En principio, el samain consiste en una gran celebración de origen celta en el cual se conmemora la visita de los muertos a la tierra de los vivos, los cuales caminan entre nosotros por un día cada año. Esta festividad tiene un gran significado en la historia europea posterior a su cristianización durante la Edad Media y el Renacimiento.
¿Cuál es su significado?
Con respecto a su etimología esta es de origen gaélico, es decir, el idioma nativo irlandés en el cual el significado de Samaín se refiere al “fin del verano” y siendo este el año nuevo celta, ya que los antiguos pueblos célticos celebraban la festividad en el momento de transición al invierno. Dicho esto, los celtas llamaron a esta festividad Samhain como un equivalente al día de todos los santos difuntos conmemorado por la Iglesia Católica el primer día de noviembre.
De igual manera, consideraban que el año se encontraba dividido en dos partes: el período oscuro que comenzaba con el Samaín en la noche del 31 de octubre y el período claro en la noche del 30 de abril, en el cual se celebra el Walpurgis y la fiesta de Beltane como símbolo del fuego, la fertilidad y el inicio del verano. (ver artículo: Bealtaine)
Samhain celta
Sobre los dos períodos del año, este se basaba en el calendario Coligny, el cual se basa en una medida lunisolar; es decir, indica el tiempo en base a las fases del Sol en vez de las pertenecientes a la luna. Cabe acotar que igualmente cuenta con los doce meses del año como de manera regular, aunque en ocasiones podía contar con trece cada dos años y medio. Asimismo, en el calendario mencionado se hace alusión al mes de Samonios, del cual al menos tres noches eran apropiadas para conmemorar el Samhain y el año nuevo celta.
Dicho esto, como en toda festividad pagana se rinde culto a una serie de divinidades que simbolizan ciertos valores de los cuales los pueblos pretenden empaparse, y el Samhain no es la excepción. Ya que esta se basaba en la oscuridad y la venida de los muertos a la tierra de los vivos cuando la barrera entre ellos se encuentra más vulnerable, las deidades veneradas contaban con cuernos en sus imágenes como gran objeto de honor.
Deidades veneradas
En esta ocasión, el dios más importante de la celebración pertenece por supuesto a la mitología celta y es conocido bajo el nombre de Cernunnos, además de caracterizarse por su apariencia cornuda y masculina. Este particular dios simboliza la fertilidad, la regeneración y también la abundancia, además de considerarse señor de los animales y criaturas salvajes (ver artículo: Mitología Irlandesa).
Cernunnos por si parte proviene del latín, del cual su nombre significa “el cornudo” y las informaciones concretas sobre esta divinidad se deben a los romanos, quienes ocuparon la mayoría del continente europeo y asiático, abarcando también todas las tradiciones celtas que allí residían. Sin embargo, se presume que los romanos tomaron ciertas cualidades de su imagen junto a la mitología griega para darle vida al dios del comercio, a quien llamaban Mercurio o Hermes en la cultura greco-romana (ver artículo: El dios Hermes).
Cabe acotar que sus atributos divinos se encontraban estrechamente relacionados con el cambio estacional característico de la festividad, en la cual el paso del verano al invierno y viceversa era sumamente importante. Además, la interacción entre la cultura del entorno y la naturaleza son otro atributo significativo de su figura que se encuentra anclada al pasar de las estaciones.
El cambio estacional es un factor fundamental para el símbolo de esta deidad al igual que sus cuernos de venado debido que según la mitología, los cuernos tienden a caer durante el invierno, crecer durante la primavera y llegar a su máxima fortaleza durante el invierno para repetir el mismo ciclo.
Por otro lado, los cuernos de este dios fueron utilizados por la cultura irlandesa como base para las tradiciones que celebran a lo largo de la historia de su civilización. Por ejemplo, se les relaciona directamente con los Fiannas, quienes consistían en pequeñas bandas de guerreros que vivían alejados de las personas en la densidad de los bosques en calidad de mercenarios violentos, bandidos y cazadores que servían de mucha ayuda a los reyes durante enfrentamientos bélicos.
Tradición
En este orden de ideas, durante el transcurso del año la fecha era también muy importante. Samhain era uno de los cuatro “cuartos de día” del calendario celta, con Imbolc, el principio de primavera – también sabido como el Santo el Día de Brigid y celebrado el primero de febrero; Bealtaine el 1 de mayo, como el principio de verano y Lughnasa representando el principio de la cosecha el primer día del mes de agosto. (ver artículo: Brigid)
Es importante acotar que en ocasiones la celebración de esta festividad se prolongaba hasta el segundo día del mes de noviembre, lo cual dependía del pueblo que lo conmemoraba. Durante estos rituales los aldeanos celtas solían encender numerosas velas para simbolizar una claridad entre la abundante oscuridad, pero también para rendir culto a un presunto “dios cornudo” bajo el nombre de Cernunnos, del cual se habla mucho entre los neopaganos, quien se levantaría luego durante el Imbolc. (ver artículo: Cernunnos)
Los preparativos se basaban principalmente en los bovinos y otros tipos de ganadería, por lo que todos los miembros de la manada fueron capturados, transportados a recintos o cobertizos cerca de las granjas. Algunos de ellos fueron marcados para la muerte, los cuales consistían de los más débiles y que no podría sobrevivir al frío invierno.
Esto más allá de formar parte de un ritual pagano se fundamentaba en la supervivencia y era practicado por la población celta en general. Ya que el Samhain marca el inicio del invierno donde toda la naturaleza “muere” desde el otoño para renacer durante la primavera y florecer nuevamente. Por lo que los alimentos durante el Bealtaine y el Samhain son muy reducidos, cuestión por la que se toma el ganado dentro de las granjas, para darles cobijo y que sirvan de alimento para los aldeanos hasta la llegada de la primavera.
Por esta misma razón, todo el grano, frutas y bayas tuvieron que ser cosechados y almacenados, de lo contrario el frío en los campos abiertos causaría que se dañaran y sería una gran pérdida para la civilización celta. Allí todavía es una creencia extendida en Irlanda que después del 1 de noviembre toda la fruta es fascinada y así no comestible.
Leyenda del Pooka
El pooka (o púca en español) es una criatura propia del folclor irlandés con una apariencia parecida a la de un duende y se les consideraba portadores de tanto buena como mala fortuna, por lo que ellos podrían ayudar o dificultar comunidades rurales y marítimas en el peor de los casos.
Como se decía, este vagaba libre en la noche del Samhain, montando un caballo negro, feo, con ojos rojos, y la capacidad de hablar. Además, éste puede tener oscuro o restañar la piel blanca o el pelo. Este tipo de seres mitológicos eran los cambiadores de forma que podrían tomar el aspecto de caballos, cabras, gatos, perros, y liebres. Asimismo, también pueden tomar una forma humana, que incluye varios rasgos de animal, como oídos o incluso una cola.
Este contaba con una inclinación para secuestros, así que el mito de transmisión oral advertía a los pobladores de Irlanda que no aceptaran paseos de ninguna criatura de ésta índole, por no mencionar la urinación abundante sobre bayas (si estos no fueron recogidos después Samhain), es por ello que para la cultura celta era (y es) indispensable la recolección de estos antes de la noche oscura. Por otra parte, un contacto respetuoso con el Pooka podría contar con una presunta adivinación del futuro por parte de la criatura, lo cual sería sumamente peligroso para la persona.
Banshee
Ahora bien, el púca no era el único ser mitológico que hacía travesuras y maldades en la noche más oscura del año celta, pues también se habla del Banshee. Estas consisten en unas criaturas de apariencia femenina que empezaron a divisarse durante el siglo VIII después de Cristo, cien años después de cuando el papa Gregorio III decretó la cristianización del samain. Según la mitología celta, estas se encargaban de anunciar las muertes de los parientes de los aldeanos acercándose a ellos y comunicándolo mediante escandalosos llantos.
Debido a sus cualidades mágicas, estas pueden llegar a considerarse como una especie de hada que van y vienen del Otro Mundo, es decir, el de coexistencia con los seres humanos y su propio hogar mitológico y sobrenatural que se presume localizado mucho más allá del mar Occidental, bajo tierra o hasta en monumentos de piedra sin tallar pertenecientes al período megalítico de la prehistoria.
Esta criatura femenina podía ser asesinada por la gente durante la noche ya que las hadas eran visibles a ojos humanos. La gente podría beber con héroes poderosos y llevar a la cama a sus hermosas acompañantes siembre y cuando la persona o cometiera ningún error, rompiera cualquier regla o violara aún el tabú de importancia nula. El problema radica en que las posibilidades de violar algunas de estas condiciones era tanta cono la de tener una buena noche de diversión, así que ambas cosas siempre sucedían.
Por lo tanto, al ver los resultados de no quedarse en casa durante la noche de Samain las personas fueron poco a poco optando por cerrar sus puertas durante esta festividad, evitando cualquier situación que comprometiera su integridad individual.
Actividades comunales
Muchas leyendas sustentan las reuniones grandes en Samain, lo cual consistía en el tiempo para tomar la acción y decidir sobre futuras actividades en localidades como la Colina de Tara o sobre costas de lagos. Un armisticio general durante este período hizo reuniones entre enemigos jurados, diplomacia y actividades sociales más allá de fronteras tribales y políticas posibles.
No obstante, las actividades espirituales eran una parte incorporada del banquete. Tradicionalmente todos los fuegos fueron extinguidos cuando el oiche shamhna (samain) se asentó, convirtiéndolo en la noche más oscura del año. Cabe acotar que los fuegos en forma de hogueras fueron alumbrados de nuevo, marcando el principio del año nuevo.
Asimismo, la tradición establece que los druidas, quienes eran personas pertenecientes a una clase sacerdotal irlandesa que se consideraba fiel creyente en la reencarnación, un ejemplo de estos es el personaje mitológico Amergin. Estas personas alumbraron una enorme hoguera sobre la Colina de Tlachtga, la cual se encuentra cerca de Athboy, perteneciente al Condado Meath, junto con antorchas ardientes que fueron llevadas desde allí a cada casa durante la noche.
Sacrificios y costumbres varias
Otros rituales que implican el fuego no eran tan pintorescos y definitivamente más fáciles para arreglar, tal como los “hombres de mimbre”. Básicamente consiste en una jaula hecha de cestería semejando la áspera y tosca forma del cuerpo humano, la cual es rellena de ofrendas con vida tal como animales, prisioneros de guerra, o vecinos simplemente impopulares. Posteriormente a la confección y relleno del muñeco, estas personas y animales son incineradas hasta la muerte en él para simbolizar el año nuevo celta.
Sin embargo, estos sacrificios humanos no debían ser vistos como una norma indiscutible. Aunque los sacrificios fueran ejecutados sin dudar, la mayoría únicamente implicaba derramar granos de maíz y ciertas cantidades de leche en el suelo. Además, se presume que podrían haber estado involucradas actividades nocturnas humanas unidas a rituales de fertilidad, de hecho, era considerado un buen augurio si una mujer se hiciera embarazada durante la noche del Samain.
Una de las costumbres más generales durante esta festividad era dejar comida en la puerta de las casas para que los seres mitológicos de la oscuridad se alimentaran y continuaran su viaje, sobretodo por el hecho de que los muertos retornaban a sus hogares durante esa noche para encontrarse con sus familiares, por lo que luego de esa gran travesía desde el mundo de los muertos debían estar hambrientos, algo parecido a la manera de celebrarlo en el “Día de Muertos” de la cultura mexicana.
De igual manera, no todos los muertos que volvían a la tierra durante la noche iban en buena Fe, algunos tenían malas intenciones que los aldeanos tenían la responsabilidad de apaciguar o de lo contrario podrían llegar a ser víctimas de acontecimientos sobrenaturales muy trágicos que traerían la deshonra y todo lo contrario a la prosperidad en sus familias y futuros linajes. Cabe acotar que tampoco se acostumbra a barrer debido a que podrían correr o espantar a los espíritus que se acercan.
Truco o trato
En este orden de ideas, se presume que la costumbre moderna del truco o trato proviene también del antiguo samain celta, en el cual se establece que las ánimas fantasmagóricas más amables y felices se acercaban a los hogares de los vivos vestidos con harapos, disfraces y máscaras para alegrar el ambiente mediante distintas danzas, música y también recitando poemas. Sin embargo, este tipo de historias no han sido comprobadas aún, por lo que simplemente es una suposición.
En la región de Galicia
Ahora bien, en la cultura gallega (España) también se celebra esta festividad, pero claramente con ciertas variaciones que la diferencian del samain celta. De hecho, los pueblos de Galicia han conmemorado esta muchos años antes de que en el resto del mundo (sobretodo en el norte del continente Americano) se expandiera la cultura del “Halloween“, convirtiéndose así en una tradición que trasciende en el tiempo y acumula importancia con cada año que pasa.
Tradición
En esta versión de la fiesta, los druidas eran las personas encargadas de promulgar y celebrar la noche del samain para rendir honor a sus antepasados, por lo que según la historia, éstos se adentraban en los bosques más densos de la provincia para recolectar bayas de muérdago, las cuales extraían con una hoz forjada en oro que era considerada un objeto sagrado el cual sólo ellos debían utilizar gracias a su nivel sacerdotal.
Una vez reunían la mayor cantidad de bayas posibles, los druidas elaboraban ungüentos y pócimas de curación y encantamientos mágicos. Además de esto, se encargaban de promulgar y profetizar cuál sería el destino de las cosechas de la región, por lo que los nativos siempre permanecían atentos a sus vaticinios.
Otro ejemplo de las tradiciones que fueron adoptadas por el Halloween es la recolección de manzanas, la cual era una labor que también era desempeñada por los druidas. Estas manzanas servirían para la elaboración de altares, más pócimas o hasta encantamientos mágicos, al igual que alimentación una vez adentrados en la época de invierno. No obstante, el Halloween americano no lo lleva a cabo con estos fines.
Al igual que el samain celta, los druidas elaboraban grandes hogueras para espantar a los espíritus malignos que solo querían dañar a las personas que residían en los pueblos. De hecho, los aldeanos acostumbraban a cubrirse con pieles de animales con la finalidad de esconderse y pasar desapercibidos frente a los espíritus; según esta versión, esta es la razón por la cual posteriormente se acostumbra el uso de disfraces, máscaras y maquillajes para conmemorar la festividad.
Asimismo, estas hogueras abundantes que se acostumbraban durante la noche más oscura se mantuvieron en la cotidianidad luego de un tiempo debido a su versatilidad en la cocina doméstica hasta la actualidad, sobretodo para calentar en estaciones de frío (hoy en día las chimeneas a leña).
Por otra parte, las calaveras pasaron a ser un símbolo fundamental en la celebración del samain gallego, ya que estas pertenecían a los enemigos en batalla del pueblo. Una vez tomadas, encendían velas en su interior para colocarlos en los muros de las infraestructuras. No obstante, la práctica de esta costumbre buscó suprimirse por parte de la Iglesia Católica cuando lo catalogó como “pagano”, pero los pueblos de Europa hicieron caso omiso a los argumentos cristianos y continuaron haciéndolo.
Ahora bien, los pueblos gallegos aprovecharon la aparición de la calabaza para tallar en ella caras de tenebrosas calaveras y, al igual que en el caso anterior, encenderlas desde adentro para alumbrar el camino de los espíritus fantasmagóricos buenos y espantar a los malos en su venida a la tierra de los vivos. 
En cuanto el mito de las hadas, se establecía que al abrir la puerta que separa a los vivos de los muertos, las hadas podrían colarse también en la tierra. No obstante, las personas mantenían sus puertas cerradas durante toda la noche para evitar que espíritus malignos osen a entrar en sus hogares, por lo que se relata que las familias que mantengan sus puertas cerradas serán bendecidas por un ser feérico durante todo el año siguiente, pero si de lo contrario eran descuidados, un trasgo les proporcionaría mala suerte por un largo tiempo.
Una de las leyendas más características de la cultura gallega del samain es la famosa comitiva de difuntos, la cual consiste en una caminata de tenebrosos espíritus malignos en completo silencio que iluminan su camino con largos velones. Más bien, estos son dirigidos por un mortal maldito que solo podrá liberarse de esto cediendo su tarea a otro humano que haya sido testigo de la procesión; esto se debe a que según el mito, nadie debe darse el lujo de mirarlos, ya que automáticamente se convierte en un ser condenado.
Relación entre Halloween y la fiesta de Samhain
Ahora bien, la relación que existe entre ambas festividades es que una se fundamenta en la otra, es decir, el Halloween nació a raíz de las tradiciones del samain tanto celta como gallego. Como bien es sabido, una gran masa de irlandeses emigró a lo que actualmente es Estados Unidos hacia el siglo XVIII después de Cristo, por lo que llevaron consigo toda su cultura, tradiciones y celebraciones paganas que posteriormente fueron adoptadas por los mismos norteamericanos.
Es importante destacar que este recibimiento a los irlandeses por parte de América del Norte sucedió durante estos constituían una de las numerosas colonias británicas, es decir, bajo el sometimiento de la corona de Inglaterra, la cual profesaba la religión luterana. Durante este proceso, los irlandeses asentados en el Oriente de la colonia fueron fuertemente oprimidos por la corona debido a sus costumbres paganas, las cuales iban en contra de la religión impuesta.
Luego de la independencia de los Estados Unidos de Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVIII, hubo mucha más libertad de practicar las costumbres emergentes. Más bien, esta festividad celta logra sobrevivir debido a su fusión con distintas costumbres nativas indígenas y otras propias de Irlanda, como bien es la leyenda de Jack O’Lantern, quien era un hombre que se tropezó con el diablo en persona una noche del último día de octubre.
Debido a esta leyenda, se estableció como tradición el contar historias de terror, realizar travesuras y sobretodo con características tomadas del samain celta y gallego, tal como las linternas de calabaza, el dulce o truco, los disfraces y máscaras, calaveras y el símbolo de brujas, monstruos y fantasmas horripilantes que caminan entre nosotros. Dado a esta celebración del Halloween como día lleno de disfraces y recolección de dulces, es importante alegar que ya es una fiesta que carece de sentido religioso, todo lo contrario al propósito real del samain.
Decoraciones utilizadas
Como bien se estableció anteriormente, lo que tienen en común las celebraciones del samhain en todas sus variaciones suelen ser las calaveras, esqueletos, calabazas talladas con tenebrosas caras y encendidas en su interior. Sin embargo, en las costumbres celtas no se utilizaban calabazas sino nabos, ya que eran los vegetales aptos para cumplir con esta tarea y las calabazas no crecían en Europa.
Manualidades que ejecutan en la fecha
Las obras manuales más conocidas y hechas por las personas en la modernidad, basándose también en las tradiciones antiguas consisten en las calabazas talladas, las cuales no deben ser necesariamente caras terroríficas, sino también imágenes de criaturas mágicas, como fantasmas y hadas. Además, la elaboración de máscaras con papel maché, donde los personajes más frecuentes son fantasmas, brujas, vampiros, monstruos y muertos vivientes.
Recetas que se hacen
En este caso, las recetas más comunes durante esta celebración se basan en dulces y golosinas. Las golosinas se reparten de puerta en puerta a los niños en pequeñas bolsas o canastas, lo que se conoce como “truco o trato”. Sin embargo, muchas familias acostumbran a elaborar sus propios dulces con temáticas de Halloween tales como galletas, chocolates artesanales, pasteles de chocolate y manzanas acarameladas. No obstante, en Galicia se realizan muchos platos utilizando la calabaza tales como el risotto, la sopa y la crema de calabaza y nueces. 
Samain para niños
Tal como se estableció anteriormente, el papel que cumplen los niños durante la celebración del Halloween y el Samain es la recolección de dulces de casa en casa tal como los difuntos hicieron según la leyenda, en la cual se paseaban por los hogares de las personas alimentándose de los platos de comida que dejaban en las puertas de sus casas para así poder continuar con su larga travesía de vuelta al mundo de los muertos.
Asimismo, los pequeños suelen disfrazarse de horripilantes personajes de terror y hacer travesuras por sus vecindarios, contando historias de terror y disfrutando la festividad como una especie de carnaval oscuro: la percepción moderna del Halloween.
Actualizado el 1 junio, 2018
