Hebe

Descubre todo sobre Hebe, diosa de la mitología griega

Te invitamos a conocer la sencilla y tierna leyenda de Hebe, la diosa griega de la juventud, quien por sus grandes poderes podía hacer rejuvenecer a las personas. Aprende sobre su vida y sus cualidades.

Hebe

 

Hebe diosa de la juventud

Dentro de la mitología griega, Hebe es conocida como la diosa de la juventud, cuyos poderes mágicos podían hacer rejuvenecer a las personas. Gracias al don que los dioses le concedieron, podía dar esa gracia al que lo requiriese.

Era una diosa de importancia menor dentro de la mitología griega, aun cuando el don que tenía era de mucho valor. Ella era la diosa niña, de la cual existen pocos mitos. Otras culturas como la Mitología hindú incluyen leyendas como la de Hebe.

Su aspecto juvenil, fresco y sereno contribuía a reflejar lo que la gracia divina le había otorgado y su figura de adolescente evidenciaba su esencia e ímpetu de diosa juvenil.

Su nombre se deriva del vocablo en griego antiguo Ἥβη Hêbê, cuyo significado era “juventud”, lo que nos lleva a inferir que una persona que se llame Hebe muy bien puede tener esa cualidad que esta diosa encarna: reflejar juventud a pesar de los años.

Hebe

Cualidades

En este apartado hemos dispuesto describir las mejores características de esta diosa y serán presentadas de acuerdo a cualidades físicas y actitudinales, con la finalidad de poder abarcarlas todas:

Físicas

Hebe era una hermosa diosa joven que se caracterizaba por tener:

  • Una piel clara y tersa.
  • Un aspecto juvenil que se evidenciaba en su figura.
  • Una disposición ágil en su proceder al momento de ayudar o servir.

Actitudinales

Fue siempre dada a ayudar al que le solicitara sus bendiciones para restaurar la juventud en general. Era poseedora de ese carisma de serenidad propio una persona que sabe que con su don puede ayudar a otro ser que se lo implore. Por tal motivo, se le conocía como la servidora fiel.

Los estudiosos de la mitología griega nos dicen que ella era de carácter impresionable, lo que la hacía reaccionar de inmediato ante cualquier circunstancia que se le presentase, además de que inspiraba mucha compasión.

Asimismo, era muy sensible ante actitudes contrarias a sus creencias por parte de los que la rodeaban, era enemiga de lo decadente y lo viejo; por ende amante de las cosas nuevas. Tenía un carácter apacible, alegre y reconfortante para el que estuviera a su lado.

Historia

Fue la hija menor y la favorita del dios Zeus, padre de todos los dioses, y de Hera, la reina de los dioses, y, por lo tanto, hermana de Ares e Ilitía.

No obstante, es interesante referir aquí que hay otro mito, el cual señala que Hera engendró a Hebe en una ocasión en la que estaba comiendo lechuga silvestre durante una amena cena que compartía con el dios Apolo.

Pertenecía a la segunda generación de descendientes de los grandes dioses del Olimpo, en la que también están Apolo, Ares, Atenea, Dioniso, Hefesto, Hermes y Artemis.

La leyenda nos habla de que en la tradición de la antigua Grecia, dentro de una “familia divina” las hijas eran las encargadas de desempeñar el honroso cargo de servir la bebida a cualquier huésped que se acercara al hogar.

En el caso de Hebe siendo la hija menor, le correspondía desempeñar varios roles, que eran:

  • Criada o “hija de la casa”.
  • Encargada de servir las copas de néctar sagrado a los dioses del Olimpo, residencia de los dioses. Debía procurarles, cada vez que lo requiriesen, la bebida, sobre todo en celebraciones y festines.
  • También debía proveerles como comida la ambrosía que, según los mitos griegos, confería longevidad o inmortalidad a quien la consumía. El vocablo ambrosía viene del griego ἀμβροσία, que significa “inmortalidad”.
    • Al respecto, cuenta una leyenda que las palomas solían traer esta ambrosía a los dioses en el Olimpo, lo que llevó a considerar que este alimento era una expresión divina de la tierra.
  • Preparar el baño de su hermano Ares, quien luego sería dios de la guerra, así como de la brutalidad, la violencia, la confusión y el tumulto en las batallas, contrario a la disciplina recibida en el hogar.
  • Ayudante de su madre Hera cuando se debía preparar su carruaje.
Hebe
Ares

Sucedía entonces, que mientras durase el festín, le correspondía a Hebe mantener siempre llenas las copas de los invitados. Es por ello que se le representa con un cáliz y una copa de oro en la mano. Era muy centrada, por lo que la función que le había sido asignada, la cumplía con esmerada dedicación.

Sin embargo, cuenta la leyenda que fue relevada de esa función que venía haciendo ya hacía un buen tiempo, por causas poco usuales.

En cierta ocasión en la que Hebe servía el néctar a los dioses y diosas invitados de Zeus, repentinamente se tropezó, rasgándosele el vestido y dejando al descubierto sus pechos.

Esto suscitó un alboroto entre los presentes, lo que llevó a Apolo, dios de la poesía, el arte, la belleza, a destituirla de esa labor de copera, pues él consideró que eso era un acto impropio.

Inmediatamente fue reemplazada por el joven Ganímedes, que fue traído de la tierra al Monte Olimpo, como niño amante protegido de Zeus, después de raptarlo y llevarlo consigo para su servicio personal.

Los otros dioses tampoco vieron con buenos ojos lo acontecido y aprobaron la decisión de que le quitaran esa función de copera a Hebe.

Con el tiempo, cuenta la leyenda que Hebe conoció a Heracles, durante su vida de mortal y fue llevado al Monte Olimpo a donde llegaban los héroes, luego de su ritual de purificación con fuego en el monte Eta en Grecia y su consiguiente ascensión e inmortalización en dicho lugar.

Al tiempo de estar allí, a Heracles se le concedió la gracia de poder tener como esposa a una deidad. Se dice que esa era su recompensa por todo el heroísmo demostrado en la Gigantomaquia o guerra entre los dioses y los gigantes, en la que resultaron victoriosos los dioses.

Sin embargo, para que se pudieran casar debían tener el consentimiento de Hera, a quien no le agrada mucho Heracles, pues era hijo engendrado por Zeus con una de sus amantes.

Finalmente, la reina de los dioses llegó a congeniar con él y permitió su casamiento con Hebe. Luego de un tiempo tuvieron a los gemelos Alexiares y Anicetus.

Como dato curioso, siempre se ha dicho que los seres humanos estamos en la búsqueda de la fuente de la juventud y ha sido así por muchos siglos. Pero revisando la leyenda de Hebe nos encontramos que a los griegos antiguos para lograr ese deseo y alcanzar la eterna juventud, solo les bastaba con la bendición de la diosa Hebe.

Por otro lado, siempre surgen situaciones incómodas y entre los dioses había muchos que pedían a Hebe ayuda para sentirse jóvenes, pero la diosa se sentía cohibida de hacerlo, pues a veces ese dios en particular no se lo merecía. No obstante, los demás dioses a veces debían interceder y la convencían de hacerlo en ciertas y determinadas circunstancias.

En tiempos antiguos se solía venerar a Hebe en Atenas, donde había un altar en el que estaba también representado Heracles. A ella se le registró allí con el nombre femenino de Ganímedes: Ganímeda.

Mercurio 2

Su influencia

Por ese don divino que le había sido concedido y que se reflejaba hasta en su misma apariencia, la diosa Hebe siempre ha sido una diosa popular para plasmarla en todo tipo de pinturas y esculpirla en estatuas.

En su expresión en dichas obras es posible percibir la seguridad y aplomo de una persona que se siente joven y plena de salud. Para muchas personas esa forma de sentirse es muy importante, pues como sabemos, si se pudiera devolver el tiempo para sentirnos jóvenes, serían muchos los problemas que se resolverían.

Los poderes divinos que ostentaba esta diosa se consideraban entre los más grandes de la mitología, pues el hecho de poder hacer que una persona se sienta, no solo joven, sino saludable y con vitalidad, realmente es toda una bendición.

Hebe en la actualidad

Por su belleza y juventud, Hebe ha sido inspiración para muchos artistas plásticos como pintores y escultores. Así se ha visto evidenciado en obras que se exponen en varios museos y galerías de todo el mundo, las cuales datan del siglo XVIII hasta el XIX.

En particular en Estados Unidos se registró un movimiento artístico a inicios del siglo XIX, en el que se empleó la imagen de la diosa juvenil como una campaña para desalentar a los jóvenes del consumo de bebidas alcohólicas.

También encontramos específicamente que en el Grant Park de Chicago se exhibe una estatua de bronce de la diosa, así como una fuente que fue patrocinada y financiada por la fundación Joseph Rosenberg en su nombre a mediados del siglo XIX.

Se cuenta que Rosenberg creció en Chicago, donde fue vendedor de periódicos del Chicago Sun por cierto tiempo, en su recorrido de entrega de ejemplares, le pedía a veces a los encargados de las tiendas que le dieran un poco de agua para saciar la sed, pero estos siempre se lo negaban.

En virtud de ello, él juró que si se hacía rico algún día, iba a mandar a construir una fuente con agua fresca y potable para que calmaran su sed todos aquellos niños y jóvenes que, como él, tuvieran que trabajar en la calle. Y así lo hizo. Se construyó en 1893, cerca de su casa materna, la Rosenberg Fountain y como figura de la fuente mandó a colocar la estatua de la joven diosa Hebe.

Aun cuando la fuente provee agua fresca, ya no se puede beber por salubridad, sin embargo, sigue siendo un hermoso monumento que nos rememora la historia conmovedora de Hebe. La estatua fue esculpida por Franz Machtl en Munich, Alemania, emulando a la fuente de la juventud y luego enviada a Chicago.

Asimismo, se han empleado réplicas de la estatua de la diosa en diversos jardines y fuentes privadas de distintos lugares. También en Nueva York aún podemos apreciar en el Tompking Square Park una estatua de Hebe que realizara el escultor danés Bertel Thorwaldsen.

Finalmente, hay otra obra de este mismo escultor que data del año 1806, que fue hecha de mármol y se conserva en el Museo Thorwaldsen, en Copenhague, Dinamarca.

Actualizado el 25 junio, 2021