El Orisha Ori representa una deidad de la mitología Yoruba, considerado un Orisha que rige todo lo referentes a los dioses santeros, así como los destinos de los humanos. Está relacionado con la espiritualidad de cada ser humano, y está incorporado en su espiritualidad, como una especie de Orisha personal, y está ligado a cada individuo desde su nacimiento.
Características.
Por considerarse un ente inmaterial, su espiritualidad viene dada por la integración dentro de cada individuo, por lo que ningún otro Orisha lo puede alterar o modificar. Los ori son considerados fuerzas espirituales que perduran en la persona, existen unos que son tan fuertes que nada llega a dañarlos; con la fuerza de un Orisha Ori es como se puede combatir a los Eniyan o brujos astrales.
Algunos investigadores declaran que Ori es la deidad universal de la casa, puede ser adorado por ambos sexos, los cuales deben unir sus energías para declararse devotos de nacimiento al realizar la iniciación.
Los preceptos que agrupan la conformación de un Ori son Ara (cuerpo), Ori (alma) y Emi (espíritu) Emí (espíritu), se representan a través de caracoles en un numero de 47, otros alegan que el número de caracoles es de 41, los mismos deben guardarse en un cofre al que le otorgan el nombre de Ile.
Ofrendas a Ori.
Se realiza la ceremonia en función de la devoción, se ha observado de individuos que han agrupado hasta 12.000 caracoles en los cofres distribuidos en varios grupos, el recipiente debe cubrirse con un manto de color blanco, y adornado con ribetes y cintas de color del Orisha asignado en la iniciación, el mismo debe estar cosido con caracoles a razón de 9 en la parte central y de 16 en la parte superior.
Cada caracol representa la casa Orún que es por donde transita el Emí, al abandonar el hogar del propietario, los 16 caracoles superiores son de la propiedad de Ori, el resto ubicado en la parte inferior pertenecen a Ododuduwa, Ori representa la creación del ser humano su dueño es obbatalá.
En sus ceremonias se les sacrifican los siguientes animales un carnero, una chiva blanca, dos gallinas blancas, 16 codornices y una gallina de nueva guinea blanca, muy similar a las ofrendas de Orula.
Patakí de Ori
Se dice que tenía un negocio donde sus ventas eran muy buenas, pero como estaba sola no se podía dar abasto con tanto ajetreo, un día Shangó paso por el negocio y compro unos cocos, Ori le solicitó ayudarla y Shango no le prestó atención y se fue.
Días después pasó también Orula y ella le pidió ayuda, sin negarse le dijo que tenía que hacer una ceremonia con 16 viandas, 16 cocos y 16 pesos durante 16 días, pasado el tiempo Ori cumplió con lo asignado, con el paso de los días comenzaron a salirle el tronco y las extremidades. Posteriormente al cumplirse la fecha dicha por Orula se terminó de completar el cuerpo, a partir de ese momento Ori consideró a Orula como su padre, luego se observó que cada miembro de su cuerpo andaba por su cuenta, a lo que Ori decidió ir a casa de Orula para que le resolviera el problema.
Orula le solicitó que sacrificara un carnero y lo colocara en el medio de la plaza, al colocarlo se acercó el tronco y le dijo: “Ori te estaba buscando porque deseo vivir contigo”, seguidamente aparecieron las extremidades y le suplicaron que también querían vivir con ella, y así apareció el resto del cuerpo solicitando la unión.
Importancia de Ori en la mitología Yoruba.
Ya que está íntimamente ligado al destino personal de cada individuo, las personas devotas deben entender que la fe y la confianza son las que determinarán la proyección espiritual en el desarrollo de su vida, consiste en aceptar los designios, sean cual fuere, ya que está supeditado a los designios de la creación, esto no es otra cosa que entender que nuestra vida ya está planificada antes de nacer.
Relación de Ori con otros Orishas.
Una de las leyendas dice lo siguiente: “Un día Olodumare quería decidir quién de los Orishas sería el que pudiera llevar los designios del hombre, así que los convocó a cada uno para escuchar sus debilidades y fortalezas, de allí saldría su decisión”.
Olodumare comienza preguntando a Oggum: “estando con tus hijos y estallara una guerra, ¿Qué harás tú?”, respondió Olodumare: Ogum si tu estarías con alguno de tus hijos, y por casualidad estalla una guerra, qué harías?, responde Oggum: “Dejaría a mi hijo en lugar seguro e iría a luchar con los malvados”.
Olodumare preguntó a Shangó: “¿Qué harías si estuvieras con tu hijo y tuvieras mucha gula en medio de una tempestad?”, respondió Shangó: “Llevaría a mi hijo a un lugar seguro de la tempestad y luego saciaría mi gula”.
Seguidamente le preguntó al resto de los Orishas, los cuales iban respondiendo según la sabiduría de cada uno, hasta que le llegó el turno a Ori, este sabiamente le respondió: “sería un hombre muy infeliz, tendría que ser parte de mi hijo, ya que con el tendré que estar compartiendo toda mi alma espiritual al lado de él, hasta que llegue iku (Muerte), porque si algún día su cabeza es cortada tendré yo que asumir la misión de Ikú”.
Actualizado el 2 julio, 2018
