Kakuy: significado, leyenda, su canto y más

Kakuy es un ave de rapiña que tiene origen  en el  noroeste de Argentina, es un pájaro nocturno con  características de ser tranquila y silenciosa,  le gusta habitar en la soledad y en las cimas de los árboles más altos que existen en las montañas, posee un canto triste que muchos la denominan como un ave de mal presagio. Kakuy 1

Que significa kakuy turay en quechua

El Kakuy quiere decir que es un ave de rapiña, y turay significa hermano en el lenguaje de los aborígenes, que habitan específicamente en Quechua o también conocido como quichua, que quiere expresar el nombre con que se  conoce un grupo étnico que está situado al noroeste de Argentina, y este pájaro también habita en las montañas de Bolivia, Chile, Colombia y Perú.

Es un ave ermitaña que le gusta vivir lejos de la sociedad, se caracteriza por poseer un canto mustio. Esta ave kakuy o cacuy de quechua, se refiere a la misma ave que habita en las zonas guaraní y se conoce como Urutaú y en Brasil la llaman Jurutaui.

El ave Kakuy es un ave de características nocturnas, su melodía no es agradable porque da sensación de tristeza, que parece ser un lamento,  según le han atribuido los aborígenes que narran sobre distintas leyendas de esta melancólica ave. (Ver Artículo: Pombero)

Leyenda

En un tiempo muy remoto, cuentan las leyendas indígenas, habitaba una pareja de hermanos hembra y varón, siendo el muchacho el hermano mayor, que vivían solos en una choza, luego que quedaron huérfanos tras la muerte de sus padres.

El muchacho era un joven de buenos sentimientos, noble y muy trabajador que siempre estaba pendiente de cuidar a su hermana y proveerle los mejores alimentos y regalos para consentirla, porque la quería mucho. Mientras que la muchacha era perversa, sus sentimientos no eran los más sinceros y buenos con su hermano, a quien le hacia la vida imposible y lo trataba de lo peor.

El muchacho al regresar de su trabajo en la montaña acostumbraba a que su hermana le tenía los alimentos preparados para comer y descansar de sus largas y fuertes jornadas de trabajo.

Un buen día, la muchacha quien era desordenada e indiferente con su hermano, y éste agotado de tanto trabajo, le pidió que le diera un poco de agua endulzada con miel, la hermana molesta se fue a buscar la jarra con el agua, pero antes de dársela con su comportamiento rabioso, se la derramó encima de su cuerpo.

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No contenta con eso, al día siguiente le hizo lo mismo, pero esta vez fue que le arrojó el plato de comida encima de su ropa, esto provocó que el muchacho se sintiera con pesar y tristeza, llegando a pensar que lo mejor era abandonar la choza, e internarse en profundidades de la montaña. (Ver Artículo: Leyenda de calafate)

El muchacho dolido de las acciones de su hermana, y deambulando en los tenebrosos bosques, se sentaba en la orilla de un árbol y recordaba de las mejores frutas como las algarrobas, arvejas y otros frutos secos, y otras deliciosas por su dulzura como las tunas, que siempre le llevaba a su hermana para que comiera lo mejor que conseguía en el campo.

Asimismo también le llevaba sábalos y otras especies de peces que pescaba en los ríos, y quirquincho para que se alimentara de su exquisita carne. Siendo un gran conocedor de la montaña llegaba a donde estaban los panales de las abejas, para conseguir las más puras mieles y así obsequiarle a su amada hermana.

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Para el muchacho no le era fácil lograr obtener todos estos obsequios para su hermana, mientras que ella era indiferente y disfrutaba de los trabajos y sufrimientos que pasaba su hermano. Un buen día decidió regresar a la choza, estaba herido y muy agotado, le pidió a su hermana que le diera un poco de agua para calmar su sed y además de limpiar las heridas de su cuerpo.

La joven muy perversa, con toda su mala fe, deja que el agua caiga al suelo. El joven hombre agotado de los desprecios y humillaciones que le hacia la muchacha, razona que le va a dar un buen escarmiento y es cuando le hace una invitación a que pasearan por la montaña, para que conociera a donde habían los mejores panales de miel, por supuesto que la invitación tenía un poco de venganza.

Ella increíblemente aceptó la invitación. Una vez que llegan a la montaña le propone que subiera al árbol más alto que existía, la muchacha en su afán de conseguir la más pura miel, llega a la cima del arbusto, mientras que el muchacho también ascendía por el otro lado del árbol.

Cuando se asegura que la muchacha está instalada, comienza sigilosamente a descender, cortando con un hacha cada rama que iba pasando en su travesía, con lo que dejó el árbol liso para que su hermana no pudiera bajar.  (Ver Artículo: Almamula)

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El muchacho se fue alejando lentamente, y la muchacha quedó en lo más alto del árbol, presa del terror, cuando cayó el ocaso y la oscuridad de la noche, su miedo se transformó en horror.

Al pasar el tiempo y las horas y en la lúgubre y fría noche, su garganta seca de tanto gritar y su lengua enmudecida, temblaba de frío y sentía en su espíritu un remordimiento que no podía controlar en su mente.

Comenzó a sentir más aun una sensación de terror, al ver que sus pies se convertían en garras filosas, como si fuera un búho, su nariz y las uñas se arquearon, sus manos se comenzaron a transformar en enormes alas, y todo su cuerpo se transformaba y llenaba de enormes plumas, observó que se transfiguraba en un ave nocturna.

Esto dio origen al Kakuy, el desespero que desgarró su garganta con los fuertes gritos, con que llamaba a aquel hermano, que resonaban por las oscuras noches en las montañas de donde se escuchaba: ¡Kakuy! ¡Turay! ¡Kakuy! ¡Turay!….. que en el lenguaje quechua significa “¡Hermano…Hermano!”.

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También existe otra versión de urutaú, que cuenta en su leyenda que se trataba del dios Sol, que lo simbolizaba un elegante adulto, que se daba a la tarea de conquistar a Urutaú, quien era un hermosa joven; después de enamorarla, se marcha a otro lugar, que transformado en el resplandeciente astro viajero se posiciona en lo más alto del cosmos.

Ella, agobiada en su sufrimiento y abandono, se sube a lo más alto  de un frondoso árbol, donde se instala para verlo incansablemente y para siempre.

Cuenta la leyenda que cuando el sol cae en el ocaso por el horizonte, Urutaú llora desconsoladamente por su ausencia, y emite su llanto de desespero y gritos lastimosos, que solamente son calmados cuando su amado Sol aparece en cada amanecer por el oriente.

Curiosidades del mito kakuy

El contenido de este mito representa la unidad teogónica, cosmogónica y antropogónica que quiere expresar, la unidad de las entidades, el universo y el hombre, que se describe:

En lo teogónico

  • Representa un árbol alto: que figura el eje del centro del universo que une lo divino con lo terrenal.
  • Una deidad imaginaria que resguarda las colmenas
  • Metamorfosis de la muchacha en un ave, símbolo que representa lo divino (Ver Artículo: Dioses Mapuches)

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En lo Cosmogónico

Se refiere al espacio y tiempo, de una leyenda que se desarrolla en tiempos remotos, que sucede por:

  • La desaparición física de los padres, quedando los dos hermanos huérfanos
  • El desprendimiento de las ramas del árbol como separación de las uniones de la tierra y el cielo

En lo Antropogónico

  • La transformación de la hermana en ave de rapiña.

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Cuento del Kakuy para niños

…..Era una vez que habían dos hermanitos, una niña llamada Huasca y el niño llamado Sonko, que habían quedado huerfanitos y vivían solos dentro del bosque, en un pequeño rancho que era propiedad  de sus padres.

El niño Sonko era de buen corazón y noble, que siendo el hermano mayor de Huasca, sentía un gran cariño por su hermanita, tanto así que la trataba como si fuera su madre, pero la niña era de malos sentimientos, era descuidada y no le prestaba atención.

Fueron creciendo y cuando se volvieron muchachos, Sonko comenzó a trabajar y traer alimentos para que su hermana se alimentara, se dedicó a trabajar fuertemente para conseguir frutas, miel, carnes y pescado que él sabía que a su hermana le encantaban.

Para consentirla le llevaba lo que más le gustaba. Pero su hermana Huasca no era lo más cariñosa y atenta con Sonko, lo trataba de mala gana, lo peleaba y era perversa con él, sin embargo, el hermano no le daba importancia a su falta de cariño y malas actuaciones, porque Sonko continuaba con su esmerado cariño hacia su grosera hermana.

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Su amor era tan grande para su hermana Huasca, que cuando encontraba las más exquisitas frutas las recogía para llevárselas a la muchacha. Un día cuando regresaba al rancho, cortó los más dulces y exquisitos frutos, los guar dentro de una cesta especial, que él mismo había elaborado para almacenar  allí los tesoros alimenticios, que le llevaba con gran alegría  para su querida hermana los deleitará. Salía corriendo del trabajo, y mientras tanto pensaba:

“Mi hermana Huasca estará contenta cuando vea estos sabrosos frutos, seguro me habrá preparado comida para almorzar, y yo le regalaré estas hermosas chirimoyas y exquisitas algarrobas. ¡Mi hermanita es tan glotona¡ si tuviera un corazón más dulce y cariñoso conmigo¡ ….porque con  los demás es muy buena persona…. es tan cariñosa, es sólo conmigo que es ordinaria y malvada”.

Hubo un momento que se detuvo para reparar las frutas, debido a la prisa que lleva y no deseaba que sufrieran ningún daño, y continuaba razonando:

“¿Por qué será que Huasca se comporta conmigo tan inclemente?”…. ¡pero no importa lograré a que me quiera, con mi cariño ella me llegará a querer!”

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Con mucha alegría y esperanza llegó al rancho, y al lado de la choza había un telar rústico, donde se veía una manta de llamativos colores que estaba comenzada, lo que demostraba que Huasca trabajaba, y una canción muy sutil salía desde el interior del rancho, era la voz de su querida hermana, él ilusionado con el regalo que le llevaba, exclamo: “¡Huasca!… ¡Huasca!… ¡Hermanita!…”

A lo que salió a su encuentro, en las puertas de la choza, una bella doncella de piel morena, con la canción que entonaba sus labios, una mirada brusca, llena de resentimiento, se dirigió a su noble hermano y le contestó de forma grosera y áspera, exclamando: “¡ Que quieres?!

Sonko, asombrado de la actitud de su hermana, quedo desesperanzado, sintiendo que su corazón se inflamaba y le latía fuertemente con dolor al sentir el desprecio de la malvada hermana. La actitud de la hermana no lo amilanó, resistió el sufrimiento y se quedó callado, porque se había prometido lograr que su hermana lo quisiera, y que no abandonaría el cuidado de ella, y con su voz tierna le dijo: “Golosa mira lo que te he traído, es sólo para ti”.

A lo que de inmediato los extrajo del canasto, donde se veían hermosos y apetitosos frutos, cuando la malvada hermana lo vio, sólo exclamo:

“¡chirimoyas y algarrobas!” “me encantan”, sin decir ni una sola palabra de gracias al noble muchacho, le arrebató de sus manos el canasto y entro al rancho. El muchacho también ent al rancho, sin pronunciar ni una sola palabra; la comida era un atol que aún se estaba cocinando a fuego lento.

Como tenía hambre agarró una vasija para llenarlo con el alimento, su hermana al verlo le dio un golpe fuerte en la mano y le gritaba enojada: “¡no agarres eso!”, “¡ o es que tu crees que yo preparo los alimentos para que tu comas”! ¡”que cómodo eres!¡no te lo pasas en acá y cuando regresas todo estas preparado!” “!llegas a estirar la mano para servirte!”, y con voz dominante, le dijo: ¡Vete turay! ¡Cacuy turay!

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…”Huasca, yo también trabajo, salgo a buscar miel, y estoy labrando la tierra para cultivar alimentos” y “cuido el rebañito de cabras”, y con su tono de voz humilde: “Hermanita razona, tengo hambre dame un poquito de mazamorra y regálame un pedacito de patay”.

A lo que ella con actitud agresiva y fuerte le dice: “Ya te dije que no, si quieres comer, tú mismo te la tienes que preparar, todo esto es mío”.

El muchacho quien tiene apetito, le implora: “!dame una de las chirimoyas que te he traído”.

La muchacha con su mal carácter le dice: “ni una sola te voy a dar, dijiste que eran para mí, y yo me las comeré todas”.

Sonko hambriento, la mi con ojos de tristeza y bañados en lágrimas, pero no le contestó, con la cabeza agachada salió del rancho, mientras que se preguntaba: “no entiendo por que mi hermana me trata tan mal y egoísta, por que me niega un poquito de mazamorra y un pedacito de patay, si siempre he tratado de complacerla”.

Ese día se fue al bosque, donde se lo pasó caminando entre la espesa selva, comiendo frutas silvestres; cuando ya se hizo de noche regresó al rancho y se acostó a dormir, pero la actitud de la hermana no lo hacía conciliar el sueño, y pensaba como agradaría a su hermana.

Al amanecer se fue a trabajar y pensaba en un regalo maravilloso que le agradaría a Huasca, y pensaba mirando al cielo: “Si mi hermana me quisiera, que felices fuéramos, viviríamos unidos con gran cariño y nuestros padres nos darían su bendición desde la estrella donde están”.

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Caminando observó un árbol que tenía un jugoso fruto y pensó que a su hermana le gustaría, como pudo trepó el espinoso arbusto y agarró el espectacular fruto, para llevárselo de regalo y así ganarse su cariño. Mientras que agarraba el fruto, una feroz espina se le clavó en una de sus manos, que le propició un desangramiento y su mano se comenzó a tomar un color morado e hincharse.

Esto le ocasionó un inmenso dolor y trataba de extraer la espina pero no podía; al sacar la espina de su mano sintió que moría, su cabeza casi le estallaba de dolor y su garganta estaba seca, ya no tenía fuerzas, como pudo se fue a la choza, suplicando  a su hermana que lo auxiliara: “Huasca por favor!”.

La hermana corrió en su auxilio, lo abrazó y lo ayudó a sentarse, le curó las heridas y le dio agua con miel para calmar la sed. Sonko, a pesar del dolor físico que tenía, no podía creer el trato cariñoso que le daba su hermana, pensaba que todo era un sueño.  Pero repentinamente, su hermana cambio de actitud, se volvió burlona y malévola.

Fue entonces cuando a  Sonko lo embriagó un sentimiento de venganza hacia la perversa hermana. Se fue al bosque a pasar su dolor físico y sus sentimientos heridos, mientras que planificada la forma de cómo se vengaba de su hermana. Un buen día regresó al rancho, llevándole obsequios a su hermana, comenzó a llamarla: “¡Huasca, Hermanita, te he traído algo de comer que te va a fascinar, mi golosa!”

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De inmediato ella le pregunta: “¿Qué me traes Turay?”

Él le responde: “¡Una hermosa colmena, vamos a buscarla que toda la miel es para ti, acompáñame”!

Ella muy interesadamente, aceptó ir con Sonko a recoger la miel. Mientras que caminaban por el campo, las hermosas plantas y flores los aplaudían al pasar y los  sabrosos frutos se les brindaban para que se alimentaran. Con esfuerzo comenzaron a subir la cima de un gigante árbol que existía en la montaña y una vez que la hermana había llegado a la cumbre, Sonko disimuló que agarraría  la colmena.

En eso sacó de la cintura un hacha, con la que comenzó a bajar y cortar cuanta rama se encontraba a su paso y dejando la corteza del árbol lisa, para que la infeliz hermana no pudiera bajar.

Cuando el muchacho ya estaba en tierra, se fue alejando de lugar sin importarle que su hermana quedara abandonada en aquella montaña, así fueron pasando las horas y Huasca comenzó a sentir miedo, porque no veía ni tampoco escuchaba la voz de su hermano.

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Llegó la noche y la oscuridad, a la muchacha la invadió la angustia y desespero, y comenzó a dar gritos de lamento: ¡Turay! ¡Turay!.

Asombrosamente, su cuerpo comenzó a sufrir transformaciones, su boca se convirtió en un curvado pico, sus uñas se formaron en garras y todo su cuerpo se cubría de plumas, en segundos era una ave que sólo podía emitir un grito doloroso, que continuamente repetía: ¡Cacuy turay! ¡Cacuy turay!, en señal de arrepentimiento y con lo que pide perdón a su hermano.

Conoce sobre este pájaro

El ave Kakuy es bautizada con este nombre por los quechuas, es un animal de rapiña y sus actividades son nocturnas, le gusta habitar en lo más alto de los árboles, donde se posa rígida con su pico hacia arriba, para cazar algún insecto que le pase por su lado de quienes se alimenta.

Tiene la gran habilidad de camuflarse, para no ser vista por sus presas ni contrarios, también se le conoce como un ave fantasma, porque puede aparecer y desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.

Las tonalidades de sus plumas son de color gris, marrón y negro, pueden ser similares a los colores de los troncos, a donde se posa y se confunde con las ramas de los árboles, su vida es sedentaria y no le gusta migrar de su lugar, de su hábitat.

Sus medidas oscilan entre 38 y 40 centímetros de largo. Posee unos enormes ojos de color amarillo y saltones, que los utiliza como reflectores emitiendo una luz entre amarilla y naranja, su cuello es grueso y corto, su cabeza es chata.

El kakuy tiene la particularidad que cuando nace del huevo ya viene cubierto con plumas de color blancas y a medida que se va desarrollando se tornan del color normal. Una vez que llegan a ser adultos su plumaje se convierte en color marrón con pintas de color amarillas, negras, blancas y grises, lo que los hace no muy notorios por los humanos.

Kakuy

Es un ave que generalmente se comporta de manera tranquila y silenciosa, cuando canta es para comunicarse con su pareja o con sus hijos, y algunas veces lo hace por las noches.

Para diferenciar estas aves de quien es la hembra o el macho, es un poco cuesta arriba, si se tiene suerte, se podría visualizar a la hembra cuando pone sus huevos en las cimas de los árboles, o también cuando ésta empolla los huevos durante la noche, mientras que el macho empolla los huevos durante el día.

Los huevos sólo los ponen por temporada, en la parte más alta de un árbol dejándolo entre orificios de algunas de las ramas. Sus huevos tienen unas medidas entre 10 y 12 centímetros de largo, son de color blancos con manchas grises, y marrones, algunas veces son de color rojo. Su hábitat preferido es en las selvas. No es recomendable que este tipo de aves sean domesticadas, ni tenerlas como mascotas.

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El kakuy suele salir de su lugar para alimentarse, cuando se esconde el sol, y su comida es a base de insectos de tamaños grandes, que pueda visualizar por la noche como los gusanos, moscas, grillos, mariposas, termitas, hormigas, escarabajos; al parecer le agrada a su paladar todo insecto que sea crujiente.

Así es su canto

El canto de esta ave es un llanto desconsolado y parecido al silbido que emite un ser humano. Curiosamente, esta ave muchas veces es exterminada a pedradas por considerarla como un pájaro de mal augurio, por su canto melancólico, pero en realidad se trata de un ave dulce que no le ocasiona ningún daño al humano.

Poema del Kakuy

El poeta conocido como Rafael Obligado, le escribió un poema dedicado a esta enigmática ave, a continuación se describe:

“… y así te digo, porteño,

que en la casa del barranco

no hay tal mujer, ni tal padre,

pues, lo que es ella, es un pájaro,

y el hombre aquel, que allí mora

y baja solo, es su hermano,

ánima ya, porque el pobre

anda hace un siglo penando;

y los gemidos que oíste,

no en su aposento, en un árbol,

son del kakuy que en la noche

va a sollozar a su lado”.

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Canción dedicada a kakuy

Esta ave siendo famosa dentro de la cultura argentina, también le fue dedicada una canción, escrita por Juan Carlos Carabajal, interpretada por Horacio Benegas y la música de Jacinto Piedra. A continuación le dejamos para su deleite la conocida canción denominada Hermano Kakuy.

Cuenta la gente

allá en el pago,

lo sucedido

entre dos hermanos.

Cuando el volvía

de la jornada

agua y comida

jamás encontraba.

Cansado un día

de soportarla

la llevó al monte

para castigarla.

Con triste grito

busca a su hermano

Kakuy se llama

y vive penando.

Sobre de un árbol

ella esperaba

mientras el mozo

de allí se alejaba.

A sus reclamos

los llevó el viento

y en su garganta

quejumbre y lamento.

De esta leyenda

no hay que olvidarse

que los hermanos

no dejen de amarse.

Con triste grito

busca a su hermano

Kakuy se llama

y vive penando.

https://youtu.be/0Ke80Z9QAFE

Actualizado el 25 junio, 2021