Religión de los Toltecas

Religión de los Toltecas: Costumbres, Dioses y más

La Religión de los Toltecas incluye un conjunto de creencias religiosas que guiaba a todo un pueblo de carácter guerrero, con elementos particulares, que los hacen únicos. Los Toltecas eran de tipo politeísta, buscaban en la religión la protección y el bienestar para la vida diaria, en contra de sus enemigos, contra la muerte y para el paso de sí mismos hacia la unión con los ancestros.

Religión de los Toltecas

Introducción

La poderosa Civilización Tolteca es indiscutiblemente uno de los pilares para las civilizaciones posteriores en la época Precolombina en la Mesoamérica previa a la Conquista por parte de los Españoles; su nombre es tomado como un símbolo del origen de toda una cultura, no en vano el término Tolteca puede traducirse como ‘Maestros constructores’.

Historiadores han considerado a los Toltecas como los antecesores de la otra de las grandes civilizaciones presentes en el suelo Mexicano como lo son los Aztecas, ya que estos los mencionan entre sus tradiciones como el origen de su pueblo, siendo parte importante de su pasado glorioso, transmitido de generación en generación vía oral, mediante mitos y leyendas en las que el los Toltecas eran considerados como los míticos antecesores de su propia civilización.

 Los Toltecas

Los Toltecas en sus inicios como civilización eran fundamentalmente un pueblo nómada, los cuales detuvieron su eterno recorrido en el año 750, para conquistar, poblar y establecerse en la ciudad de Teotihuacan, lugar desde donde se comenzaron a formar los cimientos de su cultura.

En este periodo todo estaba centrado en la idea de colonizar, primero lo hicieron en la Meseta Central de México, actualmente en esta zona están los estados de Ciudad de México, Tlaxcala, Morelos, Hidalgo y Puebla.

El pueblo Tolteca tuvo un inicio donde la religión era predominante y guiaba al pueblo en todo sentido, con el paso del tiempo el espíritu guerrero se apoderó de sus corazones y se transformaron en una sociedad orientada a la conquista, donde la base de la sociedad y de la religión eran crear y mantener orgullosos y fuertes guerreros que expandieran su dominio.

Religión de los Toltecas

El desarrollo de la Civilización de los Toltecas abarcó el periodo clásico y post clásico mesoamericano, teniendo su apogeo entre los años 800 hasta el 1200 d.c.

Para los Toltecas su casta militar era importante, pero la religión era esencial; este pueblo basa sus creencias religiosas en la existencia de múltiples Dioses, también adoraban los elementos de la naturaleza, para sus elaborados rituales la figura de los chamanes era respetada, admirada y gozaban de impresionantes privilegios donde su palabra era ley.

En cuanto a religión, los Toltecas basaban sus creencias en muchas deidades, pero la devoción más marcada en este pueblo es para Quetzalcóatl (serpiente emplumada) que representa el orden, el trato civilizado y el bienestar, y su contraparte Tezcatlipoca (espejo que humea) que es la representación del caos y la maldad, una de estas deidades regía la vida, la otra la muerte. dando una singular característica dual a sus creencias religiosas.

Los conocimientos religiosos, culturales, militares y astronómicos fueron sin duda la influencia de la mayoría de los pueblos originarios de Mesoamérica, quienes se consideraban los orgullosos herederos de todas esas habilidades y sabiduría universal, por lo cual el linaje Tolteca era expuesto con mucho respeto, como las autoridades máximas que labraron el camino de sus sucesores y a las cuales se les debía el culto necesario para mantener su carácter benévolo.

Religión de los Toltecas

Origen de los Toltecas

El origen de los Toltecas según cuenta la leyenda se debe a que dirigidos por el Rey Mixcoatl, llegaron a Tollan-Xicocotitlan, ya estando en este lugar, el hijo de este personaje mitológico llamado Topiltzin se consagró en un ritual único al Dios Quetzaltcóatl, del cual tomó su nombre y comenzó a reinar en el nombre de esta Deidad.

Durante su reinado Topiltzin, el gobernante alcanzó grandes logros y la prosperidad de su pueblo estaba en niveles altos, todos tenían para comer, producir, trabajar y prosperar. Las tierras bajo su mando aumentaron su extensión, luego de sangrientas luchas y conquistas, ahora tenían un basto territorio que incluía las ciudades cercanas a su asentamiento principal. Entre estas ciudades estaban Culhuacán y Otumba, con la cual se habría de formar la llamada Triple Alianza Tolteca.

Topiltzin fue un gobernante formidable, tenía muchas y muy buenas ideas, analizó el calendario existente y realizó modificaciones al mismo, también le enseño a su pueblo el beneficio de trabajar el hierro, introduciendo la metalurgia en la cotidianidad, a cambio de todo este esplendor añadido a la Civilización Tolteca, se construyeron palacios y templos para honrar a este poderoso e inteligente gobernante.

Alrededor del Siglo X, Topiltzin y Quetzalcóatl , entraron en una lucha sin precedentes, el Dios Quetzalcóatl salió victorioso y el Rey Topiltzin tuvo que de manera deshonrosa huir con los partidarios que le apoyaban, en dirección Sur. A su paso se encontró con algunos pueblos a los cuales fue venciendo uno a uno, entre ellos estaban los primeros Mayas, los cuales tenían su lugar de privilegio llamado Chichén Itzá, que ahora pasaba a manos de Topiltzin y su gobierno.

Esta grandiosa civilización entro en declive en el año 1150 d.c., un tiempo después que su gobernante de turno establece su capital en Chapultepec, ya que según relatos que se recogieron de este periodo, varios pueblo los atacaron constantemente causando daños graves a su construcciones, su población se vio mermada por la guerra y la falta de alimento por culpa de la sequía.

La Civilización Tolteca tuvo una gran influencia en la cultura Maya, existen distintas teorías que han surgido a través del tiempo según los historiadores que explican su relación, algunos se inclinan por afirmar que es un hecho confirmado que existiera una relación real, aunque no hay pruebas físicas que aseguren que los Toltecas invadieron Yucatán.

Lo que si está comprobado es que la relación es evidente en la manera de hacer transacciones comerciales, la agricultura, la arquitectura, la organización socio política y los aspectos religiosos entre ambas culturas, una muestra de ello es que los Mayas tienen entre sus Deidades al venerado Dios de los Toltecas Quetzalcóatl.

Aspectos Culturales

Los Toltecas tuvieron su apogeo entre los Siglos X y XII, se encontraban ubicados en la zona central de México y debido a su poder militar y sus ansias de conquista para expandir su territorio, rápidamente se adueñaron de toda la región.

Cabe destacar que  las principales características de su cultura  son las siguientes:

Al principio, los Toltecas son un pueblo predominantemente nómada; fue en el año 511 a.c. que se fueron de Huehuetlapallan y durante el transcurso de su viaje, el cual duró el increíble tiempo de 104 años, el pueblo fue gobernado por 7 conocidos como Supremos Gobernantes, durante este largo periodo, entre le año 667 y el año 1052 d.c. los Gobernantes quedan ordenados desde el más antiguo hasta el último del que se tiene conocimiento:

  • Chalchiutlannetzin, quien gobernó desde el año 667 hasta el año 719 d. c.
  • Ixtlicuechahuac, gobernó desde el año 719 hasta el 771 d. c.
  • Huetzin, esté gobernó durante los años 771 hasta el año 823 d.c.
  • Totepehue, gobernó durante el año 823 hasta el año 875 d.c.
  • Nacaxoc, gobernó desde el año 875 hasta el año 927 d.c.
  • Mitl, gobernó desde el año 927 hasta el año 976 d. c.
  • Topiltzin, gobernó durante los años 1031 hasta el 1025.

Xiuhtzatzin, este fue una reina que murió a los 4 años de haber agarrado el mando. Luego gobernó la nobleza del estado Tolteca durante 48 años.

religión de los Toltecas

Luego de partir llegaron a su primer destino el cual fue Tollantzinco, lugar donde estuvieron solo por 20 años, para luego llegar hasta Tollan o Tula donde su reino creció y tuvo un desarrollo impresionante.

En este sitio en el año 667 d.c. los Toltecas se transformaron en un pueblo con características monárquicas, bajo la cual el pueblo vivió durante los siguientes casi 400 años viendo el reinado de 8 reyes diferentes.

Su modo de vida nómada cambió drásticamente cuando decidieron asentarse en la Ciudad de Tula, la cual actualmente es el centro de México, donde comenzó a verse el aspecto más marcado de la transformación de la Civilización desde sus orígenes es el paso de ser un pueblo con una marcada tendencia a la paz y la religión, a volverse toda una potencia guerrera.

Los Toltecas vivían de la agricultura, de la elaboración de finas artesanías, del comercio y de abastecerse de otros pueblos que resultaban vencidos en batalla, tomando de ellos sus bienes materiales, tierras, joyas y prisioneros de guerra que se convertían en mano de obra esclava.

Realizaban rituales para pedir favores a los Dioses, para agradecer y para mantener aplacada la ira divina. Sus rituales ceremoniales más significativos, involucraban a todo el pueblo e incluían en algunos casos sacrificios humanos.

Organización social 

En cuanto a la organización social, los Toltecas tenían una estructura bien definida en la cual se incluye a toda la población, siempre bajo las ordenes indiscutibles del Supremo Gobernante, una persona a la cual se le consideraba como una Deidad y la cual tenía poder absoluto para decidir todos los aspectos de la vida de su pueblo, esta figura líder se llama Tlahtoque.

Un poco más abajo en la cadena organizativa están los sacerdotes y los guerreros, los primeros se encargaban de atender los ritos y ceremonias necesarias para guiar al pueblo y mantener las tradiciones y costumbres basadas en leyendas y rituales sagrados. Los guerreros se ocupaban de la defensa de su cultura, de sus tierras y de su honor como pueblo, aunque la premisa de los Toltecas era el atacar a otros pueblos para expandir su territorio.

También estaba la clase servil, la cual estaba integrada por los agricultores, quienes cumplían largas jornadas de trabajo para mantener las reservas de comida para todos; de hecho todos los Toltecas que contribuían con su trabajo para la economía del pueblo eran considerados como serviles, así que los carpinteros, artesanos y otros trabajadores se consideraban necesarios, como la base de la pirámide de toda la organización.

Un punto controversial es que a los Toltecas además de que cumplían su papel de guerreros conquistadores con mucho empeño y de buen agrado, se inclinaban por tomar a todos los que sobrevivían a sus ataques como esclavos, mano de obra maltratada, mal nutrida, los cuales no tenían ningún derecho y su vida no valía nada; ellos eran el último escalón social.

Otra de las características importantes de esta cultura es que la religión y la vida militar eran parte importante de la vida política, donde sus representantes ejercían los cargos donde se administraban los bienes comunes, controlaban la distribución de las tierras y la participación de los líderes de la comunidad en la economía para garantizar la seguridad de todos; claro que estos representantes eran influenciados directamente por los Dioses, que por medio de ellos cuidaban a su pueblo y lo mantenían fuerte y unido frente a sus enemigos.

Economía

La cultura Tolteca es considerada mayormente como un pueblo próspero, su crecimiento económico les daba estabilidad a sus pobladores. Entre sus actividades diarias estaban la artesanía, el comercio y la agricultura, aunque posteriormente se les sumo la metalurgia.

La agricultura era fundamentalmente la base de la economía social de los Toltecas, quienes para mejorar la calidad de los cultivos y tener provisiones durante todo el año, crearon una red de canales para el transporte del agua, haciendo más fácil que esta llegara hasta la siembra, y así poder ser productivos durante la época de sequía. Este sistema de riego hizo que las tierras fueran más productivas, en los rubros habituales para ellos como lo son el maíz, el frijol y el amaranto.

En cuanto a las transacciones comerciales, los Toltecas al igual que otras civilizaciones mesoamericanas, era muy importante y base de su economía; el intercambio mercantil se daba a todo nivel, y por medio de esta práctica podían conseguir la materia prima necesaria para realizar sus imponentes construcciones, las cuales estaban dispersas  por todo el asentamiento.

Este pueblo experto en la lucha armada y la conquista de los territorios, basó mucho de su poderío en la expansión de tierras, su pueblo podía sentirse con la tranquilidad de que sus guerreros eran casi invencibles. Las riquezas pertenecientes al estado tuvieron un incremento sustancial cuando los Toltecas recurrieron al cobro de tributos, que debían pagar los pueblos conquistados, entre estas riquezas están productos tan finos y valiosos como el nácar y otros materiales con los cuales se realizaban finos trabajos artesanales.

Lengua y escritura 

Los Toltecas hablaban el idioma Náhuatl, el cual es la lengua materna de todas las civilizaciones mesoamericanas, la cual apareció en VII y se continuó utilizando hasta el Siglo XIII. La escritura pictográfica que era utilizada por lo Toltecas estaba bien desarrollada, en ella podíamos encontrar consonantes y vocales, las cuales se organizaban de tal forma que se era sencillo el formar y comprender palabras para lograr establecer la comunicación.

La lengua Náhuatl es uno de los dialectos Mexicanos más conocidos desde la época de la colonia, tuvo una evolución en la cual fue formando tres variantes según  el lugar donde se hablaba, los cuales podía tener pequeñas variantes del idioma.

En relación a esto tenemos el Náhuatl Central que era como se hablaba en la zona de Hidalgo, Tlascala, y en el Centro Sur de Puebla, también está el Náhualtl Oriental que era utilizado por los habitantes del Noroeste de Puebla, Veracruz y el Sur de Guerrero, y finalmente el Náhuatl Occidental que era comúnmente hablado en el Norte de Guerrero, Jalisco y en Durango.

En la cultura Tolteca se ha comprobado la existencia de escritos sobre temas variados, teniendo predilección por exponer asuntos cotidianos del mundo que los rodeaba. Por este motivo, la mayoría de los símbolos que han sido encontrados describen los objetos, paisajes, rituales y aspectos culturales que eran vistos y utilizados cada día.

Vestimenta

Para el  pueblo Tolteca era imperioso el tener estatuas, monumentos y pinturas que eran un reflejo cultural de la realidad que vivían, como una expresión de sus gustos, costumbres y tradiciones, los cuales estaban dispersos por toda la ciudad, como un recordatorio de lo rica de su cultura y lo orgullosos que estaban de ella.

Es de estas expresiones culturales que tomamos la información sobre como era la vestimenta de los habitantes de este maravilloso pueblo, gracias a estas representaciones, muy bien trabajadas, las que nos ofrecen minuciosos detalles sobre los vestidos que solían utilizar los Toltecas.

La mayoría de los dirigentes y quienes tenían algún cargo de importancia solían andar más cubiertos que el resto de las personas cuya condición social era otra; los miembros de la élite solían vestir cinturones,  capas que en idioma Náhualtl eran llamadas Tilmatli, una especie de faldilla muy corta que se denominaba cueitl y un ichcahuipilli lo cual se describe como una tela gruesa y adornada que era un complemento de la vestimenta para ocasiones especiales.

Las esposas de los hombres Toltecas que tenían una posición social alta, lucían muy distinguidas con sus hermosos vestidos de corte rectangular, llamados quexquémitl, los cuales tenían toques de color y elaborados bordados que los hacían únicos y especiales. Según algunos historiadores, los vestidos y el esmero en los adornos tenían una relación con la fertilidad y la maternidad.

Los Toltecas de las clases más bajas, como los de la clase servil y los esclavos, antiguos prisioneros de guerra, solo llevaban un taparrabos, sin utilizar nada más.

Arquitectura

Los Toltecas dieron un aporte significativo a la arquitectura que existía para el Siglo IX en la región Mesoamericana.

La arquitectura del pueblo Tolteca tiene, entre otras cosas los diseños antropomorfos presentes en sus columnas y esculturas labradas poniendo atención sobre todo a los detalles decorados, utilizadas para sostener el techo de las habitaciones.

Los diseños arquitectónicos de los Toltecas están expuestos en el interior del Templo erigido en honor a Tlahuizcalpantecuhtl quien es considerado por la tradición del pueblo Tolteca como el ‘Dios del alba’.

Estas características también se pueden apreciar en las estatuas de los Atlantes, los cuales se pueden describir como estatuas monumentales, de unos 4 metros de altura, los cuales estaban puestos como soporte de el techo de la pirámide de Tula.

Otro de los aportes arquitectónicos importantes son las columnas que se construyeron con la imponente forma de una serpiente emplumada, en alusión al Dios Quetzatcóatl, lo interesante de esta escultura es que tiene la cabeza en dirección hacia el suelo y la cola levantada hacia arriba, en una posición en la que sostiene el dintel de la entrada de la habitación principal.

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La población Tolteca era muy numerosa, solo la ciudad principal de Tula, llegó a tener un número de por lo menos 30 000 habitantes, los cuales vivían en grandes y complejos asentamientos divididos en casas de una sola planta, dispuestas una al lado de la otra, con sus paredes y techos adornados con acabados de adobe.

La habilidad de los Toltecas en la arquitectura no era manifestada solamente en la construcción de templos, palacios o grandes proyectos, también se pueden observar este afán de perfección en el diseño y el esmero en la calidad para realizar la construcción de las viviendas para el pueblo.

Un aspecto importante que debe mencionarse es la importancia de la religión en la estructura organizativa del interior de la casa, donde era importante tener un lugar privilegiado para el altar en la zona central de la casa; alrededor de esto, se ubican las habitaciones, para la cocina era dispuesto un horno de cerámica y lugar para almacenar alimentos.

En la cultura Tolteca se manifiesta claramente el dominio de la arquitectura, lo cual se puede constatar en las grandes construcciones dispuestas por todo el territorio conquistado, en los cuales el pueblo tenía para su disponibilidad tres clases de viviendas, las casas más grandes que ocupaban según la jerarquía y la clase social de los habitantes, las unidades residenciales que eran un poco más pequeñas y los palacios enormes que eran solo para los sacerdotes, el gobernante supremo y los mejores guerreros.

La población Tolteca tenía en sus ciudades muchas similitudes con Chichén Itzá, a pesar de que quedaban lejos una de la otra, una quedaba al norte de Ciudad de México y la otra al en Yucatán. Estas características similares son de tipo arquitectónico, de temática y de diseño presente en las edificaciones y templos de adoración a los Dioses.

Lo más probable, según los historiadores, es que los Toltecas en su afán de conquista se apoderaron de Chichén Itzá, o que personas nobles que habían dejado la ciudad por voluntad propia, se establecieron en este lugar y transmitieron su conocimiento sobre diseño arquitectónico a los habitantes, quienes construyeron la ciudad utilizando estos conocimientos como guía.

Para finalizar, debemos destacar un elemento de la arquitectura que ha sido conocido y admirado desde que fue construido, la Pirámide B, la cual tiene figuras que tienen como mínimo 4,6 metros de altura, las cuales según los historiadores y arqueólogos, se utilizaban para sostener el techo de un gran templo.

Los Atlantes estaban decoradas con mosaicos, que tienen además de su decoración, joyas y plumas incrustadas, lo cual los hace exquisitos y un verdadero tesoro. Estas impresionantes obras fueron realizadas como pinturas en honor a Mixcóatl, quien fue el padre de Quetzalcóatl, Dioses muy venerados en la cultura Tolteca.

La religión de los Toltecas

Una de las características de la religión en la mayoría de las civilizaciones precolombinas es su culto a determinadas deidades. La religión de los Toltecas dejó un legado significativo para otras culturas, ya que la representación de sus deidades pasaron a ser parte de la devoción de pueblos que vivieron en épocas posteriores, quienes sintieron directamente la herencia de la influencia de las  tradiciones, leyendas y creencias de este maravilloso pueblo.

La religión de los Toltecas tuvo creencias muy particulares, pues tenía factores y elementos definidos que la hacían sólida, por lo cual estaba totalmente arraigada en los corazones y en la mente de sus pobladores y en los creyentes de otras civilizaciones.

Primero es relevante aclarar que la religión de los Toltecas tiene una dualidad en cuanto a el Dios que como ser supremo y creador se debe venerar, para algunos el regente máximo estaba relacionado con la vida y el bien, para otra parte del pueblo, estaban bajo el amparo del Dios del mal y la muerte, lo cual para los historiadores era un motivo de clasificarlos como una civilización de doble creencia.

También se debe tomar en cuenta que la religión de los Toltecas tenía su parte que consistía en las creencias por parte de la población que le gustaba rendir culto a las deidades que representaban algún beneficio obtenido de la naturaleza, por ejemplo, eran conocidos los Dioses de la lluvia, la tierra, el cielo, el viento, la luna y el sol; cada uno de ellos tienen rasgos y rituales específicos que les daban a las personas más opciones de culto a las cuales seguir según sea su preferencia.

La religión de los Toltecas estaba muy arraigada en su pueblo, era parte importante en la vida de cada uno de ellos, debido a esto, cuando llegaron  tratando de evangelizar estas tierras, los pobladores no cambiaron de opinión fácilmente, este aspecto de la cultura Tolteca junto con el ámbito militar son las creencias que han perdurado en el tiempo y en lo que el pueblo nunca cambió de opinión totalmente.

Para algunos historiadores las características de las ceremonias y rituales de la religión de los Toltecas eran consideradas barbáricas, pues recurrían a sacrificios humanos para complacer a los Dioses y gozar de sus bondades, así como también utilizaban esta práctica para apaciguar su ira o agradecer los favores concedidos.

La religión de los Toltecas también tenía lugar para el esoterismo, donde el pueblo buscaba guía en algunos dogmas filosóficos, en los cuales según las tradiciones y las leyendas tenían poderes adivinatorios, de protección y de conocimiento ancestral. Algunos se regían por rituales realizados bajo la mágica presencia de la luna, lo cual era común en las ceremonias funerarias donde a los cadáveres se les colocaba en una posición determinada y se les arreglaba para su paso triunfal hacia el otro mundo.

Características de la Religión de los Toltecas

La religión de los Toltecas, era de tipo chamánica, la cual se basa en que el mundo real tal y como lo conocemos está bajo el dominio de fuerzas míticas o espíritus invisibles, quienes con sus poderes afectan e influyen en la vida de las personas comunes.

En el chamanismo es necesario de la guía de un personaje conocido y versionado en otras religiones, conocido como Chamán, quien debe tener la capacidad de analizar y determinar cual es el sufrimiento que aqueja al consultante de sus poderes y hacer un diagnostico para encontrar la forma de liberarlo de aquello que lo hace sufrir. También el chamán podía curar el alma, el cuerpo y causar daño a  voluntad a los enemigos de quien le encomendara esta peculiar tarea.

La religión de los Toltecas tenía algunas prácticas religiosas que podían realizarse en cualquier lugar, dependiendo de lo que se quería destacar de  acuerdo a las circunstancias, era muy común que este tipo de rituales se hicieran al aire libre, sin necesidad de acudir al templo. Este tipo de práctica eran generalmente chamánicas y politeístas.

 Politeísmo 

La religión de los Toltecas puede clasificarse como politeísta, es decir tienen creencias doctrinales en las que adoraban múltiples Dioses, aunque su referencia de máxima Deidad era transmitida por Quetzatcóatl, también habían múltiples deidades menores que intervenía en la vida diaria de las personas para ayudar en la cotidianidad.

Además del ser supremo el Dios Quetzatcóatl, existía su contraparte, cuya diferencia era como del día a la noche, era el Dios Tezcatlipoca, quien se supone tuvo problemas con el mencionado Dios y lo  obligo a irse, con en un exilio auto impuesto. Existen relatos que cuentan que Quetzatcóatl se fue voluntariamente para evitar una confrontación mayor, utilizando para ello una balsa de serpientes, siempre con la promesa de regresar a reclamar sus derechos y privilegios.

La religión de los Toltecas era adoradora neta de cada uno de los elementos naturales, entre sus deidades debían abarcar los aspectos comunes de la vida diaria del pueblo, por ejemplo ellos eran mayormente agricultores, por lo cual era frecuente que en las casas se rindiera culto al Dios del Agua, de la lluvia y de la tierra; también era importante para el bienestar del pueblo el fuego controlado, el viento a favor, y todo lo que se relacione con las bondades de la naturaleza.

Existen en el panteón de los Dioses Toltecas podemos encontrar cerca de 400 divinidades, entre ellas algunas muy conocidas como las que rinden culto al sol, la luna y las estrellas, así como también las que se comparten con la mitología de otras culturas, volviéndolas transcendentales y universales.

El Chamanismo

El chamanismo presente en la religión de los Toltecas cubre una gran cantidad de prácticas religiosas, ritos, leyendas y tradiciones ancestrales, realizadas por personas con poderes especiales, escogidos por los propios Dioses entre todos los habitantes, con la condición de que tengan la habilidad de transformarse en un puente entre en cielo y la tierra, para realizar contactos con las entidades que observan el mundo conocido desde el otro plano.

La religión de los Toltecas tenía chamanes que contaban con basta sabiduría y capacidades especiales, quienes actuaban por su cuenta pero siempre llevando la guía basada en las tradiciones y leyendas las cuales debía conocer muy bien.

Para el pueblo Tolteca, era importante que los chamanes tuvieran la facultad de hacer frente a las enfermedades, de comunicarse con los ancestros y con otros espíritus, controlar o apaciguar las fuerzas de la naturaleza, tener visiones sobre un posible futuro, para que el pueblo pueda tomar las decisiones acertadas, estos personajes son algo así como un enlace entre el mundo espiritual y el real.

Se supone que los chamanes tienen una comunicación con el mundo de lo intangible, y pueden contemplar todo, lo que hace que tengan la consciencia de lo que va a suceder, pues los Dioses hacen que puedan advertir al pueblo sobre su propia suerte.

Según la tradición presente en la religión de los Toltecas, el chaman podía mediante el consumo de brebajes y otros ritos, abandonar su propio cuerpo y viajar a donde el quisiera, en este mundo o en el plano astral. Estos estados alterados de la consciencia eran inducidos en los chamanes de manera natural con el control de la respiración, la meditación, el toque de instrumentos como el tambor o la flauta, así como también con otras muchas prácticas chamánicas que los llevaban a entrar en trance.

La religión de los Toltecas es considerada como parte de las artes ocultas; estas creencias, las cuales mayormente consisten en la invocación de espíritus y el conjuro de los mismos,  según la tradición se manifestaban como animales de poder  y otras veces como figuras cambiantes o antinaturales.

Costumbres religiosas de los Toltecas

Las costumbres y tradiciones son el compendio cultural y religioso que se transmite de generación en generación, para pasar el legado de conocimiento y sabiduría en que deben estar presente siempre en la vida de su pueblo.

Los Toltecas eran conocidos como guerreros, constructores y sabios, pues se manejaban de manera excelente es esas áreas; estos conocimientos contribuyeron a que se mantuvieran por mucho tiempo como pioneros en los avances sociales, políticos, culturales y hasta científicos, algo que transmitieron a sus sucesores por medio de leyendas y tradiciones.

Algunos expertos han tratado a los Toltecas como una raza especial, ya que para la época que les tocó vivir, encontraron la mejor manera de explorar el mundo que les rodeaba y  conservar el conocimiento adquirido, sin dejar de lado la espiritualidad.

Las costumbres de los Toltecas, son únicas pues combinan lo real y tangible con lo sagrado y místico, ya que este poderoso pueblo consideraba que la ciencia y el espíritu eran uno solo, así que debían estar los dos en una armonía primordial; también creían que toda la energía que se generaba en el mundo, ya sea física o espiritual, llegaba a ellos de una fuente divina, la cual influenciaba la mente y el corazón de su pueblo para manifestar toda esa bondad proveniente de los Dioses.

Dioses Toltecas

La religión de los Toltecas logró consagrarse en la sociedad originalmente nómada, cuando ocurrió la fundación de la ciudad de Tula, en la cual se observaba una organización social donde todos los niveles de jerarquía se inclinaban delante de los Dioses que tenían cada uno el poder tanto de crear como de destruir.

La característica más controversial de la religión de  los Toltecas, es el sacrificio de seres humanos como parte de las ceremonias que se realizaban en honor de las deidades, si bien es cierto que esta práctica es totalmente inaceptable, se debe tomar en cuenta que para los Toltecas era algo fundamental realizar este tipo de rituales como una manera válida de encontrar esa comunicación requerida con los Dioses

Logrando así una comunicación efectiva, en la cual los seres humanos puedan tratar de obtener los beneficios de las deidades y agradar a los seres que permanecen en el plano astral.  Este concepto era visto como algo común, ya que según la tradición Tolteca, algunos de los Dioses en los cuales creían necesitaban de la sangre humana para continuar con su labor de cuidar a su pueblo.

Por ejemplo, era una costumbre Tolteca, organizar juegos con el objetivo de determinar quienes serían los escogidos para participar en este tipo de ceremonia. De hecho, usualmente los perdedores de los juegos, los prisioneros de guerra, y gente que era consagrada desde pequeña para estos casos, aceptaban su destino fatal con orgullo y como una oportunidad de elevar su espíritu hacia la eternidad.

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La religión Tolteca realmente se ocupaba verdaderamente de mantener las creencias de sus pobladores en que sus Deidades tienen la capacidad de cubrir las necesidades que llegaran a tener, esto estaba relacionado con cualquier aspecto de la vida cotidiana, ya que el pueblo tenía ansias de sentir que podían contar con que los Dioses los protegerían en cualquier momento y en toda situación.

En la religión Tolteca encontramos muchas representaciones de Deidades que son tan diferentes entre sí, en cuanto al poder que tienen y a los favores que pueden conceder.

Aunque de entre todo este panteón de Dioses, existen dos que son considerados como principales, ellos son Quetzatcóatl y Tezcatlipoca. A continuación les damos las características más resaltantes de cada uno de ellos.

Quetzalcóatl

Quetzalcoatl que en la lengua Náhuatl clásica se designa como Quetzalcohuātl, nombre que significa en este dialecto “Serpiente emplumada”, (quetzali es el equivalente a pluma y coatl se puede traducir como serpiente).

La religión de los Toltecas adoraba a Quetzatcóatl desde el Siglo I d.c. Desde el inicio la imagen de la serpiente emplumada gobernó entre los periodos pre clásico y en el comienzo del periodo clásico del orden cronológico de las culturas mesoamericanas; desde donde se extiende hasta el periodo clásico tardío en el año 900 d.c.

El Dios Quetzatcóatl es el más importante de entre todas las Deidades que existen en la religión de los Toltecas, muchas culturas lo consideran la deidad principal. Se le atribuyen atributos tan poderosos como el ‘dador de vida’, ‘la luz’, ‘la fertilidad’, y el conocimiento divino. Algunas veces se le llama también el ‘Señor de los vientos’ y el ‘Regidor del Oeste’.

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Al referirse a Quetzatcóatl, casi siempre se le asocia al color blanco, y también al planeta Venus, ya que era llamado el ‘gemelo precioso’ de la conocida estrella, tal era la devoción del pueblo a la serpiente emplumada que se le creía hermano del lucero que hermosamente adorna el firmamento en dos ocasiones durante el día, por la mañana como estrella matutina y por la tarde junto a la luna.

El Dios Quetzatcóal, tiene dispuesto alrededor de su cuello el llamado “Peto del Viento” (en Náhualt se dice ehecailacocozcatl), ‘la cual es una joya del viento espiral’ realizada con una concha.  Se trata de un talismán que consistía en una concha cortada de manera transversal, la cual era llevada como un collar significativamente mágico por los chamanes y líderes religiosos, según se ha comprobado por los hallazgos arqueológicos en la región.

Este talismán representaba en la religión de los Toltecas los poderosos patrones circulares de los huracanes, remolinos de polvo que con su enorme fuerza elemental eran tomados como símbolo de poder en la cultura de este pueblo.

En los Códices se exhiben dibujos alusivos a Quetzatcóatl y al Dios Xólotl, donde ambos llevan este representativo adorno en el cuello. También hay objetos encontrados que datan de la época donde se pueden ver ofrendas y dibujos de ídolos adornados con el mencionado adorno.

La Serpiente emplumada es tomada como la representación de la dualidad que tienen los seres humanos entre alma y cuerpo; la serpiente es el cuerpo físico, con sus necesidades y limitaciones, y las plumas representan la espiritualidad.

Quetzatcóatl es el título que se les asigna a los supremos sacerdotes consagrados para que sean los líderes de la religión de los Toltecas. También este nombre tiene una connotación especial ya que puede significar ‘príncipe de los Nahuales’ , lo cual hace referencia a Ce Ácatl Topiltzin quien fue el reconocido e idolatrado Rey de Tula. 

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Existen documentos que contienen escritos que se supone provienen del propio Dios Quetzatcóatl, las cuales quedaron recopiladas en una obra llamada Huehuetlahtolli, que en lengua antigua significa las ‘antiguas palabras’, de las cuales han sido publicados interesantes fragmentos.

Los Toltecas tenían la idea de que todo lo que existe en el universo tiene su naturaleza que podía ser buena o mala, de hecho, los Toltecas creían que Quetzatcóatl tenía esta condición de dualidad existencial, lo cual queda en evidencia porque tiene el poder de crear en el mundo, pero también el de destruir.

Prácticamente, el Dios Quetzatcóatl intervenía en todo, su sabiduría universal y su bondad lo convirtió en la Deidad más venerada por el pueblo Tolteca, que luego pasó también a ser parte importante de la religión de otras culturas del continente, sobre todo su influencia es notable en la religión de los Mayas y los Aztecas, quienes le dan un puesto de privilegio entre su panteón de Dioses.

Quetzatcóatl es el símbolo del aprendizaje, la filosofía, la fertilidad, la inmortalidad la consagración, la gentileza y de la cultura en general. Su rival eterno era Tezcatlipoca (el espejo ahumado) que tiene las características completamente opuestas a la mencionada deidad, de hecho, es conocido por su naturaleza violenta, guerrera y su tiranía.

La Serpiente emplumada aparece en diversas manifestaciones artísticas, en pinturas objetos decorativos y grandes construcciones arquitectónicas, según los hallazgos arqueológicos la imagen de este Dios está en todo como recordatorio de su poder y como sentido de pertenencia a este mundo de tradiciones espirituales que protegía las creencias del pueblo Tolteca.

El Templo de Quetzalcoatl es una construcción imponente y de hermosos detalles, que lo convierten en uno de los edificios sagrados más emblemáticos de la época prehispánica. Para describirlo comenzamos por decir que la alfarda, o sea, la franja de piedra que bordea y limita las escalinatas del templo piramidal, muy común en el México antiguo, estaba decorada con un fino y elaborado relieve que culminaba con grandes y significativas cabezas de serpiente.

En la parte de los taludes del templo, están finamente talladas en bajo relieve, unas serpientes que se notan de manera ondulante, como si movieran suavemente su cuerpo cubierto de plumas, acompañadas con motivos dispuestos como adornos que tienen el tema acuático donde se destacan entre estos elementos las conchas y los caracoles.

Esta descripción aplica también a los tableros presentes en el templo al Dios, donde se muestran dos tipos de figuras que se presentan de manera alternada, sobre un fondo que expones serpientes y otros motivos marinos. Una de las figuras es la representación de Quetzatcóatl, como una imponente cabeza de serpiente que parece salir de una flor de once pétalos, siendo esta una visión hermosa de la devoción que se le tiene a este Dios.

En los taludes del templo también se pueden notar las cabezas de serpiente, símbolo de Quetzatcóatl, que parecen estar con ese movimiento rastrero que parece reptar sobre las conchas, los caracoles y otros elementos del lecho marino, lo cual tiene el significado religioso de que esta Deidad es fundamentalmente creadora.

Para los Toltecas el caracol de mar es utilizado como una trompeta, en la cual se puede oír el soplo divino que se vuelve un mágico sonido para el que sabe escuchar, la concha marina simboliza la fertilidad, el nacimiento de una nueva vida.

El templo es un monumento enorme, el cual consiste en una gran plaza de forma cuadrada, la cual forma como una especie de plataformas, el cual cuenta con las extraordinarias dimensiones de 400 metros por cada lado.

Fue construido con los mejores materiales y bajo el diseño impresionante para la época, que demuestra la devoción a la deidad; en uno de sus lados está una escalinata, lugar sagrado para realizar las ofrendas al Dios, custodiadas por cabezas de serpiente que brotaban de rosetones magníficos.

Para finalizar podemos decir que el templo construido en honor a Quetzatcóatl es una manifestación fiel de las creencias y tradiciones que durante muchos años tuvieron un lugar privilegiado entre el pueblo Tolteca y aún hoy para tienen vigencia como una rica y poderosa herencia cultural.

Tezcatlipoca

Tezcatlipoca es el Dios que representa las cualidades contrarias a las de Qetzatcóatl, de hecho, dentro de las creencias tradicionales del pueblo Tolteca, Tezcatlipoca es el representante de la oscuridad, lo cual lo hace rival del mencionado Dios ya que está de parte de los conflictos, la guerra y la tiranía. Uno de los nombres bajo los cuales se le conoce es ‘Espejo negro’, ‘Espejo ahumado’, por su capacidad de distorsionar y engañar para atraer hacia el lado del mal.

En la mitología de los Toltecas y de otras culturas de la región que comparten el idioma Náhualt, Tezcatlipoca es el Dios que representa lo invisible y las fuerzas de la oscuridad; lo cual lo vuelve la figura antagónica de Quetzatcóatl, completando la dualidad de todo el universo, donde no existe el bien sin su contraparte maligna, de hecho, el color que representa a Quetzatcóatl es el blanco mientras que el de Tezcatlipoca es el negro.

Tezcatlipoca al igual que su hermano Quetzatcóatl tiene su presencia en cada lugar y en cada cosa que sucede, también se le considera un Dios creador pero de manera diferente, ya que rige el caos y la muerte, se le asocia al frío y a la oscuridad, que en su momento puede proveer la buena o mala suerte,según sea el beneficio de la petición que se le realiza, por algo es la deidad que se invoca cuando se está en guerra para proteger al pueblo.

La iconografía prehispánica que representa a Tezcatlipoca se caracteriza por una máscara negra la cual cubre su cara y que simboliza el fuego y la muerte, en la mano se le observa un espejo humeante.

Para rendirse culto y representarlo, la figura de Tezcatlipoca generalmente era pintada con un tipo especial de tinte que dejaba reflejos de aspecto metálico, lo cual es una característica fundamental en la iconografía de este Dios, también suele representarse con una franja gruesa sobre la cara y un gran y enigmático espejo en el pecho, con el cual era capaz de ver las acciones y pensamientos de la humanidad, y del cual brotaba humo constantemente, lo cual proviene de la muerte de sus enemigos.

La característica del espejo presente en Tezcatlipoca es un indicativo de los contrastes y de las dualidades que tiene entre sus habilidades, en este misterioso Dios se encuentran algunos elementos que lo asocian irremediablemente con la parte oscura de la existencia, además de la franja negra en el rostro, se le asocia con el jaguar que va acechando directo al corazón de la montaña.

 

Para la religión de los Toltecas, Tezcatlipoca representa la fuerza interna de la madre tierra, llamado también el ‘Sol Nocturno’ tiene como emblema un cuchillo de obsidiana, un material obtenido del suelo volcánico que usualmente es de color verde muy oscuro o completamente negro, muy cortante, que se cree tiene una simbología de que en la vida las palabras hirientes desarmonizan el entorno y cuando no se tienen una comunicación adecuada se puede crear peligro, confrontación y caos.

Tezcatlipoca es el señor del lado norte del universo ancestral, es identificado y relacionado con Mictlán, en la llamada región de reposo en el sendero de los muertos denominado Mictlampa, el cual es un lugar oscuro y pacífico, donde desde la tierna quietud y descanso eterno, nuestros antepasados, quienes forjaron las tradiciones culturales, dan su orientación, consejo y guía para ayudar a los que recién han muerto a trascender de la vida a su paso a la eternidad.

Desde la oscuridad, resalta a pesar de su color negro, sosteniendo el cuchillo ancestral llamado Técpatl, con la presencia del Oscuro espejo en su esplendor; reinando en la región árida por donde soplan los vientos más fríos.

Tezcatlipoca tiene la habilidad de conocer los pensamientos y los sentimientos de las personas a quien observa, además de que puede estar en muchos lugares a la vez, es el gran guerrero del norte que se manifiesta desde el cielo nocturno por lo cual es llamado ‘noche y viento’, ‘el que piensa y rige por su propia voluntad’.

Una de las características únicas de Tezcatlipoca es la de manipular la oscuridad, la noche y la tentación, además de poseer la eterna juventud, al ser invisible, omnipresente y misterioso, se le atribuye la denominación de yáotl que significa ‘el enemigo’.

El Dios Tezcatlipoca es expuesto en las narraciones tradicionales como un tentador de los hombres, mostrando el camino del mal; para luego castigar la maldad y recompensar a quien se mantiene firme en con la bondad de su espíritu. Cuentan que frecuentemente ponía a prueba la mente de los hombres frente a las tentaciones y el pecado, de manera alegórica siempre se manifestaba ante los hombres siempre con un cuerpo joven, musculoso y varonil.

Tláloc

Tláloc es una de las deidades veneradas por los Toltecas, considerado como el Dios del agua celeste. El nombre de Tláloc proviene de tlālli que significa tierra y octli que puede traducirse como néctar, es decir que textualmente significa ‘el néctar de la tierra’.

Según la religión de los Toltecas, Tláloc es descrito como el Dios del rayo, de la lluvia y de los terremotos, por lo cual los Toltecas hacían muchas ceremonias para honrarlo, generalmente en el primer mes de año.

En mesoamérica, Tláloc fue una de las deidades más antiguas, el culto y devoción a este Dios se extendió por casi toda centroamérica; los nómadas Aztecas que se establecieron en el lago Texcoco, lo asimilaron e incluyeron en su propio panteón de Dioses, colocándole la habilidad de bendecir el campo y la actividad agrícola.

Tláloc continuó siendo uno de los Dioses fundamentales de varias culturas autóctonas siempre se lo relaciona con la tierra y la agricultura. Su culto proviene de la tradición que se inició en Teotihuacan, luego de la caída de este imperio pasó a Tula y de allí se sembró en los corazones de los Nahuas.

Los Mayas cambiaron un poco la representación de Tláloc al adoptarlo y añadirlo a su cultura, lo identificaron de manera diferente llamándolo Chaac.

Las manifestaciones y representaciones de Tláloc son variadas, como la mayoría de las divinidades mesoamericanas, se le considera una intensa y poderosa fuerza de la naturaleza, por lo cual tiene su lado de luz y su lado de oscuridad. La naturaleza para estos pueblos no representa en si misma la bondad o la maldad, eso viene dado por la convergencia de muchas fuerzas que se entrelazan e interactúan sacando a relucir cada parte de ellas en nosotros.

Estas fuerzas naturales son apacibles mientras están en equilibrio, pero cuando están luchando entre sí por obtener el dominio, se comienzan a experimentar violentos sucesos que afectan nuestra vida diaria, en ocasiones son beneficiosas para los humanos y en otras resaltan en desastres de los que apenas se pueden sobrevivir.

Así como Tláloc puede ser el dador de vida y  el benefactor universal que hace que se obtenga alimento de la tierra, también tiene su lado oscuro, vengativo, destructivo y puede eliminar en un segundo lo que con esfuerzo fue sembrado con la esperanza de verlo florecer.

La religión de los Toltecas cuenta que  Tláloc desciende desde el cielo para interceder por el pueblo y fecundar la tierra, de la cual sale la milpa, que hace que todas las semillas broten de manera hermosa de la tierra y produzcan más y mejor alimento.  Pero también envía los relámpagos, las tempestades y las peligrosas corrientes que encontramos en los ríos y en el mar; así que su fuerza destructora puede abarcar la destrucción que se genera cuando un temporal de granizo, una sorpresiva inundación, una prolongada sequía o un rayo fulminante a tierra, son manifestaciones del poder de Tláloc.

Tláloc tenía sus ayudantes, que eran una parte de él, pues tenía la habilidad de multiplicarse, cambiar de forma y diversificar su dominio, se les llamaba Tlaloques y su representación era descrita como seres de tamaño más bien pequeño, y antropomórfico; ellos estaban encargados de enviar la lluvia a donde se necesitara, y podían manipular a su antojo el tipo de lluvia que querían enviar.

Estos ayudantes de Tláloc, recibían culto y en su honor se realizaban ceremonias y ritos para suplicar por una buena lluvia que sacara el mayor beneficio de la tierra.

Una concepción más poética de los enanos ayudantes de Tláloc, es que son la alegoría de la presencia de las montañas que rodean el valle de México, en las cuales por la disposición geográfica son testigos de la formación de las nubes que producen la lluvia en a región.

Mitos Toltecas 

La religión de los Toltecas creó toda una intrincada universalidad de Dioses, perfectamente organizada en sincronía meticulosamente comprobada, la cual explica mediante mitos y leyendas, la formación del mundo y sus transformaciones que se realizaron para el surgimiento, el auge y la permanencia de los seres humanos en la tierra.

Los Toltecas abandonaron la costumbre nómada y en su afán de expandir su territorio para al fin establecerse, comenzaron una conquista cuyo centro fue en su momento la ciudad de Tula, en el estado de Hidalgo, hasta llegar a influir en las  tierras que le adicionaban a su impero con sus costumbres y tradiciones, que les pasaban a través de mitos, los cuales son la manifestación del nivel más alto de la espiritualidad y de la evolución del espíritu.

La religión de los Toltecas instauró los cimientos de otras religiones, mientras al mismo tiempo lograron edificar la ciudad religiosa de Teotihuacán. Su estructura precisa y rigurosa de las bases religiosas que tenían, dieron el inicio de una cultura que ha prevalecido a través del tiempo.

religión de los toltecas

Mito Tolteca de la Creación de los 5 Soles

En la cultura Tolteca existen muchos mitos uno de los más conocidos es el de la creación de los 5 Soles, el cual relata que en el principio todo en la tierra era un caos. Reinaba la confusión ya que la materia original estaba en desequilibrio, luchando entre sí con una oposición de fuerzas radicalmente contrarias.

Esto se refiere a que la luz y la sombra estaban en conflicto permanente, así como también dos elementos naturales opuestos y divergentes el agua y el fuego.

Luego de muchas luchas para demostrar quien era más poderoso, el agua venció, ya que entendió que debía convivir en un mundo en el que debía tolerar la presencia del fuego, el cual afirma su presencia en el mar mediante las gigantes bocas de los volcanes. Para los Toltecas el principio del mundo es la fusión entre el fuego y el agua, que se transformaron en los padres de la vida.

Al observar el caos que ocurrió cuando se produjo esta lucha entre el agua y el fuego, los Dioses se reunieron y decidieron intervenir, para dar nacimiento a la vida.

Así que crearon el primer sol, que estaba representado por un tigre, pero a pesar de la alegría de los Dioses por ver el mundo resplandeciente, pronto se dieron cuenta de que era contraproducente, ya que el tigre devoró a los humanos presentes, lo cual los entristeció en el acto.

Después de esto los Dioses se reunieron de nuevo y preocupados porque todo estaba de nuevo en penumbra, crearon otro sol, esta vez lleno de pureza, así las personas conservarían sus vidas.

Entonces una boca enorme comenzó a soplar suavemente sobre el mundo, era el llamado ‘sol de aire’, que era beneficioso con la naturaleza del planeta pero los hombres que fueron creados en este periodo eran muy tontos, eran tan torpes que los Dioses los convirtieron en monos, por su condición netamente animal.

Para el tercer Sol, los Dioses crearon una enorme llama que iluminó las alturas, era el sol llamado ‘lluvia de fuego’, el cual era tan candente y peligroso que solo las gotas de su ardiente esencia cayeron sobre la tierra para destruir plantas, personas y todo o que tuviera vida. Otro fracaso en el intento de los Dioses de conservar la raza humana.

El cuarto Sol desató toda una catástrofe en la tierra, ya que los Dioses crearon el ‘sol de lluvia’, el cual generó que llegara al planeta un desastre de proporciones gigantescas, dejando una buena parte de la tierra bajo el agua.  La parte positiva es que este sol de agua, produjo la diversidad de vida marina que se desarrollo y perduró en el tiempo.

Finalmente, los Dioses se reúnen para resolver el problema, y después de decidir entre ellos, comenzó la realización de un ritual para crear al quinto Sol, el cual sería llamado el Sol de Movimiento, que se convertiría en el padre del mundo humano. Para que esto se haga realidad debe tener una condición que lo haga sobresalir de los otros soles, una virtud no conocida.

Así que los Dioses llegaron a la conclusión de que sólo mediante el sacrificio de una de las deidades, se podría lograr que el sol iluminara a los pobladores de la tierra. Para esto preguntaron por algún voluntario para llevar a cabo la noble tarea, a lo que salió a ofrecerse Tecuciztécatl, y como no había más nadie, fue señalado Nanauatzin, entre los dos completaron uno a uno todos los retos que eran necesarios.

Pero al final el arrogante Dios Tecuciztécatl, tuvo un ataque de cobardía y no se arrojo a la hoguera divina, preparada previamente por los Dioses, pero su rival Nanauatzin, en un gesto de valentía, se lanzó a esta sin pensarlo, lo cual lo convirtió en el fabuloso sol.

La vergüenza arropó a Tecuciztécatl, quien para enmendar las cosas se lanzó detrás de su rival, pero no era ya la misma intensidad en el fuego de la hoguera, así que mientras Nanauatzin se convirtió en el radiante Sol, que gobernaría la creación hasta el fin de los tiempos,Tecuciztécatl se transformó en la luna, y solo sería visto de noche luego de que se moviera el Sol.

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Actualizado el 25 junio, 2021