Sabemos que las mitologías basan sus creencias en criaturas, demonios y deidades, en este artículo nos centraremos en los dioses japoneses, los cuales ocupan un lugar muy importante, ya que los mismos tratan de explicar el origen. La mitología japonesa cuenta con aproximadamente ocho millones de dioses, siendo así una de las mitologías con más dioses.
Dioses japoneses y su significado
La mitología japonesa se ha visto muy influenciada por la llegada del Shintô, quien llegaría a Japón de la mano de emigrantes provenientes de Corea y de Mongolia, de esta forma se produce una especie de mezcla con los pueblos indígenas del Japón, logrando así ampliar gran parte de sus creencias, tanto las autóctonas, las de tradiciones budistas, como las de creencias populares propias de los agrícolas.
La mitología japonesa cuenta con apróximadamente unos ocho millones de dioses y debido a estas numerosas deidades, su religión, que es el sintoísmo, es considerada una religión politeísta, en donde no se considera a ninguna deidad como única ni predominante.
Unos datos curiosos de los dioses japoneses son, por una parte que es difícil conocer si estos son mitos o no y por otra parte que existen algunos dioses japoneses que son más conocidos que otros, los más conocidos son el Dios del Trueno cuyo nombre es Raijin, el Dios del Viento que se llama Fujin y la Diosa del Sol Amaterasu, a quien se le atribuye haber creado el mundo.
Los dioses japoneses, son considerados como seres poderosos que tienen habilidades que están fuera de este mundo, ello juega un papel fundamental en la caracterización de la sociedad japonesa que existe actualmente.
Las leyendas de los dioses japoneses aparecen en su gran mayoría en el Texto de Kojiki, el cual es considerado el libro más antiguo y conocido de la cultura japonesa, por su parte también aparecen algunos dioses en el Nihonshoki, pero éste, está más enfocado a la cultura budista.
En el origen de la mayoría de los dioses japoneses se cuenta, que fue después de que Izanagi se recuperó de su descenso a Yomi, que un día decidió irse a purificar y mientras se desnudaba y se quitaba los adornos de su cuerpo, cada pieza que dejaba caer al suelo formaba una deidad, es más, se dice que surgieron muchos dioses cuando éste se metió en el agua para lavarse. Los dioses más importantes fueron creados de su rostro, por ejemplo, cuando se lavó el ojo izquierdo se creó Amaterasu, cuando se lavó el ojo derecho apareció Tsukuyomi y cuando se lavó la nariz se creó a Susanoo.
Izanagi, al ver a los dioses que había creado dispuso que se iba a dividir el mundo, a Amaterasu le heredó los cielos, a Tsukuyomi le dio el control de la noche y la luna y a Susanoo lo convirtió en el dios tormenta poseyendo los mares.
Diosa del sol
La diosa del sol en el sintoísmo es Amaterasu Ō-Mikami o Amaterasu, es considerada la antepasada de la Familia Imperial de Japón. Su nombre significa “diosa gloriosa que brilla en el cielo” y es reconocida como una de las deidades sintoístas más importantes de la cultura japonesa. (Ver articulo: Los ritos del sintoismo)
La importancia de Amaterasu viene dada en primera instancia, por ser hija de Izanagi, el dios de la creación del mundo, ésta es hermana de Susanoo y de Tsukuyomi, además es reconocida como diosa del sol y esto debido al significado de su nombre, que es diosa gloriosa que brilla en el cielo.
Hay quienes la comparan con la diosa coreana Hae-nim y dicen que tienen muchas similitudes, principalmente en su adoración shamanística, en la cual se usan los mismos símbolos y prácticas.
Mito de Amaterasu
El mito de Amaterasu está escrito en el Kojiki, en el mismo, se cuenta, que ésta nació del ojo izquierdo de Izanagi, cuando el mismo se estaba purificando tras su intento fallido por rescatar a Izanami, se cuenta igualmente que sus hermanos nacieron de forma similar.
Este texto antiguo la describe como una mujer muy bella, como la mega que emana toda la luz, también habla de que es la mega del sol, por la calidez y compasión que ella transfiere a quienes la veneran y adoran.
La mayoría de los mitos cuentan como Amaterasu se encierra en una cueva por un problema con su hermano Susanoo y al esconderse en ella, el sol no salía y por tanto el mundo se cubrió de tinieblas. El mundo se congelaba y ya los campos agonizaban, los otros dioses, al ver esta situación y temiendo que perdurara por mucho tiempo las tinieblas, se reunieron y decidieron organizar una fiesta en la parte de afuera de la cueva.
Amaterasu, era conocida por ser muy curiosa, al escuchar el ruido decidió salir y vio a una Amaterasu brillante y llena de luz y sorprendida preguntó quién era, los dioses le señalaron el espejo y le dijeron que era su propio reflejo, ésta quedó impactada ya que nunca se había visto y exclamó “Omo-shiroi” que quiere decir, blanca tez como fascinante. Mientras estaba distraída viéndose en los espejos, los otros dioses cerraron la cueva y la convencieron. Es por esta historia que se relaciona con el emblema del espejo.
Se cuenta, que después que dejó de esconderse, envió a su nieto Ninigi-no-mikoto a pacificar Japón, ésta lo envió con la espada que le dio su hermano Susanoo y que éste había encontrado en la cola de Yamata-no-orochi, para pedirle que lo dejara volver al cielo; pero también se dice que fue su bisnieto Jinmu quien se convirtió en el primer emperador y así es que se fundó de la dinastía imperial japonesa.
Dios de la guerra
La mitología japonesa tiene entre de sus dioses a Hachiman, el cual es considerado en el sintoísmo el dios de la guerra, es el dios de los guerreros samuráis y también es venerado por muchos como el dios de la agricultura, además, es adorado como el protector de la vida humana y hay templos que lo adoran como el dios de los marineros.
Es importante recalcar, que éste no aparece en ningún texto antiguo de la mitología japonesa, ni en el Kojiki, ni en el Nihonshoki, es por esto que se considera que el mismo está identificado con el primer emperador Ojín, hijo de la emperatriz Jingo y que el mismo fue ascendido a dios con el nombre de Hachiman luego de que Ojin muriera.
Hachiman, tiene como símbolo a la paloma blanca, el cual es además su mensajera, se utiliza este animal ya que también es el símbolo de la guerra en la cultura japonesa.
Este también es considerado como el gran bodhisattva Hachima, esto se debe en primera instancia, a que es de suma importancia dentro del budismo, en el cual, se le considera uno de los dioses que tiene a su cargo el cuidar al devoto del Sutra de Loto.
Entre los años 859 y 880 d.C., el clan Minamoto impulsó su fama con la construcción de un templo en su honor, el cual estaba cerca de Kioto; también se puede mencionar el santuario dedicado a él y el cual es considerado como su santuario más importante y que fue construido en Usa, en la Prefectura de Ōita. Es importante destacar que este dios tiene dedicados un aproximado de 45.000 templos, además de las muchas ciudades y pueblos japoneses que llevan su nombre como lo son Hachiman, Yawata o Yahata y llevan estos nombre debido a los muchos templos que hay a su alrededor.
Las joyas de la Marea
Esta leyenda cuenta que, un día Jingo, la madre del príncipe Ojí, decidió entregarle a su hijo las joyas de la marea y esto lo hizo porque había apreciado que su hijo ya se había convertido en un joven sensato e inteligente. Estas joyas le habían permitido en su momento, guiar a su flota hasta Corea y lograr destruir su ejército y su flota, para de esta manera poderla conquistar.
Estos, embarcaron un barco de guerra para llegar así al medio del mar y una vez allí la emperatriz Jingo, convocó al rey dragón quien acudió a su llamado y ésta le solicitó las joyas de la Marea y le dijo que eran para su hijo Ojí. El rey Dragón accedió e hizo aparecer una concha que contenía las relucientes joyas, se cuenta que luego de esto, pronunció un discurso y desapareció en las profundidades del mar.
El ogro de Oyeyama
En el monte Oye habitaban varios demonios, uno de ellos era el rey de los ogros Shutendoji, quien con la intención de seguir devorando a los niños de la aldea, raptó a la hija de Kimitake, al enterarse de esto y muy alarmado, el emperador decidió que debía acabar con todos los demonios y ogros que habitaban en el monte Oye.
Para esta labor decidió que el indicado era el Guerrero Raiko, quien decidió que debía ir acompañado con 5 guerreros, los mismos sabían que el objetivo principal era el rey de los orcos, éstos fueron a rezar a los templos de Hachiman, al templo del dios Gongen y al templo de Kannon.
Se dice, que cuando los guerreros estaban a punto de decaer se les aparecieron tres ancianos y estos eran los tres dioses a los que habían rezado antes de partir, los mismos les obsequiaron una botella que contenía un sake mágico, que estimulaba a los humanos, pero era venenoso para los orcos, este sake era llamado Shimben-Kidoku-Shu.
Cuando los guerreros llegaron al sitio, se hicieron pasar por monjes peregrinos y así poder estar con el rey ogro, éste les creyó y les preparó un banquete en su palacio, Raiko consideró que esta era la ocasión perfecta para verter el sake en la copa del rey, quien al beber de su copa quedó.
En ese instante volvieron a aparecer los tres ancianos y le advirtieron a Raiko que le debía cortar la cabeza y fue así como con la ayuda de Hachiman y los otros dos dioses, Raiko pudo liberar a la princesa y logró acabar con todos los demonios y ogros que se encontraba en el Monte Oye.
La leyenda de Yoritomo y las palomas
Esta leyenda cuenta el por qué el símbolo de Hachiman es la paloma, la misma comienza en una batalla del gran héroe Yoritomo, quien fue derrotado por Oba Kage-chika y esto debido a que la batalla fue desigual. Después de esto, Yoritomo se vio forzado a huir hacia un pequeño bosque en donde encontró un hueco en el que podía esconderse.
Oba Kage-chika lo seguía buscado y estaba convencido de que el mismo se ocultaba en el bosque y por ello envió a su primo Oba Kagetoki para que lo buscara y los demás se quedaron en las afueras del bosque para que aquel no pudiera escapar.
Se cuenta, que Oba Kagetoki sí pudo encontrar a Yorimoto, pero como los unía una amistad muy antigua, el mismo se regresó y le dijo a su primo que no había podido conseguir a Yorimoto por lo que pensaba que él mismo había logrado escapar.
Oba Kage-chika no le creyó nada a su primo, por lo que decidió ir él mismo a constatarlo, cuando llegaron cerca del árbol donde se escondía Yorimoto, Oba Kagetoki le dijo que allí era imposible que se escondiera una persona en ese sitio que estaba lleno de telarañas, pero aquel decidió tantear el hueco y metió su arco, justo antes de descubrir a Yoritomo, dos palomas salieron del hueco del árbol y esto le hizo ver a Oba Kage-chika que no podía haber nadie dentro de él. Se dice que estas palomas eran el mismo dios Hachiman que quería salvar a Yoritomo.
Diosa de la fertilidad
La diosa de la fertilidad es conocida como Inari Oinari, ésta es considerada como la deidad de la fertilidad, el arroz, la agricultura, los zorros, la industria y el éxito en general, además de esto en ocasiones se le representa como si formara parte de un conjunto de tres o cinco deidades. El símbolo y mensajero de esta diosa son los zorros de color blanco puro, además de elementos comunes que incluyen una hoz, un saco de arroz, una espada y en algunos casos un látigo que ésta usaba para quemar los cultivos de arroz de las personas.
Aunque por lo general Inari es representada como una bella mujer joven, existen quienes la han representado como un hombre viejo que lleva un carro de arroz, es importante que sepamos que ninguna de estas representaciones son ciertas o falsas, ya que la representación de un dios varía dependiendo de la tradición que tenga la región.
Según algunos mitos japoneses se cuenta, que la diosa Inari una vez al año baja a recorrer los campos de arroz, con la finalidad de conseguir a todos los seres malvados para de esta forma poder perturbarlos y demostrarles que deben comportarse bien. Inari también se encarga de suplir a la tierra de arroz y al mar de peces, esta también es popular tanto en la religión sintoísta como en la budista.
Los símbolos más prominentes de Inari son el zorro y las joyas, las cuales se creen que hacen realidad los deseos, así mismo, puede verse también con una hoz, una espada y un látigo.
Hay quienes dicen, que Inari es la figura mitológica que aparece en el Kojiki, llamada Ukanomitama o también la otra figura llamada Ōgetsu-Hime, pero hay quienes también aseguran que Inari y Toyouke Ōmikami son la misma diosa.
Cuando aparece en colectivo, se le venera como tal, como un colectivo de tres deidades llamada Inari Sanza y posteriormente en el periodo de Kamakura se dice que el colectivo creció a cinco deidades y se les conocía como Inari goza; Se dice que actualmente las cinco deidades que son identificadas como Inari son: Ukanomitama, Sadahiko, Omiyanome, Tanaka y Shi.
La veneración a Inari existe desde el año 711 a.C., cuya fecha es la fecha oficial de la construcción del santuario Fushimi Inari-taisha, en la montaña de Inari, en Fushimi-ku, hay quienes creen que la veneración existía incluso siglos antes de la construcción del santuario. Además de que existen quienes sugieren que fue el Clan Hata los que iniciaron la veneración a Inari como deidad de la agricultura a finales del siglo V.
Ya para el periodo de Heian, la veneración que se le hacía a Inari se había propagado por todo el país y aproximadamente en el año de 823 a.C. se designó a Inari como un espíritu protector del templo Tō-ji a Kūkai y posteriormente en el año 827 a.C., la corte le otorgó a Inari el quinto rango por lo que la hizo más popular en la capital.
El rango de Inari volvió a aumentar y esta vez fue de la mano del emperador Suzaku en el año 942 a.C. quién le asignó el rango máximo, ya para ese instante el santuario Fushimi Inari-Taisha era uno de los 22 santuarios que recibían patrocinio Imperial, el segundo santuario a Inari llamado el Takekoma Inari fue construido para el siglo IX.
Su popularidad continuó en ascenso y el santuario Fushimi Inari-Taisha desde ese entonces ya era un lugar popular muy visitado por los peregrinos.
Como podemos ver, Inari es una diosa que ha sido muy popular y que cuenta con muchas capillas y templos en todo Japón, se dice, que para el año de 1985 ya existían 32.000 capillas dedicadas a Inari, que representa más de una tercera parte de las capillas sintoístas que existían en Japón para esa fecha.
Se acostumbra, que en los santuarios a Inari se le coloque en la entrada uno o más toriis de color bermellón y algunas estatuas de kitsune, se usa el color rojo ya que con éste se suele identificar a Inari, las estatuas kitsune suelen representarse en pares, en donde uno es macho y el otro es hembra, además, a estas estatuas de zorros se les suele colocar un objeto simbólico en sus fauces o bajo sus garras.
Su festividad se celebra en el primer día del caballo, el cual es el sexto día del segundo mes del calendario lunisolar, estas festividades comienzan cinco días antes del plenilunio de noviembre y se le suelen hacer rezos a Inari que por lo general se acompañan con ofrendas de arroz, hay sitios en los que ésta celebración puede durar hasta una semana entera.
Los zorros como mensajeros
Como ya hemos visto, los zorros son conocidos como los emisarios de Inari, estos particularmente son representados como unos zorros de color blanco puro, el cual es considerado un color que atrae el buen presagio, los zorros de estos colores son conocidos como kitsune zenko cuya traducción sería el zorro celestial.
Los kitsunes, se diferencian del resto de los zorros salvajes o zorros demonios, entre otras cosas porque estos cuentan con una extraordinaria amabilidad y generosidad, ya que los mismos tienen como único interés en la vida el de ayudar y proteger a los seres humanos.
Se dice que los mismos, pueden adoptar una vida mortal y mundana transformándose en humanos, es por esto que los zorros de Inari tienen un poder curativo inigualable. Se cuenta también que los mismos son capaces de curar cualquier enfermedad o herida y además se les atribuye poderes purificadores, como los de fantasmas, demonios y en algunos casos kitsunes viles, como los nogitsune o los ninkos.
Dios de la Luna
Otro de los dioses populares y de gran importancia para la mitología japonesa es el dios de la luna, el cual también es de suma importancia dentro de la religión sintoísta, su nombre es Tsukuyomi, éste es la combinación de dos palabras japonesas que son tsuki que significa luna y yomu que significa lectura.
Tsukuyomi, es considerado el segundo hijo de Izanagi, éste nació cuando Izanagi se lavaba su ojo derecho, aunque hay quienes tienen otra versión y dicen que esta nació de un espejo de cobre blanco que Izanagi sostuvo en su mano izquierda.
Se conoce a Tsukuyomi por la leyenda que cuenta que él vivía con se hermana, hasta que en una fiesta éste asesina a la Uke Mochi, quien era la diosa de la comida, el incidente se sucedió porque Tsukuyomi le pidió comida y la diosa de mala gana se la sacó del ano, de la boca y de la nariz, esto enfadó mucho a Tsukuyomi quién reaccionó sin pensarlo y la mató.
Lo que más destaca de esta historia, es que para muchos seres la muerte de Uke Mochi era positiva, ya que una vez muerta ésta, de sus ojos brotó el arroz, de sus orejas el mijo, de su ano la soja, de sus genitales el trigo y de su nariz judías pintas.
También se cuenta, que esta es la razón por la cual el sol y la luna salen en momentos distintos, ya que cuando Amaterasu se enteró de lo sucedido, se enojó tanto con su hermano por haber sido capaz de cometer un acto de violencia tan descomunal, que decidió huir de él.
Dios del Viento
El dios del viento es conocido como Fujin y para los budistas es llamado Futen, se cuenta que fue el encargado de liberar los vientos cuando se estaba creando la tierra, estos vientos fueron los responsables de que la niebla se dispersara, para que se pudiera apreciar el sol brillante en el espacio entre el cielo y la tierra.
Fujin, es por lo general representado con una cara un tanto terrorífica, usando un vestido de piel de leopardo y llevando en su espalda un saco de vientos. Además, por lo general es siempre representado junto a Raijin y esto se debe a que en la mitología japonesa eran considerados amigos y hermanos.
En cuanto a la amistad de Raijin y Fujin, se dice que se acabó en la época anterior a que los humanos habitaran la Tierra, ya que éstos se pelearon porque ambos querían controlar las tormentas, en medio de la batalla Fujin le cortó el brazo izquierdo a Raijin. Se dice que al pasar del tiempo estos volvieron a ser amigos y en vista de esto Amaterasu decidió devolverle el brazo a Raijin y de esta forma este pudo volver a tocar los taikos y así se volvieron a generar los rayos y truenos.
Imágenes de dioses japoneses
Los dioses japoneses como hemos visto, son muy populares tanto en la mitología japonesa así como también para su religión, cada uno de los dioses son representados de diversas formas, es por ello que a continuación te presentamos una recopilación de imágenes de los dioses japoneses más populares e importantes.
Tatuajes inspirados en ellos
Los tatuajes, son formas que tienen las personas para expresarse o para demostrar un estilo y en algunos casos para tener consigo una protección, en la actualidad los tatuajes japoneses son muy populares.
Este estilo de tatuajes, son lo que más se usan ya que los mismos siempre tienen un significado plasmado, por lo que se dice, que es lo que los ha hecho tan populares, los tatuajes japoneses en muchos casos son basados en escenas de la vida de algún personaje legendario de esa cultura o en otros casos son símbolos religiosos o motivos de la naturaleza como animales, flores y plantas.
Existen también las personas que deciden tatuarse algún dios, para de esta forma llevar consigo siempre su protección y ayuda. A continuación te dejamos una serie de imágenes de tatuajes de dioses japoneses que se han hecho populares entre la juventud.
Actualizado el 31 agosto, 2018
