Sílfide

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Sílfide es una criatura mitológica imaginaria cuyos orígenes tienen arraigo dentro de la tradición occidental. Es un término que surge de la obra de Paracelso, quien dentro de sus textos los describía como unos seres invisibles que se paseaban por el aire.

¿Qué es?

La Sílfide es conceptualizada como un espíritu femenino del aire. Argumentados dentro de la tradición hermética europea, estas criaturas están asociadas etimológicamente con los elfos, criaturas fantásticas pero de las que no existen mitos explícitos; los silfos son su contraparte masculina. Tanto el término Sílfide como la de su versión masculina, son usados de una manera general dentro de la obra famosa y original escrita por el médico y alquimista Paracelso. (Ver articulo: Las Banshee)

El escritor describe a estos formidables personajes como unos seres elementales del aire, una especie de espíritus vinculados al aire, uno de los cuatro elementos de la naturaleza. Siguiendo el ejemplo de Paracelso, los alquimistas y otros grupos esotéricos, involucran el tema sobre los Silfos y las Sílfides dentro de las tendencias de la literatura hermética.

Dentro de la obra del alquimista Paracelso, se describe a los silfos también como espíritus elementales del aire, que son nombrados en la obra, mas no se describen ni se dice mucho sobre sus características. En el año 1670, se producen nuevas obras que siguen el legado del alquimista, donde los Sílfide son descritos como espíritus, una multitud de pequeñas gentecitas con aspecto humano, que se pasean por el aire, que en apariencia son un poco feroz pero en realidad son muy dóciles.

En cuanto a los atributos que le colocan les atribuyen que son grandes amantes de las ciencias, y muy sutiles, a la vez solícitos para con los sabios, siendo de igual forma enemigos de los necios y de los ignorantes. Sus mujeres e hijas son descritas portando una belleza algo varonil, similares a las Amazonas.

Dentro de la literatura inglesa, los personajes de las Sílfides aparecen reflejados dentro de la historia “El rizo robado”, obra donde el autor ridiculiza a los escritos alquímicos, desarrollando una nueva teoría sobre el origen de las criaturas de Sílfides, que se concentra en el concepto de que estos seres mitológicos son el producto de la aglomeración de los humores de las mujeres desagradables e insoportables.

Los seres especiales de Sílfides fueron inspiración para el poema de Pope, donde la temática se movía alrededor de las mujeres con un gran resentimiento y vanidad, que llevadas por estos sentimientos se transforman en Sílfides al fallecer debido a que sus almas están muy cargadas con vapores oscuros que le impiden subir al cielo.

Dentro del poema existe un personaje que es la heroína de la historia llamada Belinda, la cual se ve acompañada por un ejército de pequeñas Sílfides, las cuales están dispuestas a defender su belleza aumentando con ello la vanidad de Belinda. En uno de los pasajes del poema, uno de los personajes bautizados como el Barón, le intentó cortar un mechón de cabello a Belinda, lo que hizo que su ejército de Sílfides salieran a su defensa interponiendo sus cuerpos entre los filos de las tijeras, evitando así la acción.

La palabra Sílfide se ha hecho usual al momento de referirse a un tipo de espíritus menores, o también denominado como elementales del aire y, una especie de Hadas, mujeres pequeñas, delgadas, con gracia y de gran belleza. La Sílfide se ve relacionada con las hadas protagonistas de los cuentos medievales, así como con otros espíritus del aire.

La historia de las Sílfides, los silfos y otros seres similares han influenciado grandemente a la literatura fantástica, donde estos míticos personajes aparecen siempre como los protagonistas de esas leyendas. La Sílfide o Sílfides son uno de los personajes ficticios más conmovedores que se han concebido dentro de los mitos y las leyendas, cuyo origen está potentemente relacionado con las tradiciones místicas y filosóficas herméticas ocurridas durante la época del renacimiento.

Características

Dentro de las características más significativas de estos seres fabulosos están que las Sílfides son un tipo de criatura semihumanas, voladoras, que mantienen un aspecto delicado y con mucho encanto. En apariencia, las Sílfides son iguales a unos elfos o también a una figura humana, muy hermosa con rasgos suaves y de un tamaño pequeño. Físicamente, portan unas alas tipo de libélula, transparentes o a veces con manchas iridiscentes. (Ver articulo: Los 5 elementos)

Sus cabellos son largos y del color típico de las humanas, aunque pueden ser muy vistosos y llamativos como el azul, verde e incluso violeta o morado. Tienden a ser neutrales y gozan de un carácter muy amigable. Se dice que tienen el secreto de la eterna juventud, pues mantienen un aspecto juvenil durante toda su existencia. Dominan un lenguaje muy particular, el musical, el cual es propio de este tipo de seres mágicos al igual que sus parientes los duendes, las dríadas y las ninfas.

El hogar de las Sílfides está en las alturas, por lo que se dice pueden vivir en las montañas o también en lo alto de las copas de los árboles. Por ser unos seres del aire es raro ver alguna de ellas sobre tierra firme, habitan en nidos los cuales construyen de forma individual en las pendientes de las montañas o también en los árboles. Entre sus cualidades está que tienen la capacidad de levitar innatamente aspecto que está enmarcado dentro de la magia, y gracias a su agilidad para emprender el vuelo, es algo que la distingue de otros seres.

Tienen el poder de volar y moverse libremente, ya que sus alas le ayudan a agarrar el impulso necesario. Sólo un hechizo que se lance en su contra anulará su magia y les impedirá volar. Otra de las habilidades mágicas con las que cuentan las Sílfides es la potestad de poder hacerse visible o invisible si así lo desean y el poder de invocar los elementos del aire. Pueden llegar a relacionarse de forma sentimental con seres humanos o elfos y hasta llegar a tener con ellos descendencia.

La forma de reproducirse radica en que la Sílfide coloca un único huevo perlino e invoca a un elemento del aire para que le brinde protección y calor hasta finalizar el proceso de su eclosión. Las Sílfides pequeñas tienen el aspecto de una niña humana, pero con dos alitas, cosa que no les impide alcanzar el ágil vuelo. Se vuelven adultas a partir de los 10 años de edad.

En resumen, la Sílfide es un espíritu vinculado con el aire, tomando en cuenta que éste era uno de los cuatro elementos de mayor importancia junto a la tierra, el agua y el fuego. Las Sílfides son entidades femeninas, portadoras de una gran belleza, delgadas de silueta esbelta y con bellos rizos dorados, con alas de libélula y una hermosa gama cromática. Eran consideradas como tenues por ser entidades relacionadas con el aire. Se dice que aunque las Sílfides eran muy amigables, también disfrutaban de una vida solitaria en las copas de los árboles o en las cimas de las montañas que habitaban.

La Sílfide dentro de la hermética

Para realizar este análisis debemos comenzar primero por definir qué es el hermetismo, basándonos en que es una corriente a través de la cual se difunden criterios conceptuales de tipo religioso y filosófico por medio de lo que se conoce como los tratados de Hermes Trismegisto. Estas teorías se enriquecieron con las teorías sobre lo oculto y la magia, que fueron tomados como grandes aportes a esta corriente. Dentro del pensamiento hermético se contempla la existencia de un sólo aspecto dogmático existente entre todas las religiones conocidas, incluyendo el pre y post cristianismo.

Se dice que luego de un tiempo se fueron anexando nuevos pensamientos platónicos a estas corrientes ya existentes, por lo que el pensamiento hermético viene a retomar las tradiciones helénicas. Personajes como las Sílfides, los elfos, los gnomos y muchos otros personajes fantásticos fueron temas de interés para quien es considerado como el máximo representante de la alquimia, Paracelso.

Este hecho hace que los aspectos relativos al esoterismo, la magia y el ocultismo, fueran tomadas las presunciones de Hermes para luego asentar sus propias reflexiones científicas sobre el mundo, tomando en cuenta también que la teoría de la alquimia no tiene una base científica del origen de muchas ciencias.

En el caso de Paracelso, éste manejaba una visión más esotérica del mundo, la cual representaba una importante dimensión, haciendo ver con claridad cómo se podían vincular a un cultor de la filosofía hermética, dos personajes fantásticos como lo son la Sílfide y el de la obra de Shelley.

El alquimista hermético Paracelso sólo se limitó a nombrar a las Sílfides, mas nunca las describió en ninguno de sus tratados, caso contrario que le ocurrió a muchos cultores dedicados al esoterismo y el ocultismo quienes sí se interesaron por aportar datos al personaje brindándoles un cuerpo, dándoles personalidad y rasgos que aún perduran en el tiempo hasta nuestros días.

Surge un elemento interesante al producirse el abordaje de las Sílfides, y es que ningún autor daba a conocer las contradicciones de las acciones ejecutadas por estos fantásticos personajes, teniendo como resultado que la mayoría de los seguidores del esoterismo le dieran como características a las Sílfides ser un tipo de entes neutrales ya que no se posicionan ni ante el bien, ni ante el mal.

Con esta característica, se da una similitud con respecto a los cultores de la hermética, lo que origina que sea una delgada línea lo que separa lo correcto de lo incorrecto. La magia que se presentaba dentro de la Sílfide radicaba en su sola presencia y la literatura esotérica de la época renacentista ampliando la descripción de estos míticos personajes, realizó un esfuerzo artístico. Se dice que su voz musical era única, la cual era su medio para comunicarse con los demás.

Aspectos relevantes

El escritor Paracelso fue un médico y alquimista alemán que existió en los tiempos del siglo XVI. Este investigador creía en el poder de los cuatro elementos naturales como el aire, la tierra, el agua y el fuego, factores que eran los que producían espontáneamente una especie de espíritus de la naturaleza que se relacionaban con ellos. Es así entonces como a cada criatura espiritual las fue clasificando, en el caso de las asociadas con el aire los denominó Silfos y Sílfides, mientras que los relacionados con el elemento fuego, los llamó salamandras, los que estaban vinculados al agua fueron las ondinas y a los que optaron por la tierra, le correspondieron los enanos o gnomos.

Dentro de todos los conceptos desde donde se pudo haber derivado la palabra Sílfide, se tiene como una teoría que es un acrónimo derivado de los nombres en latín sylvestris y nympha, argumento que radica en los escritos de Paracelso donde en varias ocasiones utiliza el nombre de sylph al momento de hacer referencia a las ninfas que habitaban los bosques. Otros escritores sostienen la teoría que proviene de la palabra griega antigua silphē, que significa “polilla”. (Ver articulo: Shikigami)

Otro de los aspectos a tomar en consideración es que la descripción hecha por Paracelso dentro de su obra sobre Las Sílfides, no se parece en nada a la idea que se tiene sobre ellas en la actualidad, esto puede deberse a la influencia que tuvo la literatura posterior dentro de la transformación del mito. Para el alquimista, los silfos y sílfides eran unas criaturas muy semejantes en cuanto a anatomía se refiere con los seres humanos aunque más gruesas, altas y fuertes.

Las similitudes con los humanos continuaban en cuanto tenía la creencia de que se movían por el aire, se quemaban con el fuego, se ahogaban con el agua y quedaban atorados cuando pisaban tierra. Tanto los silfos como las sílfides son seres únicos pues no tienen equivalentes ni en la mitología griega ni en la romana como suele suceder en el caso de otros seres mitológicos. Quienes más podrían acercarse a sus características serían las ninfas, más sin embargo, no existen mitos de la antigüedad que reporten la existencia de ninfas aéreas, sólo las que habitaban en las aguas, los bosques, las montañas y también en los árboles.

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Se dice que en Europa, durante los tiempos de la Edad Media, se tenía la creencia sobre una especie de ser mágico que era muy parecido a los silfos y sílfides. Estos eran descritos como espíritus gigantes que también transitaban por el aire, paseándose sobre las nubes, y que en su anatomía llevaban unas enormes alas de color rojas como fuego, a quien le atribuían el tono rojizo o anaranjado con que a veces se pinta el cielo.

En diversas zonas pertenecientes al viejo continente, se mantenía la creencia de que si varios silfos y sílfides se agrupaban para batir fuertemente sus alas, podían llegar a producir con ello grandes remolinos y huracanes. Dentro de las sílfides más famosas de la historia está registrado el nombre de Ariel, un espíritu del aire que protagonizó la obra de Shakespeare titulada “La tempestad”, donde esta formidable criatura es salvada por un personaje de nombre Próspero y la cual en agradecimiento le sirve luego como esclava hasta que al final consigue la libertad.

Durante muchos siglos, la literatura ha conceptualizado el término silfo o sílfide como las hadas del aire, seres traslúcidos, altos, esbeltos y muy hermosos. También les ha atribuido propiedades de espíritus protectores de los humanos que por sus múltiples características, inspiran las historias de muchos artistas de diversos campos. Estos seres tienen como principal función esculpir las nubes, dándoles formas.

Basados en su mito, estas criaturas son invisibles, pero sólo con desearlo, pueden mostrarse llevando forma humana para poder así relacionarse con hombres y mujeres reales. Pero para poder hacer esto, sus posibles parejas deben cumplir con ciertos requisitos ya que no pueden ser blasfemos y por el contrario deben ser sumamente educados.

Sílfides: las hadas de los aires

De los cuatro elementos que tiene la naturaleza, el aire es considerado entre los más importantes, ya que es el elemento de la inteligencia, vinculado de forma directa con la mente, es el que encarna la primavera y también el alba, lugar donde habitan las Sílfides, que a veces se presentan transformadas en hermosas mariposas. Como dueñas del aire, las Sílfides tienen el poder de controlar los vientos, poder que les ha ganado el reconocimiento como las hadas del aire, las hadas más conocidas dentro del reino mágico, y cuyas leyendas están centradas en dicho elemento natural.

Estas hermosas y misteriosas criaturas viven en los bosques, en los arroyos, en las cuevas e incluso pueden vivir dentro de un tronco hueco de un viejo árbol o en la copa del mismo. Cuenta la leyenda que estos hermosos seres jamás envejecen, aunque tiene un promedio de vida de unos mil años, pero no mueren, simplemente desaparecen. Poseen una belleza sin igual y su porte es parecido al de las doncellas humanas.

Estas hadas del aire están clasificadas en dos tipos, las primeras se denominan con el nombre de Fylgiar, las cuales son hadas que entran dentro de la especie de espíritu aéreo, que son invisibles al ojo humano y sólo se dejan ver por las personas que se encuentran bajo su protección, ya que lo considera como parte de su propia familia. Este tipo de hadas se encuentra dentro de la mitología nórdica, y se dice que tienen como función señalar el camino del Valhalla, donde se reunirá con el alma de su protegido, hasta sentirse restablecida y conforme ante nuevos panoramas.

Según algunos escritores indican que provienen de Islandia, donde mantienen la creencia de que cuando se escuche un graznido y un niño islandés nazca en ese momento, será especial, teniendo a lo largo de su vida la compañía de las Hadas, específicamente a las Fylgiar. Dentro de sus características están que están cargados con buenos propósitos, más tienen el poder de revelarle a su protegido el tipo de muerte que tendrán, reflejado esto dentro del aspecto que tome el Fylgiar, pues se dice que si aparece maltratado o herido, esto significa que la muerte será dolorosa o trágica, en cambio si el Fylgiar luce hermoso y radiante, la muerte será apacible, pacifica, sin dolor o pena.

La otra clasificación de las hadas del aire son las Sílfides o los Silfos en masculino, quienes están descritos como los espíritus que comparten dos de los elementos, ya que puede habitar tanto en el aire como en el agua. Dentro de este tipo de hada encontramos a los llamados Wallotes, que se usa para definir al género masculino y con el nombre de Arienes se hace referencia al género femenino. Este tipo de seres son totalmente tenues, por lo que su composición es de aire y luz.

Algunos aseguran que tienen origen dentro de la mitología griega, aunque no está definido aún. Fue el escritor Alexander Pope quien menciona a estos fantásticos seres por primera vez para hacerlos parte de las tradiciones populares en Occidente con su obra “El robo del bucle”. Comparaba a la sílfide con las mujeres malhumoradas, llenas de rencores y vanidades cuyos espíritus aún están cargados con malos deseos y por ello al morir no pueden subir al cielo y quedan vagando por los aires.

Existe un grupo de ballet muy famoso que lleva el nombre de La Sílfide, donde las integrantes pueden compararse y verse identificadas con las hadas que describen las leyendas medievales del país de éstas, parte del grupo de los espíritus del aire, siendo el término sílfide utilizado para aludir a la presencia de una muchacha esbelta.

Se ha llegado a emplear el término Sílfide para definir con ello a la clase de espíritus menores, espíritus elementales o también llamadas hadas del aire. También con ella se define a las mujeres flacas, agraciadas y con mucha hermosura. Han sido objeto de gran interés para los autores de textos de fantasía quienes en sus obras plasman a las sílfides como seres gigantescos que se trasladan por los aires montados en una nube y los cuales al mover agitadamente sus alas en grupos pueden llegar a formar remolinos y huracanes.

Los Silfos y las Sílfides

Los Silfos son los hermanos de las hadas, seres muy cercanos a ellos, tanto que para el caso de algunos escritores los conciben como la versión masculina de las hadas. Estas criaturas están acostumbradas a vivir en lugares alejados y hasta abandonados, como los grandes y profundos bosques y montañas muy altas. Los Silfos y las Sílfides pertenecen a la misma familia, siendo los Silfos los masculinos y las Sílfides las femeninas. Dentro de sus funciones están la de ser los encargados de mantener el aire bien cuidado y limpio.

Entre otros de sus tributos está el regir la orientación de los remolinos, de la fuerza de los huracanes y otros movimientos del aire, creando así el equilibrio que necesita el planeta para su buen funcionamiento. Son seres de carácter muy bueno, pero a su vez se dice que pueden ofender fácilmente. Su manera de manifestarse enojados, es cuando producen los grandes torbellinos o huracanes.

Se caracterizan también por ser de ánimo muy cambiantes, por lo que prefieren vivir solos. Físicamente tienen facciones infantiles y algunos poseen orejas puntiagudas. Viven en el campo y les gustan los objetos costosos que a veces extraen de manera ilegal de otros lugares. Los Silfos y Sílfides, son los encargados de darle forma a las nubes y de producir las lluvias. Las Sílfides se caracterizan por ser muy bellas. Manifiestan su presencia de distintas maneras, pueden presentarse como mariposas, o también como pequeñas lucecitas dentro de la oscuridad.

Las Sílfides sirven como musas inspiradoras para los artistas que trabajan con la imaginación, sintiéndose muy satisfechas cuando lo consiguen. Pueden ser muy buenas mientras no las ofendan. Por su carácter especial, estos seres tienen la potestad de tener un mayor contacto con los ángeles así como los elementos de la naturaleza.

Se tiene la creencia de que los silfos son criaturas muy sabias y puras, atributos que les son aportados como seres elementales, incluyendo a las hadas. Tienen muy buena memoria ya que pueden recordar los sucesos a partir del momento de la creación. De este hecho parte la teoría de que los silfos pueden vivir muchos años, se presume que desde mil a diez mil años. Se diferencia de los elfos que no hablan ninguna lengua y sólo se valen de su pensamiento aunque muchos dicen que se comunican a través de la música.

Se dice que son incapaces de tener algún tipo de sentimiento, ni bueno ni malo como miedo, alegría o tristeza. Por ser unos seres elementales de aire, los Silfos se pueden clasificar en cuatro tipos cuyas bases se van a derivar de los cuatro vientos; primero tenemos a los silfos de los vientos del norte, cuando provienen de zonas cálidas; los silfos del sur que son fríos ya que su procedencia es de la Antártida; y los silfos de este y los del oeste, cuyo origen es el de ambas zonas del viento.

En el caso de la Sílfide, el origen de su procedencia tiene un argumento en el termino latín sylphs que se presenta como una mezcla del vocablo silvestris, y que a su vez significa bosque. Le sigue el término de nympha, que es ninfas, queriendo significar a las ninfas silvestres. Dentro de otras versiones se encuentran los registros sobre el término sylph, cuyo origen parte de la cultura celta y tiene como significado “genio”. En todo caso y resumiendo, las sílfides son un espíritu femenino que está estrechamente vinculada con las hadas, representadas como mujeres jóvenes, delgadas y llenas de gracia.

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Actualizado el 18 octubre, 2018