Pecado original: qué es, efectos, visto desde la biblia y más

Los pecados son aquellas acciones, pensamientos o sentimientos que se opongan a las normas o mandamientos de Dios. Todos los seres humanos nacemos con un pecado, llamado el pecado original, el que después de varios acontecimientos se volvió parte de nuestra naturaleza. De la misma forma, nos lleva a ser conocidos como aquellos que son pecadores de nacimiento.

¿Qué es el pecado original?

El pecado original es aquel con el que nacemos y que tuvo origen en el momento de la creación del mundo, gracias a las acciones de Adán y Eva cuando tomaron la decisión de desobedecer a Dios comiendo de la manzana que se encontraba en el árbol prohibido. Dicho de otra forma, es la consecuencia de la rebeldía y el desobedecimiento que ocasionó que el resto de la humanidad se encontrara cautiva por ende esta estaría condenada a no vivir en santidad.

Asimismo, es visto como el origen de todos los demás pecados que tientan a las personas a cometerlos día a día de forma cotidiana y común alrededor de todo el mundo. Es entonces un pecado que se adquiere y que no necesita ser cometido en acciones.

En la Biblia

Según la Biblia, el pecado original se creó cuando los primeros habitantes humanos del mundo quisieron desafiar las órdenes de Dios con respecto a los árboles del paraíso, específicamente con el que relacionaba con el bien y el mal; en éste habitaba una serpiente malvada que representaba al demonio.

La biblia consta de dos segmentos, el Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento. De este tema se habla en el Antiguo Testamento, dentro del Génesis, en donde se habla de la creación y todo lo que pasó en estos momentos en donde los seres humanos vivían libremente en el paraíso. Sin embargo, se hace referencia a esta situación en otras secciones como Timoteo, Romanos y otros. En conclusión, dentro de este importante texto se dice que Dios creó a las personas para ser moralmente correctas pero que hemos sido nosotros quienes hemos escogido el mal y no sólo por los actos de los primeros que existieron sino porque a lo largo del tiempo se ha demostrado rebelión y desobediencia, de la cual Dios no tiene responsabilidad ni culpa.

Conoce los versículos

  • Génesis 3:1-5: en éste se habla sobre la astucia de la serpiente sobre cualquier animal que habitaba en el paraíso y como gracias a esta virtud pudo manipular la mente de de Eva, la primera mujer. Para ello, la tentó a comer del árbol prohibido haciéndola creer que sería igual a Dios.
  • Génesis 3:6: se expresa la forma en la que Eva creyó que realmente hacía bien comiendo del árbol del bien y el mal. En base a su creencia, le dio de comer a su esposo y acompañante Adán, quien al confiar en ella también probó la fruta en búsqueda de la sabiduría plena que sólo Dios posee.
  • Timoteo 2:14: habla acerca de que Adán no fue engañado jamás sino que cuando Eva cayó en el vil engaño del demonio, ella lo incitó a él a cometer la misma desobediencia.
  • Génesis 3:8: en esta parte se revela como Adán y Eva se delataron ante Dios por sentir pena y vergüenza por la desnudez que era propia de ellos y que antes era vista con total normalidad.
  • Génesis 3:14-19: manifiesta el momento en el que Dios terminó de darse cuenta de la situación que estaba ocurriendo en el Jardín del Edén y como castigo maldijo a la serpiente entre todos los demás animales y expulsó a los seres humanos del paraíso para que vivieran en otro lugar como seres pecadores.

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Sus efectos

En sí tiene muchos efectos y muchas consecuencias. Entre ellos está:

  • Hizo que los siguientes humanos en vez de tener una tendencia que corresponda al bien y a la buena voluntad como ellos, tuvieran atracción por la maldad y por el pecado.
  • Ocasionó que ningún otro humano fuera digno de vivir en el paraíso o sus cercanías.
  • Atrajo la mortalidad a toda la humanidad, es decir, hizo que cada uno de los que existieran vivieran y luego murieran.
  • También ocasionó el sufrimiento, la ignorancia y la debilidad humana.
  • Tuvo que ver con lo sucedido con la rebelión y la caída de los ángeles desde el paraíso hacia el infierno.
  • Le permitió al Diablo tener cierta influencia y tentación sobre nosotros.
  • A su vez produjo desconfianza de Dios hacia nosotros, haciendo que coloque pruebas para nosotros de forma frecuente.
  • Nos convirtió en pecadores de nacimiento y por naturaleza.
  • Nos dio la oportunidad de ocasionarle daño físico y sentimental a los que nos rodean.
  • Ocasionó que nos condenaran después de la muerte dependiendo de lo que hayamos hecho en vida.

El pecado original y el bautismo

El bautismo es una forma simbólica que permite identificarse espiritualmente con la historia de vida y muerte de Jesús. Este es un rito que mediante el agua admite e invoca a la Santísima Trinidad, conocida como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Asimismo, es el que permite que seamos reconocidos como hijos de Dios, ya que, simboliza la muerte de nuestra vida anterior y con ella nuestros pecados anteriores.

Con respecto al tema del pecado original, el bautismo es bastante significativo, debido a que es el primer Sacramento que tenemos presente dentro de nuestras vidas y este nos posibilita tener nuevamente la gracia que perdimos al momento en el que Adán y Eva pecaron. No obstante, el pecado no es 100% borrado ni perdonado pero sí otorga santidad y paz.

Por otra parte, muchas personas establecen que el pecado original sólo puede ser perdonado con la sangre de Jesús el hijo de Dios y de la Virgen María y que el bautismo puede otorgar:

  1. La vida santificante que Dios pone en nosotros y que se pierde con el pecado original.
  2. Nos permite ser más que seres creados por Dios, nos lleva a ser sus hijos.
  3. Otorga el derecho a la Vida Eterna en el cielo después de la muerte, en vista de que al ser hijos de Dios nuestra herencia es la vida en el cielo. Sin embargo, para poder conservar dicho derecho no basta con el bautismo, también es necesario demostrar en vida que somos verdaderos hijos de Dios, llenos de fe y buena voluntad.
  4. El bautismo concede la capacidad de creer en algo que no podemos ver, esta capacidad es conocida como la fe. Ya que, no nacemos con la fe se nos agracia con ella en ceremonias como el bautismo y de la misma forma la fe es la causa de la esperanza que se tiene por conseguir la vida eterna. Dadas estas circunstancias, nace el deseo de servir, amar y complacer a Dios siguiendo sus normas. Ofreciendo así la fe, la esperanza y la caridad.
  5. Nos hacer formar parte de la iglesia. El templo de Dios, el creador y Jesús, el salvador.

¿Cómo contárselo a los niños?

Dios creó primero al hombre y lo llamó Adán, pero al notar que se encontraba solo, creó a un hermosa mujer para que fuera su compañía y la llamó Eva. Cuando Dios creó a Adán y a Eva los colocó en un lugar maravilloso, en el que debían vivir, ese lugar era llamado el paraíso o el Edén. Llevaban una vida maravillosa, pues, eran felices y no sufrían de ningún mal, podían haber vivido allí para siempre y tener hijos para poder tener una gran familia. Sin embargo, Dios quería que el amor que le tenían lo demostraran con obediencia y les colocó una prueba, diciéndoles:

– Podrán comer de todos los árboles del paraíso, menos de uno, el árbol del bien y el mal. En caso de coman algún fruto de él morirán.

Adán y Eva escucharon con atención pero ellos debían aprender una lección porque no bastaba con solo decir que obedecerían, ellos tenían el deber de hacerlo para poder demostrarlo. Pero en ellos estaba la decisión de amarlo o no y de obedecerlo o no.

Un día común y corriente, el demonio decidió hacerlos pecar y convertirse en una serpiente para poder manipular a Eva. Cuando la vio acercarse le dijo:

–  Come del fruto de este árbol y podrás ser igual que Dios. Aquello que te dijo sobre la muerte es una mentira.

Eva dudó en aquello que decía la serpiente, pero terminó haciéndole caso al demonio y es por eso que tomó la fruta y la comió. Después de darse cuenta de que no había muerto le dio de comer a Adán y éste aceptó comer de la fruta prohibida. En este preciso momento, ambos demostraron que realmente no amaban a Dios y que tampoco estaban agradecidos con la oportunidad que les había dado al vivir en aquel hermoso paraíso. También le demostraron que tenían mucha soberbia y que deseaban ser como él.

No pasó mucho tiempo cuando Dios se dio cuenta de lo que habían hecho. Les dijo que habían sido los primeros pecadores y que habían cometido el peor de los pecados, el más grave. Por esto lo llamó el pecado original. Dios muy triste y decepcionado los expulsó del paraíso, porque habían perdido su amistad por completo, un ángel los llevó y Dios cerró las puertas del cielo.

Pero no sólo los expulsó sino que también los castigó, quitándoles todos los regalos y dones que les había concedido, como el con de la gracia y sometiéndolos al sufrimiento, al dolor, a las enfermedades, a las pasiones y a la muerte.

Por la desobediencia de Adán y de Eva todos los hombres y mujeres nacemos con el pecado original, esto con el motivo de que descendemos de ellos. Al igual que lo estuvieron ellos, estamos condenados al sufrimiento, a la muerte y al resto de los pecados, igualmente nacemos sin el maravilloso don de la gracia. Después de esta situación, las únicas personas que han nacido sin heredar el pecado original, son la madre de Jesús, la Virgen María porque su destino era ser la madre del hijo de Dios; y Jesús porque era nuestro salvador, el hijo de Dios.

Pero cuando fue creada la iglesia, nació una forma de que este pecado no estuviera con nosotros y que nuestra gracia volviera, esto es llamado bautismo. A pesar, de que Dios estuvo molesto por mucho tiempo con los seres humanos, nos compadeció y nos envió a un redentor y salvador que fue su hijo Jesús. Tenía el plan de salvarnos del pecado original y de todos los demás, incluyendo las consecuencias de estos.

Los siete pecados capitales

Los pecados capitales son aquellos de los cuales derivan todos los demás pecados, a su vez, son vistos como los vicios en los que el hombre puede caer mediante la tentación. Es entonces como se clasifican como los pecados más graves del mundo, aquellos que no pueden ser perdonados. Estos pecados están directamente relacionados con los ángeles caídos que estuvieron presentes en la rebelión del cielo, en la cual algunos ángeles se alzaron con el objetivo de vencer a Dios.

El establecimiento de estos vicios como pecados capitales fue un poco largo. Al principio, un monje llamado Evagrio Póntico, mejor conocido como, El solitario escribió una lista de vicios que resultaban letales, especialmente para aquellos que eran iguales a el. Esta lista incluía dos secciones:

La primera de estas incluía:

  • La ebriedad y la gula.
  • La avaricia.
  • La lujuria.
  • La vanagloria.

Estos cuatro fueron se relacionan con el deseo de posesión y de goce.

La segunda sección son otros cuatro que se vinculan con las carencias personales de cada individuo que cae en ellos. Estos son:

  • La ira
  • La pereza
  • El orgullo
  • La tristeza

Tiempo después, en el siglo V Juan Casiano los unió todos y los categorizó como los ocho vicios principales que continuaron con la idea de El Solitario. Sin embargo, un siglo después, es decir, en el siglo VI, el papa San Gregorio Magno revisó el trabajo de las dos personas anteriores y determinó que la lista debía tener otro orden uno donde la gravedad del pecado tuviera prioridad. y la lista quedó de la siguiente forma:

  1. Lujuria
  2. Pereza
  3. Gula
  4. Ira
  5. Envidia
  6. Avaricia
  7. Soberbia

A pesar de esto, no fue la última modificación ni la lista definitiva, ya que, Santo Tomás de Aquino, un teólogo y filósofo católico, le dio un giro al orden en el siglo XII. Sin importar que este sea un tema meramente religioso, Dante Alighieri le dio una interpretación dentro de su reconocida literatura, específicamente en el libro llamado La Divina Comedia.

Lujuria

Es aquel pecado capital que se relaciona con el ángel caído y demonio Asmodeo. Este consiste en un abundante y exagerado deseo sexual, de igual forma ésta se relaciona con los deseos impuros, la pornografía, el adulterio, la fornicación, la prostitución, el homosexualismo, el incesto, las orgías, la pedofilia, el sadismo, la necrofilia, el fetichismo, el exhibicionismo y la masturbación. Estas acciones se vuelven incontrolables y enfermizas.

Cuando este pecado se vuelve tan recurrente y necesario para la persona muchas veces se cometen actos de violación que son incitados por la manera de desear incontrolablemente. Este acto es visto de forma diferente por las religiones, ya que, unas le dan más importancia que otras. En vista de lo anterior, se considera que es un deseo y posesión que deja a Dios de segundo lugar.

Este pecado comienza en el momento en el que se pierde el control de las situaciones relacionadas a la sexualidad y las relaciones sexuales, debido a que, el autocontrol, el respeto y moderación se pierden totalmente. La forma de combatir esto es con la castidad y la regulación de los placeres mediante la abstinencia sexual.

Gula

Al igual que el anterior, está ligado a un ángel caído, especialmente a Belcebú. Este fue uno de las ángeles que formó parte de la legión en contra de Dios, es considerado el segundo más fuerte del infierno y es por ello que se le otorga un pecado capital.

La gula se define como el consumo abrupto y excesivo de comida sin tener hambre, dicho de otra forma la ingesta de comida en grandes cantidades sin necesidad alguna y de manera inconsciente. Del mismo modo, ocurre con la bebida, ocasionando así que se abuse de las sustancias alcohólicas que pueden causar comportamientos inadecuados que inducen a otros pecados graves. Siendo así, un pecado bastante grave.

Este pecado se evita con la virtud de la templanza, conocida como la moderación y equilibrio entre es uso y consumo de los bienes, permitiendo que exista un dominio de los instintos.

Avaricia

Se une directamente a Mammon, un demonio bastante malicioso que forma parte de los Siete Demonios del Infierno e induce a la avaricia, un pecado que al igual que los anteriores se basa en el exceso y la exageración pero en este caso se vincula con el deseo de aumentar la adquisición las riquezas propias y particulares. Algunos religiosos suponen que este es un pecado que te aleja mucho de Dios porque se prefiere lo temporal y no lo eterno.

Pero no sólo incluye a la ambición de dinero, sino que lleva a las personas a ser desleales, traicioneros, ladrones, estafadores, manipuladores, mentirosos y violentos. Así es como se conduce al egoísmo y a ser engreídos con los que están a nuestro alrededor. Para no tener presente este pecado tan común hoy en día es necesaria mucha generosidad para poder ayudar a los demás sin necesidad de tener una remuneración.

Pereza

La pereza está ligada a Belfegor y está definida como la negación a hacer los deberes o a hacer algo productivo en nuestras vidas. Dicho de otra forma, es la falta de ánimo para levantarnos a trabajar o estudiar, esta situación crea ocio. Cabe destacar, que se ve como un pecado capital bastante unido a la metafísica porque es aquel que nos separa de nuestras obligaciones espirituales y aspiraciones personales, ya que, nos nubla la visión y hace que sólo se vea el lado negativo de los obstáculos y/o dificultades que se presentan en nuestros objetivos. A su vez, no nos permite expresar y poner en marcha el don que Dios nos permite desarrollar para conseguir la salvación mediante aplicaciones cristianas y divinas de los deberes.

Si la pereza se encuentra presente lo más es común es que haya tristeza y desánimo que nos genere disgusto por las buenas acciones de fe y es en este momento en el que se convierte en un pecado capital, debido a que se opone totalmente al amor de Dios y al respeto que le debemos por ser el creador y padre del universo.

Entonces, cada vez que nos invade la tristeza y el desánimo con las obligaciones estamos recurriendo en este pecado capital porque estos sentimientos son considerados de propia voluntad, Es por ello que si nos negamos al perdón, a la castidad y al control del sexo, y a la caridad, estamos rechazando la necesidad indispensable que tenemos de la salud eterna, la divinidad y de la ayuda amorosa de Dios

Dadas estas circunstancias, debemos tener y trabajar la virtud de la diligencia pero únicamente se puede hacer poniéndola en práctica al cumplir nuestras metas, compromisos y objetivos y teniendo la fuerza de voluntad suficiente para mantenernos activos y no dejarlos de lado por sentir pereza.

Ira

La ira es uno de los pecados más comunes en las sociedades hostiles y se relaciona con un sentimiento incontrolable de molestia que usualmente está acompañada por el odio. Se representa con el demonio Amon, el cual induce a tener sentimientos de impaciencia, intolerancia e irrespeto hacia los demás y hacia uno mismo. También está presente dentro de este pecado capital el racismo, odio y discriminación hacia otras personas que son diferentes en raza o en su forma de pensar. Muchas veces el odio producido puede ocasionar que se cometan homicidios y/o genocidios en sinónimo de venganza y resentimiento.

Para evadir la ira es necesario ser paciente y saber llevar las situaciones con calma y buena actitud, asimismo es indispensable la aceptación, la tolerancia y el respeto porque la falta de estos nos hace pecar y caer en la ira.

Envidia

La envidia es como la avaricia, ya que, ambos sentimientos se caracterizan por ser deseos incontrolables e insaciables. Sin embargo, en este caso no sólo se incluye el deseo de lo material sino también quiere de manera descontrolada las virtudes de otras personas, es decir, es la necesidad que se siente de querer tener algo que otra persona tiene y desearle el mal a esta por tener en su posesión ese deseo. Al igual que los anteriores, está relacionado con un demonio y en este caso es Leviatán. La forma de combatir este pecado es siendo comprensivo, empático y amistoso.

Soberbia

Es el pecado más grave de todos y es aquel que se relaciona con un demonio bastante mencionado en el día a día, este es Lucifer. Asimismo, es considerado como aquel que nace con nosotros, dicho de otra manera como el pecado original, en vista de que fue la soberbia lo que llevó a Adán y a Eva a comer de la fruta prohibida y a desobedecer las órdenes de Dios y a su vez es del cual pueden derivar todos los demás pecados capitales. Se certificó como un pecado capital al momento en el que Lucifer, el ángel de la luz quiso desafiar las habilidades de Dios.

En ese mismo orden, es aquel deseo de vanidad y de estar sobre los demás en todos los aspectos posibles, haciendo que de esta forma los de nuestro alrededor se sientan subestimados o infravalorados porque nuestra palabra debe ser la única capaz de acertar. Esta forma de pecado también se conoce como orgullo, pero ambos nombres hacen referencia a la necesidad de ser preferido ante los otros para la estimulación del ego y la sed de poder. Sin duda alguna, debe ser combatido con la humildad ante los demás.

¿Qué dijo San Agustín?

San Agustín dejó un legado bastante imponente con respecto a los pecados. Él dijo que Dios en ningún momento creó el mal, puesto que todo aquello que creó estaba basado en el bien y que además provenían de un bien supremo. Sin embargo, al estar presente el bien el mal tiene donde hacer efecto y donde atacar pero esto no significa que Dios lo haya creado, las enfermedades y los males en general fueron consecuencias de actos que sin duda no fueron propiciados por Dios. Es por ello, que estableció que los pecados nos hacer un no ser, una persona que no es creyente en dios y que no es pionera de las buenas acciones.

Las consecuencias de actuar mal son básicamente el alejamiento de dios por preferir obtener otro tipo de placeres que al fin y al cabo son momentáneos porque no provienen de Dios, no obstante, son una decisión propia del ser humano.

Actualizado el 24 abril, 2020