popol vuh

Popol vuh: significado, historia, características y más

Popol Vuh dentro de la mitología maya es la biblia para dicho pueblo, además que prácticamente se dice que acumula las creencias de estos. Originalmente este libro fue tomado dentro de la pictografía (lenguaje dibujado) y posterior a eso traducido al castellano, esta traducción se le acredita al sacerdote (padre) Ximénez.

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Existen otros estudiosos de la materia que le han hecho correcciones a las traducciones de Ximénez que dice que hay palabras que no tienen ningún significado en maya, como la palabra Vuh que se dice que es wuj según el profesor en letras Adrián Chávez porque Vuh en la lengua maya Quiche no significa nada.

¿Que Es el Popol Vuh?

El Popol Vuh, un libro de mitos pertenecientes a los mayas quichés (pronunciado kee-CHAY) de las tierras altas de Guatemala, está dividido en cinco partes. El primero contiene una cuenta de la creación del mundo y de los intentos fallidos de producir seres humanos adecuados. La segunda y tercera parte cuentan las aventuras de los Héroes Gemelos, Hunahpú (pronunciado WAH-nuh-pwuh) y Xbalanqúe (pronunciado shi-BAY-lan-kay).

Para completar la información, te recomendamos visitar nuestro artículo sobre la Mitología Maya.

Las dos últimas partes tratan el tema de la creación de humanos a partir del maíz, y luego cuentan la historia de la gente quiché desde los días anteriores a que su historia comenzara a contar las guerras tribales y los registros de los gobernantes hasta 1550.

Popol Vuh su significado

Popol Vuh, documento maya, cuya palabra significa reunión- comunidad-casa, es considerado el libro sagrado de esta cultura, una inestimable fuente de conocimiento de la antigua mitología y cultura maya. Escrito en Quiché (un idioma maya) por un autor maya o autores entre 1554 y 1558, utiliza el alfabeto latino con la ortografía española. Narra la creación de la humanidad, las acciones de los dioses, el origen y la historia del pueblo Quiché la cronología de sus reyes.

¿Quien es su autor?

El libro original fue descubierto a principios del siglo XVIII por Francisco Ximénez (Jiménez), párroco de Chichicastenango en el altiplano de Guatemala. Ambos copiaron el texto Kiche original (ahora perdido) y lo tradujeron al español. Su trabajo ahora está en la biblioteca de Newberry, Chicago. Pero si bien es cierto el mas que el autor es considerado el traductor de dicho libro, ya que manejaba de manera la legua maya y pudo realizar hasta 2 versiones de dicho libro.

El padre Francisco Ximénez descubrió el Popol Vuh y lo tradujo al español, diciendo que se conservó entre los indios en completo secreto, tal secreto que ni siquiera un escrito registró de tal cosa fue hecho por sus guardianes de antaño; estando en la parroquia de Chichicastenango e investigando ese punto, encontró que era la doctrina primero absorbida por la leche materna y que todos lo sabían casi de memoria.

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P. Francisco Ximénez, Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala, Guatemala, 1929-31:

“Esas palabras expresan con elocuencia lo que el Popol Vuh quiso decir y aún significa para el aborigen de Quiché-Maya descenso, ya que pude demostrar a mi satisfacción durante 32 años de investigación etnográfica entre diversos pueblos representativos de esa cultura”.

Es probable que dicho documento sea la reproducción de un documento prehispánico codex, “escrito en la antigüedad”, como lo dice el autor del Popol Vuh.

Para interpretar este material mítico, a la vez muy viejo y siempre joven, uno debe comprender a fondo y ser familiarizado con la manera de pensar, sentir y expresar del indio, explore los niveles más profundos de su pensamiento, conocer sus procesos mentales, sus ideas religiosas, en una palabra, su realidad espiritual.

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Hasta ahora ningún investigador ha tenido éxito en ingresar a los escondites ocultos del alma maya debido a la Ocultación sistemática que el indio ha empleado para proteger sus sublimes valores culturales.

A mi juicio, esto explica nuestra ignorancia de la realidad espiritual del presente y el pasado del indio que pulsa en todo el Popol Vuh. Por lo tanto, tenemos muchas traducciones literales de esta escritura del Quiché en español, francés, inglés y alemán, pero hasta ahora ninguno revela el verdadero significado de este valor tan valioso documento que resume la historia y el alma de los Quiché-Maya.

El valor histórico del Popol Vuh es evidente no sólo en el texto mismo, que describe la historia del Quiché-Maya a través de los tiempos, pero también en las palabras expresas del escriba nativo, que a modo de introducción dice: “Este es el origen, el comienzo de la vieja historia quiché; aquí vamos a dejar la vieja historia, lo comenzado, el origen del pueblo quiché y todo lo que hicieron. Los Chortís confirman ese carácter histórico del Popol Vuh en el título mismo de su drama llamado “La Historia “, que en una síntesis magnífica reproduce los episodios esenciales de la epopeya quiché.

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Interpretando la opinión del Quiché sobre el libro, el Padre Ximénez tituló su versión en español, la Historia de la Origen de los indios de esta Provincia de Guatemala. De esta manera, los Quiché-Maya definen su propio concepción de la historia al declarar que los relatos míticos en el libro son también narraciones históricas; es decir, ellos forman una mito historia. No se debe, entonces, buscar una parte en la mitología y otra parte en la historia en el Popol Vuh. Como este estudio mostrará, el mismo estilo caracteriza todo el trabajo desde la primera hasta la última página.

No hay divisiones en capítulos, el texto del manuscrito no está roto, y la narración continúa de principio a fin. Tal arreglo es típico de la mentalidad Quiché-Maya y además se proyecta a sí mismo en su sistema de midiendo el tiempo. En realidad, todas sus series calendaricos, como las de su historia, están conectadas sin una romper, para no interrumpir el orden cósmico.

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Su sistema cronomagico se copia de modelos míticos, arquetipos de toda su arquitectura mental. Por lo tanto, los pueblos Quiché-Maya viven en continuidad con su pasado, que para ellos no tiene ningún misterio en la medida en que los mitos son los fundamentos de su conciencia cultural.

Nosotros, de hecho, estamos lidiando con una historia unificada que abarca en sucesión continua toda la cultura histórica proceso: historia escrita en términos de pensamiento mitológico, que es histórica para estas personas.

Historia

Hace cuatrocientos años, en el manuscrito conocido como el Popol Vuh, un sabio quiché escribió las antiguas tradiciones de su pueblo. Él los transcribió en su propio idioma, pero usó letras romanas. Hasta ahora no ha sido posible penetrar en el significado esotérico o incluso en la validez histórica de este documento porque, para decirlo simplemente, está escrito en un lenguaje simbólico que nosotros no comprendemos fácilmente. Sin embargo, esos textos sagrados, tan oscuros para la mente occidental, no solo son perfectamente inteligibles para el Quiché-Maya pero forman una realidad totalmente viviente para ellos.

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Es de suma importancia aprender el método por el cual los Quiché-Maya expresan su concepción y sistematización de la historia. Ese método se revela en la doctrina cíclica de las Edades que contiene todo el eventos del pasado y el presente en una totalidad histórica.

Esos eventos se reúnen en cuatro períodos o épocas históricas seriales, de los cuales tres comprenden períodos

Ya terminó, es decir, el pasado, mientras que el cuarto corresponde al presente que comenzó con la última creación.

Ubicación en el tiempo

El Popol Vuh fue encontrado a mediados del siglo 16, pero sus escritos se remontan a la creacion del universo, los animales,plantas y el mismo humano. Conjunto a esto la historia de la cultura,reinos, y la historia social de los mayas.

Argumento

El popol vuh es el conglomerado de varios mitos y leyendas que  se dan como originario de Guatemala, muchos otros le presumen que son de la cultura azteca lo que si es bien cierto es que hablan del tema de la creación y formación del hombre. Claro esta que habla de la formación de la civilización y de los aspectos naturales que acompañaron el mismo, y tal como lo dice la biblia reza que la tierra estaba vacía y sola en silencio y nada se movía en ella.

En la cultura maya los dioses Tepeu y Gucumatz fueron los creadores del hombre y con su gran sabiduría dieron a la tierra todas las condiciones  para la existencia armónica del hombre y su naturaleza. Claro que lo crearon con inteligencia y con la capacidad de adorarlos, cosa que era agradable para ellos y razón por la cual destruían todo antes porque no les daban tributo.

Estructura

El Popol Vuh consta de cuatro partes con un promedio de 10 capítulos cada uno.

Resumen por capítulos

  • Tepeu y Gucusumatz llegaron al mundo y fueron ellos que viendo lo vació de la tierra crearon los valles los ríos los arroyos de manera muy natural y espontanea
  • Al crear  los animales los dioses viendo que no les daban su alabanza los condenaron a comerse entre si
  • Los dioses usaron el barro para crear los seres pero los vieron muy débiles  (frágiles) y no podían  alabarlo
  • los dioses usaron madera y crearon los humanos pero carecían de afectos y llenos de imperfecciones.
  • los dioses al ver como quedo el humano los destruyen y los convierten en simios o monos
  • Hunahpú e Ixbalanqué  dioses encargados de acabar con el ser de nombre Vucub-Caquix  por ambisioso  fue destruido de la misma forma destruye a los hijos de este Zipacná y Cabracán.

Personajes

  • Ixmucané : Se dice que es la diosa que crea los hombres del maíz y madre de los gemelos Hunahpu y Ixbalanque
  • Hun Camé : Es una deidad del inframundo que fue eliminada a manos de los gemelos Hunahpu y Ixbalanque
  • Hunahpú: Hermano gemelo de  Ixbalanque y gran guerrero que enfrento a Xibalba (inframundo)
  • Vukup-Ahpú : Hermano de Hun  Hunahpú dios de el juego de pelota y se dice que de la fertilidad
  • Ixbalamqué : Hermano gemelo Hunahpu guerrero contra el inframundo

Hunahpu e Ixbalanque

Hunahpú y Ixbalanque se vuelven humanos para elevar el estado del hombre al de divino, ejemplificándose en sí mismo el modelo del Gran Hombre Verdadero. Pero el ideal de humano y la perfección social, ya sea de una cultura o de un solo hombre, solo se puede obtener a través de los sacrificios y la experiencia de vida.

Las tribulaciones sufridas por la humanidad durante el curso de los tres ciclos raciales que precedieron la era de la cultura maya, como aquellas que el individuo debe sufrir para hacerse un hombre, o el hombre tiene que se someten a merecer la felicidad eterna, se proyectan en la problemática infancia de Hunahpú e Ixbalanque. Este paralelismo entre las etapas de la historia y las de la vida humana reflejan la esencia del sentido mental indio del flujo de tiempo e historia, y tiene su equivalente en la comparación de edades con soles. (ver articulo: Sobek)

Como se dijo, un Sol representa una unidad de tiempo que puede significar un día así como un ciclo calendárico. De acuerdo con esa concepción, la infancia de los gemelos se vive en una atmósfera llena de peligros y inquietudes.Apenas son puestos bajo el techo familiar por su madre que la abuela, molesta su llanto ordena que sean arrojados afuera, “e inmediatamente fueron puestos en un hormiguero” por Hun Bátz y Hun Chouén.

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Pero allí los gemelos dormían muy bien, así que los sacaron del hormiguero y los colocaron sobre un planta espinosa. Hun Bátz y Hun Chouén realmente querían que murieran en el hormiguero o las espinas debido a su odio y envidia de sus parientes más jóvenes. Pero ninguno causó ningún daño a los gemelos, que estaban investidos de poder divino. Como veremos, las hormigas son Los fieles servidores de Hunahpú, como son de Quetzalcoatl en el mito mexicano.

Características

Formas culturales existentes al presente o Cuarta Edad; por la misma razón, los del pasado no existen porque fueron transformados e incorporados en el presente. Para distinguir formas reales de aquellas que pertenecen al pasado, y para expresar al mismo tiempo su relación genética, los Quiché-Maya encontraron una fórmula maravillosamente simple. Hicieron una clara distinción entre el pasado y el presente ahora muertos, insertando entre cada Era o período un cataclismo destructivo que hirió al primero; es decir, ya no es posible mirar directamente a la Era anterior porque ha dejado de existir.

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Dado que el pasado está separado del presente, pertenece a la prehistoria. De esta manera, los primeros tres ciclos raciales, que en su tiempo formaron períodos reales vividos por los Quiché-Maya durante su historia, fueron destruidos. Esos períodos o edades están a la vez separados, pero unidos con, el presente, como partes necesarias de un todo; separados para distinguir las fases del pasado, unidas para preservar la conexión causal que relaciona las partes con el todo. (ver articulo: Kulkukan)

Aunque las características culturales del pasado fueron borradas (simbólicamente por una catástrofe), ya que fueron reemplazadas por las del presente, se requiere su mención para explicar las formas de vida que tienen sus raíces en esa prehistoria. En realidad, este pasado no ha desaparecido, sino más bien se ha transformado para incorporarse a la propiedad cultural común de hoy.

Así, por ejemplo, los gigantes de la Primera Edad se transformaron en portadores cósmicos; los dioses de la Segunda Edad en los demonios de hoy, y las virtudes del período prehistórico en los vicios de la Cuarta Edad. Para entender la génesis de los elementos culturales, es decir, lo que eran antes de ser incorporados en el presente, uno debe entender lo que ahora están para explicar cómo, por qué y en qué circunstancias se transformaron.

¿Cuáles son los fenómenos determinantes de su situación real?

Esto es muy importante, porque en esos fenómenos yacen las enseñanzas fundamentales de la doctrina religiosa e histórica. Las características del pasado fueron aparentemente borradas, pero fueron reinterpretadas y se encuentran vivas y vibrantes en el presente. De esta manera, la mitohistoria se narra en un sentido causal.

Expresa el proceso de acumulación del pasado en el presente, la transmisión del patrimonio cultural que crece de una época al siguiente. Le permite a uno percibir, en el flujo del proceso histórico, la variación en los elementos culturales; seguir, por ejemplo, la evolución de la ética o de las instituciones en relación con los cambios que tienen lugar en todos los niveles de la cultura.

En otras palabras, la cultura actual es el producto de la totalidad histórica; por lo tanto, cuanto mayor sea la parte del pasado que afecta a la cultura contemporánea, mayor será la escala de la civilización; es decir, el nivel cultural de una época es directamente proporcional a la duración de su pasado prehistórico.

Desde este punto de vista, la conservación de todas las fases del pasado, ordenadas en sucesión cronológica, es necesaria para determinar y explicar el presente. La mitohistoria expresa, entonces, el curso de los eventos en los que se originó el presente, y esos eventos se colocan en relaciones de dependencia o de sucesión en la urdimbre y en la historia conocida como historia.

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Sobre este trasfondo, el Popol Vuh proyecta en escenas sucesivas la vida del hombre Quiché-Maya y su gente a lo largo de su historia. Describe con color y precisión, de una manera simple, clara y conmovedora, la vida de la familia de tipos que caracteriza la cultura espiritual y material de cada ciclo racial: la familia de Vukup Cakix en la Primera Era; del Camé en el Segundo; de Ixmucané en el Tercero; del héroe civilizador y los primeros cuatro hombres verdaderos en la Cuarta Edad, mostrando el lado simple y humano de la historia y también el panorama completo de la cultura tipo de cada época, principalmente los fenómenos espirituales, sociales y económicos que la formaron.

La concepción Quiché-Maya, la historia es el hombre y el grupo humano a lo largo del tiempo, un juicio que no difiere de la definición que la historiografía científica moderna da a la historia como:

la ciencia que estudia y explica por medio de conexiones causales los hechos de la evolución del hombre y sus obras (tanto individuales como colectivas y típicas), como un ser social.

Tenemos, entonces, una fuente original, escrita por Quiché-Mayas sobre la vida del hombre, que abarca el todo el proceso de la vida y la cultura humanas desde el horizonte primigenio al de la civilización. Su fidelidad histórica se ve en la descripción de hechos y formas de expresar la vida espiritual que no corresponden a la cultura contemporánea y que fueron abandonados hace miles de años, pero que expresan la realidad viviente de culturas pasadas.

Los Quiché-Maya escribieron la historia verdadera ante nuestros propios historiadores lo hizo, una historia que se preocupa por los hombres, es decir, la realidad viviente de un pueblo y no de eventos oficiales sin importancia para el futuro. Los episodios mito-históricos registran exactamente los actos arquetípicos realizados y los gestos hechos en ilo tempore por los remotos antepasados ​​de los Quiché-Mayas.

Tales cosas no solo ocurrieron entonces sino que lo hacen de manera nueva, continua, siendo repetidas en los ritos, el calendario, el teatro y las costumbres de hoy. Se hacen reales en cada momento y siempre de la misma manera, de modo que en las prácticas de los indios contemporáneos llegan a ser una reproducción fiel de la historia tal como de hecho ha evolucionado. (ver articulo: Kaupaloki)

La estructura del sistema de la computación del tiempo copia la mitología modelos. Al igual que el tipo que representan Agegey, cada serie expresa un período que está vivo y completo en sí mismo y que termina en un cambio abrupto y completo. Estos ciclos de tiempo, como la serie de la historia, funcionan dentro de una unidad mayor, como partes necesarias para el todo.

A pesar del final abrupto de cada ciclo mito-histórico, el texto del Popol Vuh muestra que sus respectivas realidades son desplazadas no por un cambio repentino de escena sino por modificaciones progresivas. Estos hechos explotan el viejo prejuicio (de la época de Montaigne y Descartes) de que el estadounidense es el modelo del hombre sin historia y, al mismo tiempo, confirma el juicio de los historiadores modernos de que los mitos tienen un valor historiográfico.

El paso más importante que ha dado la historia crítica moderna ha sido aprender, siguiendo los pasos de Vico, que la mayor parte de los mitos divinos y heroicos de las viejas tradiciones … representan otros tipos de reconstrucciones y explicaciones históricas … en la forma compatible. con la mentalidad antrophomórfica a-lógica de los primitivos  Enrico de Michelis, El problema de las ciencias históricas, Ed. Nova, Buenos Aires, p.259

El estudio de la mitología fue trasladado hace algún tiempo del campo de la literatura al de la ciencia. El Popol Vuh aporta material extremadamente valioso para descifrar la historia del Quiché-Maya, tema que nos permite seguir el desarrollo de sus ideas, arte y ciencias. de toda su cultura.

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Y, por primera vez en los anales de las investigaciones americanistas, podemos enfrentarnos al problema de la historia, siguiendo la secuencia lógica de eventos desde el horizonte más antiguo hasta el más reciente en lugar de desde la dirección inversa; es decir, comenzando con causas en lugar de efectos. Con esta posibilidad, se elimina el hiato entre paleoantropología y etnografía o historia.

Pero lo que interesa al especialista, quizás más que la metodología histórica de los Quiché-Mayas, es saber si existe un método que sea transmisible para establecer la interpretación correcta del Popol. Vuh.¿Y cuál es la técnica al alcance del método científico que nos permitirá probar que tal interpretación realmente se corresponde con las concepciones de estas personas y su historia real? El objetivo principal de esta introducción es explicar la técnica utilizada en nuestra exégesis Una técnica que al mismo tiempo ofrece métodos para probarla. (ver articulo: Shiva)

Como se dijo, el análisis conceptual de los temas mitológicos que expresan el modo de vida espiritual quiché-maya puede lograrse solo a través de una comprensión interna del pensamiento indígena, del procesos que son tan diferentes y eliminados de la nuestra.Lévy-Bruhl ya ha dicho que la interpretación del hombre civilizado tiende a ceder a las creencias, costumbres y ritos del hombre primitivo, nunca o casi nunca es el correcto.

Por lo tanto, debemos situarnos en el nivel de la perspectiva mental del nativo si queremos comprender su manera de expresión espiritual y, aún más, ser testigos y estudiar sistemáticamente las ceremonias secretas y nocturnas de su religión agraria, celebradas por los ancianos nativos en sus propios lugares de adoración oculta en los bosques.

Habiéndose familiarizado con el pensamiento nativo y sus métodos de interpretación, el investigador podrá reconocer sus significados espirituales en cualquier nivel que estos aparezcan e interpretar sus antiguos textos sagrados a la luz de la realidad de hoy. Para más detalles sobre este método de investigación ver mi Los Chortís ante el problema maya, y también mi respuesta a la crítica de la señorita Betty Starr (American Anthropologist 53, 1951).

En este libro, remito al lector frecuentemente a páginas o capítulos en Los Chortís ante elproblema maya, usando la forma simple de título corto de: Girard, Los Chortís, en vista de la inconveniencia de reproducir in extenso th e completo material etnográfico, arqueológico, lingüístico y extractos de fuentes escritas, contenidos en esa obra de 5 volúmenes. Los mitos pueden explicarse claramente por medio de las prácticas e ideas del indio contemporáneo.

Todos los actos, individuales y colectivos, incluido el fisiológico, son ceremonias que continuamente repiten modelos teínticos. Vivir y actuar de acuerdo con esos patrones míticos es la aspiración constante del Quiché-Maya. La correlación entre el presente y el pasado, entre lo real, lo que existe ahora, y el mítico, derrocado gracias al hecho de que los mitos prevalecen en las ceremonias.

Todo el valor de una investigación de este género gira en torno a los ancianos nativos, iletrados pero entrenados en la escuela de la tradición oral. Cuando comparten su pensamiento interior, nos presentan un mundo hasta ahora desconocido. (ver articulo: Hanab ku)

Para verificar la veracidad de la información proporcionada por los teólogos nativos, recurrimos al método comparativo mediante el cual podemos ver si los datos provistos por varias personas que no lo hacen conocer cada otro acuerdo interno de exhibición. Este mismo método sacará a la luz las correspondencias sistemáticas entre la información derivada de la etnografía y la proporcionada por las fuentes primarias, las escrituras de los mismos Quiché-Maya.

Tales correlaciones sistemáticas entre los mitos, las fuentes escritas y los hechos de la etnografía y la lingüística establecen la base sólida sobre la cual descansa nuestra interpretación de los textos nativos.

De hecho, existe un estricto paralelismo entre los episodios míticos y las ceremonias y costumbres actuales, no solo correlaciones simples de hechos que se corresponden con y se explican entre sí, sino también y esto es lo más importante, correspondencias regulares de características entre toda la estructura mitológica y el sistema ritual, la medición de períodos de tiempo y el arte dramático nativo.

Estos se reúnen de la misma manera, siguen el mismo orden de sucesión, expresan el mismo desarrollo temático y se basan en la misma doctrina, los mismos principios cosmo-teo-astronómicos. La presente explicación del Popol Vuh se basa, luego, en la presentación de hechos reales y concretos que están disponibles para la investigación etnográfica.

Pero hay aún más: ya que los mitos, al igual que las ceremonias, expresan el ideal religioso del pasado, el presente y el las épocas futuras, que comenzaron en tiempos míticos, se sigue que este ideal se puede ver tanto en la cultura teatral como en la arqueología, en cualquier nivel histórico que se encuentre.

De esto se desprende que el arte prehispánico de los Quiché-Maya, que era de carácter estrictamente religioso, traduce en el lenguaje de las formas las mismas ideas religiosas que viven y respiran en las páginas del Popol Vuh y en el modo de vida colorido-metafísico del Indio contemporáneo. Así, el rango de correlación entre los mitos y las ceremonias se extiende al campo de la arqueología (monumentos, pinturas, códices antiguos).

Al igual que con todas las expresiones culturales quiché-mayas, la interpretación del arte indígena a través de la historia debe comenzar desde adentro y desde allí emerger, proceder de la forma espiritual a la forma externa u objetiva. Esto revela el impulso emotivo que dio expresión a las formas y explica el significado de figuras y símbolos milenarios que, hasta ahora, han permanecido tan enigmáticos para el forastero como la espiritualidad del indio de hoy.

Uno debe agregar a estos elementos de prueba la prueba documental provista por el testimonio de fuentes escritas de los propios mayas, quichés y toltecas, así como de fuentes coloniales que reproducen informes nativos. Este libro establece la solidez fundamental de esas fuentes, que son todas expresiones de una madre cultura cuya historia se resume en el Popol Vuh de J. Imbelloni ya ha demostrado que estas fuentes maya, quiché y mexicana forman una unidad estrechamente conectada y que su material mítico es idéntico.

Así, las fuentes maya, quiché, cakchiquel y mexicana constituyen una excelente herramienta para analizar el Popol Vuh. * El Génesis de los pueblos prehistóricos de América, Buenos Aires, 1940-41. Imbelloni prestó atención a la doctrina de las Edades y realizó interpretaciones acertadas de esta parte de QuichéMayamythology. De todo esto resulta evidente que el estudio de la mitología quiché-maya puede abordarse mediante la teología de la ciencia moderna y someterse al tipo de análisis riguroso ahora.

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empleados en las disciplinas antropológicas (etnografía, lingüística, arqueología, fuentes escritas, etc.). Las verdades esenciales expresadas por los mitos se refieren a conceptos interrelacionados. Cosmogonía, teogonía, ceremonias, calendario, matemáticas, astronomía, economía, familia, sociedad, gobierno, etc, se derivan de patrones o modelos idénticos. Nos enfrentamos a un injerto recíproco de todos en un todo cósmico en cada momento.

Ningún elemento cultural puede extraerse de ese todo al que está sólidamente vinculado. Por esta razón, no puede haber interpretaciones personales arbitrarias de ninguno de los fenómenos culturales. Esto sería casi imposible, ya que cualquier error interpretativo se haría evidente a la vez debido a las múltiples formas (pruebas internas y externas) que ahora tenemos a nuestra disposición para establecer la verdad de la materia; y además, resultaría en un evidente desacuerdo con la maravillosa unidad interna del complejo cultural.

Cuando estaba llevando a cabo mis investigaciones entre los Chortís, a veces dudaba de la exactitud de la información que me daban los ancianos, que a veces parecían ser confuso o ilógico.

fragmento de popol vuh

El popol vuh fue para la mitología Maya tan importante como para los demás los fue y ha sido la biblia, porque en sus creencias era la que afirmada sus raíces y de donde venían. Su origen y el verdadero motivo para luchar y mantener sus creencias, el arte no quedo atrás en esta época de por si la cultura Maya es una de las mas admiradas a nivel mundial que hoy en día sus estructuras se mantienen con una calidad y condición increíbles.  Como ya se ha reseñado los estudios realizados ha todo el material que se ha investigado, es esencialmente la descripción de la cultura y lo arraigado que estuvo dentro de sus pobladores. Mitos como de con lo que fue creado el hombre habla por si solo con gran similitud, de lo que fue su cultura y lo que aun en nuestros días sigue teniendo importancia histórica y espiritual.

Que dicen sobre creación del hombre

Con respecto a la creación del hombre han sido muchas las versiones, tal y como lo dice la biblia en el libro de Génesis la tierra estaba desordenada y vacía y de allí que Dios pensó en crear al hombre para que fuese quien le ayudara en la misma. En la mitología Maya dice que los dioses tepeu y gucumatz quienes meditaron y juntaron sus pensamientos con lo que surgió la idea de crear al hombre ya que la tierra estaba oscura y vacía.

El hombre de madera

Según el popol vuh el hombre fue hecho con madera labrada, las características con gran parecido al hombre hablaban y reseña que poblaron la tierra. Lograron multiplicarse tuvieron hijas e hijos pero no tenían sentimientos y no se acordaban de su creador y andaban sin ninguna orientación, y como no mostraban reverencia a su creador vino sobre ellos la ira de su creador y provino desgracia sobre ellos. Sus pies y manos no tenían fuerzas carecían de sangre y humedad, sin grasa en sus cuerpos eran secos y amarillentos y por el hecho de no tener forma de honrar a su creador fueron aniquilados y fue su fin sobre la tierra.

El hombre de maiz

Hemos llegado a la conclusión de la larga exposición del Popol Vuh que describe la lenta evolución de Maya
cultura y sus sucesivas transformaciones desde el nivel inferior de los cazadores-recolectores hasta que alcanza el
etapa agrícola-patriarcal. (ver articulo: Chom)

Ya después de haber probado con el barro y la madera y posteriormente haberlos convertido  en monos y como tampoco funciono, entonces tomaron el maíz lo que funciono perfectamente según cuenta la historia maya. El popol que su significado es Comunidad o consejo y vuh que significa libro es prácticamente la biblia del pueblo Maya. Como el maíz era una fuente principal de alimentación y fortaleza entonces fue escogido como seguro instrumento para la creación del hombre, y lo mas importante para su creador que tendría la capacidad de honrarlo y servirle.

(Tepeu y Gucumatz) dioses creadores en la mitologia maya. Hicieron al hombre del maiz porque tendría la capacidad de amar . Cuenta la historia alrededor de esta afirmación que despues crearon la mujer, y la similtud con ellos (dioses) era tan grande y sus dones tantos que se pusieron celosos y decidieron recortarlos produciendo en ellos ceguera.

Los horizontes culturales de la clasificación Quiché-Maya se establecen cuando surge un nuevo elemento de primordial importancia para modificar el tipo de vida y las circunstancias culturales; pero el desarrollo sucesivo de los medios de subsistencia y el curso paralelo tomado por la evolución de la familia y la sociedad, la división del trabajo, los tipos de viviendas, así como de las artes y las ciencias, abarca una proceso, lo que nos permite comprender la estructura de su totalidad histórica.

Cuando un alto grado de evolución fue alcanzado en todas las fases de la cultura, los patrones básicos de la civilización Quiché-Maya fueron por lo tanto firmemente establecido. En cuanto al grado de avance artístico al comienzo de la Cuarta Edad, basta con comparar los seres cuyos brazos y piernas están formados de maíz con aquellos que en épocas anteriores carecían de todas las extremidades. los el énfasis ahora dadas esas partes de la anatomía humana revela que los artesanos nativos, imitando a los dioses, tenían un marcado avance y pudo esculpir figuras antropomórficas completas.

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En el orden económico y social, la Tercera Edad se caracteriza por el régimen horticulturas-matriarcal, con
el frijol como alimento esencial, ya que la humanidad se formó a partir de esa sustancia. Por el contrario, la Cuarta Edad
es el cultivo de maíz por los hombres y por un régimen patriarcal. Esta distinción está plenamente establecida en el
referencias al hecho de que antes los hombres solo tenían madres; ahora, sin embargo, no nacen de madres sino
a través de un acto sobrenatural, como Hunahpú, el dios del maíz, nació; además, los dioses solo crearon hombres
las mujeres vendrán después, y esto determina su posición legal.

El maíz se ha convertido en la principal fuente de vida, permitiendo al hombre compartir la naturaleza divina; es el mismo esencia de la divinidad que entra en la formación de la humanidad y desde ese momento la sostendrá
material y espiritualmente, ya que al comer maíz, el hombre se hace consubstancial con la Deidad misma.
Pero antes de adquirir su condición divina y convertirse en ese alimento básico, el grano de maíz tuvo que pasar por un largo período de tiempo.

Un proceso de cultivo hasta que adquirió su forma esférica, plena y dura, que lo asimilará con Hunahpú cabeza. El hecho de que existieran entonces mazorcas de maíz completamente desarrolladas con sus hileras de granos está atestiguado por las repetidas mención de las orejas blancas y amarillas. (ver articulo: Tepeu)

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Esas repeticiones forman parte de la misma técnica del nativo literatura para enfatizar cada evento de largo alcance, y tiene su correspondencia lingüística en el fenómeno de reduplicación. Tales repeticiones se vuelven tediosas y desagradables para el oído habituado a Literaturas europeas; pero si penetramos en la mentalidad nativa entendemos que tienen una profunda significado y, a causa de eso, justificar su aparente monotonía.

La historia del maíz comienza en la Segunda Edad, es decir, en tiempos extremadamente remotos cuando la tierra producía solamente comida escasa e inadecuada y, citando a Torquemada, “las comidas y frutas de la tierra no crecieron” bueno, haciendo que la gente muera por comer varias cosas peligrosas “(Juan de Torquemada, Monarquia indiana, México, 1934).

Entre los pastos silvestres que luego se incluyeron en la dieta fue “la hierba centeucupi y el hierba achianthi “, según el relato del manuscrito Thévet y el Vaticano A y el franciscano Códices Estos últimos dicen que el cintrococopi (el centeucupi del Thévet) es un cierto tipo de maíz silvestre (llamado atzitziutli en el Códice del Vaticano).

Dado que las fuentes mexicanas y mayas pertenecen al mismo horizonte mitográfico y hacen referencia al mismo proceso de estratificación histórica, tenemos en el Mexicano, entonces, excelente información complementaria al Popol Vuh. Hay evidencia histórica y botánica adicional que hace que sea imposible pensar que el mexicano las fuentes se refieren a los pueblos del altiplano y hace suponer que pertenecen a los que entonces habitó la región centroamericana, su patria cultural.

Por ejemplo, el maíz silvestre no figura en la dieta de los chichimecas, que comían “hojas de tuna, diversas raíces, palmito, miel y flores de yuca” de acuerdo con Sahagún. Por otro lado, en Guatemala hay dos parientes silvestres de maíz, los únicos conocido, que son nativos de la parte occidental de este país (dos tipos de teosinte y varias especies de Tripsacum).

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Además de eso, no debe olvidarse que el Popol Vuh describe para nosotros, alegóricamente, el proceso evolutivo de maíz a través de la edad matriarcal hasta que adquiere un personaje más o menos como lo que ahora tiene, con orejas y granos perfectamente desarrollados. Del Popol Vuh sabemos que durante la Tercera Edad el maíz ya está bajo cultivo y se encuentra en el jardín familiar. En aquellos tiempos, los hombres limpiaban la tierra y las mujeres sembraban y cosechaban en pequeña escala, regulando sus operaciones según el calendario lunar. (ver articulo: Toci)

Este cultivo, llevado a cabo durante muchos siglos de tiempo, mejoró la calidad y la cantidad de este grano, cuyo descubrimiento se atribuye a Ixmucané. Pero durante esa Era todavía no era “el alimento”, el frijol y las plantas de raíz (yuca y mandioca) que tenían el lugar preferido en la dieta nativa. Que su divinización ocurrió al comienzo de la Cuarta Edad muestra que el maíz no había alcanzado su pleno desarrollo hasta entonces. El maíz es el exponente típico de Quiché-Mayaculture, como el trigo y el sorgo es del egipcio, y el arroz del hindú y el chino

Popol vuh creación de los animales

La forma en que los humanos interactúan con su entorno ha interesado a los antropólogos desde los primeros años del campo. Esta relación ha creado distinciones significativas entre grupos culturales. Un pueblo, los mayas, han producido un gran cuerpo de evidencia de la interacción humana y ambiental pasada y actual. Diseños de cerámica, murales, esculturas e incluso narraciones orales de los mayas ilustran su percepción del mundo natural y de los otros seres que lo habitan.

Este espacio  presenta una visión general de cómo su relación con los animales, en particular, se representa primero en los cuentos populares mayas actuales, y luego a través de las narraciones documentadas en el Popol Vuh. La comparación muestra que, aunque los animales están representados de manera algo diferente en estos dos contextos, las huellas de la importancia mitológica de los animales en el pasado todavía están presentes en algunas de las narraciones mayas recopiladas en el presente. Representación de animales en el Popol Vuh y en los cuentos populares mayas actuales.

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Veamos cómo ocurrió la creación del hombre según los antiguos mayas y cómo se describió en este Libro: Después de crear todo lo que existe en el cielo y la Tierra, los dioses creadores Tepeu y Gucumatz decidieron que era necesario crear a los habitantes de este mundo que deberían proteger y cuidar el mundo. Decidieron crear hombres y mujeres del barro, pero los dioses se dieron cuenta de que debido a ese material eran débiles y no podían pararse. Entonces estos primeros hombres fueron descartados.

El segundo intento fue con madera. Los dioses crearon hombres y mujeres de madera. Estos hombres y mujeres eran fuertes, lograron reproducirse y comunicarse muy bien entre ellos, pero estas criaturas no tenían memoria, razonamiento o emociones. No hablaron con sus creadores ni los respetaron. A los dioses no les gustó, por lo tanto enviaron una lluvia fuerte que duró días y noches para reducir la población de estos seres. Los mayas creen que los sobrevivientes de la lluvia treparon a los árboles y se convirtieron en simios, y así es como los mayas explican la semejanza entre los humanos y los monos.

Finalmente, con la ayuda de algunos animales, los dioses encontraron el material final para hacer al hombre; “maíz”. Los animales presentaron a los dioses cuatro tipos de maíz que existían (maíz blanco, amarillo, rojo y negro). Con estos, los dioses formaron el primer cuerpo humano. Crearon 4 hombres y 4 mujeres. Estos hombres y mujeres eran hermosos e inteligentes, y tenían una gran comprensión.

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Entonces los dioses se asustaron un poco. Pensaron que estos hombres algún día podrían tratar de ser iguales a ellos porque eran demasiado inteligentes. Los dioses temían que en algún momento estos nuevos seres quisieran tomar su lugar. Por lo tanto, los dioses hicieron una nube densa. La nube bajó y cubrió a hombres y mujeres por un tiempo y esto redujo su inteligencia y entendimiento ligeramente.

Después de eso, los hombres reconocieron a sus dioses y los alabaron. Esto hizo felices a los dioses y se enorgullecieron de su creación. Así, estas cuatro familias comenzaron a reproducirse y poblar la Tierra que también fue creada por Tepeu y Gucumatz. Los seres humanos están siempre bajo el cuidado de los dioses.

Su relación con la religión

Si nos detenemos a ver cada una de las religiones, estas tienen algo  en común cuando queremos hablar de la creación, todas tienen grandes similitudes como puntos divergentes. Los  musulmanes tienen el Corán, los cristianos la Biblia, y así muchos más por la cantidad de derivaciones religiosas que ha tenido su propia interpretación o forma de ver  la creación.

Diferencia entre el Popol Vuh y la Biblia

Estos libros que a pesar de sus diferencias tratan de la creación del mundo y el hombre son realmente extensos, pero las redacciones y posteriores traducciones nos muestran muchos puntos donde parecieran ser iguales. Claro en esencia porque en forma son diferentes. El popol vuh habla que la tierra la crearon en un solo día, mas la biblia reza que fueron 7 días y Dios descanso después de ellos. Dios en la biblia creo el hombre del barro mas el popol vuh hubo tres maneras o intentos de creación Barro madera y por ultimo de Maiz

Relación entre Popol Vvuh y Chilam Balam

El códice de Quiché comienza refiriéndose a la creación del universo. Divinidad – preexistente a sus obras –
crea el cosmos, que se extiende a través de dos planos superpuestos y cuadrangulares, cielo y tierra,
sus ángulos delimitados y sus dimensiones establecidas.

De este modo se establece el patrón geométrico de que derivará las reglas para la cosmogonía, la astronomía, el orden secuencial en el que ocurren los eventos y el marcando y uso de la tierra, que para los mayas se calcula a partir de ese esquema de espacio-tiempo.

Los cuadriláteros cósmicos a los que se refiere el Popol Vuh están determinado por los cuatro puntos solsticiales y se divide en cuatro partes iguales por la cruz astronómica cuyos brazos se alinean con los puntos cardinales. Desde tiempos muy remotos, Indio, un gran observador de la naturaleza, había notado la oscilación anual regular de los puntos donde el sol se levantó y establecer. (ver articulo: Svadilfari)

Luego observó que la estrella “buscaba los ángulos del firmamento, medía lo que había allí, y descuartizó las mediciones, estableciendo los puntos de lo que está en el cielo y la tierra, “inferir la cuadratura de el universo, un modelo que se aplicó a la cuadrangulación del territorio, de la aldea, el campo y su los trabajos, el altar, la casa, la plaza, etc. (Girard, Los Chortís, capítulo 16, “Cosmogonía”).

El Libro de Chilam Balam de Chumayel completa esta información del manuscrito de Quiché, indicando que las cuatro direcciones fueron indicadas por hitos (como marcadores de pedernal, árboles) cuyos respectivos colores – rojo, blanco, negro y amarillo: componen la gama de matices rituales. Se crearon los cuatro jefes o regentes de las direcciones, en la medida en que la existencia de ese plano cuadriforme automáticamente implicaba que de los cuatro Dioses cósmicos o soles y, por lo tanto, de la luz que hace a un lado las sombras del caos.

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Y esta concepción es explícito en el Popol Vuh donde, algunas líneas antes de mencionar cómo se mide el cuadrángulo cósmico, “el nacimiento de la luz por la mediación de Tzakol, Bitol, Alom y Cajolom “es narrado. Para el sabio Chortí, la luz solar siempre tiene un doble significado: luz real y luz metafórica, ya que del sol se recibe luz material y espiritual, de modo que de acuerdo con el pensamiento nativo el párrafo anterior puede interpretarse en su doble sentido.

Debe notarse que al principio el Popol Vuh menciona solo dos planos cósmicos, y no dice nada sobre el inframundo, cuya integración en el sistema universal tendrá lugar en un momento posterior al de la creación. El Chilam Balam de Chumayel concuerda con esto cuando coloca la creación del “Infierno” en Nueve Cauac, en un intervalo de ocho etapas o épocas eliminadas de la formación del cielo y la tierra. (ver articulo: Calendario Maya)

Esta creación, incompleto para empezar, refleja el estado de conocimiento imperfecto y rudimentario del hombre primitivo, que es capaz de concebir solo las divisiones visibles del mundo: el cielo y la tierra. Más tarde, al formar la idea de un mundo subterráneo astral al mismo tiempo que las nuevas doctrinas espirituales, inseparables del fenómeno de la
germinación de las plantas, se concibió la existencia de una tercera dimensión de la estructura cósmica.

Con tal preámbulo, el escriba quiché comienza su narración, diciéndole al lector que su intención es conservar las tradiciones de sus antepasados. A continuación, describe el proceso creativo, que tiene lugar a través de etapas sucesivas, a lo largo de un escalera, dice el Libro de Chilam Balam de Chumayel – en el cual primero se forma el cielo, luego la tierra y su contenidos: los reinos mineral, vegetal y animal, y finalmente el hombre – una teoría que concuerda con los modernos pensamiento científico.

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Tanto el Popol Vuh como el Chilam Balam de Chumayel coinciden en el orden progresivo de creación llevado a cabo por un creador, que es una Divinidad no creada y la primera causa de todo lo que existe. Este dios no creado existe antes de todo ser y antecede a sus obras. El Chilam Balam de Chumayel dice al respecto:

En uno Chuen, [Divinidad] sacó de sí misma su divinidad e hizo el cielo y la tierra. En Two Eb, hizo la primera escalera para descender en el medio del cielo y en medio del agua.

Esa es la escalera de nubes a las que nos hemos referido en otra parte (Girard, Los Chortís). Y, más adelante:

Todo fue creado por nuestro Padre Dios, y por su Palabra, allí, donde antes no había cielo ni tierra, estaba su Divinidad, que a través de sí mismo se convirtió en una nube, y creó el universo. Y su gran y divino poder y majestad hizo temblar los cielos. (Chilam Balam de Chumayel, trans. A. Mediz Bolio, México, 1941).

Con esto, el aspecto ontológico del Ser Supremo se define, en opinión de los Quiché-Mayas. El cielo existió, dice el Popol Vuh, incluso cuando no había nada que se asemejara a él. los el cielo tranquilo y el mar existían consustancialmente en la quietud de las sombras (como se explica en Girard, Los Chortís, capítulo 16), donde brilló con claridad cósmica, la Divinidad misma, llamada Corazón del Cielo o Cabahuil, y sus hipóstasis. Tzakol, Bitol, Tepetü, Gucumatz, Alom y Cajolom, el agregado formativo del Creatorgod o dios-Siete, cuya naturaleza y funciones se han definido en otra parte. Antes de crear el universo, el Ser Supremo creó los dioses que no son más que extrusiones vitales de Él mismo.

El Chilam Balam de Chumayel es más explícito sobre esto, declarando que “el que es la Divinidad y la Potencia, trajo a la existencia la Gran Piedra de Gracia, allí, donde antes no había cielo, y de él nacieron siete piedras sagradas, siete guerreros suspendidos en el espíritu del viento, siete llamas elegidas, y luego siete veces se encendieron las siete medidas de la noche .

Además, se habla de los siete dioses en las singularas “el Descendiente de las Siete Generaciones”, producidas por el Eterno, todo lo cual está perfectamente de acuerdo con las enseñanzas teológicas de Chávez (Girard, Los Chortís, capítulos 7 y 17).

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La cita anterior de este Quichémanuscript asimila la Divinidad al cielo, una idea que no ha variado incluso entre los indios contemporáneos y tiene su correspondencia lingüística (ut ‘e q’in: cielo, ojo solar, Dios). Cabáhuil, según la versión quiché, es el nombre de Divinity, sinónimo de Heart of Heaven y Hakara.

El valor etimológico de esta palabra ha sido extensamente discutido, pero hace algún tiempo Gerónimo Román dio la definición de ese “nombre de la deidad suprema de los indios guatemaltecos que reside en el punto central del firmamento”. Francisco de Coto y también el padre Varea señalan que “gabuil significa ídolo, imagen o imagen de Dios, o una estatua o pintura adorada por los gentiles”.

El mismo término todavía es utilizado por los quichés para designar a sus ídolos pequeños, así como los contenedores de incienso que, como las figuras pequeñas, representan a la deidad. En el Chilam Balam de Maní, la Deidad central se llama Itzamná-kauil, un término equivalente al Corazón del Cielo o Cabahuil de la tradición Quiché.

El Ser Supremo, después de crear y delegar sus poderes al dios Siete, que es la Deidad creativa, asume un rol esencialmente pasivo, limitándose a la supervisión y gestión del universo; mientras que los dioses creados, sus hijos, comienzan un rol activo, haciéndose cargo de “todo el trabajo”, ejemplificando así las tareas de los hijos con relación al patriarca en la macrofamilia.

Así, los dioses creados, hijos e hipóstatas del Ser Supremo, son aquellos que actúan continuamente en la etapa mitopoyética. Pero para que sus actos sean perfectos, la individualidad del Corazón del Cielo o dios-Siete debe integrarse por medio de todos sus componentes cósmicos. En consecuencia, el Popol Vuh subraya esto cuando afirma que “con la llegada de Tepeü y Gucumatz, llegó la Palabra”.

En los párrafos anteriores, Tzakol, Bitol, Alom y Cajolom fueron identificados como los dioses regentes de las cuatro regiones cósmicas. Estos, al unirse en el cielo en unión con Tepeü y Gucumatz, forman el dios siete o el Corazón del Cielo, una entidad que es distinta de cada uno de sus componentes pero que los abarca a todos, de acuerdo con la concepción monoteísta del Quiché-Maya.

En esta visión, Tepeü y Gucumatz corresponden al sol en el surgimiento y en su emplazamiento a lo largo de la eclíptica, cuando la estrella se mueve a través del cenit para formar la cruz astronómica cruzando la línea paralela a la del meridiano (Girard, Los Chortís, capítulo el Tzolkín). En este momento actúa el dios Siete, o el dios agrario o creativo, ya que solo entonces están presentes todas las hipóstasis que lo componen. Por lo tanto, “cuando llegaron Tepeü y Gucumatz, entonces era la Palabra”; es decir, se produjo el acto que creó la tierra.

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Como se explicó en otra parte, Palabra y Acción son términos equivalentes y son usados ​​en el mismo sentido por los mayas, los quichés y los mexicanos. La Palabra divina implica la creación instantánea o lo hecho. En consecuencia, con esta regla solo se requiere que el mago de la lluvia Chortí diga claramente qué será, que debería ser.

Las concepciones idénticas se expresan en fuentes mexicanas y mayas; por ejemplo, wasad en el Códice del Vaticano que Tonacate-cuhtli creó la primera pareja humana con su Palabra. Debe notarse que el nombre general Gucumatz, la contraparte de Quetzalcoatl, se aplica tanto al dios particular – uno de los septemvirato – como a los dioses creativos en general, que irradian luz y son llamados Gucumatz “porque estaban cubiertos con un manto verde como el pájaro quetzal”.

Gucumatz significa literalmente “serpiente-quetzal” o “pájaro serpiente”. Puede traducirse también como “serpiente con plumas de quetzal”, ya que la voz guc o q’uc significa tanto quetzal (Pharomachrus mocino) como las largas y hermosas cola de cola verde de esa ave; y cumatz significa serpiente.

Existe una sinonimia entre el rayo solar como símbolo y las plumas divinas o los pelos del manto de la vida vegetal, cuyas propiedades mágicas se consideran equivalentes. Pero los dioses se visten con el manto verde, el color de la vegetación, solo cuando están involucrados en un acto de acreción.

Actualizado el 20 junio, 2019