Los principales mitos nórdicos y todo sobre ellos

En los mitos nórdicos encontramos leyendas apasionantes y fábulas plenas de confabulaciones y heroísmo. Conoce aquí lo más resaltante de estos mitos, así como sus fabulosos personajes.

Mitos nórdicos

Mitos nórdicos

Para establecer qué son los mitos nórdicos, es pertinente precisar que el vocablo “mito” proviene del griego μῦθοςmythos, que traducido al español significa relato o cuento, acerca de una situación o de alguien. Por lo tanto, cuando hablamos de los mitos nórdicos nos estamos refiriendo específicamente a los relatos originados por los antiguos pueblos de esa zona noroeste de Europa.

Los mitos nórdicos nos remiten, en primer lugar, a historias en las que se reflejan las creencias compartidas por las civilizaciones que poblaron desde tiempos remotos las zonas escandinavas, que como sabemos, comprendían a los territorios de Noruega, Suecia, Islandia, Dinamarca y la región septentrional o norte germana.

También podemos decir entonces, que la mitología nórdica está asociada a la religión, creencias y mitos creados por estas civilizaciones como una forma de expresión de su cultura, mediante la cual podían expresar costumbres, tradiciones y manifestaciones cotidianas de una manera fantasiosa.

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Igualmente es de acotar que esa región nórdica está caracterizada por un crudo clima invernal durante casi todo el año, lo que obligaba a los hombres en esos tiempos a mantenerse aislados por largos períodos.

Ello por supuesto, despertó en ellos la creatividad, generando tantos mitos con tan diversos personajes por demás interesantísimos, así como encontramos personajes igualmente fantásticos en la Mitología celta.

Sin embargo, debemos indicar que dichos mitos por más fantasiosos que fueran, siempre no van a dejar un mensaje para la humanidad o una historia aleccionadora, que nos lleva a reflexionar sobre nuestro proceder e incluso pueden motivarnos a cambiar conductas.

Ahora bien, los mitos como relatos de tradiciones que se refieren a acontecimientos asombrosos, incluyen seres extraordinarios tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos, que viven e interactúan buscando esclarecer una situación o fenómeno.

Mitos nórdicos

Presentaremos en este post los elementos característicos de los mitos nórdicos, los diversos personajes que allí encontramos y sus historias, algunas muy conocidas, otras no tanto, pero que bien merecen la pena ser estudiada, así como el mito de la creación del universo o cosmos en el que se desarrollan dichos relatos.

El cosmos

Al estudiar la mitología nórdica es esencial tener cuenta el mito sobre la concepción del mundo, que era básico para todas las leyendas que tenía la civilización escandinava acerca del cosmos. Los nórdicos antiguos representaban de una manera muy particular el mundo, lo simbolizaban como un árbol de vida de la clase fresno y en su mito lo llamaban Yggdrasil, que vendría a ser como el universo.

En ese árbol estaban los nueve mundos, en los que habitaban todos los elementos animados e inanimados del universo y cada uno con su leyenda particular.

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Los nueve mundos

Este mito nos habla de la conformación del mundo en nueve espacios o partes en que se dividía el cosmos, cada uno con sus características y pobladores propios, que de algún modo se interrelacionaban para crear situaciones o solventar conflictos. Estos nueve mundos, descritos desde el nivel más alto hasta el más bajo eran:

Asgard

Se localizaba en el nivel más alto del árbol, encima del reino de Midgard. Era el hogar de los dioses y de allí su nombre Asgard, que estaba compuesto por los vocablos Æsir, que significa dioses y gard, que se traduce como asentamiento o residencia.

Estaba rodeado por una muralla incompleta, en cuya leyenda es atribuida al gigante encubierto de nombre Hrimthurs, pues no quería ser reconocido, según lo relata el libro de Gylfaginning de la Edda prosaica, que ha recogido todos estos cuentos míticos.

Hrimthurs no pudo finalizar la muralla, pues según el relato, el caballo semental Svadilfari que lo ayudaba a cargar las pesadas rocas para armar la pared, lo abandonó por irse tras una yegua y aunque lo buscó afanosamente, no lo encontró.

Dentro de Asgard, habían varios palacios y cada dios tenía uno, exceptuando a Odín, quien tenía tres por ser el dios de los dioses; a saber: Gladsheim, sede del Consejo de los dioses; Valaskialf, lugar en el que se hallaba el trono del gran dios, y Valhalla, el cual era un hermoso palacio y fue destinado como morada para los guerreros que morían durante la lucha.

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En Asgard se reunían los dioses para la toma de decisiones y planificación de acciones en las que debían decidir el futuro de los nueve mundos.

Este reino estaba unido a Midgard mediante un único acceso que era el puente Bifrost, una especie de arco iris flameante, custodiado por Heimdall, dios guardián de Asgard, quien según nos dice el mito, con un gran cuerno avisaba cada vez que algún Æsir, dios del panteón, o un Vanir lo cruzaba.

Vanaheim

Este era el reino de los Vanir o vanios, que es el otro clan de importancia para los dioses. Estos eran grandes guerreros que fueron sometidos por los Æsir, quedando así supeditados a sus decisiones. Estaba ubicado muy próximo a la tierra o Midgard.

Alfheim

Hogar de los elfos de luz o ljósálfar. Era gobernado por Frey y allí guardaba el navío Skibladnir, que le habían obsequiado los enanos por su apoyo. Se localizaba entre Vana­heim y Jötunheim.

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Midgard

También llamada Mannheim o “tierra media”, pues estaba ubicada entre el mundo de Asgard y el de Niflheim, específicamente en la mitad del árbol, en la región baja del cielo. En este reino habitaban los hombres y especies vivientes, estaba rodeado por un gran océano.

El mito al respecto nos señala que fue creado por los dioses Odín y sus hermanos, Vili y Ve, lo cual tuvo lugar cuando estos le ganaron la batalla al gigante primigenio Ymir.

Por decisión de los dioses, los primeros pobladores de este reino fueron la pareja de humanos formada por Ask y Embla, a quienes se les ordenó que se reprodujeran y perpetuaran su especie.

Jötunheim

Allí habitaban tanto los gigantes de roca como los de hielo, que en conjunto conformaban a los jötnar. Siempre estaban amenazando para atacar a los mortales de Midgard y a los dioses de Asgard.

De estos dos mundos solo los separaba el río Iving, que nunca se congelaba, por lo que según el mito, Thor aprovechaba para enfrentar y matar a los gigantes.

Su rey era Þrymr y la ciudad principal de Jotunheim era Utgard y cerca se hallaba Glæsisvellir, que de acuerdo a la leyenda, era donde vivía el gigante Gudmund, padre de Höfund, causante de diversos enfrentamientos con los dioses.

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Svartalheim

Allí residían los enanos y los elfos oscuros, criaturas malignas, que de acuerdo con la leyenda eran protectoras del reino de Helheim. Se llegaba subiendo desde Alfheim.

Niflheim

Era un área sombría, fría y siempre envuelta en tinieblas perpetuas, de allí que en muchos relatos se haga referencia a este mundo como el reino de la oscuridad.

En el centro del reino se hallaba la fuente Hvergelmer, donde residía el dragón Níðhöggr, del cual la leyenda cuenta que roía las raíces del árbol Yggdrasil para que se secara. Se dice que este dragón sería el que afrontaría a las almas que quedasen después del Ragnarök.

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Dragón Níðhöggr

Se han hecho comparaciones entre los mundos de este nivel bajo y se ha encontrado que Niflheim sería como la materia fría e inerte, opuesta al Muspelheim, que sería lo caliente. El mito nos habla de que el mundo surgió debido al impacto producido por el choque de estas dos regiones en el espacio mágico, llamado Ginnungagap.

Muspelheim

Este era el mundo de los gigantes de fuego y los demonios ígneos. Uno de los gigantes más nombrados era Surtur, el cual se apoderó del mando en este mundo gracias a su poder.

Surtur era un demonio herrero, que ocasionaba desgracias al que tuviera que interactuar con él. Era él quien lucharía contra el dios que sobreviviera al Ragnarök o batalla del juicio final.

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Surtur

Helheim

También referido como el reino de Hel. Se hallaba en la parte más profunda y lúgubre del árbol. Era el reino de la muerte, gobernado por Hela, diosa de los muertos e hija del tenebroso y malvado dios Loki. Su acceso estaba custodiado por el perro, Garm, guardián del infierno, una fiera temida por todos.

Era el último lugar de residencia de la mayoría de los muertos, ya sea por vejez o enfermedad y el que entraba ya no podía salir jamás, ni siquiera los dioses según el mito, debido a que este reino estaba rodeado del río Gjöll, que era tumultuoso e intransitable.

En ocasiones, se suele confundir Helheim con Niflheim, como si se tratara del mismo mundo. Por tal motivo, es pertinente precisar que Niflheim es fundamentalmente el reino del frío, del hielo y de la oscuridad. Aun cuando allí también ocurrían la muerte y la perdición, estas características eran típicas y específicas de Helheim, que es el hogar de la muerte.

Sin duda alguna que todo criminal terminaba sus días en Helheim, donde había áreas especiales para ellos. Encontramos allí, por ejemplo a Nastrand, que era una playa de cadáveres y Nastrandir, la más terrible de las áreas, en donde nunca brillaba el sol,

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Nastrand

Nastrandir era un salón al que eran arrojadas sin piedad todas las almas que llegaban de personas malvadas, asesinas, inescrupulosas, tramposas, mentirosas y, en particular, las acusadas de perjurio.

Las paredes de este salón están cubiertas de asquerosas serpientes que escupen constantemente veneno y generan vapores asfixiantes. Algunos entendidos en la materia han señalado que este salón sirvió de modelo para la representación cristiana del infierno.

Helheim estaba cercado por un alto muro, llamado Reja de los Cadáveres, por lo que era difícil llegar a tan siniestro territorio. El único acceso es a través de la ruta de Hel o sendero de las almas muertas, para cuyo recorrido se necesita un período de nueve días y nueve noches ininterrumpidos para llegar a la puerta.

Otra característica que presentaba este árbol eran las fuentes. Así vemos la fuente de Urd o pozo del destino, que estaba en una de las raíces, donde solían nadar los precursores de la raza de los cisnes. Las aguas de esta fuente eran mantenidas y usadas por las Nornas para regar las raíces del Yggdrasil con la finalidad de que no se secaran.

Otra fuente era la de Mimmer, un pozo de sabiduría al que acudían los dioses al momento de tener que presidir un juicio. Incluso el mismo Odín tuvo que dejar como ofrenda su ojo para poder tomar de ella y absorber su conocimiento e inteligencia.

Finalmente, encontramos en el Yggdrasil a varias especies animales que hacían vida entre sus ramas y raíces, realizando actividades distintas. Así vemos:

  • Un águila que vivía en la rama más alta, desde donde podía vigilar todo lo que pasaba en cada uno de los nueve mundos.
  • Un halcón al que llamaban Veðrfölnir, que se localizaba entre los ojos del águila, dirigiendo los movimientos de esta.
  • Una ardilla llamada Ratatösk que corría y saltaba entre las ramas, pasando de la cima del árbol hasta las raíces, llevando falsas noticias del águila al dragón y viceversa, para enemistarlos.
  • Un dragón de nombre Níðhöggr, criatura de malos instintos que vivía en las raíces, a las que solía roer para restarle vitalidad al árbol.
  • Una serpiente marina llamada Jörmungandr, que rodeaba al mundo.
  • Cuatro ciervos, Dáinn, Dvalin, Duneyrr y Duraþrór, que merodeaban bajos las ramas.

Por otro lado y como una particularidad de estos mitos nórdicos se ha señalado que los dioses eran seres mortales, quienes gracias a las manzanas doradas que les proporcionaba Iðunn, diosa de la eterna juventud y esposa del dios Bragi, podían rejuvenecer y tener mayor fortaleza, tan pronto probaban un bocado de ellas.

Gracias a ello podían esperar vivir hasta el Ragnarök o juicio final y enfrentar la destrucción del cosmos. En la Mitología egipcia se presenta una situación que contempla también una batalla definitiva. Ahora bien, ¿qué era el Ragnarök?.

Ragnarök

Los mitos nórdicos sobre el fin del mundo tenían una connotación muy particular, pues aun cuando se presagiaba el fin del mundo y la destrucción de todo lo existente, no se contemplaba una hecatombe total y definitiva donde ya no quedara nada. Más bien se trataba de un punto de quiebre o de cambio total de toda la estructura del cosmos.

Este mito del fin del mundo dentro de esta mitología era llamado el Ragnarök que quiere decir “el destino de los dioses”. No obstante, para llegar a ese momento crucial, el cosmos debía atravesar por un período de invierno llamado Fimbulvetr, en el que se producirían inmensas nevadas, hielos y vientos gélidos en todas las direcciones, que presagiarían la llegada del Ragnarök.

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En ese juicio final, los dioses y guardianes del bien serían derrotados por las fuerzas del mal, que serían superiores en número. En esa hecatombe todos los monstruos comandados por Loki, dios del caos, junto a sus malignos hijos serían liberados formando una coalición mortal que vencería a los divinos. Incluso los muertos saldrían del reino de los muertos para atacar a los vivos.

Es por ello que todos los dioses deberían estar siempre dispuestos a escuchar el llamado del cuerno de Heimdall, para salir y defender el cosmos. Así que todos los seres celestiales estaban convocados a esa batalla final entre el orden y el caos.

Los dioses caerían, pues así estaba profetizado, pero ellos aun conscientes de eso, juntarían a los mejores guerreros en el momento del Ragnarök para luchar junto a ellos, aun cuando sabían que todo sería en vano.

No serían pues capaces de detener la caída del mundo en el caos, del cual ya una vez habían emergido. Hasta el mismo Odín sería devorado por el lobo Fenrir.

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Odín y el lobo Fenrir

Sin embargo, no todo moriría allí. Las leyendas hablan de que Vidar y Váli, hijos de Odín, no serían alcanzados por el fue­go de Surtur, demonio de Muspelheim, de modo que sobrevivirían e irían a Nidavellir y se instalarían allí, el cual ocuparía el mismo lugar donde antes estuvo Asgard.

Más tarde, llegarían también allí Magni y Modi, los hijos de Thor, llevando con ellos el mar­tillo de su padre Mjollnir y luego retornarían del infierno Balder y Horder.

Debían ocurrir tres etapas invernales consecutivas, sin ningún verano de por medio, para que se pudiese cumplir la profecía del Ragnarök.  En dicho tiempo, el sol no sería capaz de acabar con las heladas, lo que llevaría al mundo a estar sumido en una gran oscuridad y en cruentas conflagraciones entre hermanos, matándose entre sí.

Seres míticos

Los personajes que encontramos en cada uno de los mitos nórdicos son seres sobrenaturales con súper poderes y dotes mágicos, con los que se defienden y enfrentan a sus enemigos. Estos seres míticos se encuentran agrupados en los tres clanes o dinastías de deidades más importantes, que son Æsir, Vanir y Jotun.

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Los Æsir

Era el clan de los dioses vikingos, los cuales eran muy apreciados por los pueblos nórdicos. Su lugar de residencia era el reino de Asgard, donde habitaban los dioses o Æsir (dioses) y las diosas o Asynjur.

Eran todos miembros del consejo del reino en el que se tomaban las decisiones relacionadas con la vida en el mismo. Estaba presidido por Odín, el más noble y más importante de todos los dioses. Los principales dioses que formaban parte de este clan eran:

Odín, Dios principal de la mitología nórdica y otras religiones practicadas por los pueblos germánicos. Era el dios de la sabiduría, la guerra y la muerte. Fue Hijo de Bor y de la gigante Bestla, se casó con la diosa Friggia y fue padre de muchos de los dioses que existieron,​ tales como Thor, Balder, Vidar y Váli.

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Thor, Dios del trueno, caracterizado por sus guantes de hierro, su famoso martillo, Mjolnir y dueño de un cinturón mágico. Se le conoce también como el dios de la fuerza, era muy cercano a Odín en lo que a jerarquía se refiere.

Bragi, fue hijo de Odín con la gigante Gunlod. Era la deidad de la sabiduría y la poesía; por su elocuencia fue designado bardo o poeta personal de Odín, siendo entonces el encargado de contarle las historias, leyendas y poemas de forma oral.

Asimismo, cantaba la historia de sus pueblos mediante largos poemas recitados. Bragi se desempeñaba también en los actos de bienvenida en el Valhalla, recibiendo a los recién llegados con una copa, deleitarles con palabras corteses y amenizar recitando versos.

Heimdall, fue hijo de nueve doncellas y se desempeñaba como el guardián de los dioses. Era de poco dormir y con el sonido de su característico cuerno se hacía sentir en cualquier lugar del cielo o de la tierra.

Balder, fue el segundo hijo y predilecto de Odín y la diosa Friggia. Se le conocía como el dios de la luz, la belleza, la paz  y la inteligencia. Su hermano gemelo Höðr, que era ciego, lo asesinó. Siempre tuvo sueños proféticos que le revelaban cuál iba a ser su destino. También era hermano de Thor y Váli.

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Tyr, era el dios de la guerra y el valor, quien sacrificó su mano para que los demás dioses pudieran matar al gran lobo Fenrir y salvarse, de allí se le conoce como el Hombre de una Sola Mano. Fue hijo del gigante Ymir.

Loki, era el dios del engaño, la trampa y el caos. Siempre estuvo celoso de la suerte, los dones y la invulnerabilidad de Balder, incluso urdió un plan para que su hermano ciego le asesinara con una flecha de muérdago.

Höðr, se le nombraba como el misterioso dios ciego que asesinó a su hermano Balder con una flecha hecha con una rama de muérdago, que era la única planta que podía herirlo.

Vidar, hijo de Odín y la giganta Gríðr. Era el dios del silencio, la venganza y la justicia, siendo un dios taciturno, pero el mejor para resolver cualquier conflicto por difícil que fuera. En el nuevo mundo que surgirá después del Ragnarök, Vidar está destinado a regresar con su hermano Váli.

Váli. Conocido como el dios de los arqueros por su extraordinaria puntería. Su disparo más famoso fue el llamado Quimera de Váli. Era hijo de Odín y la gigante Rind. Tuvo mayor protagonismo luego del Ragnarök, ayudando a recuperar lo perdido por lo dioses. Fue el encargado de vengar la muerte de Balder, que había sido asesinado por su hermano Höðr, a quien Váli puso sobre una hoguera.

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Ull, fue el dios del combate cuerpo a cuerpo, de gran fuerza y veloz. La leyenda cuenta que era hijo de Sif, la diosa de la cabellera amarilla brillante y adoptado de Thor. Era destacado como gran arquero.

Forseti, fue un Æsir, hijo de Balder, dios de la luz y la belleza y Nanna, diosa madre. Era destacado por sus dotes de concordia, amistad y elocuencia.

Las Ásynjur 

Los clanes vikingos, adoraban igualmente a sus diosas, las cuales vivían en el reino de Asgard. De acuerdo con los mitos nórdicos, a ellas encomendaban sus vidas y luchas con la finalidad de salir bien librados. Entre las diosas del panteón nórdico se encuentran:

Frigga, hija de Jörd y Odín, con quien se casaría posteriormente. Fue motivo de mucho gozo este casamiento en Asgard, pues Frigga era muy amada por sus habitantes. Fue de tanto beneplácito este acontecimiento que se convirtió en motivo de celebración regular cada vez que se cumplía el aniversario.

Para esa ocasión se hacía un festín con bailes y canciones, en el que se brindaba a su salud, la de Odín y la de Thor. Sus hijos fueron Balder, Höðr y sus hijastros Hermod, Heimdall, Tyr, Vidar y Váli.

Trabajaba con mucha pericia su rueca de joyas que brillaba en la noche. Hilaba con hebras de oro tejiendo extensas telas de nubes de brillantes colores.

Eira, era una Ásynjur, aunque también era una valquiria, guerrera de Odín. Era la curandera del lugar, por lo que se le llamó la diosa de la sanación y la salud. Los mitos nórdicos sobre ella la señalan como conocedora de las propiedades y beneficios de las hierbas. Era capaz de lograr la resurrección de los que acudían. También era amiga de Friggia, a la que siempre acompañaba en sus actividades.

Sjöfn, era una Ásynjur de Asgard venerada como la diosa del amor y la pasión. Tenía el don de manipular y cambiar los pensamientos de los hombres y de las mujeres, haciéndolos que amaran a cierta persona en específico.

Var, era la diosa de los contratos, juramentos y acuerdos de matrimonio, pues poseía el poder de estimular la fidelidad entre mujeres y hombres mediante juramentos y promesas, castigando a quien incumplieran.

Syn, se le considera la diosa de la verdad y la vigilancia, así como la guardiana de la puerta o el umbral, pues es la encargada de permitir acceder o no a determinada acción o lugar. También se le relaciona con la negación de la defensa cuando algún acusado la invoca para requerir su auxilio y lograr su defensa.

Iðunn, era la diosa de la eterna juventud. Fue esposa de Bragi. Tenía la potestad de hacer rejuvenecer a los dioses mediante las manzanas doradas que ella celosamente guardaba en un estuche. Ella les proporcionaba solo mediante un bocado de esas manzanas juventud y fuerza cuando los dioses comenzaban a envejecer.

Los Vanir

Como sabemos, los principales y originales habitantes del cielo eran los Æsir, pero había deidades pertenecientes a otros espacios que eran también veneradas por los pueblos nórdicos, a quienes se le reconocían ciertos poderes.

Entre los mitos nórdicos sobre los Vanir los destaca como dueños de las fuerzas de la naturaleza y encontramos entre ellos a los dioses del mar, del viento, de los bosques, de las tormentas, etc.

Ellos conformaban el clan de gigantes de tierra de piel bronceada, criados en montañas y lugares profundos. Vivían en Vanaheim y gobernaban sus terrenos a su propio albedrío.

Entre su descendencia se encontraban también enanos, gnomos y los troggs que eran unos seres malintencionados y corruptos, pero que ayudaban a trabajar la tierra. Como los Æsir, los Vanir también tendían a alejarse de las criaturas mortales.

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Entre los más destacados Vanir tenemos a:

Njörðr, que regía sobre el viento, el mar y el fuego, y tenía como esposa a Skaði, la cazadora.

Frey y Freyja. Eran los hijos de Njörðr. Frey gobernaba la lluvia y el sol y a menudo se le invocaba para conseguir buenas cosechas, representando así la fecundidad. Por su parte; Freyja era la diosa del amor.

Relación entre Æsir y Vanir

Si pudiera existir una relación entre estos dos clanes, es importante señalar que muchos dioses compartían atributos de ambos bandos. Sabemos que los Æsir eran primordialmente guerreros y de gran fortaleza física, los Vanir, más bien, eran de naturaleza más apacible.

Sin embargo, encontramos dioses con características de uno y otro clan, lo que en momentos ha dado lugar a que hubiera asimilaciones o divisiones entre las divinidades.

Tenemos, por ejemplo, el caso de que antiguamente Frey y Freyja representaban dos cualidades de una misma deidad, pero que luego se separaron.

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Freyja

Con el tiempo, a medida que Freyja fue ganando popularidad, manifestó actitudes y actos de diosa, generando confusión con Friggia, sobre todo por el parecido de sus nombres.

Estos mitos nórdicos resaltan una diferencia entre ellos en cuanto al carácter terrenal de los Vanir que podían tener acciones sobre las cosechas, la siembra y el clima, mientras los Æsir eran, más bien, de índole espiritual y emocional e incluso más prepotentes.

Se producían entre ellos acontecimientos y actos que los relacionaban, pero fundamentalmente conservaban su esencia. Así, se podían tener enfrentamientos, pero también había celebraciones, acuerdos de paz, intercambios de rehenes y casamientos, como los que surgieron después de una prolongada guerra que fue ganada por los Æsir.

De allí surgió que Njörd, un Vanir, se fuera a Asgard para vivir con sus dos hijos, Frey y Freyja, mientras que el dios Hœnir, hermano de Odín, hizo de Vanaheim su hogar.

Los Jotuns

Cuentan los mitos nórdicos que esta era una dinastía de gigantes monstruosos y seres peligrosos para los mortales, pero a su vez eran sabios y ricos. Así también cuenta sobre algunos gigantes que poseían una gran belleza, tal como Gerðr.

Muchos dioses se beneficiaban de ellos en ciertas circunstancias, encomendándoles tareas riesgosas. Se les compara con los titanes y los gigantes de la mitología griega. El mito nos dice que existían desde el origen del cosmos.

Relación entre dioses y gigantes

Muchas leyendas nos hablan de que hay Æsir que eran descendientes de los Jotuns y a menudo celebraban matrimonios entre ellos. Las Eddas en algunos poemas mencionan algunos de los gigantes, presentándolos como manifestaciones de las fuerzas de la naturaleza.

Es importante señalar que había dos categorías de gigantes: los del hielo y los de fuego. Estos siempre eran muy hostiles para con los dioses, provocando luchas como las que afrontaba Thor. Cuando se produjo el Ragnarök, los gigantes Surtur y Hrym se encontraban a la vanguardia, encabezando las huestes de la destrucción.

Otros seres sobrenaturales

Dentro de los relatos míticos encontramos que circunstancialmente aparecen otros personajes cuya función primordial era apoyar a los dioses en sus acciones, lo que por supuesto, hace la trama de la leyenda más interesante, pero también más complicada. Entre estos seres tenemos a:

Nornas

El mito de las Nornas indica que eran seres de esta mitología encargados de entretejer el destino de los mortales y los héroes. Residían en la zona de las raíces del Yggdrasill.

Su misión era tejer los tapices de los destinos de cada quien, empleando hilos de fibra normal para los hombres e hilos de oro para los héroes. Así, la vida de cada persona estaba representada por un hilo en su telar, y la longitud de cada cuerda indicaba cuán larga o corta sería la duración de su vida.

Para tejer el tapiz de cada quien, las Nornas debían tomar decisiones puntuales y definitivas según la vida predestinada para cada persona.

Por otra parte, a las Nornas les correspondía también la tarea de regar el fresno con las aguas y la arcilla que sacaban del pozo de Urd, el cual alimentaba una de las raíces del árbol, de manera que mantuviera su verdor y no se pudriera.​

En algunos relatos estos espíritus aparecen con el nombre de nonir, en lenguaje nórdico antiguo. Se destacan tres nornas principales:

  • Urðr, que según lo que traduce su nombre, se encargaba de «lo que ha ocurrido»; es decir, el pasado.
  • Verðandi trabajaba con «lo que está ocurriendo» o el presente.
  • Skuld definía «lo que debería suceder» o lo que era necesario que ocurriera; es decir, el futuro.

Se relacionaban a su vez, con las dísir, que eran espíritus divinos femeninos de apoyo a los dioses en materia de fallecimiento, y también con las valquirias lideradas por Odín, divinidades asociadas a aspectos del destino.

Dís, espíritu guardián femenino

Valquirias

De acuerdo a los mitos nórdicos, se refieren a esas mujeres guerreras, que eran especialmente seleccionadas por el dios Odín para estar a su servicio. Eran altas, de aspecto juvenil, con cabello largo o trenzado y ojos azules, de una gran belleza, contextura fuerte y marcada musculatura. Como condición para desempeñarse como valquiria, era que debían mantenerse vírgenes.

Vivían en el Vingólf, residencia situada al lado del palacio de Valhalla. Usaban cascos de guerra con cuernos y portaban lanzas. Tenían el don de curar lesiones y estaban comandadas por Freyja.

Su misión era elegir a los caídos en batalla más heroicos y llevarlos a Valhalla, la esplendorosa mansión que les serviría de morada para su recuperación. Allí las Valquirias se encargaban de atenderlos proveyéndoles descanso, cuidado, comida y sirviéndoles hidromiel, especie de bebida alcohólica fermentada de la mezcla de agua y miel. Asimismo, debían deleitarlos con su belleza.

La más conocida de ellas fue Brunilda, quien sin embargo, por desobedecer a Odín perdió sus favores y la inmortalidad.

Enanos

Los enanos o dvergr, en nórdico antiguo, son seres mitológicos que conformaban una raza especial de pequeñas criaturas, que surgieron según la mitología, de los gusanos que se comieron el cadáver del gigante primigenio Ymir, que había sido asesinado por los dioses en el inicio de los tiempos.

Se dice que tenían el aspecto de los humanos, pero que vivían de lo subterráneo, de la tierra y de las piedras. Eran los habitantes del mundo de Svartalfheim y se dedicaban a la minería y la metalurgia.

Tenían una sabiduría oculta y sagrada, con la que podían diseñar y forjar armas mágicas para los héroes, así como otros objetos muy potentes que fabricaban para los dioses.

Elfos

Se les llamaba también alfos. Eran un grupo de dioses menores de la naturaleza y la fertilidad. Tenían forma de humanos, pero de poca estatura. Poseían grandes orejas puntiagudas. Por lo general, sus ojos tenían color y forma de almendras, llevaban el cabello largo y eran poseedores de una gran hermosura.

Eran de apariencia frágil, pero muy fuertes y ágiles. En la época escandinava antigua, se distinguían dos categorías:

  • Los álfar de luz del nórdico antiguo ljósálfar, que vivían en el reino de Alfheim, en el área del cielo de Yggdrasil, en la residencia del rey Frey.
  • Los álfar negros u oscuros que moraban en Svartalheim, quienes eran seres de malas intenciones.

Algunas leyendas resaltan que realmente no se les podía catalogar enteramente de elfos, pues eran una variante de los enanos, que fue engendrada entre elfos y dioses, generando esta extraña especie.

En una época eran apreciados y tenían cierta relevancia en el lugar donde vivían, pero con el tiempo fueron perdiendo su valor y dentro de las creencias folclóricas cambió su imagen de ser noble, alto y bello a ser criaturas pequeñas, extrañas, misteriosas y, en ocasiones, traviesas.

Mantenían una relación ambigua con los hombres, ya que en ciertas situaciones estaban a su favor, pero en otras podían provocarles hasta enfermedades.

Bestias

Se dice que en estas leyendas nórdicas había bestias malévolas y benévolas. Ambas eran variadas en sus formas inimaginables y muy grotescas, propias de los mitos nórdicos.

Entre los malévolos más mencionados están Fenrir, el lobo gigante, y Jörmungandr, que era la serpiente marina que se encuentra rodeando al mundo. Según se dice, ambos monstruos eran la descendencia de Loki y la gigante Angrboda.

Entre las criaturas más benévolas encontramos a Hugin y Munin, que definían al «pensamiento y la memoria», los dos cuervos que siempre acompañaban a Odín, el dios jefe, para susurrarle al oído lo que habían visto en los recorridos que hacían por todos los mundos, y Ratatösk, la ardilla que merodeaba por todo el Yggdrasil, en específico por las raíces del árbol, desde cuyas ramas Odín visualizó las runas luego de nueve días colgado.

Eddas

Normalmente, los mitos nórdicos eran transmitidos vía oral en forma de largos poemas, pues aún no se había inventado la escritura. Entonces, no había forma de recoger todas esas manifestaciones míticas de las leyendas y fábulas de la época vikinga.

Sif

Más tarde, cuando se inició la escritura, aparecieron las Eddas, que fueron las compilaciones de textos medievales escritos durante o después de la cristianización, así como en otras representaciones escritas que se fueron descubriendo. Las Eddas fueron dos: la mayor y la menor.

Ambas constituyen la fuente más importante documental sobre mitología escandinava y leyendas heroicas germanas. Veamos cada una de ellas.

Edda Mayor

Esta obra también llamada Edda poética, de autor desconocido, es el compendio de poemas escritos en lengua nórdica antigua, que inicialmente fueron compilados en el famoso manuscrito original islandés medieval, conocido como el Codex Regius.

Edda Menor

Se trata de un manual de poética islandés, también llamado Edda prosaica, que contiene muchos de los mitos nórdicos, que recogieron las leyendas y manifestaciones póeticas, en particular de las zonas rurales. Fue escrito por el historiador islandés Snorri Sturluson en el año 1220, aproximadamente.

Mitos nórdicos en la actualidad

En la cotidianidad de nuestro mundo actual estos mitos nórdicos, de una manera u otra, siempre han estado presentes en películas y en la literatura, pero recientemente se ha producido un auge en virtud de la globalización generada a partir de las redes sociales y de los videojuegos inspirados en estos mitos.

Observamos cómo los dioses escandinavos y germánicos, así como mitos nórdicos, han sido retomados y están dejando vestigios y herencias tanto en el hablar moderno como en la cultura contemporánea.

En el pasado reciente encontramos al músico alemán Richard Wagner, quien empleó para sus grandes obras tópicos y personajes de la mitología nórdica, incluyéndolos en los libretos de varias de sus óperas, como por ejemplo El anillo del Nibelungo.

Asimismo Halldor Laxness, quien fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura de 1955, publicó en 1968 la novela Bajo el Glaciar en el año 1968, en la que presentó, dentro de la ficción, componentes cristianos en una comunidad islandesa.

No debemos dejar de mencionar al famoso escritor J. R. R. Tolkien, quien fundamentó su saga fantástica de El Señor de los Anillos en los nueve mundos y razas de la mitología nórdica. Ello definitivamente marcó un género de fantasía épica y tendencia de escritura, que se propagó y que estuvo identificado plenamente con esta mitología.

También es importante destacar la presencia de la mitología nórdica en las películas de Stan Lee, de la empresa Marvel Comics y de los videojuegos como God of War, así como las recientes series de Ragnarök de la plataforma de Netflix.

Actualizado el 25 junio, 2021