Inscripción de Behistún, de escritura cuneiforme

A lo largo de la historia, los hallazgos arqueológicos se han convertido en un punto fundamental ya que logran explicar y además dan evidencia de los acontecimientos importantes del momento. En este caso la inscripción de Behistún es un ejemplo de ello y a continuación hablaremos de esto.

¿Qué es la Inscripción de Behistún?

La inscripción de Behistún es una inscripción monumental que se encuentra en una piedra la cual data de la época del imperio aqueménida, cerca del siglo VI antes de Cristo (a.C.). Esta piedra se encuentra sobre la pared de un acantilado en la provincia de Kermanshah en Irán a unos 100 metros de altura. Fue realizada bajo las órdenes de Darío I de Persia quien fuese rey del imperio Persa durante los años 521 y 486 a.C.

En esta inscripción se incluyen tres versiones en diferentes lenguas del mismo texto, estas lenguas son el persa antiguo, el elamita y el babilonio. La Inscripción de Behistún fue realizada con la técnica de la escritura cuneiforme. No sería sino hasta el año 1835 cuando un oficial del ejército británico llamado Sir Henry Rawlinson transcribiría esta inscripción al inglés y la diese a conocer al mundo. Esta traducción se dio en dos partes puesto que Rawlinson tradujo el texto escrito en Persa en el año 1838. Por su parte, los textos escritos en elamita y babilonio fueron traducidos por él mismo posterior al año 1843.

La inscripción de Behistún se convirtió en un documento clave para descifrar una de las escrituras más antiguas y desconocidas la cual no sólo fue hecha en una versión única sino que fue escrita en un idioma conocido lo que permitió la comprensión y posterior traducción del mismo. Es importante mencionar que la inscripción de Behistún fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2006.

¿Dónde se encuentra?

Esta inscripción se encuentra al borde una antigua ruta comercial la cual unía el altiplano iraní con Mesopotamia. En la actualidad pertenece a Irán en la provincia de Kermanshah, se levanta sobre un acantilado a unos 100 metros de altura aproximadamente.

Descubrimientos e investigaciones

A pesar de que la Inscripción de Behistún es bastante antigua, no se conocía mucho de ella hasta el año 1598 gracias al diplomático Robert Shirley. Pero hasta el año 1835 gracias a Henry Rawlinson, la humanidad supo de que trataba esta importante inscripción. A continuación profundizaremos un poco más sobre el descubrimiento y las investigaciones en torno a este hallazgo arqueológico.

Robert Shirley

En el año 1598 sería el año en el que el diplomático Robert Shirley descubriera la Inscripción de Behistún mientras se encontraba en una misión diplomática en Persia en nombre de Austria. Esta inscripción llamó primero la atención de investigadores de Europa Occidental quienes habrían llegado a la conclusión de que este era un relato en torno a la ascensión de Jesús.

Ahora bien, dichas interpretaciones bíblicas estaban erradas y estas se mantuvieron e incluso incrementaron durante los dos siglos siguientes. Esta situación cambiaría posteriormente con las investigaciones lideradas por Henry Rawlinson.

Inscripción de Behistún

Henry Rawlinson

Para el año 1835 Henry Rawlinson quien era un oficial del ejército británico y que además se entrenaba en el ejército del Sah de Persia comenzaría a estudiar con mucho detalle la inscripción de Behistún. A pesar de lo complejo que era llegar a la inscripción. Rawlinson consiguió escalar el acantilado y copiar toda la inscripción en la versión en persa antiguo.

Es importante destacar que la versión hecha en elamita estaba ya al borde de un abismo mientras que la versión hecha en babilonio estaba mucho más abajo que la versión en persa. Esta situación hizo que estas otras versiones se estudiaran posteriormente debido a su difícil acceso. Con la ayuda de un texto persa y con una tercera parte de un alfabeto de escritura cuneiforme que pertenecía al lingüista alemán Georg Friedrich Grotefend, Rawlinson comenzaría a estudiar el texto para lograr descifrarlo.

Por fortuna, la primera parte de la inscripción de Behistún contenía una lista de reyes persas igual a la descrita por Heródoto. Esta lista permitió no sólo emparejar los nombres sino también los caracteres lo que permitió la comprensión de la escritura cuneiforme usada por el persa antiguo.

Luego de una extensión de su servicio en Afganistán, Rawlinson retornaría al estudio de las inscripciones en babilonio y en elamita en el año 1843. Para llegar a estas versiones, empleó unos tablones con los que podría cruzar el espacio existente entre la versión escrita en persa antiguo y en elamita. Una vez que llegó a las versiones que faltaban por estudiar, las copiaría con el uso de papel maché. Para la traducción del texto en Babilonio, Rawlinson contó con la ayuda de expertos entre ellos Edward Hincks, Julius Oppert y William Henry Fox Talbot.

Inscripción de Behistún

Se piensa que el rey Darío I quiso situar la inscripción de Behistún en un lugar inaccesible para así mantenerla a salvo de posibles modificaciones. Un factor que es importante mencionar en torno a esta inscripción es su legibilidad puesto que el texto es totalmente ilegible desde el nivel del suelo.  Por otro lado, el monumento sufriría algunos daños por causa de la Segunda Guerra Mundial.

Historia de la Inscripción de Behistún

La primera referencia histórica que se tiene sobre la inscripción de Behistún es gracias a un autor griego llamado Ctesias de Cnido quien conoció la existencia de esta inscripción aproximadamente en el año  400 a. C. Luego de Ctesias, sería el historiador griego Tácito quien la menciona y además incluiría una descripción de algunos antiguos monumentos auxiliares de la inscripción que se encontraban en la base del acantilado.

Con la caída del Imperio Persa en el año 336 y luego de que la escritura cuneiforme cayera en desuso, la inscripción de Behistún sería olvidada desde el punto de vista de su contenido por lo cual se le atribuiría un origen mítico o fantasioso a esta inscripción.

Esta situación propició que por muchos siglos, se le atribuyese esta inscripción al reino de Cosroes II de Persia en vez de a Darío I.  Esta versión errónea de la historia narraba que esta inscripción habría sido creada por Farhad quien en su momento fue amante de la esposa de Cosroes, llamada Shirin. Esta leyenda cuenta que Farhad exiliado por su transgresión se le encomendaría además la tarea perforar la montaña para encontrar agua. En caso de que tuviese éxito en esta tarea, se le permitiría casar con  Shirin.

Inscripción de Behistún

Luego de muchos años de búsqueda y ya con media montaña perforada, Farhad encontraría finalmente agua pero Cosroes le informaría que Shirin había muerto. Esto hizo que Farhad se volviera loco y se lanzó por el acantilado. Lo triste del relato es que Shirin no habría muerto y todo era un engaño de Cosroes, por su parte, Shirin al enterarse de lo ocurrido con Farhad de acoraría.

Contenido

En lo que respecta al contenido, en la inscripción de Behistún podemos encontrar la proclamación de las hazañas hechas por Darío I de Persia antes de llegar al trono. Las tres versiones de la inscripción cuentan en esencia la misma historia. Para escribirlo en las tres lenguas fue necesario   usar una adaptación de escritura cuneiforme para cada uno de ellos.

En algún momento del año 515 a. C. Darío I ordenó la creación de esta inscripción en la cual se debía describir un largo relato de su ascenso frente al usurpador Gaumata y de las consecuentes guerras en las que este rey persa salió victorioso. Este relato culminaría con el fin de la rebelión y su ascenso al trono de Persia. El lugar para exhibir estas inscripciones sería en un acantilado próximo a la ciudad de Bisistun, exactamente en las colinas de los Montes Zagros de Irán.

Características de la Inscripción de Behistún

La inscripción de Behistún mide aproximadamente unos 15 metros de alto por unos 25 metros  de ancho, se encuentra 100 metros por encima de un acantilado justo a un lado de un antiguo camino que unía las ciudades de Mesopotamia y Media. El acceso a estas escrituras es muy complejo puesto que al finalizar la realización de estas inscripciones, las laderas que permitían su acceso fueron eliminadas para hacer que más nadie tuviese acceso a ellas.

Por su parte, el texto en persa antiguo posee 414 líneas distribuidas en cinco columnas mientras que el texto elamita contiene 593 líneas distribuidas en ocho columnas y el texto en babilonio tiene tan sólo 112 líneas. Estas inscripciones están ilustradas con un bajorrelieve de la vida de Darío, dos sirvientes y diez figuras las cuales tienen cerca  de un metro de altura. Estas figuras representan los diferentes pueblos conquistados por Daría I. Por otro lado, la figura del dios Ahura Mazda el cual es  representado como Faravahar, se encuentra flotando sobre las otras figuras mientras bendice al rey.

Es importante mencionar que hay una figura parece haber sido agregada luego de que las inscripciones estuvieran terminadas, también la barba de Darío I parece que fue agregada después de la finalización de estas. Este hecho se conoce debido a que estas figuras están hechas en un bloque de piedra diferente al que se realizó la escrituras que está unido a esta piedra con pernos de hierro y plomo.

La figura de Darío hecha en bajorrelieve muestra a este personaje con un arco el cual es símbolo de la soberanía, además Darío está pisando el pecho de un personaje el cual da la espalda a Darío mientras este se posiciona frente a él. Se ha logrado identificar que el texto más antiguo de los tres es el que está hecho en elamita, por su parte, el último texto escrito fue el que está hecho en persa antiguo.  Este último es sumamente importante puesto que sería la primera vez que se daría a conocer al rey Darío I en esta lengua.

Es importante mencionar que la Inscripción de Behistún es la única inscripción monumental aqueménida que se conocida desde la instalación del Imperio Persa. Este monumento no sólo es importante por su contenido o la historia detrás de este sino que ha sobrevivido a las diferentes culturas que han subsistido desde la caída del imperio Persa.

¿Qué es la escritura cuneiforme?

Primeramente debemos decir que la escritura cuneiforme es una de las formas de expresión escrita más antiguas de la que se tiene información gracias a los registros arqueológicos. Los documentos más antiguos de este tipo de escritura fueron descubiertos en el año 1997 gracias a un equipo de arqueólogos del Instituto alemán de Arqueología.

Estos documentos son un conjunto de vasijas y tablillas de arcilla en las cuales se puede apreciar escritura jeroglífica que data aproximadamente del año 3.400 a 3.200 a.C Ahora bien, la historia de este tipo de escritura se piensa que data de finales del IV milenio a. C cuando los sumerios comenzaron a escribir su propio idioma por medio de pictogramas los cuales representaban palabras y objetos pero no en realidad conceptos.

Ya hacia el 2600 a. C estos símbolos pictográficos ya se podían diferenciar claramente de los ideogramas originales. Con el fin de este milenio, las sociedades de ese entonces buscaban hacer más fácil y comprensible la lectura ya que se podían apreciar tipos de escrituras diferentes. Debemos destacar que la escritura cuneiforme fue adoptada por otros idiomas como el elamita, el hitita y además inspiraría a los alfabetos del antiguo persa.

En este artículo pudimos conocer sobre la Inscripción de Behistún la cual está ubicada actualmente en Irán y es un monumento en el que se pueden apreciar las proezas del rey persa Darío I antes de hacerse con el reinado.  Si bien es cierto que es un documento importante dentro de la historia Persa, también se convirtió en un escrito trascendental para la humanidad ya que dio a conocer la historia de este rey al mundo y además permitió conocer un poco más del Persa antiguo, el elamita y el babilonio. También te pueden interesar los siguientes artículos:

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Actualizado el 25 junio, 2021