¿Quieres saber quien es Yurupary? Apréndelo aquí

Yurupary se refiere a un ídolo divino, distinguido en las razas indígenas de Brasil y Colombia, que corresponde a la mitología amazónica. Su nombre proviene de língua geral o nheéngatú, que nace del tupí-guaraní, que en sus tiempos se usó en lengua pródiga de una gran zona de la Amazonia Colombo Brasilera. Les invitamos a enriquecer sus conocimientos sobre el Amazonia en este fabuloso artículo.

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El Mito del Yurupary

La palabra Yurupary proviene gramaticalmente de un término combinado de origen Tupí, que quiere decir “tener la mano sobre la boca”, “creado de la fruta” o “surgido de la boca del río”, también existe una definición asentada en el verbo tukano /yërësé/ que expresa: caminar, trasladarse; y de otro verbo desana /˜parirí/ que significa: apertura, cruzar, que traduce “transitar de un estado existencial a otro”.

Yurupary se refiere a una modificación del nivel para los yukuna del Mirití Paraná que es un territorio colombiano que nace en la cuenca del río con el mismo nombre, ubicado al norte del Amazonas. No sólo se refiere a un mito sino que está compuesto por una mezcla de mitos que se interrelacionan entre sí, y que se narran libremente uno del otro. (Ver artículo: Popol Vuh)

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En el mito del Yurupary se combinan distintas costumbres trascendentales como las legislaciones de Yurupary o códigos del Sol. La divulgación del mito de Yurupary se amplió en algunos lugares de Brasil y por las zonas fronterizas de algunos países cercanos como: Colombia, Venezuela y Guyana.

El mito Yurupary es una de las memorias más interesantes del pensamiento figurado en las distintas organizaciones del noroeste del Amazonas. Con el variado y nutrido de mitos que se le provee sentido y alcance a un ambiente que reglamentaba, hasta el siglo XX, la existencia de los grupos indígenas en estos lugares; la exacta división de las tareas que deberían de realizar las personas de distintos sexos por razones sociales: las hembras procesaban y preparaban la comida, atendían a los niños y se encargaban de la agricultura de chagra; mientras que los hombres estaban encargados de la caza y la pesca, crear las relaciones entre los comercios, los políticos y tomaban las decisiones importantes de la comunidad.

El mito Yurupary se refiere a un individuo maravilloso y fenomenal que viene al mundo, y que son narradas por distintas creencias, que a continuación vamos a conocer:

Embarazo de su madre por hechos divinos

Para la época existió una contagiosa enfermedad que arremetió contra todos los hombres y solamente resistieron unos ancianos y un paye, que se refería a un hechicero de la tribu guaraní; y para salvaguardar lo que debilitaría y finalizaría la familia, las mujeres de la zona decidieron juntarse en el lago llamado Muypa.

En este, la niña llamada Seucy que se guardaba en la virginidad y en edad de enamoramiento, se arroja al lago para bañarse, y le provoca masticar una fruta conocida como Pihycan que se refiere a una nuez o semilla del paye de la tribu del territorio amazónico. La joven agarró una de estas frutas y, al consumir los néctares, le bañaron todo su cuerpo alcanzando hasta sus genitales, lo que hizo que perdiera la virginidad quedando de manera inmediata encinta. También se le atañe el mito a que su nacimiento viene porque unos orangutanes le lanzaron, desde lo alto del árbol, frutas de pihycan.

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Igualmente se tiene la creencia que su madre lo concibió porque ingirió suficiente cantidad de una bebida embriagante llamada cachiri. Así como el mito que queda embarazada cuando sus genitales rozan con el néctar de la fruta ua\ú.

Entre los mitos también se puede mencionar que fue a causa del arañazo recibido en su cara por una rama u hoja de la planta de tabaco. La historia del mito cuenta, que la madre no poseía partes sexuales o estaban demasiado tupidas y que para dar alumbramiento debieron ser expandidos sus genitales por los truenos, por un pescado, por los ancianos, o por un paye. Lo más cierto en todos estos mitos es que la niña embarazada pretende esconder el crecimiento de su vientre, lo que le fue imposible.

Pasaron diez lunas y llegó el momento del alumbramiento del vientre de Seucy, del cual emergió un hermoso niño semejante al astro del sol por su espectacular belleza, que lo bautizaron como Yurupary. Los tenuinas, que eran los habitantes indígenas del poblado, le dieron por nombre tuixáua que expresa, su chaman, su jefe, su líder y le otorgaron los emblemas de cacique; su nombre quiere decir fecundado por los néctares de la fruta.

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A partir de ese momento a Seucy le fue prohibido bañarse en el lago, y a causa de esto las mujeres no lograrían participar en las cuestiones importantes.

El niño va creciendo vertiginosamente y toma la autoridad como el evangelizador y civilizador de los hombres del territorio para implantar un nuevo mandato, nuevas reglas de vida, procura conferir a su población de estatutos, tradiciones y normas, y que implantará a su tribu un conjunto de ritos, cantos y mitos referente a sus antepasados; también conocido como el ente meteorológico que proveerá lluvias, truenos y rayos, que aprueben la existencia de excelente forma y en armonía absoluta.  (Ver Artículo: Cosmovisión Amazónica)

Desaparición de Yurupary

Al pasar una luna de la llegada al mundo de Yurupary, todo el poblado le otorgó los principales signos de jefe, pero no estaba la itá-tuixáua, que quiere decir la piedra del cacique, porque tuvieron que subir a la Sierra del Gancho de la luna a recuperarla. Las mujeres del poblado tomaron la decisión de dividir la tribu en dos grupos: un grupo que debería de ir a recuperar la piedra, y el otro grupo donde deberían andar los hombres sin compañía. Mientras, debatieron durante una luna hasta que se percataron que Yurupary había desaparecido.

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Las mujeres al darse cuenta de la desaparición de Yurupary, acusaron a los viejos y los retaron en proporcionarles el llamado suplicio de los peces, que se refiere a un sacrificio atándoles el cuerpo herido y arrojándolos al agua, dejando al aire solo la cabeza, para que los peces cautivados por el flujo sanguíneo de los hombres los despedacen.

Esta ausencia de Yurupary trajo como consecuencia que por la noche se escuchara el llanto de una criatura que salía de un árbol del Pihycan; se fueron corriendo al lugar y todo quedó en silencio. La segunda noche se volvió a escuchar el llanto de la criatura y escudriñaron entre las ramas del Pihycan, sin lograr conseguirlo, luego la tercera noche rodearon el árbol y de inmediato escucharon otra vez el llanto entre los árboles, no conseguían aclarar de dónde venía el espeluznante llanto por lo que no insistieron en buscar a Yurupary.

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Aunque el poblado extrañaba la presencia de la criatura, lo echó al olvido, y el llanto de la criatura no terminaba. Su madre Seucy se recluyó en la cima de una montaña donde lloraba desconsoladamente la desaparición de su hijo, se quedaba dormida en las madrugadas, exhausta del llanto. Así transcurrieron tres noches, en uno de los amaneceres al despertar, observa que la leche emanada de sus pechos ya no existía, tanteó permanecer despierta para mirar quien se estaba alimentando de sus pechos, pero el sueño la dominaba y al día siguiente no tenía leche.

Así transcurrieron dos años y el llanto fue sustituido por sonrisas, cantos y gritos de un niño que jugaba alegremente con entes no conocidos. Yurupary se desarrollaba fuerte, no visible, y a su vez que su madre Seucy envejecía velozmente.

Regreso de Yurupary e imposición de leyes

Luego, al pasar un tiempo de quince años, siendo una noche de luna en la que Seucy celeste llegó a bañarse en el lago, retornó Yurupary al pueblo de la mano de su madre, era la Seucy del mundo físico. Estaba formado como un hermoso joven espectacular que se mostraba como el mismo sol, con una figura y físico diferenciado, que llega a innovar cosas sorprendentes. Su hermoso cuerpo estaba colmado de orificios que emitían sonidos, y cubierto de vellos que parecía un simio, otras veces su cuerpo emanaba una brillante luz o fuego que emergía al compás de los truenos. De inmediato los tenuitas se aceleraron en otorgarle las vestiduras y los signos de oligarca aunque aún no tenía la itá-tuixáua.

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Su retorno trae como finalidad que llega para modificar e implantar las leyes matriarcales y anárquicas del sol, en señal que lo debían de honrar. Procede a visitar a varias tribus para enseñarles sobre las nuevas leyes y en cada tribu las mujeres se mostraban resistentes al cambio. Entre sus seguidores existían unos discípulos muy leales a sus leyes y otros que eran ingratos a él.

Se le conoce como el enviado del sol, que anda en la búsqueda del amor de una mujer que sea perfecta que no sea curiosa, impaciente ni chismosa, ni lujuriosa, que sea una mujer capaz de guardar secretos, en ese entonces conoce el amor de una mujer conocida como Carumá. Cuenta con una misión estrictamente religiosa y de hacer cumplir las leyes que, para conseguirlo, el sol le ha obsequiado un séquito mágico repleto de hechicerías.

Yurupary implanta los reglamentos legales que obligan a obedecer de las celebraciones brindadas para rendirle honores, en la que las mujeres no intervienen de las festividades, solamente participan los hombres, igualmente los hombres no pueden bajo ninguna circunstancia revelar a sus mujeres de lo que disfrutaban en las fiestas.

Yurupary comienza su objetivo de civilizar a la población, y lo hace luego de que le otorgan la piedra cilíndrica de la Luna, la que también le emana saberes para mandar. Esta acción causa el trueno y el fuego; y por lo general quienes tomaran algún objeto de Yurupary estaban forzados a educar por todo los lugares terrenales que les alumbrara el sol. Los hombres no deberán exhibir las herramientas o develar las leyes confidenciales a las mujeres. (Ver artículo: Sol Invicto)

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Con el apoyo de un ayudante que pudo haber sido un paye, o un emisario, implantó las leyes; como vienen a ser: la mujer al parir un hijo, gira instrucciones a los esposos para que el ayuno sea de carácter obligatorio, con el fin de transmitir energías a su nuevo heredero, así como enseñar la agricultura, la siembra de maíz; la cultura del canto y danzas que se emplearían en los rituales.

Yurupary  logra la edificación de un lugar especial para celebrar sus festejos y encuentros de diversión, donde sólo asisten y participan los hombres de las tribus, conocido como Yurupay Oca, donde Yurupay se convierte en el director de los bailes durante los agasajos; a este lugar de esparcimiento ingresan los hombres para resguardar su privacidad, mientras que, las mujeres quieren conocer los secretos del culto que les está vedado y espían a los hombres. Está terminante prohibido que las mujeres se mezclen sentimentalmente con hombres que tengan parejas, e igualmente los hombres no deben de unirse con mujeres que tengan marido.

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Finalmente, Yurupary termina siendo la máxima autoridad de las danzas en las festividades y ceremonias. Las mujeres intrigadas desean descubrir los misterios que envuelven los ritos que les están prohibidos y comienzan a vigilar a los hombres.

El Castigo

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Yurupary sanciona fuertemente a las mujeres convirtiéndolas en piedras, inclusive lo hizo hasta con su propia madre. Este hecho obliga al poblado a que lo llamen Bokan que quiere decir corazón malo. Para impedir más sanciones y gozar de completa libertad, ordena que edifiquen su casa de piedra, a gran distancia donde se encontraban, en las riberas del río Aiari. Mientras que varios de los asignados lo delatan divulgando a las mujeres las confidencias.

Ualri, que se refiere a un hombre mayor de la tribu, recibió un castigo que tuvo que pagar con su vida porque no cumplió con las leyes y consejos de Yurupary. También, cuatro de los amigos de Uarli son fuertemente sentenciados por traidores y son transformados en rocas y musgo. Las mujeres que no cumplan con las legislaciones escritas, y que no se abstengan a conocer los secretos de los hombres, son también transformadas en rocas. Las sanciones por curiosear las festividades y popularizar los desaparecía en la cascada de Curan y eran hundidas por una gran serpiente. El hombre que se atreviera a exhibir los elementos y divulgar las leyes confidenciales, era forzado a ingerir veneno para que falleciera por cometer este delito.

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La Prueba 

Yurupary somete a prueba a las mujeres forzándolas a que no deben participar en los encuentros que se efectúan en la sierra de Canuke, de lo contrario las transformaría en piedras. Asimismo somete a los hombres a prueba de guardar confidencialidad a las mujeres sobre la edificación del Yurypary-oca.

Canibalismo

Yurupary o en su defecto el que lo representa, comete acciones de crueldad dándole muerte y se alimentaba de los infantes que le desobedecían por comer las frutas asadas del árbol ua\.

Creación de los instrumentos

Los elementos a ser usados en sus ritos son elaborados de las palmas de pachuba, representando en sus creencias y cultos que son los huesos de Yurupary y que lo simbolizan en la tierra. Estos instrumentos se asemejan a los cantos de las aves porque emiten sonidos musicales en los rituales de castigo y purificación a los hombres.

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La Resurrección o el segundo regreso

Yurupary había comisionado a cuatro abuelos para que se encarguen de Yurupary-Oca, que se encontraba desolada y desamparada, a raíz de la muerte de Uarly que no lograban superar; es cuando da la orden de que deben alimentar primero a los viejos y luego a las demás personas.

En su regreso a la tribu Tinue con los hombres observa que las mujeres, viendo que los hombres las habían abandonado, proceden a asesinar a todos sus hijos varones. Yurupary observa a los habitantes del lugar y sobretodo a quienes lo habían traicionado y los castiga convirtiéndolos en piedras. Mágicamente procede a trasladar Yurupary-Oca a un terreno más resguardado de las mujeres entrometidas.

Consagración de las Leyes

Había una bella y espectacular mujer llamada Curan que era sagaz y enérgica, que desmorona la ley cuando vislumbró una festividad donde participaban sólo los hombres, en el momento que Yurupary mostraba las canciones, los instrumentos y sus sonidos; Curan como era tan audaz se aprendió las canciones e imitaba sus sonidos y se va corriendo a donde están las otras mujeres a contarle lo que había visto y escuchado; Yurupary se dio cuenta enseguida de lo que estaba sucediendo y castiga fuertemente a la tribu e impone las leyes. (Ver artículo: Karma)

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La partida

Yurupary, luego de perseguir y atrapar a quienes habían traicionado su ley, ya agotado se da una tregua junto a su esposa Caruma, a quien la había transformado en montaña porque tenía la creencia que era una mujer pura. Finalmente la ley era una comisión que el sol le había otorgado a Yurupary de descubrir y tener la verdadera mujer perfecta. (Ver artículo: Manat)

Yurupary es invitado a una gran celebridad y hace acto de presencia estando en conocimiento que lo querían matar, en este momento repele y desembucha a los niños que se había devorado. Mientras que disfrutaba de la fiesta, aprovechan para embriagarlo y después lo lanzan al fuego de una fogata que habían hecho con hojas secas de inga, que es una planta propia de la región, no pudo resistir al fuego que lo consumió quedando de él sólo cenizas que sus seguidores veían con gran acongojo y silencio ante semejante realidad.

Del resto de sus cenizas emergen las palmas de pachuba que crecen ágilmente, lo que hace que Yurupary ascienda al cielo. Igualmente, se cuenta que de sus cenizas brotan espíritus dañinos y las primeras plantas y animales son venenosos, y de sus vísceras se originan insectos como las moscas y reptiles como las culebras. Se debe hacer un rito de quemar la vegetación para enterrar la ceniza.

El sonido de la flauta

En el suroeste de Colombia, en uno de sus departamentos llamado Vaupés, los habitantes de ese lugar, tienen el dogma que el héroe Yurupary vino al mundo con la misión de educar al ser humano. Cuentan que Yurupary significa la transformación del matriarcado al patriarcado (sociedad) y en sus cultos las mujeres estaban relegadas o eliminadas.

Su instrumento musical está representado por una flauta que simboliza la voz; y los huesos del ídolo del anciano Ualri quien fue quemado vivo en la hoguera por las mujeres. Del árbol pachuba donde se arrojaron las cenizas de Yurupary se extrae la madera con que se elaboran las flautas que contienen su voz. La flauta sagrada de los indígenas del amazonas, está elaborada con las hojas grandes y fuertes de palma, las cuales se enroscan y amarran con la corteza de mismo árbol o bejucos. Su embocadura es elaborada con la madera de la palma o chonta.

 Libro sobre el tema

En referencia literaria sobre el mito del Yurupary, existen variados autores que se encargaron de escribir interesantes leyendas sobre este héroe amazónico.  Entre tantas obras mitológicas que narran sobre el mito del Yurupary, la más significativa es la que cuenta el indígena de origen amazónico conocido como Maximiliano José Roberto, quien la plasmo en manuscrito y en dialecto neêngatú, esto ocurrió en el siglo XIX.

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Este fabuloso mito se expone como un paradigma más típico y original de señalar la literaria colombiana. El libro “Leyenda del Yurupary” traspasa de generaciones en generaciones por las tribus indígenas en las malocas, que quiere decir casa comunal ancestral de la cultura de los indígenas amazónicos, y en los senderos más sombríos de la selva.

Más tarde, en el año 1890, estas escrituras fueron traducidas al idioma italiano por el conde Ermanno Stradelli, a esta publicación no le dieron importancia ni los colombianos ni los brasileros, hasta que en los años cincuenta Don Pastor Restrepo Lince lo descubre y, con el apoyo de Américo Carnicelli, lo traducen al español y es cuando Javier Arango Ferrer lo conoce y tiene el honor de divulgarlo en la literatura colombiana.

Autor

Esta modalidad de mitos ha sido descubierta y plasmada por distintos autores que han tenido la habilidad de interpretar y si se quiere censurar por algunos predicadores y viajeros europeos desde el siglo XVIII.

En el año 1733, el misionero Juan Rivero y, luego en el año 1745, el sacerdote Jose Gumilla, quienes eran cronistas interpretas del mito del Yurupary, fueron quienes dieron a conocer la primicia de las informaciones, considerándolo como una leyenda de carácter religioso católico que hace frente reformador estableciendo una unión indiscutible entre lo diabólico y la fuerza del sexo.

Más tarde, en el siglo XIX, asisten al territorio amazónico viajeros franceses, ingleses, alemanes y hasta italianos, con el fin de accesar al mundo imaginario quienes elaboraron versiones inconclusas y deformes acerca de este mito.

Sin embargo, como este mito de Yurupary no ha dejado de sonar interesante por su mágica tradición en el Amazonas, se nombra a varios autores que se dieron a la tarea de plasmar escritura sobre la fantástica leyenda:

En el año 1804:  Alexander von Humbold

En el año 1853: Alfred Russell Wallace

En el año 1884: G.A. Colini

En el año 1887: Henry Coudreau

En el año 1890: Ermanno Stradelli y Joao Barbosa Rodríguez

En el año 1891: Robin Wright

En el año 1988:  Jonathan D. Hill

En los años 1994 y 2002: Álvaro Félix Bolaños

En el año 1999: Luis Fernando Restrepo

En el año 2000: Renata Sedláčková, quien gozo del premio Iberoamericano por su trabajo de este mito.

En el año 2004: Beatriz Alzate y Roberto Pineada

Película

El mito de Yurupary es tan encantador y sugestivo que tuvo la gracia de tener su propio film, sin embargo, esta producción cinematográfica cayó entre el olvido, cuando por alguna razón descubren al anciano de nombre José Torres, habitante de Guapi y quien versado sobre los secretos que envuelven la leyenda, narró frente a una cámara de cine por espacio de tres años contando sobre la cultura popular del Yurupary.

La productora de cine Gloria Triana y el maestro Catalino Parra, quienes tienen el gusto de dirigir “Yurupary” como unos de los audiovisuales más importantes de Colombia, donde se da a conocer sus tradiciones, celebraciones, costumbres, ritos que alcanza fiestas religiosas, expresiones populares, la música, artes y oficios, y homenajes. Está compuesta por cinco capítulos, estos cinco capítulos se lograron restaurar por la eficiente colaboración de la la Federación Internacional de Archivos de Televisión, Programa Save Your Archive (FIAT/SYA).

En esta producción también se aprecian el sonido de gaitas y tambores. Esta serie representa la compilación audiovisual más generosa y completa que puede tener la variedad geográfica, cultural y etnográfica de Colombia. Producido por FOCINE y Audiovisuales y en los sesenta y cuatro documentales que forman parte, se conoce una gama la cultura indígena y afrodescendientes.

Imágenes

Con el gran misterio de nostalgia que vive la selva amazónica y con el acompañamiento del silencio, se encuentra el mito de Yurupary, que genera el sentimiento de ser algo real e innovador en la mente de los actuales y civilizados indígenas, que vienen a formar parte de una historia enigmática y sombría. Y a pesar de todo esto, este mito no escapó de tener sus propias imágenes con la intención de representar y exhibir la autóctona cultura popular, ritos, costumbres y héroes de esta mitología amazónica. Gran parte de estas obras son fotografías que exhiben por ejemplo la transformación que sufren los habitantes del pueblo en las fechas que se celebran estas grandes fiestas indígenas y nativas de la región.

 

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Las fotografías que se atesoran de Yurupary son bien particulares, muchas de estas obras fueron impresas en lienzos a fin de que fueran transportadas a distintos lugares, y además posibles para guardarlas y conservarlas.

Yurupary 37Muchas de estas obras ganadoras de premio nacional de fotografía en el año 1998, son exhibidas en la Fundación Santillana, en Bogotá Colombia.

Actualizado el 23 agosto, 2018