Tengu

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La mitología japonesa está llena de diferentes seres con habilidades, formas y poderes diversos, con capacidades de causar o evitar daño. Entre el gran número de criaturas que existen en el imaginario de los japoneses y su folclore, se encuentran los tengu, seres que forman parte del ya conocido mundo de los yōkai, aunque también es venerado dentro de la religión sintoísta o shinto como un Kami (equivalente a una especie de dios).

Tengu

Origen

El primer aspecto a señalar sobre esta criatura mitológica es que existe un conflicto en cuanto a la traducción de la palabra tengu. Así, al hacer una rápida consulta, es fácil encontrar que es normalmente definido como “perro celestial”, sin embargo, su forma no se asemeja a la de un perro, sino más bien es más parecido a un ave, con partes del cuerpo con forma humana.

La razón de la errática traducción se debe a que esta criatura fue importada o tuvo su origen en China, en donde se designaba a un demonio con forma de perro como Tian gou, sin embargo, como ya se establecido en el párrafo anterior, la versión japonesa es un que posee partes de ave y de un ser humano.

Los tengu eran representados con picos, pero, posteriormente fueron evolucionando su forma, hasta tener una característica nariz larga, excesivamente larga, conservando siempre algunos aspectos de ave, como las alas.

En definitiva, adoptan la forma de una persona-ave. La historia de los tengu se inicio con la mezcla de una serie de mitos y leyendas chinas, importadas y mezcladas con el folclore japonés. Así  en un principio los tengu eran vistos como criaturas malvadas, que llevaban la guerra consigo, pero que, producto de la propagación del budismo, su carácter se fue suavizando, colocandolos como protectores de los montañas y bosques, es quizás por esta razón por la que son igualmente venerados como Kami.

Aun en la actualidad resulta inexplicable como la visión de un perro, fue sustituida por la de una persona-ave en su llegada a Japón. Algunos estudios sugieren que la forma de ave fue traída de la mitología de la India, donde existe una deidad con forma de ave llamada Garuda, que posee características muy similares a los tengu japoneses.

Tengu como yōkai

Al principio de este artículo, se hizo referencia a la dualidad con la que eran visto los tengu, por un lado, eran considerados como yōkaiy por el otro son considerados como una especie de dios para el sintísmo. En esta sección, será tratado brevemente la condición de yōkai  de los tengu.

Antes de entrar al análisis del porque está criaturas forman parte del mundo mitológico japonés, es pertinente tratar, al menos de forma general, ¿qué son los yōkai?. Así, se trata de un conjunto de seres con habilidades sobrenaturales, que pueden ser monstruos, espíritus o demonios.

Tengu

La palabra yōkai, puede ser traducida como “hechizante”, “atractivo” o incluso, ser sinónimo de calamidad y desastre. Hay diversos tipos de estas criaturas, con diferentes conductas, algunos son violentos, peligrosos y buscan causar daño, otros, por el contrario, son más benevolentes, y traen buenas fortuna a la personas que se atraviesan en su camino.

Los yōkai tienen un gran número de habilidad, algunas muy características del tipo de criatura que se trate, pero, en general, casi todos tiene la habilidad de transformarse en otros animales o personas, entre estos destacan los bakeneko, los nekomata y, por supuesto, los tengu.

La investigadora Tsutomu Ema, luego de un exhaustivo estudio de la literatura y pintura japonesa, dividió a los yōkai en varias categorías:

  • Postuló 5 clases de yōkai de acuerdo a su verdadera forma: animal, objeto, planta, fenomeno natural o humano.
  • Creó 4 categorías de acuerdo a la fuente de su mutación: espiritual, reencarnación, del mundo material o de este mundo.
  • Finalmente, 7 categorías basadas en su apariencia externa: animal, humano, planta, forma de estructura, objeto o fenómeno natural y varios, esta última categoría está compuesta por yōkai que poseen más de una categoría en un solo ser, como es el caso de los tengu.

Ahora bien, habiendo visto esta breve introducción sobre los yōkai, se va aclarando la razón por la cual los tengu son considerados como parte del mundo de estas criaturas. Así, los tengu tienen habilidades sobrenaturales, pueden volar, tomar la forma humana, poder común en otros yōkai como el bakeneko, pueden conjurar una serie de hechizos y encantamientos.

tengu

Adiconalmente, su forma natural es una combinación entre animal (ave) y humano, cuya cara posee una nariz bastante alargada. Como se verá posteriormente, a lo largo de la historia de Japón, los tengo han sido asociados a la maldad, la ira y la vanidad, sus blancos predilectos son los hombres dedicados a la vida religiosa, y son enemigos naturales del budismo.

En el mundo de los yōkai,  muchas de las criaturas se dedican a atormentar a los humanos, incluso pueden llegar a asesinarlos, y aunque en los registros analizados para este trabajo no se encontró algún trabajo que sustentara que fueran asesinos, las travesuras que realizaban si que ponían en peligro las vidas de sus víctimas.

Asimismo, y como será igualmente abordado más adelante, los tengu también tienen una naturaleza bondadosa, y alguno de ellos traen buena suerte a leñadores o campesinos en sus labores. Es decir, los tengu, como seres mitológicos poseen todas las características que tienen sus pares del mundo yōkai, razón por la cual la mitología japonesa los incluye en este mundo.

Imagen y representación

En la iconografía japonesa, los tengu aparecen en diversas formas. Usualmente son representados como seres humanoides y alados, de grandes proporciones. Algunas esculturas y pinturas, además de alas, poseen picos y garras como las de una ave de gran tamaño.

Ahora bien, una representación muy popular, consiste en seres alados con una muy particular cara rendondeada de color rojo, y una nariz sumamente larga. Esta particular forma de representarlos, tuvo origen en el siglo XIV, y coincidió con un período de humanización de estas criaturas.

La particular nariz alargada, se asemeja a la de la deidad del sintoísmo llamada Sarutahiko, que es descrito en los libros con una nariz de similares proporciones y durante las festividades ambos seres – la deidad sintoísta y los tengu- son representados a través de máscaras de caras rojas, con sus largas narices.

Las primeras representaciones de los tengu en la pintura japonesa, datan del año 1296, donde son representados como demonios con apariencia de alcones. Debido a su predilección por monjes y sacerdotes, son pintados con la vestimentas típicas de estos hombres religiosos. (Ver: Los ritos del sintoísmo)

Entre los accesorios con los que se les suele acompañar, se encuentra un abanico de plumas, que, de acuerdo a las leyendas, se cree que tiene el poder de encoger o alargar la nariz, aunque también se el ha atribuido la capacidad para generar vientos poderosos.

Clases

Dentro de la mitología japonesa, existen varios tipos de tengu, cada uno de los cuales con características determinadas y particulares. A continuación, serán explicadas 3 de sus clasificaciones.

O Tengu

El O tengu, también conocido como “gran tengu”, tiene razgos humanos, con una apariencia feroz, intimidante y temible. Posee una inmensa naríz, que es proporcional a su nivel de orgullo y vanidad,  usa un abanico de plumas y va vestido con capa roja o con la indumentaria de los budistas Yamabushis, que siguen doctrina del Shugendō.

Karasu Tengu

Son también conocidos como el tengo cuervo y, como resulta obvio, poseen la cabeza de cuervo, con patas y garras y dientes afilados. Nacen a partir de un huevo, y normalmente habitan las montañas. Se dedican a aparecerse en los sueños de los humanos, para llevar los mensajes de sus superiores, los O tengu.

Muchas personas piden a estas criaturas que sus hijos regresen a casa sin perderse, cuando estos desaparecen o se ausentan de la casa por largos períodos de tiempo. Al igual que otros tengu, son especialmente habilidosos en la lucha con espada.

La leyenda

Como la mayoría de los yōkai no existe una sola historia en torno a los tengu, sino que hay una infinidad de ellas que han convertido a esta criatura mitológica en una leyenda. Esta multiplicidad de relatos, ha permitido que los tengu hayan permeado en muchas expresiones artísticas, entre las cuales destacan los tatuajes, sobre los cuales hablaremos más adelante, y hasta el teatro, donde en España fue producida y presentada una obra teatral llamada Tengu – La Leyenda, basada en la historia de uno de los tipo de tengu..

Ahora bien, para esta sección consideramos adecuado hacer referencia a cuales son los distintos lentes a través de los cuales se han visto a los tengu.

Como malvados espíritus

En el Konjaku Monogatarishūuna colección de cuentos que datan del año 1120, durante el final del período Heian y contiene historias sobre India, China y Japón.

Esta antología de cuentos, tiene la referencia mas temprana que se tiene de los tengu, y que definieron la concepción de esta criatura mitológicas. En estas historias, los tengu era los oponentes del budismo, debido a que engañaban a los creyentes para que adoraran falsas imágenes de Buda, cargaban a los monjes budistas y los soltaban en localidades remotas y alejadas, con la finalidad que se perdieran.

De las misma forma, poseían a las mujeres para seducir a los hombres dedicados a la vida religiosa, robaban templos, disfrazándose de monjes y promovían la utilización de poderes y creencias malignas. De acuerdo a estas historias, su objetivo era causar estragos en el mundo. (Ver: Bakeneko)

Hacia los sigloes XII y XIII, los tengu comenzaron a ser considerados como los espiritus de la ira, vanidad y de falsos profetas. Continuaron con sus prácticas de posesión sobre personas, siendo sus víctimas preferidas las mujeres y niñas, y utilizando sus cuerpos como una vía de comunicación con el mundo exterior.

Algunos tengu, centraron su interés hacia la familia real. Así en la obra literaria llamada Kolijan, cuyo autor es Minamo no Akikane, publicado durante el período Kamakura, relata la posesión de una emperatriz por parte de un tengu. Otros textos de la época, sugieren que un tengo dejó ciego a Sanjō se quedó ciego por culpa de un tengu.

Otra de las historias populares en torno a estas criaturas mitológicas, es que hacia el siglo XII, uno de los tantos tengu era, en efecto, el fantasma de antiguo emperador japonés. La obra Hōgen Monogatari, una crónica militar que narra los hechos acaecidos durante la rebelión Hōgen, una serie de luchas surgidas por una disputa en la sucesión al trono, cuenta la historia del emperador Sutoku.

Este emperador fue constreñido por su padre a abandonar el trono. Durante la rebelión, Sutoku intentó recuperar el trono, sin embargo fue derrotado y exiliado a la provincia de Sanuki. Según cuenta la leyenda, murió a causa del tormentoso exilio, y juró regresar de la muerte como un demonio para atormentar a toda la nación, razón por la cual, en su regreso, asumió la forma de un tengu, con rasgos de ave.

igualmente, en el mismo siglo XIII, las historias contaban como los tengu comenzaron a secuestrar a niños, sin dejar de atormentar a los monjes budistas quienes, desde el principio, han sido las víctimas predilectas de estas criaturas, y que normalmente eran atados  a las copas de los árboles o en lugares bastantes altos.

Debido al comportamiento de los tengu con sus víctimas, estas, posterior a ser liberadas, comenzaban a padecer episiodios de locura y alucinaciones, algunos incluso regresaban en un estado de salud muy delicado. Debido a que durante ese período eran considerados como criaturas vanidosas y orgullosas, aun hoy es usual escuchar la frase Tengu ni naru, que significa “convertirse en tengu”, para señalar a personas que tienen estas características.

Como demonios

En la obra Genpei Jōsuiki, publicada a finales del período Kamakura, el emperador Go-Shirakawa recibe la aparición de un dios, del cual recibe una descripción detallada sobre los fantasmas tengu. Así, describe la apariencia de estos seres, quienes asumían la forma de hombres y mujeres religiosas y de hombre y mujeres comunes, todos los cuales, en una vida pasada, fueron personas sumamente orgullosas.

Este dios enfatiza además, que no todos los tengu son iguales, explicando que existen los daitengu o demonios mayores, que son conformados por espíritus que en vida fueron hombres reconocidos, y los kotengu o demonios menores, que están compuestos por los espíritus que en vida fueron hombres ignorantes. Los daitengu, son normalmente descritos como de forma casi totalmente humana, con muy largas narices. Los Kotengu, por su parte, conservan una apariencia animal, específicamente, se asemejan a un ave. (Ver: Akaname)

Como deidades protectoras

Un libro que contiene parábolas budistas, llamado Shasekishū, cuyo origen se remonta igualmente al período Kamakura, crea una distinción entre los tengu buenos y los malos. Así, este texto explica que existen tengu que ejercen de protectores y no tienen como finalidad atacar al budismo y que, a pesar de su orgullo y vanidad, estos tipos de tengu conservan los rasgos bondadosos de su vida pasada.

Con esta nueva concepción, la imagen de los tengu comenzó a sufrir un lavado, y hacia el siglo XV comenzaron a surgir historias en las que presentan a estas criaturas como protectores de templos e instituciones del budismo. De acuerdo a relatos del siglo XVIII, un tengu adoptó la forma de un monje budista, y sirvió fielmente por mucho tiempo en un monasterio Zen, hasta que fue descubierta su verdadera naturaleza.

Este tengu, una vez desenmascarado, recuperó sus alas y su larga nariz salió a luz, lejos de tomar represalias, el tengu pidió a su maestro una frase de sabiduría y abandonó el templo, pero sin dejar de protegerlo desde la clandestinidad.

Igualmente, surgieron historias y relatos que describen a los tengu como protectores de ciertos bosques tenebrosos y poco frecuentados por personas. Para agradar al tengu que protegía una determinada zona, los leñadores y campesinos le hacían varias ofrendas, con la intenciòn de obtener una jornada exitosa en sus labores, de esa manera el tengu se volvió en protector de los humanos.

Estas historias que resaltan el carácter benevolente de los tengu, es la razón por la cual esta criatura  es considerado igualmente como un kami, una entidad que equivale a una especie de dios dentro del sintoísmo.

Tengu en la cultura popular

La evolución de estas criaturas nos da la idea de la importancia que han tenido en el desarrollo de la cultura japonesa. Los tengu, y muchos seres mitológicos de la nación nipona, forman parte del imaginario popular.

Así, diversos artistas, escultores, pintores, escritores, tatuadores, entre otros, han asimilado a los tengu y los han incluído en sus trabajos y creaciones. De la misma forma, conforman los mitos y leyendas que las padres, hijos, hermanos y, en general, cualquier persona, y va transmitiendo de generación en generación, añadiendo nuevas características y preservando el legado cultural.

Mitos populares

La figura de los tengu se han formado a través de los relatos escritos y orales que se han ido transmitiendo a los largo de los siglos. Sin embargo, es en las historias populares, uno de los nichos en donde puede observarse la penetración de estos seres mitológicos dentro de la cultura japonesa.

Así, en las siguientes lineas serán desarrolladas brevemente algunos de los mitos más populares en torno a estos seres mitológicos.

  • La capa mágica tengu: En japonés Tengu no Kakuremino, cuenta la historia de un niño que ve a través de una pieza de bambú e imagina que puede ver lugares distantes, como si de un telescopio se tratara. Un tengu, atraído por la curiosidad del las “capacidades” del aparato, se le aparece al niño y decide proponerle un trato, intercambiar el bambú por una capa mágica, que tenía la capacidad de hacer invisible a quien la usara. El niño, acepta la propuesta y desde entonces usa la capa para hacer travesuras y engañar a la gente.  Al final, la historia termina con el tengu recuperando la capa, a través de un juego de acertijos y castiga al niño, ya convertido en hombre, convirtiéndolo en lobo.
  • El abanico del tengu: En japonés Tengu no Hauchiwaesta historia narra las travesuras de hombre que obtiene un abanico de un tengu, el cual utiliza para agrandar y encoger la nariz del padre de la mujer con la que se quería casar. Luego de un tiempo, accidentalmente, hace crecer su nariz y esta se hace tan largo que logra tocar el cielo y causarle al hombre un inmenso dolor.
  • El tengu y el leñador: Esta historia narra como un tengu se dedicó a molestar a un leñador, mostrándole sus habilidades sobrenaturales y adivinando los pensamientos del aquel hombre. Durante su labor, un hachazo del leñador al árbol, ocasiona que una astilla salte y vaya directo a la nariz del tengu, causándole dolor. Antes este hecho, el tengu huye gritando que los humanos son criaturas peligrosas, capaces de hacer cosas sin pensar en sus consecuencias.

Plasmados en tattoo

Los tatuajes son expresiones artísticas muy populares que las personas deciden hacerse para cubrir parte de su piel con diseños llamativos y con variados significados. Por su carácter de permanencias, los tatuajes representan una parte importante de la personalidad de cada persona.

Como sabemos, y se ha podido ver a través de películas y libros, los tatuajes son una expresión artística muy importante en Japón y, como no podía ser diferente, el contenido y diseño de estos son nutridos de la rica y amplia mitología japonesa.

Los tengu, no son la excepción, y también son diseños populares buscados por las personas, que procurar adornar su cuerpo con ellos. Estas criaturas, como se ha visto a lo largo de este trabajo, han evolucionado a lo largo de la historia, y si su condición de criaturas malvadas ha sido suavizado y hoy en día, alguno de ellos son considerados como protectores de la divinidad budista e incluso son vistos mentores en las artes de lucha.

Así, el tatuaje tengu normalmente quiere representar el poderío y espíritu de lucha de la persona que lo lleva; asimismo, dada su evolución y posterior humanización, los tengu son la representación de la lucha entre polos opuestos, el bien y el mal, la vanidad y la humildad, y otros conflictos humanos generales, razón por la cual las personas suelen optar por tatuajes coloridos de tengu, representado la imagen tradicional que de estas criaturas se tiene.

En las artes marciales

Las artes marciales, a pesar de ser considerada una disciplina o deporte, consideramos adecuados ubicarla en esta sección, debido a que para los Japoneses, son una expresión de su cultura. Así, durante el siglo XIV los tengu no solo atormentaban a los devotos y practicantes del clero budista, sino que además extendieron sus prácticas al mundo más allá de la religión.

En este sentido, los tengu fueron asociados con la guerra, las leyendas cuenta que tenía una gran capacidad para la táctica de batalla y el combate. Se cree que esta fama tiene su origen en la historia de un famosos guerrero japonés Minamoto no Yoshitsune, un comandante militar y samurai del clan Minamoto, que luchó durante la guerra de Genpei, que terminó por establecer el shogunato de kamakura.

En su juventud, Yoshitsune – que para la época utilizaba otro nombre – presenció el asesinato de su padre de manos del clan Taira, cuyo lider perdonó la vida del joven Yoshitsune, quien posteriormente fue exiliado. Durante su exilio, se encuentra con el tengu Sōjōbō, que habita en los bosques y montañas de Japón, quien le transmitió todos sus conocimientos sobre la guerra, para que pudiera vengance del clan que asesinó a su padre.

Originalmente, este gesto de Sōjōbō, fue visto como un intento más de los tengu de crear caos en el mundo, al generar una guerra. Sin embargo, mientras la figura de Yoshitsune iba en ascenso, la figura malvada de este tengu, fue suavizada hasta colocarlo como uuna criatura de honor y sabiduría en la lucha armada.

Como esta, existen un gran número de fascinantes historias que relacionan a los tengu con las enseñanzas en las artes marciales y la lucha armada, no solo como profesores, sino como guías y asesores sabios en los distintos conflictos y guerras que ha vivido la nación nipona.

En el anime

Si los tengu penetraron en la pintura, el teatro, también lo hicieron en el anime que, como es sabido, es el genero utilizado para diferenciar a las producciones animadas producidas en Japón, del resto de sus pares del genero animado.

los tengu han sido representados en diferentes animes a lo largo de la historia, y de seguidas serán señalados algunos de ellos.

La familia excéntrica

Este anime cuenta la historia de una familia tanuki, una especie de criaturas similares a los mapaches, que tenía la capacidad de transformarse en humanos, así como en otros seres de su elección. La serie transcurre entre diferentes dramas e historias familiares en los que esta familia tanuki, intenta ocultar su condición entre los humanos, con la finalidad de evitar se cazados, y relacionarse con otras de su misma condición.

Profesor Akamada

Dentro de la serie, uno de los personajes, el Profesor Akamada, es un tengu que habita la tierra que crió a Benten, una mujer humana a quien Akamada enseño las artes y poderes tengu. A través del profesor, Yasaburo, uno de los tres hijos de la familia protagonista, conoce a Benten y los intereses tanuki de este chico, entrar en conflicto al entrar en contacto con esta mujer totalmente humana.

Kakuriyo no Yadomeshi

Es un manga que fue adaptado a la televisión en una serie que lleva su mismo nombre. Cuenta la historia de la joven Aoi Tsubaki, quien tiene la habilidad de ver espíritus y comunicarse con ellos. Al morir su abuelo, un espíritu se le aparece y le reclama una supuesta deuda que su abuelo tiene con él.

Para pagarla, el espíritu le propone a Aoi, que se case con él, propuesta que ella rechaza y en su lugar, le propone trabajar en una especie de posada u hotel llamado Tenshinya, con la finalidad de obtener el dinero y pagar el dinero adeudado por su abuelo.

En la serie, aparecen referencias a los tengu, y uno de sus personajes, Matsuba, es un tengu señor del Monte Shumo, que ofrece a Aoi pagar su deuda y permitirle casarse con cualquier de sus hijos varones. En la serie, este persona y Aoi desarrollan cierta cercanía.

Actualizado el 27 julio, 2018