historia converge con la del titán griego Cronos. Saturno era representado como un aspecto de viejo con barba blanca y larga descuidada, con un machete en la mano.
Iconográficamente la imagen completa y sosteniendo el machete, se convirtió en un emblema que simboliza el tiempo y tiene como significado aquello que todo lo destruye y acaba.
Saturno era hijo del dios Urano, dueño del cielo y del universo, quien lo concibió junto a la diosa romana Tellus o antigua Cibeles, la diosa de la Tierra, la madre tierra. De esa unión surgieron dos hijos, Titán y Saturno, siendo Saturno el hijo menor.
Por ser el mayor, le correspondía a Titán gobernar, pero éste le cedió dicho mérito a su hermano Saturno. Pero para ello tendría que cumplir con una condición, Saturno no podría tener descendencia. Saturno se casó con la diosa Ops, que es Rea en la mitología griega, con quien tuvo varios hijos, pero para poder cumplir con el acuerdo hecho con su hermano, decidió devorarlos al nacer. (Ver artículo: Venus)
Su esposa Ops conociendo de sus intenciones oculto a Júpiter, Neptuno y a Plutón, y se los llevo lejos de Saturno, en un lugar donde crecerían en secreto pero a salvo. Ops solo le mostró a Saturno a su hija Juno. El titán descubrió e hizo prisionera a su esposa como forma de castigo.
Al crecer, Júpiter se enfrentó a su tío Titán derrotándolo y le devolvió el reino del cielo a su padre Saturno, dios del tiempo. Pero Saturno trató de matar a Júpiter en batalla donde resulto vencido por su hijo quedando como único monarca de los cielos.
Luego de ser vencido por Jupiter, Saturno quedó confinado a ser un simple mortal, buscando refugio y protección en Lacio, donde puso orden entre los hombres y les dio leyes. Otra versión dice que fue bien recibido por Jano, rey del Lacio.
Con su esposa Ops fue padre de Juno, Júpiter, Neptuno, Plutón, Ceres y Vesta, pero también lo describen como el padre de Veritas y Pico, desconociéndose el nombre de las madres.
Júpiter
Júpiter es el dios supremo y el primero de los dioses con gran influencia e infinito saber. Se dice que es hijo del dios Saturno, dios de los cielos, junto Cibeles, la diosa de la tierra. Es descrito por la historia como el dios de la justicia, de los cielos brillantes, de la luz intensa, es el dios de la lluvia y las tormentas, así como del rayo, el cual es su principal arma de ataque.
Dentro de la mitología se encuentra representado por el águila, que denota ser fiel vigilante, agilidad. Se dice que el dios Júpiter tiene nueve satélites, de los cuales ocho son mujeres. Cada uno representa a los amantes que tuvo este dios. (Ver articulo: El dios Zeus)
El satélite restante era un hombre llamado “Ganímedes”, quien la leyenda dice correspondía al nombre de un héroe divino originario de la Tróade. Era un príncipe troyano, que se convirtió en el amante de Jupiter y quien le sostenía las copas a los dioses.
Júpiter es el dios que atrae el rayo, lo que le da el poder suficiente para hacerlo descender hasta el sitio que él le indique que caiga, haciendo de éste su arma más poderosa de guerra y ataque.
La forma de evocar a la presencia de Júpiter, era rozando las piedras, señal emitida tanto por mortales como dioses. Parte de la vida amorosa de esta deidad, lo unen a Metis, quien era su sobrina y fue su primera esposa. Se dice que de este enlace nació la diosa Minerva, Atenea en griego.
También se nombra a la princesa Dánae, una de las mortales que estuvo con Júpiter. Las representaciones de Dánae siempre están ligadas con el material del oro, por lo que la leyenda describe en su entorno una “la lluvia dorada”, presentación en la que se le aparece Júpiter para poseerla.
El nombre de Júpiter siempre estuvo relacionado con la realeza y soberanía, asignándole posiciones distintas, según fuese la dinámica de gobernar en Roma. Júpiter, representaba la continuidad del poder real de los monarcas soberanos que había sido derrocado en la antigüedad.
Esta característica lo colocaba en una posición frágil, pues le otorgaba un carácter majestoso que infundía respeto pero que a su vez estaba prohibido y era despreciado por las civilizaciones romanas.
Gracias al poder y dominio que tenía sobre los cielos, Jupiter se adjudicó la responsabilidad de la creación de las nubes, de la lluvia, los rayos y todos los fenómenos de la naturaleza, de los cuales él tenía total control por ser el dios del universo.
Su poder era supremo y realmente inmenso y extenso. Sobrepasaba el tema religioso o fenómenos naturales, teniendo injerencia sobre el plano terrenal. Su autoridad y acciones hicieron que fuera nombrado protector de la ciudad y del pueblos romanos, reposando sobre el la ejecución de sus leyes y el orden que regía dentro de la sociedad, es decir todos debía someterse a su voluntad y obedecerle fielmente.
Marte
En la Mitología Romana, el nombre de Marte evocaba la guerra por lo tanto, era el dios absoluto de la guerra, y siempre era representado como un auténtico guerrero romano, puesto siempre con una armadura, lanza y espada a la mano más un casco para la protección.
Su lanza contenía un significado especial, ya que era su instrumento de lucha por excelencia, algo así como los era el rayo para júpiter. Iconográficamente se presentaba con dos símbolos, un pájaro carpintero y un lobo.
En el mito de su nacimiento se dice que su madre Juno huyó del Olimpo acosada por la envidia de la diosa de la sabiduría, entrando a refugiarse en un templo construido en honor a la diosa Flora, diosa de las flores y de los jardines. (Ver articulo: Hades)
Flora aconsejó a Juno que cogiese una flor que se hallaba en los campos de Oleno y asi lo hizo, fue al campo y cogió la flor que le había indicado la diosa. Era la más bonita que había visto jamás. Lo que no sabía era que la flor era Júpiter disfrazado en forma de flor. Al tomarla y colocarla sobre su regazo, nació de allí el dios de la guerra, Marte.
Los romanos relacionaban al dios Marte en el principio de los tiempos con la fertilidad, el ganado y la vegetación, por lo que era considerado el dios de dichos elementos. Se dice que con el paso del tiempo se transformó esa creencia y pasó a ser considerado como el Dios de la guerra. Debido a esto se asocia su imagen a la guerra o a situaciones afines.
Por ser un buen guerrero de combate, los romanos ofrecían en su honor distintos sacrificios buscando como respuesta sus buenos oficios y los ayudase a salir victoriosos al enfrentarse en conflictos bélicos.
Así como otros dioses, Marte contaba con una gran cantidad de altares en diferentes zonas, donde los romanos asistían a rendirle homenaje, respeto y reverencia. Eran los espacios donde se llevaban a cabo los sacrificios a cambio de los beneficios solicitados.
Uno de estos sitios destacaba, era el templo de Roma, un sitio que compartía con otros dos dioses, Júpiter y Quirino. Referente a su descendencia, se cuenta que el dios Marte, tuvo dos hijos con la diosa Venus, la diosa del amor. Estos fueron llamados Fuga y Timor, este último era la representación del miedo.
Como toda deidad romana, Marte también ha tenido su equivalente en la mitología griega, donde es conocido con el nombre de Ares.
Como experto guerrero gozaba de las siguientes características, era intrépido, temerario, contaba con gran valor y osadía. Poseía una gran fuerza viril que era inspiración para la guerra. Era el dios que conducía a la victoria.
Por tanto en Roma, Marte tenía varias funciones, el dios bélico, el dios de la guerra, el dios de la cultura y las labores del campo. Dios de la Primavera, y la potencia viril, protector de la vida en los campos.
Mercurio
En la mitología romana, Mercurio, era un importante dios del comercio. Era hijo de Júpiter y de Maia Maiestas. Su nombre está relacionado con la palabra latina merx que significa “mercancía”.
Era conocido por los romanos como Mercurius y fue representando con diferentes aspectos o roles, inclusive ligado con deidades no romanas. En los orígenes de este mito, se relacionó a esta deidad con etrusca Turms, un dios mensajero, pero la mayoría de sus características se asemejan a las del dios griego Hermes.
Cuentan que llegó al mundo cuando Jupiter visitó a su madre en la cueva del monte Cilene. Inmediatamente después de su nacimiento, el joven precoz inventó un instrumento musical, la lira, tensando cuerdas sobre el caparazón de una tortuga. (Ver articulo: Odiseo)
Se dice que en sus inicios, Mercurio no aparecía dentro de las deidades romanas, más bien surgió cuando la religión romana se mezcló con la griega, esto a principios del siglo III a. C. Mercurio cuenta con todos los rasgos de Hermes.
Era ingenioso, diestro y astuto, como un joven sin problemas a la hora de gastar bromas o mentir sin que le descubriesen. Se presentaba como joven de aspecto atractivo, vistiendo con un sobrero alado y unas sandalias también aladas, lo que le daba una extraordinaria movilidad.
En su mano llevaba un caduceo, que es el símbolo del correo, con dos serpientes entrelazadas, un obsequio que le entrego el dios Apolo, y que le servía para hacer magia o para hipnotizar a la gente.
La imagen de Mercurio va a menudo acompañada de un gallo, pero también se asociaba a una cabra o cordero, que simboliza la fertilidad. De igual manera se le asigna la imagen de una tortuga, que es sugerente a la lira hecha de un caparazón que lleva consigo Mercurio.
Mercurio era el mensajero de los dioses y a su vez el dios del comercio, específicamente del comercio de los cereales. Era considerado un dios de la abundancia y del éxito comercial. Mercurio tuvo en su haber el trabajo de llevar las almas de los muertos hacia la ultratumba.
Mercurio tuvo todo tipo de romances, entre ellos se resalta un romance que sostuvo con una hermosa ninfa con la que engendro al dios Pan. Producto de su romance con la diosa Venus, nació el bello Hermafrodito, que después adquirió también rasgos femeninos.
Dentro de las características que se le suman al dios, se enfatiza el papel de mediador. Era uno de los dioses que no tenía asignado un sacerdote, pero sí contaba con la conmemoración de sus fiestas que eran celebradas el 15 de mayo, llamada “Mercuralia”. Los homenajes consistían en que los mercaderes rociaban agua de su pozo sagrado cerca de la Porta Capena sobre sus cabezas.
No solo las diosas gozaban de sus placeres, también las mortales le adoraban, entre ellas destaca Herse, hija del rey ateniense Cecrops. Se cuenta que la hermana de ésta, Aglauro, era terriblemente celosa, y sólo permitió que el dios sedujera a su hermana a cambio de dinero. Como castigo, Mercurio la convirtió en una estatua de basalto. Otro de los amores del que disfruté Mercurio fue de Apenosien, quien poseía una gran velocidad hasta más que la de él.
Minerva
Minerva es la evocación con la que es conocida la primogénita del dios Júpiter, en la mitología Romana. La diosa Minerva, es una de las divinidades más conocida y destacada de Roma, de la misma forma que Atenea para Grecia.
Está representada en las artes y la sabiduría, consagrada como la diosa guerrera romana, característica que le valió el nombramiento de protectora de la ciudad. (Ver articulo: La diosa Atenea)
Minerva está íntimamente asociada a la sabiduría, y como guerrera tiene amplio dominio y conocimiento sobre técnicas de ataques y emboscadas. Es dueña de una belleza simple, sencilla y algo descuidada, pero con la relevancia de la mayoría del resto de las diosas de la mitología. También se dice que es un ser noble y con gran fuerza.
Reconocida como “la diosa de las mil obras”, debido a las múltiples actividades que desarrollaba y en diferentes áreas que se maneja. Era la acompañante de Ulises, el héroe legendario, en sus viajes.
También enseñó a las hijas de Pandora todos los oficios y roles que debían cumplir las mujeres dentro de la sociedad. Minerva participó en la construcción de la nave de los argonautas, una expedición épica que se narra en diversas historias de la época. Su participación destaca como la guía de la ruta a seguir, previniendo en su andar cualquier peligro acechante.
Se dice que Minerva junto Júpiter y Juno, formaban una tríada clásica, conocida también con el nombre de triada “capitolina”, esto por tener su templo en la Colina Capitolina, propiedad de Júpiter. Con el nombre de triada se le conocía al conjunto formado por dos o más altas divinidades.
Minerva era hija de Júpiter, la deidad suprema de los romanos. Su nacimiento está cubierto por el misterio fabuloso de la historia de su concepción pues de dice que Júpiter su padre, se tragó a Metis, la diosa de la Prudencia, y esposa del dios.
Instantes después del episodio, Júpiter sintió un fuerte dolor en la cabeza, llamando a su hijo Vulcano, el dios del fuego y los metales, para que lo ayudara a aliviarlo. Nervioso por los gritos de dolor de su padre, Vulcano buco abrirle la cabeza con un hacha, y de allí surgió la diosa Minerva, siendo ya una mujer, saliendo vestida con una armadura y todo.
Contentiva de una fuerza única, la hizo meritoria de que su padre Júpiter la convirtiera en su brazo derecho. Minerva se volvió su consejera para planificación de acciones de guerra, batallas en las que ella misma participó a su lado contra terribles gigantes y titanes mitológicos. En estas batallas Minerva siempre se destacó por encima del resto gracias a su despeñó y valentía.
Cupido
A instancias de la mitología romana, Cupido fue constituido como el dios del deseo, por lo que en muchas culturas, desde antes y hasta hoy, se le considera el dios del amor, lo que implica que solo con mencionar su nombre se evoque este hermoso sentimiento de todos los seres vivos.
A Cupido siempre se la ha vinculado a lo romántico, al amor que se puede tener por una pareja. Y a Cupido, justamente le tocó ser el representante e ícono romano del amor. Su equivalente en la mitología griega fue el dios Eros.
Se dice que Cupido, fue producto del tórrido romance entre la diosa Venus y del dios Marte. Ella la diosa del amor, la fertilidad y la belleza, y él el dios de la guerra. De su madre heredaría la belleza y de su padre el coraje.
Sobre su origen se dice que Cupido nació en Chipre, parte sur del mediterráneo. Cuenta la historia que apenas nació, su madre lo oculto para que no fuese víctima de los malos designios del dios Júpiter. Venus escondió al pequeño Cupido en el bosque, dejándolo a cargo de criaturas que lo amamantaron.
Generalmente se le ha representado con la figura de un niño con alas en su espalda, con los ojos vendados y armado con un arco y flechas que transporta envueltas en bandas dentro de un pequeño saco.
Esta representación compara al amor con un niño pequeño, que frecuentemente comete errores. Las alas reflejan la rapidez con la que el amor se desperdicia y la venda en los ojos tiene la misión de indicar que cuando se está enamorado no se ven los defectos de quien se ama, o la teoría de que el amor es ciego.
Y es precisamente con su arco y flecha que Cupido une o también separa a los individuos. La leyenda reza que cuando usaba las flechas con punta de oro concedía amor, mientras que cuando empleaba las que tenían punta de plomo provocaba el odio y el olvido.
Los relatos sobre Cupido se mantuvieron presentes a través de los siglos y por ello hoy se lo indica como uno de los símbolos del amor junto con otros, como ser el corazón rojo.
Hoy en día su imagen es todavía altamente explotada a instancias de celebraciones como la de San Valentín, popularmente conocida como el día de los enamorados, y que se celebra anualmente cada 14 de febrero. Es así como escuchamos decir de forma tradicional al enamorarnos que nos flechó Cupido.
La historia sobre Cupido no ha sido solo resaltada en las conmemoraciones de San Valentín, sino también su imagen ha sido usada en infinidad de historias de ficción, siempre respetando su misión original de flechar a las personas para que se enamoren.
Vulcano
Vulcano es el dios romano con aspecto de gigante pero deforme. Se le identifica con la furia del fuego capaz de quemar grandes embarcaciones. También se le relaciona con los destellos que resplandecen en las antorchas, siguiendo la tradición romana.
Se le relaciona con el dios griego Hefesto, cuando se le vincula al nombre “el dios de Lemno”, llamado así en honor a la isla donde se dice que fue arrojado al nacer por su madre, la diosa Juno, debido a su deformidad y la vergüenza de ésta.
Sobre su origen se conoce que Vulcano, es hijo del dios Júpiter y de la diosa Juno, y fue esposo de la diosa Venus, la diosa del amor y el deseo. Fue evocado como el dios del hierro y los artesanos.
Se le representa físicamente como un viejo, encorvado y deforme, siempre labrando la herrería, con un yunque y un martillo como herramientas y rodeado por sus ayudantes, los Cíclopes, unos seres mitológicos que eran unos gigantes de un solo ojo, ubicados dentro de las profundidades de los volcanes, donde tenía sus talleres y a los que se le debe en parte su nombre Vulcano.
El nombre de Volcano es relacionado con otros apodos como “el que acaricia el fuego”, o aquellos evocan acción destructiva, “el dios de los incendios”. Por la naturaleza de la fabricación de sus piezas, las cuales eran únicas y exclusivas de los dioses o mortales importantes, fue considerado el herrero de las deidades.
Aunque su aspecto era de un hombre feo tuvo como esposa a Venus, la diosa más hermosa de la mitología romana, pero además varias amantes donde se encuentra la esclava Ocresia y las diosas Maia, Maiesta, Fortuna y Feronia.
Se cuenta que la diosa Venus lo seduce con la intención de convencerlo para que así dote de armas a Enea, un guerrero que era hijo de la diosa del amor. Vulcano acepta y comienza a construirlas junto a sus ayudantes los cíclopes, realizando las armas más poderosas para los dioses, teniendo como prioridad las de Enea.
Dentro de las armas que construye se hace una mención particular a un escudo donde fueron grabados acontecimientos importantes en la historia de Roma. Vulcano es asociado siempre a la violencia del fuego y su carácter destructivo.
Uno de los episodios memorables en la vida de Vulcano, es referido a la traición de la que fue víctima por parte de su esposa Venus junto al dios Marte, nombre romano de Ares, el dios de la guerra.
Por la fealdad de su esposo Venus tenia múltiples amantes per con quien sostenía encuentros románticos frecuentes era con Marte. Se dice que en uno de estos encuentros, el dios del fuego les preparó una trampa con la intención de sorprenderlos. Construyó una red de plata imposible de romper y que era invisible, colocándola en la cama de su esposa.
Los amantes quedaron atrapados en la red pero al final fueron liberados por Vulcano, tras la promesa de que no iban a continuar con su romance. Pero esa promesa no la cumplieron. Venus también tuvo de amante a Adonis, un joven que era muy hermoso, tanto que la diosa posó sus ojos sobre él, enamorándose perdidamente.
Se dice que Vulcano tenía una forma particular de procrear a sus hijos, pues en los encuentros con sus amantes se presentaba como fuego en forma de llamas y las mimas hogueras. Existen historias donde se señala que Vulcano habría sido el padre de Júpiter y no éste de él, describiendo un episodio donde Vulcano seduce a una diosa virgen y así conciben a Júpiter.
En algunas culturas se considera a Vulcano como el patrono de los oficios derivados de los hornos, como los panaderos y pasteleros. Los adoradores del dios Vulcano, crearon muchos templos para rendirle culto a su dios, entre ellos está El Volcanal, un templo antiguo dedicado al dios romano del fuego. Se encontraba ubicado en el Foro Romano, a los pies del Capitolio.
Se dice que en ese templo se ubicaba un altar que rodeaba a un sagrado árbol, en honor al dios del fuego junto a una llama encendida de forma permanente. También formaban parte de las ofrendas varias piezas de bronce, diversos tipo armas, reproducciones parecidas a las que el dios herrero le construía a los dioses.
El Volcanal, sirvió por muchos años para realizar asambleas de reyes y altas investiduras del gobierno en la vida política de Roma. Al transcurrir los tiempos, se fueron construyendo otras edificaciones que fueron restando espacios geográficos al Vulcanal, hasta que los fueron cercando por completo.
El Vulcanal también fue utilizado como una especie de cementerio, esto relativo a unas investigaciones que se hicieron en el sitio donde fueron encontradas varias piezas como especies de tumbas, dejando ver que era un sitio sagrado donde eran quemados los cuerpos de los muertos como una especie de cremación.
Muchos otros templos fueron construidos en honor a Vulcano, pero su registro los ubica en las afueras de los límites de las ciudades, esto para evitar que el fuego pudiera llegar hasta las casas, ya que las llamas encendidas es el elemento más utilizado en todos los rituales de veneración al dios.
Dios del vino
El dios romano del vino es Baco, conocido en mitología Griega como el dios Dionisio. Dada su importancia, Baco no quedó al margen de la adoración romana. Era el dios de la vendimia y el espíritu liberador.
Se decía que Baco era el dios liberador dada a la característica que se le atribuye al vino de poder liberar espiritual y mentalmente a una persona. Al tomar vino y más cuando se hace en exceso se entre en un estado liberador que hace a la persona capaz de decir o hacer cosas que en un estado normal no se atrevería.
Hay muchas versiones sobre quienes fueron sus padres de Baco pero en todos los relatos se describe a Júpiter como el progenitor. Las variantes se presentan es con respecto a quien fue la madre, ya que en algunos cuentos se dice que fue Perséfone, y en otro relatos se nombra a Sémele, una mortal hija de un rey.
Su nacimiento también está rodeado de diversas versiones, una de las más difundidas indica que cuando Juno, la esposa de Júpiter, se enteró que Sémele estaba embarazada, presa por los celos, la engañó para luego causarle la muerte.
A pesar del episodio, Júpiter logró salvar la vida del embrión y lo plantó en su muslo. Al cabo de un tiempo Baco nació y fue entregado a diversas divinidades por órdenes de su padre, para que lo cuidaran hasta la adultez.
Una de las características que distinguía al dios Baco, era el cortejo que siempre lo acompañaba, en especial para realizar fiestas que terminaban en orgías.
Como otros dioses romanos, Baco contaba con sus propias festividades en las que se le rendía culto. Estas eran denominadas como Bacanales. En estas fiestas el material predominante era el vino que corría en abundancias y sin medida. Estas celebraciones se comenzaron en la ciudad de Roma, en el año 200 A.C.
Originalmente surgieron como una fiesta de mujeres para mujeres, pero luego se abrió a la participación de los hombres. Las reuniones se hacían cinco veces dentro del periodo de un mes. Las bacanales habrían sido las fiestas inspiradoras de los Carnavales de la actualidad.
Baco es representado iconográficamente de muchas formas a los largo de la historia pero generalmente con una copa de vino en la mano y uvas alrededor de él. En casa expresión se pone de manifestó el vino y el espíritu liberador que esta deidad romana.
Hércules
Hércules, llamado en realidad por los griegos Heracles, fue un popular héroe perteneciente a la mencionada mitología. Hércules era hijo natural de Júpiter y de Alcmena, una reina mortal, aunque fue adoptado por Anfitrión, quien era bisnieto de Júpiter.
Se cuenta que tras su nacimiento fue llamado por sus padres Alceo o Alcides en honor a su abuelo Alceo, pero al llegar a edad adulta, el dios Apolo modificó su nombre original por el de Hércules, como consecuencia de su condición de ser servidor directo de la diosa Juno, la legítima esposa de su padre.
De todos los héroes, Hércules fue el más célebre gracias a la gama de cualidades por las que se destacó como su virilidad, una gran fuerza, mucho coraje, orgullo, candor, vigor sexual, entre los principales. Se convirtió en el guerrero modelo que todos querían imitar y seguir.
El nacimiento de éste gran héroe se produjo en la ciudad de Tebas. Desde su concepción fue víctima del odio que sintió Juno por él, ya que representaba una prueba evidente de las tantas infidelidades sufridas por parte de su esposo Júpiter.
Invadida por el odio y la venganza, la diosa Juno atentó contra la vida del héroe, e incluso evitar su nacimiento, pero sus intenciones no prosperaron y así es que Hércules se convirtió en un héroe legendario. El desarrollo de su vida gira en torno a “Los doce trabajos de Hércules”, un castigo que debió cumplir cuando en un ataque de ira que le provocó la diosa Juno, mató a su esposa y a sus hijos, cegado de celos.
Ante tal circunstancia y para ser perdonado por el terrible crimen, Hércules fue obligado a llevar a cabo una serie de trabajos que le impuso el rey Euristeo. El gran héroe pudo superar cada trabajo y su fortaleza se hizo aún más fuerte.
Al igual que otros personajes, su historia y aventuras trascendieron las épocas, los siglos y siguen presentes en la actualidad. A Hércules se le imputan poderes sobrenaturales por ser un semi dios del Olimpo, se le adjudicó la inmortalidad, por la gracia del dios Júpiter.
Los fundadores Rómulo y Remo
Los ritos y tradiciones romanas engalanaron el levantamiento de la ciudad de Roma nutriéndola con diversas leyendas. Una de ellas describe la historia de Ascanio, un hijo del héroe troyano Eneas, quien a su vez era hijo de Venus y de Anquises. Éste habría fundado la ciudad de Alba Longa sobre la orilla derecha del río Tíber.
Se dice que en esta ciudad reinaron muchos de sus descendientes hasta llegar a Numitor y a su hermano Amulio. Numitor fue destronado por su hermano y para impedir que el trono estuviese en disputa, condenó a su hija, Rea Silvia, a ser sacerdotisa de la diosa Vesta para que permaneciese virgen y no hubiese ninguna descendencia.
A pesar de ello, el dios de la guerra Marte, sedujo a Rea Silvia y concibió en ella los mellizos que fueron llamados Rómulo y Remo. Al nacer fueron arrojados al Tíber dentro de una canasta para poder salvar sus vidas, la cual cayó en la zona de las siete colinas, situada cerca de la desembocadura del mar cerca del Tiber.
Una loba llamada Luperca, se acercó a beber agua al rio y al ver la canasta la recogió. Se dice que esta fue quien amamantó a los mellizos en su guarida hasta finalmente fueron encontrados por un pastor y su mujer quienes los criaron.
Al legar a adultez los hermanos instauraron a Numitor de nuevo en su reino. Luego fundaron una ciudad en la litoral del Tíber, en el sitio donde habían sido amamantados por la loba, ejerciendo allí como sus soberanos.
En torno a la loba que amanto a los mellizos se creó un mito, pues se dice que el termino loba se usaba para llamar de forma despectivas a las prostitutas. De ser así, sería una mujer y no un animal quien se encargaría de la crianza de los hermanos.
La leyenda también describe como Rómulo mató a Remo. Se dice que cerca de la desembocadura del río Tíber había siete colinas. Estos eran los montes Aventino, Celio, Capitolio, Esquilino, Palatino, Quirinal y Viminal. Cuenta la historia que Rómulo y Remo comenzaron una disputa sobre el lugar en el que iban a fundar la ciudad y decidieron consultar el vuelo de las aves, a la manera etrusca.
Rómulo visualizó doce buitres que se encontraban volando sobre el Palatino y Remo sólo divisó seis en otra de las colinas. Para establecer los límites de la nueva ciudad, Rómulo hizo un recuadro con un arado en lo alto del monte Palatino y juró que mataría a quien se atreviera a cruzarlo.
Remo lo reto y pasó con desprecio sobre la línea, por lo que su hermano cumplió la promesa y lo mató. De esta forma quedó como el único y primer Rey de Roma. Estos hechos los ubican en el año 754 a. C., según la versión de la historia oficial de la historia de fundación de Roma.
La mitología Romana y la Griega
Dado que la mitología romana ha tomado muchas características de la griega, es que las características y aptitudes de sus dioses son símiles y tienen un equivalente, especialmente aquellos más notables.
A lo largo de los siglos, la mitología romana ha recopilado información y la ha adoptado para sí, entre las que están las concepciones religiosas y culturales de los países que forma la cuenca mediterránea. En primer lugar esta Grecia, seguida por Egipto, y hasta Siria. Pero la mitología romana no posee la riqueza intelectual ni poética de la mitología griega.
Su árbol genealógico
¿Qué pasó con la religión y la mitología romana?
Aunque los romanos son un pueblo profundamente religioso, sus dioses son unos dioses útiles y de los cuales se espera siempre una acción y eficacia. Los dioses que se adoran son más hacia la protección y lo aplicable que hacia lo místico.
Así se encuentran dioses cómo Fontus (o Fons), que es el dios de las fuentes y manantiales; Flora, la diosa de los árboles, Pomona, la diosa de la fruta, o incluso Fides, personificación de la palabra dada.
Se adoran dioses como Faunus, quien es un antiguo dios, protector de los pastores y sus rebaños, o Terminus, guardián de los límites de los campos. Los dioses más venerados son los protectores del hogar y la familia, teniendo en su haber a los Lares, que eran los espíritus de los antepasados, y los Penates, guardianes del hogar, para los que cada vivienda reserva un sitio.
Un gran número de fiestas y de sacrificios se hacen durante el año en honor a todas estas divinidades. La religión original de los primeros romanos fue modificada por la adición de numerosas y contradictorias creencias en épocas posteriores. Lo poco que se sabe sobre la religión romana primitiva no es gracias a relatos de la época, sino a autores, escritores e historiadores que buscaron preservar las viejas tradiciones.
Información sencilla para niños
En la búsqueda de una explicación al cómo surgieron los mitos y las leyendas romanas, se deben trasladarse por el túnel del tiempo hacia el pasado y tratar de pensar como lo hacían los hombres en la antigüedad.
A través de los mitos y leyendas, los hombres explicaban las estaciones del año, los periodos de las lluvias, las inundaciones y las sequías. Así también el porqué de los rayos, maremotos y terremotos. El origen de la belleza, el amor, la guerra, la muerte y muchos otros misterios que no comprendíamos.
Todos esos enigmas y misterios fueron atribuidos a los dioses de la mitología romana en forma de fabulas, cuentos y leyendas. Dento de estas historias se exaltan las características de sus vida y obra hasta convertirse en una forma de religión.
Por esa razón a los dioses mitológicos, intrincadamente emparentados como una gran familia, los hombres les construían templos maravillosos, les erigían imponentes estatuas y hasta les ofrecían sacrificios para ganarse su amistad o para obtener algún favor.
La mitología romana, hace referencia a las creencias mitológicas de los habitantes de la antigua Roma. Esta fue establecida por partes, una de ellas procedente de la mitología griega y otra de la antigüedad y rasgos culturales, las cuales funcionaba en formas muy diferentes a las de la equivalente griega.
Los romanos contaban con un sistema muy desarrollado de rituales, escuelas sacerdotales y panteones de dioses relacionados con sus distintos mitos históricos que convergen todos con la fundación y auge de su ciudad por parte de actores humanos con ocasionales intervenciones divinas.